Tokio podría anunciar el apagado en frío de los reactores de la central de Fukushima para el 16 de diciembre
El apagado en frío supone que el agua utilizada para enfriar las barras de combustible del reactor permanece por debajo de su punto de ebullición, evitando el recalentamiento del combustible.
El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, podría anunciar esta medida a causa del informe de la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) en el que se reseña que las temperaturas del combustible nuclear ubicado en el fondo de las vasijas de contención estarían estabilizadas. Asimismo, los niveles de radiación en los reactores habrían descendido de manera significativa.
La declaración del apagado en frío tendría repercusiones más allá de la central de Fukushima, ya que es uno de los criterios que el Gobierno señaló que se deben cumplir antes de permitir la vuelta a casa de las 80.000 personas que residen en un radio de 20 kilómetros alrededor de la instalación.
Sin embargo, aunque se declare un apagado en frío, TEPCO señaló con anterioridad que podría ser incapaz de retirar el combustible nuclear de los reactores durante los próximos diez años, y varios expertos afirmaron que las tareas de limpieza podrían llevar varias décadas.
TEPCO confirma la fusión de las barras de combustible de los reactores 1, 2 y 3 de Fukushima
TEPCO concluyó en un informe que las barras de combustible del reactor uno de la central nuclear de Fukushima se fundieron completamente a raíz del accidente del 11 de marzo, mientras que las del dos y el tres lo hicieron parcialmente.
Según este informe, recogido por la cadena NHK, las barras de combustible del reactor uno se fundieron completamente formando una masa viscosa que habría caído al agua acumulada en el fondo de la vasija de contención, por lo que se habría enfriado.
Al precipitarse al fondo de la vasija de contención, el combustible podría haberlo erosionando, disminuyendo su grosor en unos 65 centímetros, por lo que es posible que en las zonas más delgadas, de 37 centímetros, rompiera la pared provocando una fuga.
En el caso de los reactores dos y tres, el informe apuntó que las barras de combustible se fundieron en un 57% y un 63%, respectivamente, con lo que, probablemente, esta masa viscosa también se precipitó al fondo de la vasija, aunque sin erosión.
El informe, encargado por TEPCO a varios institutos de investigación y patrocinado por el Gobierno de Japón, se basa en mediciones de temperaturas y cantidades de agua acumuladas en las vasijas de contención, entre otros datos.
El terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo provocaron un accidente nuclear en la central de Fukushima equiparable al de la central de Chernóbil (Ucrania) del 26 de abril de 1986, considerado por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) el peor de la historia.
Como consecuencia del colapso del sistema de refrigeración de los reactores de Fukushima, éstos emitieron a la atmósfera grandes cantidades de partículas radiactivas. El Gobierno estableció un área de exclusión en un radio de 30 kilómetros desde la central que mantiene fuera de sus casas a unas 80.000 personas.
Inyección de nitrógeno en los reactores para evitar más explosiones de hidrógeno
Asimismo, TEPCO comenzó a inyectar nitrógeno en las vasijas de contención de los reactores uno, dos y tres de la central nuclear de Fukushima para reducir la concentración de hidrógeno y evitar más explosiones de hidrógeno, cuyos niveles se sitúan por debajo del 4%, según informó la televisión estatal japonesa, NHK.
El pasado mes de octubre, los operarios comenzaron a extraer los gases contaminantes de la vasija de contención del reactor dos, el más perjudicado. Entonces, detectaron niveles de hidrógeno del 2,9%.
La acumulación de hidrógeno fue la causa de las explosiones que se produjeron los días siguientes al terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo en los reactores uno, tres y cuatro, que en los dos primeros casos dieron lugar a una fusión parcial de sus núcleos que liberó partículas radiactivas.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón se encarga de supervisar la inyección de nitrógeno en las vasijas de contención. Mantener bajos los niveles de hidrógeno es indispensable para conseguir la parada fría de los reactores de Fukushima antes de que acabe el año, como prometió el Gobierno.

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