La radiactividad se dispara tras nuevas explosiones en la central nuclear de Fukushima
Según la AIEA, las informaciones remitidas por las autoridades japonesas indican que los niveles de contaminación en el entorno de la planta, donde también se ha registrado una detonación en el reactor número dos, rondan los 400 miliSievert por hora.
Esta sería la cuarta explosión que sufre la planta desde el terremoto de 9 grados en la escala de Richter que el pasado viernes azotó la costa noreste del país. Una tercera afectó al número dos, el lunes la segunda se produjo en el número tres y el sábado tuvo lugar la primera en el número uno.
El Gobierno nipón ha confirmado que alrededor de las 6.10 de la mañana del martes se escuchó una explosión en el reactor número dos, lo que provocó que el nivel de alerta nuclear se elevara al 6 en una escala de 7, según la Autoridad de Seguridad Nuclear francesa (ASN).
Cabe recordar que el accidente de Chernobil (Ucrania), ocurrido en 1986, fue catalogado con el nivel siete y el de la central de Three Mile Island (en Harrisburg, Estados Unidos), registrado en 1979, alcanzó el nivel cinco.
El primer ministro japonés, Naoto Kan, admitió que podría producirse una fuga radiactiva de la central nuclear de Fukushima-1 después de la explosión registrada hace unas horas en el reactor número dos, según informa la agencia de noticias Kiodo.
En una breve comparecencia televisada, el mandatario subrayó la necesidad de evacuar a las personas que viven a menos de 30 kilómetros de la planta, al tiempo que les instó a permanecer en el interior de sus casas hasta que se complete el desalojo. A pesar de lo complicado de la situación, el ‘premier’ solicitó a la población de esta prefectura que mantenga la calma.
La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) informó de que los niveles de radiactividad tras el accidente se han disparado a los 8.217 microsievert por hora, ocho veces más que la cantidad anual a la que se encuentra expuesta una persona, ya que la emisión habitual es de 500 microsievert por hora.
Poco antes de que se produjera el accidente, la eléctrica ya había detectado niveles preocupantes de contaminación –unos 965 microsievert por hora–, por lo que había ordenado evacuar a los trabajadores que se estaban encargando de las tareas de refrigeración del reactor.
A lo largo de la jornada del lunes, los operarios trataron de enfriar el reactor inyectando agua de mar para paliar el déficit de líquido refrigerante. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, ya que finalmente se agotó, dejando expuestas las barras de combustible y aumentado así el riesgo de que se produzca una fusión parcial.
En este contexto, el primer ministro japonés, Naoto Kan, decidió crear una comisión, liderada por él mismo, para analizar el estado de la planta de Fukushima-1. «La situación es preocupante, pero voy a tomar todas las medidas para que el daño no se extienda», aseveró, en declaraciones recogidas por Kiodo.
Los técnicos hallaron un defecto en el contenedor del reactor número dos de la central nuclear de Fukushima-1, según confesó el jefe del Gabinete japonés, Yukio Edano, citado por la agencia Jiji. Concretamente, el defecto fue encontrado en la sala utilizada para pasar el vapor a líquido. El reactor número dos registró el martes a primera hora una nueva explosión y al parecer se podría haber producido una fusión parcial en el núcleo. Además se teme una fuga de radiación elevada.
Asimismo, las autoridades japonesas informaron a la AIEA de que el contenedor del reactor número cuatro de la central nuclear de Fukushima-1, en el que se produjeron una explosión y un incendio, liberó radiactividad a la atmósfera. Al parecer, aunque las llamas fueron controladas rápidamente, la detonación provocó dos orificios de ocho metros cuadrados en el muro del edificio exterior del reactor, dejando en contacto con el aire la piscina de combustible. El fuego se habría declarado tras una explosión de hidrógeno, según indicaron las autoridades niponas al organismo internacional.
TEPCO anunció que comenzará en dos o tres días a suministrar agua a la piscina de combustible nuclear del reactor, cuyo contenido podría estar hirviendo, debido a los serios problemas que puede tener este reactor. El agua se arrojará desde helicópteros que trasvasarán el líquido a través de esos dos agujeros, según explicó un alto cargo de la compañía. Con ello se espera enfriar las barras de combustible en el interior. El reactor cuatro es el único de los reactores actualmente con problemas que no puede ser refrigerado con agua de mar desde cerca por motivos técnicos.
En medios japoneses se especula con que la excesiva radioactividad en la planta impedía que las personas trabajasen en el lugar, y de ahí la operación desde el aire. De hecho, sólo continúan en la planta 50 de las más de 800 personas que trabajaban esta mañana, debido a los elevados niveles de radiación. Los 50 expertos siguen intentando bombear agua de mar en los sobrecalentados reactores para refrigerar las barras de combustible y evitar así una posible fusión del núcleo.
Además, Japón pidió oficialmente a la AIEA el envío de un equipo de expertos tras las explosiones en la central nuclear de Fukushima, según declaró el director general de la agencia de la ONU, Yukiya Amano.
«El Gobierno japonés ha pedido al organismo que envíe un grupo de expertos. Estamos discutiendo con Japón los detalles», afirmó Yukiya Amano.
Amano informó de que las consecuencias en la salud de la radiación emitida por los reactores nucleares de Japón tras el terremoto serán «mínimas» y calificó de «improbable» que se produzca en Japón otro desastre nuclear como el de Chernobil, e hizo hincapié en que existen varias diferencias entre ambos incidentes, entre ellas de diseño y estructura de las instalaciones.
De hecho, ante la alerta nuclear desatada, las autoridades niponas han distribuido 230.000 unidades de yodo entre los centros de evacuación, pero todavía no han sido entregadas a los allí desplazados, de acuerdo con la agencia nuclear de la ONU.
La OCDE advierte de que la situación en Japón es «francamente mala»
Por su parte, el director general de Energía Nuclear de la OCDE, Luis Echavarri, reconoció que la situación en Japón, tras la explosión de los reactores de la central de Fukushima-1, es «francamente mala», aunque afirmó que «hay que esperar que haya una evolución positiva», ya que las autoridades japonesas y los operadores de la central «hacen todo lo posible» para controlar la situación.
Echavarri señaló que «no se pueden esperar a corto plazo demasiados resultados» y advierte de que «es posible que independientemente de que el origen haya sido un ‘tsunami’ o un terremoto, se vea que en algunas centrales hay que reforzar los sistemas de emergencia para evitar que tenga un fallo de modo común, es decir, algo que afecta a todos los sistemas a la vez».
También, el portavoz de la Sociedad Nuclear Española, Eugeni Vives, alertó de que «una persona que vive en el entorno local de la central podría recoger en seis o diez minutos la radiación de todo un año».
En este sentido, concretó que «la radiactividad es algo que, en principio, cuando sale de la central, se queda esparcido en el espacio inmediato», normalmente en un distancia de unos 30 kilómetros del foco emisor, por lo que es importante recalcar que «las consecuencias se van a ven alteradas en función de la distancia». Así, concluyó que «hay que hacer un seguimiento», puesto que con los datos que se tienen hasta el momento «no se puede hacer una previsión».
Un experto augura un Chernóbil en Japón
El catedrático de Ingeniería Nuclear de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) Javier Dies alertó de que la situación de las centrales japonesas tras el seismo puede propiciar un nuevo Chernóbil.
Dies apuntó que si se rompen las dos barreras de contención de la central de Fukushima la intensa radioactividad dañará a las personas, aunque se haya evacuado a los habitantes de la zona: «Estoy muy preocupado. Pinta muy grave. Podría ser que estuviésemos entre la tragedia de Chernóbil y la de Harrisbourg», auguró.
El ex director de las centrales de Ascó y Vandellós II, Lluís Coll, afirmó que hasta ahora no ha pasado «nada significativo». Coll se mostró convencido de que las fugas radioactivas no afectarán a España ni a Cataluña, y aseguró que los ciudadanos «pueden estar bastante tranquilos».
Francia dice que el accidente de Fukushima es peor de lo que admite Tokio
El presidente de la mencionada Autoridad de la Seguridad Nuclear (ASN) de Francia, André-Claude Lacoste, dijo que el accidente de la central nuclear nipona de Fukushima podría ser de nivel 5 ó 6 sobre una escala de 7, es decir, por encima del nivel 4 que ha admitido Japón.
«Tengo la sensación de que estamos al menos al nivel 5 y quizá a nivel 6» por lo que se ha sobrepasado el nivel de la central estadounidense de «Three Mile Island» sin llegar al del Chernobil» indicó Lacost en una rueda de prensa en la que señaló que no se puede «excluir» que se alcance el escalón máximo de catástrofe.
El experto francés en seguridad atómica aseguró que «no hay duda de que se ha producido un principio de fusión del núcleo de los reactores 1 y 3 de la central», y también del número 2, y vaticinó que «estamos al principio de una crisis que podría durar semanas».
La ASN añadió que «globalmente, los desechos radioactivos en el entorno son importantes», tras el terremoto y el posterior tsunami que ha sufrido Japón y que ha tenido «consecuencias sobre una decena de reactores nucleares».
«En función del avance de la fusión del núcleo (…) las emisiones radioactivas pueden volverse mucho más importantes» en función de la resistencia de la estructura de hormigón que envuelve el núcleo del reactor.
La ASN francesa recordó que las autoridades japonesas han ordenado la evacuación de la población en un radio de 20 kilómetros alrededor de la central y avisó de que es necesario tomar «medidas a largo plazo» para «proteger a la población y el medioambiente en la zona afectada».


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