More info

La mayor parte de los errores que le pueden suceder a uno cuando utiliza un programa en el ordenador, navega por internet, se descarga fotos de una cámara digital o se instala un MP3, conllevan como mensaje de advertencia un botoncito que dice “More info”. Más información.

El pasado martes el Consejo de Administración de la CNE decidió pedir más información a Endesa a la vista de la reducción de inversiones que la compañía ha hecho pública estos días, en el mismo momento en que se ha materializado la separación de la actividad de renovables de la “antigua Endesa” hacia Acciona, fruto de la liquidación de los acuerdos parasociales de Enel y Acciona dentro de la compañía y la salida de Entrecanales.

Desde Energía Diario ya hemos señalado en varias ocasiones que es muy importante que, cuando se produce una operación corporativa que ha llevado aparejada la fijación de condiciones por los órganos de regulación y competencia, estas instancias efectúen el seguimiento posterior del cumplimiento de las mismas y que, al mismo tiempo, extremen lo que son sus obligaciones en materia de supervisión del sector energético y sus compañías. Por tanto, parece completamente razonable que la CNE efectúe este petición y este seguimiento.

En el mismo caso, o parecido, señalamos la operación de adquisición de Unión Fenosa por Gas Natural, operación que ha dejado fuertemente apalancada a la compañía resultante, de la que se ha anunciado un importante recorte de inversiones, además de existir advertencias de las consecuencias de esta operación para la competencia: tanto en el mercado de aprovisionamiento de gas, en el mercado eléctrico por la integración gas-electricidad que puede afectar al precio resultante de las casaciones y, finalmente, en la comercialización de gas y electricidad en determinadas zonas geográficas dónde hay solapamiento de redes. Por tanto, hay que reclamar también a la CNE un seguimiento muy continuado de esta operación.

Pero hemos podido conocer que la CNE ha pedido más información a las empresas gasistas sobre cuestiones como son sus contratos de aprovisionamiento, contratos de suministro para determinados grandes consumidores, entras otras. Algo que ha provocado no poca inquietud en las empresas. Por tanto, la Comisión Nacional de Energía parece que quiere entrar en cuestiones que son de índole interna y/o comercial de las propias empresas. Saber, conocer, tener datos. Tampoco se sabe el objetivo de esta solicitud de información: si es seguir la línea de “conocer” costes y precios, en la línea argumental de identificar «márgenes» y seguir alimentando la teoría del intervencionismo regulatorio. Sobre todo porque hay que imaginarse que las empresas de este sector pueden aprovisionarse de gas en muchos momentos, con compras a plazo y con precios diferentes en cada uno. O, si por el contrario, el objetivo de esta petición es hacer unas buenas estadísticas, bien bonitas con sus cuadros y todo.

Además, lejos de conocer si es importante o no la información requerida y su objetivo, parece paradójico este comportamiento, tras la forma en que se han abordado las operaciones corporativas recientes y después de la “chapuza” de obviar en la operación Gas Natural-Unión Fenosa la función 14 y hacer un ejercicio de mirar para otro lado en la función 15 (consecuencias para la competencia en el mercado gasista de aprovisionamiento, mercado eléctrico y distribución, como señalábamos anteriormente). El problema, en ese caso, es el cuestionamiento básico de la legitimidad que ha introducido debido al papel que ha realizado en el trámite de estas operaciones, por parte de un organismo que no hace la necesaria vigilancia preventiva de la competencia, con seriedad y rigor, como cosa básica del necesario decoro de las instituciones de regulación. Por tanto, es razonable que desde la CNE haya peticiones de información a las empresas (con sentido regulatorio claro), así como seguimiento de las inversiones y las empresas en el ámbito de los mercados energéticos y las actividades que realizan. Pero también, debe ejercer el papel en estas operaciones que le correponde en el momento en que sus consecuencias negativas se pueden evitar.

Porque puede ser que al final todos los errores acaben en un mensaje. More info.

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El pasado martes el Consejo de Administración de la CNE decidió pedir más información a Endesa a la vista de la reducción de inversiones que la compañía ha hecho pública estos días, en el mismo momento en que se ha materializado la separación de la actividad de renovables de la “antigua Endesa” hacia Acciona, fruto de la liquidación de los acuerdos parasociales de Enel y Acciona dentro de la compañía y la salida de Entrecanales.

Desde Energía Diario ya hemos señalado en varias ocasiones que es muy importante que, cuando se produce una operación corporativa que ha llevado aparejada la fijación de condiciones por los órganos de regulación y competencia, estas instancias efectúen el seguimiento posterior del cumplimiento de las mismas y que, al mismo tiempo, extremen lo que son sus obligaciones en materia de supervisión del sector energético y sus compañías. Por tanto, parece completamente razonable que la CNE efectúe este petición y este seguimiento.

En el mismo caso, o parecido, señalamos la operación de adquisición de Unión Fenosa por Gas Natural, operación que ha dejado fuertemente apalancada a la compañía resultante, de la que se ha anunciado un importante recorte de inversiones, además de existir advertencias de las consecuencias de esta operación para la competencia: tanto en el mercado de aprovisionamiento de gas, en el mercado eléctrico por la integración gas-electricidad que puede afectar al precio resultante de las casaciones y, finalmente, en la comercialización de gas y electricidad en determinadas zonas geográficas dónde hay solapamiento de redes. Por tanto, hay que reclamar también a la CNE un seguimiento muy continuado de esta operación.

Pero hemos podido conocer que la CNE ha pedido más información a las empresas gasistas sobre cuestiones como son sus contratos de aprovisionamiento, contratos de suministro para determinados grandes consumidores, entras otras. Algo que ha provocado no poca inquietud en las empresas. Por tanto, la Comisión Nacional de Energía parece que quiere entrar en cuestiones que son de índole interna y/o comercial de las propias empresas. Saber, conocer, tener datos. Tampoco se sabe el objetivo de esta solicitud de información: si es seguir la línea de “conocer” costes y precios, en la línea argumental de identificar «márgenes» y seguir alimentando la teoría del intervencionismo regulatorio. Sobre todo porque hay que imaginarse que las empresas de este sector pueden aprovisionarse de gas en muchos momentos, con compras a plazo y con precios diferentes en cada uno. O, si por el contrario, el objetivo de esta petición es hacer unas buenas estadísticas, bien bonitas con sus cuadros y todo.

Además, lejos de conocer si es importante o no la información requerida y su objetivo, parece paradójico este comportamiento, tras la forma en que se han abordado las operaciones corporativas recientes y después de la “chapuza” de obviar en la operación Gas Natural-Unión Fenosa la función 14 y hacer un ejercicio de mirar para otro lado en la función 15 (consecuencias para la competencia en el mercado gasista de aprovisionamiento, mercado eléctrico y distribución, como señalábamos anteriormente). El problema, en ese caso, es el cuestionamiento básico de la legitimidad que ha introducido debido al papel que ha realizado en el trámite de estas operaciones, por parte de un organismo que no hace la necesaria vigilancia preventiva de la competencia, con seriedad y rigor, como cosa básica del necesario decoro de las instituciones de regulación. Por tanto, es razonable que desde la CNE haya peticiones de información a las empresas (con sentido regulatorio claro), así como seguimiento de las inversiones y las empresas en el ámbito de los mercados energéticos y las actividades que realizan. Pero también, debe ejercer el papel en estas operaciones que le correponde en el momento en que sus consecuencias negativas se pueden evitar.

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