TEPCO anuncia un nuevo plan tras la fusión de las barras del reactor 1 y la posible fusión en el 2 y el 3

Tras el descubrimiento en el reactor 1, TEPCO anunció que a partir de ahora se intentará enfriar los reactores con otra técnica que consiste en hacer circular continuamente el agua que ya se introdujo dentro del reactor en vez de inyectar más.

La compañía consideró que parte del agua que se estaba inyectando en los reactores podría haberse filtrado al exterior después de que las vasijas presentasen grietas en su estructura. Este agua altamente contaminada pasaba después de estar en los reactores a piscinas y depósitos. Alrededor de 90.000 toneladas de esta agua radiactiva se encuentran almacenadas en Fukushima.

Por su parte, el Gobierno asumirá su responsabilidad en la gestión de la crisis nuclear para apoyar a todas las víctimas afectadas. Además, el primer ministro, Naoto Kan, añadió que actuará en concordancia con el nuevo plan de TEPCO para seguir con el calendario previsto. Hace un mes, la empresa anunció que en tres meses se reducirían notablemente los niveles de radiación y que necesitaba nueve meses para conseguir que la planta nuclear se enfriase del todo.

Las nuevas informaciones dadas por las autoridades muestran que los núcleos de uranio de los reactores 1, 2 y 3 estuvieron descubiertos sin agua entre seis y catorce horas tras el terremoto, lo que provocó el sobrecalentamiento y la posible fusión de parte de las barras de combustible que fueron a parar al fondo de la vasija.

En el caso del reactor 1, del que sí que se confirmó su fusión, el uranio líquido podría haberse filtrado fuera de la vasija de contención, provocando el aumento de los niveles de radiación cuando comenzaron las operaciones de enfriamiento de emergencia. Además, el reactor 3 no se logró enfriar hasta niveles por debajo de la ebullición del agua.

Otra preocupación es que el reactor 4, que estaba apagado en el momento del terremoto, fue gravemente dañado por una explosión de hidrógeno. Los trabajadores tienen que apuntalar el reactor con nuevas vigas de acero y cubrirlo de hormigón para evitar que explote.

Más de dos meses después del terremoto y posterior tsunami que afectaron a la central de Fukushima, provocando la peor crisis nuclear desde Chernóbil (Ucrania) hace 25 años, las autoridades aseguraron que ya ha pasado el peligro de una nueva explosión, pero parece que cada intento de tomar el control total de la planta se vio salpicado por un nuevo fracaso.

El Gobierno anunció que desarrollará un plan propio para ayudar a los evacuados y proteger la salud de los trabajadores de Fukushima ante la frustración de la población. El Ejecutivo calificó a los afectados por el desastre como «víctimas de la política nacional», en referencia a la calificación de la energía nuclear como el corazón de la política energética del país.

El Ejecutivo recibió fuertes críticas por su gestión de la crisis tras el terremoto y el tsunami, que dejaron 25.000 personas muertas o desaparecidas, mientras que unas 116.000 siguen viviendo en refugios. Unas 80.000 personas tuvieron que evacuar sus casas por el riesgo a contaminación. Los agricultores del sur de Tokio, en Kanagawa, tuvieron que destruir sus cosechas de té por el riesgo a que estuviesen contaminadas por cesio.

La semana pasada, las autoridades comenzaron a sacrificar unas 1.500 vacas y cerdos en la zona de exclusión de 20 kilómetros alrededor de Fukushima. La quema de los cuerpos podría extender la radiación, así que se cubren con una lona azul y se espera a que se descompongan.

Las autoridades pretenden conseguir el «apagado frío» de los reactores, para permitir que las autoridades limpien los alrededores sin riesgo de radiación y quitar el combustible de los reactores afectados. Este proceso podría durar más de diez años.

La OIEA enviará una comisión científica a Fukushima

Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tiene previsto enviar una misión de expertos a Japón el 24 de mayo, para analizar la seguridad de Fukushima. Según informó la ONU, el equipo estará formado por 20 especialistas y será liderado por Mike Weightman, del Reino Unido.

Estos expertos permanecerán en el país hasta el 2 de junio, y visitarán la central y otros sitios relacionados con sus instalaciones.

El objetivo es realizar una evaluación preliminar sobre la seguridad de la planta e identificar otros factores que precisen ser examinados según los parámetros de seguridad del OIEA.

La misión presentará un informe con sus hallazgos durante la conferencia ministerial sobre seguridad nuclear que se celebrará en Viena del 20 al 24 de junio.

Para la OIEA, la situación en la central sigue siendo «preocupante», aunque reconoció que se ha avanzado en los trabajos de enfriamiento de los reactores y prevención de fugas de radioactividad.

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