Los ecologistas piden a Zapatero que «sea coherente» con su compromiso antinuclear
En una rueda de prensa conjunta, Greenpeace, WWF, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y SEO/BirdLife, mostraron su rechazo al informe presentado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en el que se muestra favorable a la renovación del permiso de explotación de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos).
Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace, afirmó que en este informe “han primado los intereses de la industria nuclear, obviando los graves problemas técnicos” y solicitó al Gobierno socialista y, en especial, al presidente Rodríguez Zapatero que “sea coherente con sus compromisos y cumpla su programa electoral” por lo que exigió el cierre “inmediato” de Garoña, a la que consideró como una central “obsoleta, peligrosa y prescindible”.
La decisión favorable del CSN “era de esperar” pues “era un secreto a voces” desde hace meses, afirmó López de Uralde que consideró como “político” el dictamen del organismo nuclear.
Una de las preocupaciones de estos grupos ecologistas es que finalmente, el presidente del Gobierno “ceda a las presiones del lobby nuclear y de Nuclenor”, la empresa propietaria de la central de Garoña. Si finalmente, la decisión del Ejecutivo socialista fuera la de dar continuidad a la central, este “mostrará su incoherencia y su falsedad”, perdiendo todo el “crédito verde” que tenía.
Por estos motivos, se llevará a cabo “un calendario de movilizaciones” más allá del 5 de julio, fecha en que vence el permiso de explotación de Garoña, en el supuesto caso de que se prorrogase su vida útil.
Por su parte, Mar Asunción, responsable del programa de cambio climático de WWF, dijo que “el coste social y político” de la decisión que tome finalmente el Gobierno “mandará un mensaje muy claro a la sociedad, a las empresas y a los inversores sobre el tipo de modelo energético que vamos a tener en los próximos años”.
Para Francisco Castejón, de Ecologistas en Acción, se está “chapuceando” con esta central, pues “existen incumplimientos suficientes para parar, al menos cautelarmente, Garoña”. En su opinión, la central burgalesa tiene pendientes varios de los requisitos exigidos por el CSN, como es la substitución de “muchos kilómetros” de cableado eléctrico y dar una solución a los problemas del sistema de ventilación de emergencia de la contención.
Asimismo, Castejón destacó los “reiterados y recientes” incidentes en la central, “síntoma de la degradación múltiple a la que está sometida Garoña”, a la que los grupos ecologistas se refirieron como “la central de las mil y una grietas”, debido a la corrosión que afecta a elementos de la vasija del reactor y otros elementos del circuito primario.
Finalmente, Juan López de Uralde sostuvo que “el suministro eléctrico seguirá estando totalmente garantizado” en el país, al tiempo que aseguró que no habría problemas de empleo, puesto que “el proceso de desmantelamiento de una central se prolonga durante años” y “genera más empleo que si se mantiene en funcionamiento”.
El director ejecutivo de Greenpeace señaló también que “si Felipe González y José María Aznar, dos ex presidentes pronucleares, cerraron en su día Vandellós I y Zorita, sería paradójico que Zapatero, el presidente más antinuclear, no cerrara Garoña”.


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