Cuatro de los seis reactores de Fukushima, fuera de control

«Creemos que la muralla secundaria de confinamiento ha sido destruida (en el reactor 4), que no hay más agua en las piscinas con los combustibles gastados y que los niveles de radiación son extremadamente elevados», advirtió el director de la Comisión Regulatoria Nuclear estadounidense (NRC), Gregory Jaczko, hablando de unos daños en este reactor mucho mayores de lo que habían dicho hasta ahora las autoridades niponas.

Tales niveles de radiación dificultarán las tareas de control en toda la planta nuclear. «Sería muy difícil para los trabajadores de emergencia acercarse a los reactores. Las dosis (de radiación) podrían ser letales», dijo Jaczko en una comparecencia ante el Congreso de EEUU.

Aunque el núcleo del reactor 4 no contenía combustible nuclear (cuando se produjo el terremoto, estaba parado por tareas de mantenimiento), sí tiene combustible nuclear gastado en una piscina de refrigeración, que resultó dañada en la explosión e incendios que ha sufrido esta unidad. No ha sido posible determinar la causa de estos incendios precisamente por los elevados niveles de radiación en el lugar. «Pensamos que ha habido una explosión de hidrógeno», explicó Jaczko.

Al igual que es necesario enfriar el combustible del núcleo en los reactores que sufrieron una súbita parada con el seísmo (lo que ahora intentan los técnicos en los reactores 1, 2 y 3), las barras de combustible gastado necesitan estar cubiertas de agua para enfriarlas. Si no se enfrían, se dañan y pueden emitir sustancias radiactivas.

Por su parte, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) informó de que las barras de combustible de los reactores 1 y 2 de la nuclear están dañadas al 70 y 33 por ciento, respectivamente, según recoge la agencia de noticias Kyodo.

Además, el sistema informático utilizado para medir la propagación de la radiactividad en torno a la nuclear de Fukushima dejó de funcionar, según adelantó la Agencia de Seguridad Nuclear nipona, que no se atrevió a aventurar cuándo volverá a estar operativo el equipo.

«Las autoridades japonesas han informado de su preocupación sobre la condición de la piscina de combustible nuclear gastado en las unidades 3 y 4 de Fukushima Daiichi», informaron unas horas antes la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA).

Los reactores 3 y 4 han sido los que han sufrido nuevos problemas en las últimas horas, puesto que se declaró un nuevo incendio en el reactor 4. La compañía eléctrica que gestiona la central, Tepco, reconoció que su estado es «crítico». Sólo unas horas después, comenzaba a salir humo blanco del edificio del reactor 3, el único de la planta en el que se utiliza plutonio, mucho más nocivo que el uranio.

Las autoridades niponas reconocieron que el reactor 3 -la «prioridad», según Tepco- ha sufrido daños en su recinto primario de contención (la estructura de acero y hormigón para evitar una fuga radiactiva) y parece estar liberando vapor radiactivo.

El director general del AIEA, Yukiya Amano, dijo que su organismo no ha visto por ahora signos de emisiones de plutonio en el reactor. «El plutonio no es una inquietud en este momento» y añadió que «los niveles de la radiación liberada a la atmósfera no suponen un riesgo inmediato para la salud».

De momento no hay pruebas de que se haya producido una extensión significativa de la radiación fuera de Japón a raíz de los problemas que tienen tres centrales nucleares según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Han circulado rumores a través de mensajes de texto y otros medios sobre una amenazadora nube de radiación que se está expandiendo por Asia y más allá desde las instalaciones nucleares dañadas de Japón», afirmó la OMS, que pidió que «se ponga fin a estos rumores, que son perjudiciales para la moral pública».

«Los expertos comparten la preocupación de Japón por la situación» de la central Fukushima-1, pero «basándose en la información disponible hasta la fecha, la OMS cree que actualmente no existe un riesgo importante para la salud humana para las personas que viven fuera de la zona de exclusión de un radio de 30 kilómetros«.

El ministro portavoz, Yukio Edano, reconoció que estaban considerando que esta unidad podía haber sufrido un fallo similar al del reactor 2 (que sufrió una explosión en la madrugada del martes), donde resultó dañada la estructura primaria de contención y, posiblemente, también la vasija del reactor. Lo prioritario, dijo Edano, es controlar las labores de refrigeración.

«Verter agua en las piscinas de combustible nuclear gastado de los reactores número 3 y número 4 es una alta prioridad», declaró en una conferencia de prensa Hidehiko Nishiyama, funcionario de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón.

Sin embargo, la tarea de refrigeración se está mostrando harto difícil. Los altos niveles de radiación obligaron a retirar brevemente a los trabajadores de Fukushima. Además, impidieron que un helicóptero volara hasta la zona para lanzar agua sobre el reactor número 3 y así intentar enfriar sus barras de combustible. Los trabajadores intentaban también limpiar de escombros la zona para construir un camino para que los camiones de bomberos pudieran llegar al reactor número 4 del complejo.

En una señal de desesperación, las autoridades se disponen a arrojar agua mediante cañones (utilizados habitualmente para dispersar manifestaciones) sobre la unidad 4 y posiblemente también sobre la 3, según el organismo de Naciones Unidas.

En este contexto, admitió que podría ser necesario la ayuda de terceros países. Así, barajó la posibilidad de solicitar la intervención de las fuerzas militares estadounidenses para atender la emergencia. A pesar de esta advertencia, Edano solicitó a la población que mantenga la calma y frene la compra compulsiva de combustible.

«En las próximas horas habrá nuevos eventos catastróficos, que podrían presentar una amenaza a las vidas de las personas en la isla», advirtió este miércoles el comisario de energía de la Unión Europea, Günther Oettinger, al Parlamento Europeo. Oettinger indicó que el sitio nuclear estaba «efectivamente fuera de control». El comisario ya dijo que la situación en la central es «apocalíptica».

«Todavía no hay pánico, pero Tokio, con 35 millones de personas, es la mayor metrópolis en el mundo», advirtió. Al ser consultada, su portavoz señaló que sus predicciones de la catástrofe para las próximas horas no estaban basadas en una información privilegiada específica.

También el director general del AIEA se mostró inquieto por una situación que calificó de «muy grave», si bien consideró que «no es el momento de decir que las cosas están fuera de control», cuando fue preguntado por las declaraciones de Oettinger. «Los operadores están haciendo todo lo posible para restaurar la seguridad del reactor», añadió Amano.

Según dijo, se han confirmado daños en los núcleos de tres reactores. En los tres reactores que estaban en funcionamiento cuando se produjo el terremoto (el 1, 2 y 3) el núcleo sigue parcialmente descubierto, es decir, las barras de combustible no están totalmente cubiertas de agua y, por tanto, se están calentando. En caso de que no consiga bajarse su temperatura, puede producirse la fusión del núcleo.

Según Amano, el agua está a un nivel que deja dos metros de las barras de combustible (que miden casi cuatro metros) expuestas. El responsable del AIEA anunció además que viajará a Japón lo antes posible para evaluar la situación, pues necesita más información de las autoridades niponas, que hasta ahora han comunicado los problemas de la central con cuentagotas.

Desde que el pasado viernes Japón se vio sacudido por un devastador terremoto, las explosiones e incendios se han sucedido en la central de Fukushima Daiichi. Al día siguiente del seísmo, se produjo la primera explosión en la planta, en su reactor número 1 (el primero que mostró problemas de calentamiento y elevada presión), que aparentemente sólo produjo daños en el edificio.

La madrugada del domingo al lunes, fue el reactor número 3 fue el que registró una explosión de hidrógeno. Hace dos noches, el reactor número 2 sufrió una nueva explosión (a las 6:10 del martes en Japón, 22:10 horas del lunes en la Península). Unos minutos después, registraba una explosión en el número 4 y, tres horas después, se declaraba un incendio en este edificio. Esta noche, han sido de nuevo los reactores 3 y 4 los que han mostrado problemas.

En el caso del reactor 2, los daños parecen especialmente importantes. Según reconocieron las autoridades niponas al AIEA, la estructura primaria de contención (una estructura de acero y hormigón preparada para frenar una posible fuga radiactiva) se vio dañada y es posible que también haya daños en la vasija del reactor.

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