Japón estudiará abandonar el plan de construir para el año 2030 más nucleares y aboga por desmantelar Fukushima

Así se lo indicó al líder del Partido Comunista nipón, Kazuo Shii, en el encuentro mantenido por ambos, según informó este último en rueda de prensa. Asimismo, Kan defendió que la central nuclear de Fukushima, la más afectada por lo ocurrido y con cuatro de sus seis reactores con problemas, debe ponerse fuera de servicio.

El portavoz del Gobierno, Yukio Edano, ya había dado a entender que todos los reactores de la central de Fukushima serán desmantelados. «Creo que está muy claro desde el punto de vista de la sociedad» que finalmente será esto lo que ocurra con la central, señaló el portavoz.

Además, los niveles de yodo radiactivo registrados en las aguas próximas a la central de Fukushima superan 4.385 veces el límite legal, según las mediciones realizadaspor la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.

El director general de este organismo, Hidehiko Nishiyama, afirmó que se trata de los índices más altos desde el accidente nuclear. Pese a lo escandaloso del dato, Nishiyama subrayó que no supone un riesgo para la salud, al argumentar que la población de 20 kilómetros a la redonda ha sido evacuada.

Estos niveles hacen sospechar que la radiación se está filtrando de forma continua al mar, aunque los ingenieros y el resto del personal desconocen la existencia de vías de filtración.

Con estas cifras sobre la mesa, la agencia urgió al Gobierno a considerar la posibilidad de ampliar la zona de evacuación. Las autoridades recomendaron a los habitantes en un radio de entre 20 y 30 kilómetros de la central que se refugien en lugares más lejanos o no salgan de sus casas, pero no ha dado orden para el desalojo.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) también pidió al Gobierno nipón que se replantee dicha solución, si bien, el organismo de seguridad nuclear japonés precisó que esta petición no fue trasladada de forma oficial. Asimismo, la AIEA ha convocado una reunión de alto nivel sobre seguridad nuclear que se celebrará en Viena entre el 20 y el 24 de junio.

El Gobierno nipón, por su parte, se comprometió a intensificar sus análisis de la contaminación por radiación cerca de la central afectada y ampliar la zona de evacuación llegado el caso, como había sugerido la AIEA, tras detectar trazas radiactivas fuera del perímetro de seguridad evacuado.

«No tenemos planes de evacuar inmediatamente a personas, pero naturalmente, la presencia de altos niveles de radiación en el suelo, si continuara durante un largo periodo de tiempo (…) afectará probablemente a la salud humana, así que tendremos que incrementar nuestra vigilancia y, si fuera necesario, tomar medidas para afrontarlo», señaló el portavoz del Gobierno, Yukio Edano.

Ante los temores de radiación, las autoridades japonesas se vieron impedidos para retirar hasta 1.000 cuerpos de víctimas del terremoto y posterior tsunami en torno a la central nuclear de Fukushima.

Los cuerpos han estado «expuestos a altos niveles de radiación tras su muerte», dato éste confirmado por los altos niveles de radiación detectados en un cuerpo encontrado en Okuma, a 5 kilómetros de la central nuclear de Fukushima, la más afectada por el seísmo.

Por eso, las autoridades están estudiando cómo recoger los cuerpos, dados los temores de que los policías, médicos y familiares puedan verse expuestos a radiación en la recuperación de los cadáveres y su traslado a las morgues, explicaron las fuentes. Inicialmente, estaba previsto inspeccionar los cadáveres después de trasladarlos fuera de la zona de evacuación, pero ahora se está reconsiderando. Según las fuentes, incluso cuando los cuerpos fueran entregados a las familias, su cremación podría provocar humo con material radiactivo, mientras que enterrarlos podría contaminar el suelo.

También plantea problemas la identificación de las víctimas, puesto que hacen falta muestras de uñas para analizar el ADN, pero éstas también tendrían que ser descontaminadas, lo que llevaría más tiempo.

En cuanto al presidente en funciones de la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), Tsunehisa Katsumata, se disculpó por la ansiedad generada a los ciudadanos por los problemas derivados de la central de Fukushima y expresó su solidaridad con las personas que viven a menos de 20 kilómetros de la planta, que tuvieron que ser evacuadas, y con las que viven a una distancia de entre 20 y 30 kilómetros, que están obligadas a permanecer en el interior de sus casas.

Además, reconoció que la compañía ha fracasado en su intento por enfriar los seis reactores de la central, cuya temperatura hace pensar que se podría haber producido una fusión de las barras de combustible. Así, adelantó que el 1 y el 4 podrían ser cerrados definitivamente tras ser estabilizados, pues la empresa no tiene «otra elección, teniendo en cuenta sus condiciones objetivas». Y es que, tras el terremoto, cuatro de los seis reactores de la central han perdido sus funciones de enfriamiento y filtrado material radiactivo al aire y el mar.

En relación a los cortes de energía ocurridos en varias ciudades, incluida la capital, el empresario se disculpó e indicó que la compañía trabaja en coordinación con el Gobierno para garantizar el suministro durante los meses de verano, cuando suele aumentar el consumo.

En este contexto, aseguró que TEPCO está adelantando las gestiones para indemnizar a todos los afectados por los cortes de electricidad y la radiación, de acuerdo con lo establecido en la legislación nipona, según recoge la televisión estatal, NHK.

Katsumata, quien hasta ahora ocupaba el cargo de presidente del consejo, asumió el control de la entidad, después de que su presidente, Masataka Shimizu, tuviera que ser hospitalizado por hipertensión.

Además, alrededor de un centenar de personas se manifestaron delante de la sede en la capital japonesa de TEPCO para reclamar el «fin de la energía nuclear».

Por su parte, los operarios de TEPCO reanudaron los trabajos para eliminar el agua radiactiva de los reactores 1, 2, 3 y 4, cuya presencia complicó el restablecimiento de los sistemas de refrigeración. El objetivo es extraer el agua contaminada que a principios de esta semana se encontró en la base de los cuatro reactores, cuyo origen aún se desconoce, aunque se sospecha que podría proceder del tsunami o de los intentos de enfriar las instalaciones con agua.

Los expertos van a intentar trasladar las 600 toneladas de agua presentes en el túnel del reactor 1 a un tanque cercano al 4, después de que las tareas para bombearla hasta la turbina condensadora se suspendieran tras quedar ésta completamente llena.

Mientras, los operarios estudian dónde almacenar el líquido de los reactores 2 y 3, que también será bombeado desde la base. Una de las posibilidades que se barajan es depositarlo de forma temporal en una embarcación.

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