Nace la Plataforma para el impulso de la generación distribuida y el autoconsumo energético en España

Entre las primeras acciones de la plataforma se encuentran la formación de un grupo de trabajo técnico para colaborar con las administraciones públicas en el desarrollo del Real Decreto de balance neto y la realización de acciones informativas y de difusión.

El autoconsumo con balance neto es una nueva modalidad de suministro que no supone coste para el sistema eléctrico, mientras que el consumidor obtiene un ahorro económico y energético de por vida con una pequeña inversión, entre otras ventajas.

La plataforma, que nace con el lema «Consume tu propia energía«, está formada por un total de siete asociaciones Asociación Empresarial Eólica (AEE); Asociación Empresarial Fotovoltaica (AEF); Asociación de Instaladores Fotovoltaicos sobre Cubierta (AIFOC); Asociación de Productores e Inversores de Energías Renovables (ANPER); Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA); Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF); y Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de España (FENIE).

Junto a estas asociaciones participan otros agentes y colectivos sociales como el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Greenpeace, WWF, SEO/BirdLife, la Fundación Renovables, el CIEMAT o CENER.

A comienzos de noviembre el Gobierno aprobó el nuevo real decreto sobre autoconsumo, que permitirá a los hogares beneficiarse de la electricidad que ellos mismos produzcan.

Para permitir la nueva fórmula de autoconsumo, el real decreto reduce los avales exigidos, acorta los plazos administrativos y elimina trámites para que los hogares dispongan de sistemas fotovoltaicos.

Con el nuevo sistema de autoconsumo, los particulares pueden producir en su hogar, gracias a placas fotovoltaicas instaladas en el techo cuyo coste ronda los 18.000 euros, electricidad suficiente para responder a entre el 60% y el 80% de su demanda. La amortización de la instalación ronda los diez años, mientras que las placas alcanzan treinta años de vida.

Con esta fórmula, el usuario consume su electricidad y, en caso de excedente, por cada kilovatio generado tiene derecho a no pagar un kilovatio consumido en la red convencional.

El Gobierno tiene ahora tres meses para aprobar los desarrollos normativos de la norma, en los que parte del modelo del balance neto, ya implantado en 43 Estados norteamericanos.

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