Ecologistas en Acción organiza diversos actos contra la técnica de extracción de gas «fracking»
Su extracción, según informa Ecologistas en Acción en una nota, implica la perforación de la roca donde se encuentra almacenado y la inyección de grandes cantidades de agua y arena a presión, que llevan, entre otros, «productos químicos muy contaminantes protegidos por el secreto industrial».
El proceso de fractura hidráulica puede provocar la liberación de productos químicos y gas natural a los acuíferos subterráneos, contaminándolos, así como a la atmósfera, y a las tierras circundantes por el transporte y almacén de las aguas residuales contaminadas, según la organización conservacionista. A todo esto hay que añadir «el riesgo de terremotos y de explosiones debidas a las filtraciones de gas natural», añade. «Ya no sólo se contamina el aire y el suelo sino también la geología subterránea», ha advertido.
Pues, según señala, contra los peligros del ‘fracking’ ha organizado este sábado en la Plaza de las Tendillas de Córdoba una concentración para expresar el rechazo de la ciudadanía a estas prácticas. Igualmente, en Sevilla, se proyectará el documental ‘Gasland’, un trabajo audiovisual escrito y dirigido por Josh Fox -Ganador del Premio Especial del Jurado – Mejor Documental Norteamericano – Sundance 2010-.
El documental se centra en comunidades de los Estados Unidos que se han visto afectadas por la extracción de gas natural «no convencional», más específicamente, por un método de estimulación conocido como Fractura Hidráulica. El Puerto de Santa María también acogerá la proyección del documental, en este caso, este sábado.
Actualmente, según Ecologistas en Acción, hay «una avalancha de permisos» de investigación relacionados con el ‘fracking’, estando los más avanzados en el País Vasco y Cantabria. No obstante, los más recientes son los concedidos en Andalucía, en grandes extensiones de Córdoba, Jaén y Sevilla. Aunque, según añade, hay también permisos de investigación de gas no convencional en Cádiz.
Debido a que de momento los permisos son de investigación y no de explotación, y a la novedad de la técnica, la normativa no recoge la necesidad de aplicar evaluaciones de impacto ambiental, ha precisado.
«Estas mismas políticas de ausencia de información y permisividad han causado graves impactos ambientales y de salud en Estados Unidos, donde lleva aplicándose esta técnica desde hace una década», recuerda. Sin embargo, en Europa «no hay una postura clara al respecto, habiendo declarado algunos países como Francia una moratoria al uso de esta técnica», informa.
«La aplicación de técnicas cada vez más complicadas y dañinas para la extracción de los recursos fósiles en declive no hace más que retrasar el momento del necesario e inevitable cambio, tanto energético, hacia energías renovables, como social, hacia un modelo de ahorro energético, a la par que generar cada vez situaciones de extracción más peligrosas y más difíciles de controlar, así como de paliar sus futuros efectos», ha señalado la organización ecologista.


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