La CE ve un «importante margen de mejora» en la seguridad de las centrales nucleares europeas
«En su conjunto, el grado de seguridad de nuestras centrales en la Unión Europea es satisfactorio y ninguna central necesitará ser desmantelada por razones de seguridad, aunque en casi en todas partes hay un importante margen de mejora, por lo que no tenemos motivos para congratularnos en exceso», dijo Oettinger en una rueda de prensa en Bruselas para presentar los resultados de las pruebas de resistencia de las centrales nucleares a las que se comprometieron los Veintisiete en 2011, con el objetivo de identificar las medidas a tomar para evitar crisis nucleares como la vivida en marzo del año pasado en Fukushima (Japón).
Estas pruebas indicaron que ni todas las normas de seguridad promovidas por la Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ni todas las mejores prácticas internacionales se aplican en todos los Estados miembros.
El comisario europeo de Energía declaró que «las pruebas de resistencia han puesto de manifiesto lo que está bien y lo que tenemos que mejorar. Las pruebas fueron serias y un éxito. Todas las autoridades interesadas deben esforzarse por garantizar que las normas de seguridad más rigurosas se apliquen en cada una de las centrales nucleares situadas en Europa, por la seguridad de nuestros ciudadanos», apostilló.
Asimismo, Oettinger quiso dejar claro que el informe publicado no aporta recomendaciones propias de Bruselas sino que recoge el trabajo de los reguladores nacionales y de los pares europeos que revisaron los datos en una fase final del proceso.
El comisario recordó que, tras accidentes como el de Chernóbil, Europa «identificó» hace años deficiencias en sus plantas «pero no se hizo todo» lo que se previó para corregir tales problemas.
«Hoy, si tenemos en cuenta las posibles catástrofes nucleares, como los terremotos o las inundaciones, es posible técnicamente (corregir deficiencias)», insistió el comisario, para quien las recomendaciones que Bruselas recoge en el informe (basado en el trabajo previo de los gestores y reguladores nacionales, con el visto bueno de sus pares europeos) servirán de «impulso» para que los Veintisiete pongan en marcha las nuevas exigencias.
El documento será llevado la próxima semana a los ministros de Energía de la Unión Europea y al Parlamento Europeo y también lo examinarán los jefes de Estado y de Gobierno europeos en su próxima Cumbre, los días 18 y 19 de octubre.
Después de estos exámenes, los reguladores nacionales elaborarán planes de acción nacionales con calendarios de aplicación, los cuales estarán listos para finales de 2012. Los planes de acción se someterán a revisiones paritarias a principios de 2013, a fin de comprobar que las recomendaciones de las pruebas de resistencia se aplican de forma coherente y con transparencia en toda Europa.
Aunque el Ejecutivo comunitario no tiene competencias para obligar a los gobiernos europeos a asumir las mejoras, porque la seguridad nuclear es competencia de cada estado miembro, sí vigilará si las ponen en marcha, por lo que realizará una evaluación de progreso en junio de 2014. Los países no están obligados pero se verán «señalados», según confiaron fuentes comunitarias. El objetivo será que en 2015 todas las centrales europeas cumplan con las mejoras exigidas.
Además, el Ejecutivo europeo prepara, de aquí a principios de 2013, una nueva directiva sobre seguridad nuclear, que incluirá propuestas para minimizar los riesgos, garantizar la independencia y transparencia máxima de los reguladores nucleares de los gobiernos nacionales y los actores del sector.
Seguirán nuevas propuestas sobre los seguros y la responsabilidad nucleares, así como sobre los niveles máximos permitidos de contaminación radiactiva de alimentos y piensos. El procedimiento de las pruebas de resistencia también puso de manifiesto la necesidad de seguir trabajando sobre la protección nuclear (prevención de actos hostiles), tema que incumbe principalmente a los Estados miembros.
Oettinger insistió en su comparecencia en que por primera vez se tienen datos comparativos y se detecta «dónde las reglas son menos exigentes que las normas internacionales». «Por eso decimos a los operadores que reaccionen para llegar al nivel máximo de seguridad», añadió.
«No queremos inquietar a nadie, solo llamar la atención», afirmó el comisario, que consideró que «las centrales europeas han mostrado en general, un buen nivel de seguridad, pero pueden mejorar».
En su comunicación, el Ejecutivo comunitario apuntó que «todos los países han empezado a dar pasos» para mejorar la seguridad de sus plantas, pero advirtió de que sigue habiendo importantes deficiencias y que será necesario invertir entre 30 y 200 millones de euros por reactor para cumplir las nuevas exigencias.
De acuerdo a los cálculos de la Comisión, el coste de la inversión para corregir los fallos en todo el parque nuclear de la Unión Europea depende de la situación de cada planta, ya que las necesidades de cada reactor «varían muchísimo» aunque se calculó que se elevaría hasta una horquilla de entre 10.000 y 25.000 millones de euros. Si bien fuentes comunitarias matizaron que se trata de una «estimación» basada en la extrapolación de la inversión en Francia y no de un cálculo de los experto europeos.
Con todo, Bruselas precisó que esta inversión se dedicaría a actualizar las medidas de seguridad de las centrales ya existentes y no cree que tuviera un impacto en los costes de las nuevas plantas por construir.
Lecciones aprendidas y recomendaciones
Los 14 Estados miembros con centrales nucleares suman 134 reactores en suelo comunitario y los resultados de estas pruebas de resistencia incluyen recomendaciones por países y plantas.
Entre las lecciones extraídas tras el accidente de Fukushima y con estos estudios en la mano, la Comisión Europea destacó que ante el riesgo de terremoto e inundaciones, cada central nuclear debería contar con instrumentos sísmicos «in situ» para medir posibles terremotos y alertar de ellos. Estos instrumentos deberían instalarse o mejorarse en 121 reactores.
También consideraron que debe haber sistemas de ventilación filtrada del recinto de contención que faciliten la despresurización segura del recinto de contención del reactor en caso de accidente. Sobre este asunto, señalaron que 32 reactores todavía no están equipados con esos sistemas.
Así como contar que los equipos para luchar contra los accidentes graves deben guardarse en lugares protegidos aun en caso de destrucción general, de donde puedan extraerse con rapidez, lo cual no ocurre así en 81 reactores de la Unión Europea.
Entre las enseñanzas también está la de la existencia de una sala de control de emergencia de reserva en caso de que la sala de control principal resulte impracticable debido a un accidente. Estas salas todavía no existen en 24 reactores.
En el caso concreto de España, el Ejecutivo europeo planteó varias recomendaciones generales para Almaraz (Cáceres), Ascó y Vandellós (Tarragona), Trillo (Guadalajara), Santa María de Garoña de Garoña (Burgos) y Cofrentes (Valencia).
Todas las plantas españolas deberían tener unos planes para calcular los márgenes de tiempo para el control y mitigación ante accidentes severos más amplios, así como «sistemas de filtrado de ventilación de la contención y planes concretos ante escenarios de fuertes lluvias y temperaturas extremas».
Además, todas las centrales, salvo Trillo, deberían prevenir las explosiones de hidrógeno u otros combustibles gaseosos en caso de accidente. Trillo, en cambio, debería ampliar sus protocolos de emergencia más elaborados, para que cubran todo tipo de escenario de riesgos, como los cortes de suministro eléctrico.
Junto a las recomendaciones, el informe reconoce mejoras ya puestas en marcha o anunciadas como la disponibilidad de grupos generadores eléctricos autónomos, los análisis en curso para reforzar elementos de seguridad en las galerías y los trabajos para mejorar la seguridad ante inundaciones.
Medidas como un amplio examen de los efectos indirectos de posibles terremotos, como por ejemplo incendios o daños en la estructura; establecer grupos de trabajo para examinar factores como la accesibilidad, los recursos humanos y el tiempo disponible; y otros elementos técnicos son destacados en el documento como buenas prácticas de las centrales españolas.
El CSN dice que las recomendaciones de Bruselas ya fueron remitidas por el regulador español a las centrales este año
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha señalado que todas las recomendaciones incluidas en la comunicación de la Comisión Europea relativas a las pruebas de resistencia de las centrales nucleares españolas ya fueron remitidas por el regulador español este año, excepto las relativas a la instrumentación sísmica.
No obstante, en el caso de la instrumentación sísmica, el regulador ha aclarado que se debe a que ya está instalada en todas las centrales españolas desde antes del accidente de Fukushima. En un comunicado, el CSN ha aclarado que estas recomendaciones ya están recogidas en las Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC) que el pleno de este órgano aprobó el pasado 14 de marzo y en un Plan de Acción.
Así, respecto al riesgo de inundaciones y terremotos, el CSN ha afirmado que las mejoras previstas están detalladas en el informe final de las pruebas de resistencia. Adicionalmente, en las ITC se solicita a los titulares verificar la capacidad de resistencia sísmica de equipos y estructuras importantes para la seguridad, hasta un nivel por encima del 0,1 g señalado por la CE.
En esta misma línea, las ITC también contemplan disponer de nuevos equipos, fijos y portátiles, para aumentar la capacidad de respuesta de las centrales a pérdidas prolongadas de suministro eléctrico.
Además, respecto a los venteos filtrados, el CSN incluyó en sus instrucciones que los titulares deberán establecer un sistema de venteo filtrado, así como disponer de equipos pasivos recombinadores para el control de hidrógeno en la contención.
El CSN también ha resaltado que todas las centrales nucleares españolas disponen ya de un panel de parada remota. Además, en España ha exigido un nuevo centro alternativo de gestión de emergencias (CAGE) en cada emplazamiento y un nuevo centro nacional de apoyo de emergencias (CAE) con equipos y personal especializado y con capacidad para intervenir en cualquier central en un plazo de 24 horas.
El organismo regulador también lleva meses trabajando en la elaboración de un plan de acción nacional, en sintonía con el plan de acción europeo.
Según ha explicado el CSN, las conclusiones de la comunicación coinciden con los resultados obtenidos en las pruebas de resistencia realizadas en España, de acuerdo a los criterios establecidos por ENSREG, un grupo compuesto por los organismos reguladores, los representantes de los gobiernos de los 27 estados miembros y la propia Comisión Europea.
«El CSN comparte con ENSREG la consideración de que el proceso y las conclusiones derivadas del mismo suponen un logro común que se traducirá sin duda en mejoras de las centrales nucleares, que ya operan con adecuados niveles de seguridad», ha concluido.
La industria nuclear europea afirma que cumplirá con las mejoras que recomiendan las pruebas de resistencia
La industria nuclear europea ha declarado su compromiso para «la mejora continua» de la seguridad en la centrales levantadas en Europa y ha asegurado que responderá a las recomendaciones señaladas en las pruebas de resistencia publicadas este jueves por la Comisión Europea.
«La industria europea nuclear ha estado siempre comprometida con la mejora continua de la seguridad en sus instalaciones y ofrecerá las mejoras identificadas por las autoridades nacionales de seguridad», ha indicado a través de un comunicado el director general del Foro Atómico Europeo (Foratom), Jean-Pol Poncelet.
Poncelet ha asegurado que tales compromisos «son y seguirán siendo innegociables» y que por ello el sector ha colaborado con las autoridades nacionales, al tiempo que ha afirmado que para los operadores nucleares «es una práctica estándar cubrir los costes asociados con las mejoras en seguridad».
El sector, a través de Foratom, ha insistido en que el proceso de evaluación que ha durado más de un año -desde que estallara la crisis de Fukushima (Japón)- ha sido de carácter voluntario y que la industria ha colaborado «estrechamente» con las autoridades.
Durante el proceso, la industria confirmó su «compromiso inquebrantable» con la promoción de una «seguridad óptima», lo que incluye, «si fuera necesario, la ampliación de los márgenes de seguridad».
Reacciones. Foro Nuclear y Greenpeace
En cuanto a las reacciones suscitadas tras el anuncio del informe con los resultados de las pruebas de resistencia de Bruselas, el Foro Nuclear aseguró que las pruebas de resistencia a las centrales españolas demuestran su «elevado nivel de seguridad», al tiempo que destacó que no identificó «ningún aspecto que suponga una deficiencia importante».
Entre las conclusiones del informe, el foro destacó la «solidez de los diseños y los márgenes de seguridad» de las centrales españolas. En este sentido, recordó que cumplen con la normativa actual y «dan una respuesta adecuada» a las instrucciones emitidas por el Consejo de Seguridad Nuclear.
«Con el compromiso de mejora continua de las centrales nucleares se han identificado áreas de trabajo en las que es posible incrementar los márgenes de seguridad, pero no se ha identificado ningún aspecto que suponga una deficiencia relevante en la seguridad de las instalaciones y que pudiera requerir la adopción urgente de actuaciones en las mismas», explicó.
María Teresa Domínguez, presidenta de Foro Nuclear, señaló que «los resultados positivos para el parque nuclear español son el reflejo de una industria nuclear comprometida con la seguridad de las instalaciones y muestran la solidez del programa nuclear español en su conjunto, que no ha escatimado esfuerzos para afrontar los retos planteados tras Fukushima».
Asimismo, la asociación ecologista Greenpeace alertó de «graves problemas de seguridad» en las centrales nucleares europeas y criticó que las pruebas de resistencia no hayan sometido a examen la preparación de las plantas frente a amenazas como ataques terroristas.
«No nos sorprende que las pruebas, aunque limitadas, pongan al descubierto las principales preocupaciones, porque la energía nuclear es inherente al riesgo y los fallos. Pero hay problemas graves de seguridad que los test de estrés no han examinado«, criticó Mark Breddy, portavoz de Greenpeace,.
Breddy reclamó a los gobiernos de la Unión Europea que «actúen con rapidez» para desmantelar las plantas «más antiguas y con más riesgos» y que pongan en marcha «pruebas más a fondo» para el resto de las instalaciones.
La organización ecologista explica que entre las deficiencias más graves detectadas por las pruebas de estrés europeas está la identificada en cuatro reactores que tendrían menos de una hora de margen para restaurar todas las funciones de seguridad en caso de un corte en el suministro eléctrico. Además, diez reactores del parque nuclear europeo no tienen equipos propios para detectar terremotos.
Greenpeace, además, criticó que el informe no haya tenido en cuenta al realizar el examen riesgos como la amenaza terrorista, la colisión de un avión y otros escenarios de catástrofes, ni tampoco la edad de las plantas, con lo que no ignoró, por ejemplo, el caso de las fisuras sospechosas detectadas este verano en las vasijas de reactores antiguos en Bélgica.


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