Fuerte bajada del crudo ante una inusual inflación
El crudo Brent, de referencia en Europa, bajó más de cinco dólares, afectado por las declaraciones en las que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, admitió que la economía de EEUU se enfrenta a «numerosas dificultades».
El barril del petróleo del mar del Norte para entrega en agosto concluyó la jornada en 138,75 dólares en el International Exchange Futures (ICE), 5,17 dólares menos que al cierre de la jornada anterior.
El crudo se comercializaba a precios que superaban los 145 dólares, sin embargo, la intervención semestral de Bernanke ante el Congreso desanimó a los inversores, temerosos de una disminución de la demanda de petróleo y gasolina en EEUU, primer consumidor de energía del mundo.
En su comparecencia, el presidente de la Reserva Federal explicó que la gran presión que pesa sobre los mercados financieros, las mayores tasas de desempleo y los graves problemas por los que atraviesa el sector hipotecario son los culpables de la ralentización de la economía y de las altas tasas de inflación. Agregó que las posibilidades de un mayor calentamiento inflacionario se han «intensificado últimamente» debido a los mayores precios energéticos y al encarecimiento de otras materias primas.
Por su parte, el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, instó a combinar el empleo del petróleo con las energías alternativas, además de declararse «totalmente de acuerdo con el uso de la energía nuclear para uso doméstico».
La Casa Blanca convocaba de modo apresurado una rueda de prensa, en la que el presidente lanzó un mensaje de tranquilidad y mucho más optimista sobre la marcha económica que el pronunciado por Bernanke.
El presidente estadounidense aseguró que el sistema financiero del país es «básicamente sólido» y subrayó que la economía «sigue creciendo», aunque lentamente.
– El crudo de Texas registra su mayor caída en los últimos 17 años
El crudo de Texas registró la mayor caída diaria de los últimos 17 años, según los expertos, al disminuir 6,44 dólares por barril, que supone un descenso del 4,4 por ciento, que lo deja en 138,74 dólares.
En la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), el petróleo de referencia en Estados Unidos llegó a bajar 9,26 dólares respecto al cierre de la sesión anterior, afectado por el temor a la reducción de la demanda de crudo, como efecto de la ralentización económica.
Según los expertos, este es el mayor descenso (medido en dólares) registrado en los contratos de futuros del crudo de Texas desde el 17 de enero de 1991, cuando el barril bajó 10,56 dólares, después de que el entonces presidente de Estados Unidos, George H.W. Bush, retirara petróleo de las reservas nacionales debido a la Guerra del Golfo. Sin embargo, por entonces el barril se negociaba más de cuatro veces más barato que ahora, por lo que en términos porcentuales, la caída de ese momento fue del 33 por ciento, mientras que la de no llega al 5 por ciento.
El precio de los contratos de futuros de la gasolina también bajó 17 centavos, hasta los 3,38 dólares por galón, mientras que el gasóleo de calefacción lo hizo en 14 centavos, hasta los 4,06 dólares.
Los contratos de gas natural se abarataron 48 centavos y acabaron la sesión a 11,47 dólares por cada mil pies cúbicos.
Los expertos aseguran que este descenso se debe en buena parte a las declaraciones en el Senado del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, en las que afirmó que el alto precio de los carburantes y la crisis financiera están haciendo que los consumidores reduzcan la demanda de combustibles.
El responsable de la política monetaria estadounidense añadió que el panorama inflacionario es «inusualmente incierto» y reconoció que el crecimiento económico avanzará más lento durante el resto del año, principalmente debido al débil mercado inmobiliario, los elevados precios del petróleo y las condiciones crediticias más estrictas.
Las declaraciones de Benanke, en las que reconoció que la economía estadounidense afronta «numerosas dificultades», obligaron al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a lanzar un mensaje de tranquilidad y mucho más optimista sobre la marcha económica del país.
Bush reconoció que «no hay una solución rápida» a los altos precios del petróleo y defendió su decisión de poner fin al veto presidencial a las prospecciones petroleras en alta mar, algo que según admitió, «no producirá un barril mañana», pero al menos ayudará a reducir a largo plazo la dependencia de crudo extranjero. Además, consideró, cambiará la «psicología» de los mercados energéticos acerca de la disponibilidad de petróleo para el futuro, lo que beneficiará los precios.




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