Rusia y TurquÃa intensifican los lazos energéticos y dan luz verde al South Stream
«Las negociaciones no han sido fáciles, hemos tenido ciertas dificultades, pero finalmente hemos llegado a un acuerdo en todos los temas», reconoció Vladimir Putin tras una jornada de arduas negociaciones con el ejecutivo turco presidido por el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, celebradas en Ankara.
Pero finalmente, en las conversaciones que contaron también con la participación del jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, Putin logró el permiso de Ankara para que el consorcio estatal ruso Gazprom comience las exploraciones destinadas a comprobar si el gasoducto South Stream puede transcurrir por las aguas del Mar Negro que están bajo control de TurquÃa.
South Stream es un proyecto que, según los analistas occidentales, supone una respuesta competitiva al Nabucco, ideado para reducir la dependencia energética europea de Rusia y promocionado por la Unión Europea.
El gasoducto planeado por Gazprom deberá unir la estación rusa de Beregovaya con Varna (Bulgaria) y tendrá diversificaciones a Italia a través de Grecia y a Europa central a través de Serbia y HungrÃa.
Nabucco, cuyo plan de desarrollo fue aprobado en julio en Ankara por las compañÃas de los paÃses implicados, conectará la terminal de Erzurum (TurquÃa), adonde ya llega un gasoducto procedente de Azerbaiyán, con la de Baumgarten an der March (Austria) mediante una tuberÃa de 3.300 kilómetros a través de Bulgaria, RumanÃa y HungrÃa.
El gasoducto europeo podrá transportar 31.000 metros cúbicos de gas anuales -aunque la procedencia del suministro aún es incierta- y su inauguración está prevista para 2014.
El proyecto ruso, liderado por Gazprom y la italiana ENI, prevé comenzar a bombear gas en 2015 y tendrá una capacidad de 63.000 metros cúbicos anuales. El suministro está asegurado por el propio gas ruso y los contratos firmados por Moscú con varios paÃses de Asia Central.
Sin embargo, Putin restó trascendencia a las crÃticas que afirman que los dos proyectos no podrán convivir en un mismo espacio.
«Los dos proyectos son importantes para los consumidores y el South Stream no bloquea al Nabucco. La competencia entre los dos proyectos es escasa», dijo.
«No hay rivalidad, sino que son dos proyectos alternativos. Debemos verlos como diversidad, por lo que aumentarán la seguridad energética (europea)», afirmó por su parte Erdogan.
A cambio del permiso para que el gasoducto South Stream pase por aguas turcas, Putin explicó que Rusia ha accedido a prolongar el acuerdo de exportación de gas a TurquÃa y a revisar los precios de esa fuente energética en beneficio turco.
De hecho, TurquÃa importa dos tercios de su gas de Rusia, lo que ha convertido al paÃs eslavo en el primer socio comercial de los turcos.
«Estamos muy contentos del nivel que han alcanzado nuestras relaciones comerciales», se felicitó Erdogan y recordó que el volumen comercial entre ambos paÃses alcanzó los 40.000 millones de dólares.
Moscú aceptó asimismo prolongar el gasoducto Blue Stream, que transporta anualmente 16.000 metros cúbicos de gas ruso al norte de TurquÃa, hasta el sur del paÃs, de forma que Ankara pueda distribuir esa energÃa a Siria, LÃbano, Israel y la parte turca de Chipre.
Además, Rusia entrará en el consorcio que desarrolla el oleoducto entre el puerto de Samsun, norte de TurquÃa, y la terminal petrolera de Ceyhan, en el sur, un proyecto en el que ya participa la italiana ENI.
En opinión de Putin, TurquÃa está en camino de convertirse «en un importante paÃs de tránsito» de energÃa.
También en el campo de la energÃa atómica, ambos paÃses firmaron un acuerdo de cooperación con fines pacÃficos.
TurquÃa ha concedido por licitación la construcción de su primera central nuclear a un consorcio formado por las compañÃas rusas Atomstroyexport e Inter RAO EES y la turca Park Teknik, cuyo proyecto prevé erigir cuatro reactores de una potencia de 1.200 megavatios cada uno.


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