Un terremoto de magnitud 6,1 sacude la zona de Fukushima
Según la agencia de Metereología de Japón, el terremoto tuvo una magnitud de 6,1 y su epicentro estaba a una profundidad de 37 kilómetros, frente a las costas de Honshu, la principal isla del país nipón. El temblor sacudió el distrito de Miyagi, la zona más afectada por el terremoto de nueve grados, según Kiodo. El epicentro se estimó a unos 110 kilómetros al sureste de Morioka, en Honshu, y a 147 kilómetros al noreste de Sendai, también en Honshu
Además, se informó que los reactores 1, 2, 3 y 4 de la central nuclear desprenden vapor blanco, según dijola televisión estatal NHK. Helicópteros de la cadena pudieron comprobar este fenómeno desde el límite del perímetro de seguridad en torno a la planta, fijado por las autoridades niponas en un radio de 30 kilómetros.
Esta es la primera vez que el reactor 1 emana vapor, mientras que los 2, 3 y 4 ya habían sufrido episodios similares. De hecho, el miércoles los trabajos en el número 3 se suspendieron debido al humo negro que surgía de sus instalaciones, aunque las tareas ya se reanudaron, debido a la inexistencia de peligro para los operarios.
Además, dos trabajadores fueron hospitalizados con graves heridas en sus pies (que estuvieron sumergidos en agua mientras realizaban su labor en el primer piso y en los sótanos del edificio que aloja la turbina del reactor 3) después de verse expuestos a una radiación de entre 173 y 180 milisieverts en la central, según informó la Agencia Nacional de Seguridad Nuclear.
En el hospital de la prefectura de Fukushima al que fueron trasladados les diagnosticaron posibles quemaduras por rayos beta. La Agencia dijo que posteriormente serán llevados al Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de la prefectura de Chiba.
También, dijeron que son 17 los trabajadores que han estado expuestos a una radiación superior a los 100 milisieverts en Fukushima.
Por su parte, los empleados destinados al reactor número 2 también se vieron obligados a suspender temporalmente sus trabajos debido a los altos niveles de radiación detectados, según notificó la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.
Los trabajadores se retiraron cuando los sistemas de medición registraron 500 milisievert (500.000 microsievert) a la hora, un nivel que pertenece a la horquilla de riesgo. Cuando esto ocurre, las cientos de personas que trabajan en los seis reactores de la planta para tratar de reducir la emisión de radiactividad, deben retirarse de su trabajo, lo que complica y ralentiza gravemente las tareas.
Por su parte, el Ministerio de Ciencia de Japón monitorea los niveles de radiactividad en tierra, mar y aire en un radio de entre 20 y 60 kilómetros en torno a la central y dijo que los niveles de radiactividad detectados superan en 400 veces los habituales.
Las autoridades registraron 43.000 becquerelios de yodo radiactivo y 4.700 de cesio radiactivo apenas a cinco centímetros de profundidad en el suelo ubicado a esta distancia de la planta, en dirección oeste-noroeste, según recoge la televisión estatal NHK. De acuerdo con estas cifras, Keigo Endo, un profesor de la Universidad de Gunma, indicó que el yodo y el cesio radiactivos exceden 430 y 47 veces los límites normales de radiación, respectivamente, aunque se descartó que suponga un riesgo inmediato para la salud humana.
Mientras, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) indicó que, aunque la situación en Fukushima, ha mejorado últimamente, en general sigue siendo «grave».
«Se han producido algunos avances positivos en relación con la disponibilidad de energía eléctrica (…), pero la situación en general sigue siendo motivo de gran preocupación», declaró un alto cargo de la AIEA, Graham Andrew, que afirmó que las autoridades japonesas comunicaron a la AIEA que los niveles de radiación en la planta están disminuyendo.
También, el primer ministro japonés, Naoto Kan, instó a la población a no consumir vegetales de hoja cultivados en la prefectura de Fukushima, ni leche fresca procedente de la de Ibaraki, después de que la Agencia de Seguridad Nuclear detectara trazas de radiactividad en estos alimentos.
El Ministerio de Salud informó de que las hortalizas afectadas son el perejil, el brócoli, la col, la coliflor y las espinacas. En el caso de la kukitatena, una planta típica del país asiático, la radiación es 160 veces mayor que la normal.
Además, el Gobierno de Tokio instó a la población a no dar agua del grifo a los bebés, después de detectar en las plantas potabilizadoras de la ciudad niveles de radiactividad superiores a los considerados saludables para los niños, según informa la agencia de noticias Kiodo.
Las autoridades metropolitanas registraron 210 becquerelios de yodo radiactivo en el agua tokiota, cuando lo habitual es encontrar 100 becquerelios en su composición. La contaminación afectaría al suministro de la capital y al de cinco distritos suburbanos.
Por su parte, la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA) anunció que el país suspenderá sus importaciones de leche, productos lácteos, frutas y hortalizas procedentes de las prefecturas japonesas de Fukushima, Ibaraki, Tochigi y Gunma, por su radiación, como medida de carácter preventivo que estará vigente hasta determinar si los niveles de radiactividad detectados en estos alimentos representan un riesgo para la salud humana.
No obstante, los países de la Unión Europea no detectaron hasta ahora niveles de radiactividad anormales ni en los alimentos procedentes de Japón ni en la atmósfera tras el accidente de la central nuclear de Fukushima, pese a haber aumentando los controles, según informó la Comisión Europea.
En este contexto, el jefe del Gabinete nipón, Yukio Edano, solicitó a los gobiernos extranjeros que adopten una «postura lógica» en las restricciones a la importación de alimentos del país asiático, en un intento por tranquilizar a los mercados.
Es más, tres organizaciones de la ONU (FAO, OIEA y OMS) afirmaron que están «comprometidas» en utilizar sus conocimientos y competencia técnica para apoyar al Gobierno de Japón a hacer frente a la inocuidad alimentaria al detectarse radiactividad en varios alimentos.



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