El «céntimo verde» supondrá una triple carga al precio del gas, que se encarecerá un 10%, según Sedigas

Sedigas, que remitió una queja a los Ministerios de Hacienda y Administraciones Públicas e Industria, Energía y Turismo, advirtió que la implantación del «céntimo verde» provocará una «distorsión» en el mercado eléctrico y reclamó una «reunión de urgencia» para tratar el asunto.

El ministro de Industria, José Manuel Soria, reconoció la pasada semana que prevé aplicar el denominado «céntimo verde» sobre el gas, en lugar de sobre los carburantes de automoción, como se señaló inicialmente. El ministro advirtió de que se trata solo de una propuesta que todavía tiene que ser aprobada por el Gobierno y que no se descartan otras posibilidades.

Para Sedigas, la aplicación de un impuesto de 0,04€/m3 supondría encarecer el coste del gas para la industria y para las familias en más de un 10%. Se trata de una carga impositiva que restará competitividad a la industria española en términos de exportación, pondrá en riesgo sus actuales niveles de productividad y, en definitiva, encarecerá los productos de consumo al ciudadano.

En relación al último punto, la aplicación del céntimo verde incrementará el coste del gas para el usuario final, tanto en el mercado libre, principalmente sector industrial, como en el establecimiento de la Tarifa de Último Recurso (TUR), la cual debería incluir dicho impuesto.

Consideró que el impacto sobre el consumidor final será de una triple carga económica -el incremento del coste de la electricidad, el incremento del coste del gas y el incremento de los precios al consumo- en un contexto de gran presión económica e impositiva sobre el ciudadano.

En este sentido, Sedigas entendió que dicho impuesto no podría ser aplicado a los ciclos combinados ni a las instalaciones de cogeneración, puesto que la normativa europea establece que dichas instalaciones no pueden ser gravadas por el combustible que utilizan.

La cogeneración opera en condiciones de rentabilidad mínima y, en cuanto los ciclos, su utilización actual hace que ya no sean rentables. Por lo tanto, cualquier coste adicional desplazaría a dichas tecnologías fuera del mercado de generación, además de encarecer todavía más a la electricidad.