Julio Segura, presidente de la CNMV, es partidario de más transparencia en los mercados de la energía

Julio Segura afirmó en una conferencia organizada en Lisboa por el Consejo de Reguladores del Mercado Ibérico de Electricidad (MIBEL) que en la crisis, los mercados que mejor han funcionado «han sido los más transparentes», como los de acciones y deuda pública.

«Los que han experimentado mayor inestabilidad y episodios de falta de liquidez han sido los menos transparentes», agregó al poner como ejemplo la renta fija privada y algunos derivados.

Además, cada vez hay mayor interrelación entre los mercados energéticos y de cualquier materia prima y los mercados financieros, y «la actual crisis financiera no ha hecho sino acentuar esta tendencia», abundó.

Segura consideró positiva la «complementariedad» del uso de instrumentos financieros en la negociación de contratos sobre la energía eléctrica.

Pero hay «efectos potencialmente negativos para la estabilidad financiera y generadores de riesgo sistémico en la utilización, llamémosle perversa -alertó-, de instrumentos financieros derivados».

También puede darse, como en el caso de la empresa estadounidense ENRON «un desvío fraudulento del objeto social de una empresa, esto es, de la provisión de energía a la negociación masiva de instrumentos financieros opacos y complejos».

Casi hasta el estallido de la crisis financiera en 2007 «se consideraba normal que los mercados, tanto de renta fija privada como de derivados financieros en general y, en particular, sobre materias primas mantuviesen un grado de opacidad elevado», recordó.

Pero la opacidad de las transacciones impide, entre otras cosas, una gestión adecuada de los riesgos de las entidades que las financian, dijo.

«Los mercados opacos «dificultan, si no imposibilitan, las tareas de supervisión entre las que se encuentran las de detección rápida de problemas», subrayó.

Segura recordó también el caso de las hipotecas de alto riesgo y añadió que «la distinción entre inversor profesional e inversor minorista es cada vez más borrosa» y productos financieros diseñados por su complejidad para profesionales acaban en las carteras de fondos de pensiones o de inversores minoristas.

Es fundamental, argumentó el presidente de la CNVM, «fortalecer, cuando no implantar, la transparencia en la negociación, para los inversores, para los financiadores, para los supervisores, de todos los instrumentos financieros».

«Los derivados sobre materias primas no son una excepción», puntualizó Segura, quien recordó las iniciativas, leyes e instrumentos europeos y mundiales.

Al apelar al intercambio de información entre las autoridades energéticas y del mercado de valores, consideró demostrada «la necesidad de incrementar los niveles de transparencia para los reguladores y supervisores y el público«.

Pero «queda por establecer y desarrollar un mecanismo adecuado de intercambio de información» entre los reguladores, manifestó, y en una primera fase podrían establecerse acuerdos de ámbito nacional.

Los mercados de derivados sobre materias primas, por su carácter mundial, dijo, deben complementarse con acuerdos multilaterales entre reguladores energéticos y financieros de diferentes países.

A la hora de concretar estas iniciativas, el presidente de la CNMV reconoció el problema de la transmisión de información confidencial que impone la legislación de los mercados de valores a los supervisores financieros, que no pueden dar detalles a los supervisores energéticos.

El presidente de la CNMV participó en la conferencia sobre el MIBEL junto con su homólogo portugués, Carlos Tavares y representantes de los reguladores, empresas y asociaciones de consumidores del sector de la energía.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *