Reconversión, reestructuración, reconfiguración más que renovación de la CNE

Las elucubraciones en torno a la búsqueda de acuerdos entre el Gobierno y la oposición en energía vinieron ayer a centrarse en un aspecto concreto relacionado con los reguladores económicos. Tal y como informaba el diario «El País» en su edición de ayer, Zapatero iba a plantear, en el debate económico celebrado, el control parlamentario de este tipo de órganos, de forma que se logre su profesionalización, con medidas adicionales que favorezcan la transparencia en su funcionamiento. Algo que apunta necesariamente a un acuerdo entre los dos grandes partidos con capacidad y posibilidades de gobierno.

Todo ello llega, en el caso del sector energético y en el caso concreto de la Comisión Nacional de Energía en un momento en que el organismo lleva más de 14 meses de demora en la renovación de su Consejo de Administración actual. Y, por ello, ya no se habla en puridad de renovación (sustitución de consejeros), sino de reconversión. Por otra parte, las informaciones que apuntaban a la plena reconfiguración del mismo hacia un modelo presidencialista de corte “sajón” y cuyos consejeros podrían ser externos, cobran cada vez mayor fuerza. La tesis apunta hacia un modelo presidencialista más estable (tipo CNMV actual) frente a un modelo colegiado (CNE en su versión jaula de grillos, como el actual).

Recordemos que la CNE en sus últimos tiempos no se ha caracterizado por su “transparencia”, estando todavía pendientes de conocer varios informes de mucho calado (investigación de las renovables tras un importante efecto pánico mediático, conclusiones sobre las acusaciones sobre la facturación mensual, etc…), incluyendo la publicación muy tardía y a toro pasado de su posición respecto de la operación de Gas Natural sobre Unión Fenosa. Además, la información sobre los gastos que soporta la institución (cuyo crecimiento ha sido muy alto) y, en concreto, en determinadas partidas como viajes y actividades paralelas, incluso en ámbitos internacionales, de algún miembro del Consejo de Administración, hechos que habrían convencido si cabe aún más al Ministerio de Industria para tomar una solución drástica. De hecho, se esperan con especial impaciencia las conclusiones de la fiscalización de la Intervención General del Estado al respecto.

Por otra parte, el posicionamiento antiliberalización en el ámbito de las tarifas eléctricas y respecto del acuerdo para la resolución del déficit tarifario exhibido por el Consejo de la CNE han echado más leña al fuego. Hay que tener en cuenta que la Comisión Nacional de Energía puede considerarse el reducto del Rodiezmo de este sector económico, con la presencia en su consejo de varios representantes del denominado sector “retroprogresivo”. Incluso puede que alguno de los consejeros alzara el puño el pasado domingo en las carpas. A esto hay que unir el caos del equipo directivo (dividido a partir de las adhesiones y preferencias hacia/de la actual presidenta) y el fuerte descontento del equipo profesional interno pese a las lisonjas inéditas entre los reguladores españoles en forma de vehículos para todo el equipo directivo que ha contratado recientemente Maite Costa.

En todo caso, y volviendo al ofrecimiento de acuerdo entre Gobierno y oposición, esta voluntad se pondrá a prueba seguramente en distintas cuestiones. Y en cuanto al cambio en la CNE, parece ser que esto podría ser lo más concreto de este pacto en primera instancia en el ámbito de la energía. Lo que pasa es que ya no se trataría de una “renovación” o sustitución de unos consejeros por otros, sino una reconversión, una reconfiguración, una reestructuración (necesaria) y en toda regla. Lo que sí es cierto, según se ha podido conocer en el mes de julio, se habrían celebrado encuentros preliminares entre el Ministro de Industria y altos representantes del Partido Popular donde ya se habría hablado de esta cuestión.

Por otra parte, en esta voluntad de acuerdo así expresada, lo razonable es que se llegue a varios “momentos de la verdad” y “puntos muy calientes” como el de la posición sobre energía nuclear, renovables, modelo energético, de mercado, etc….

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