Ramón Jáuregui afirma que llegar a un pacto energético es «una cuestión de Estado»

Ramón Jáuregui fue el encargado de presentar en el citado encuentro informativo al presidente de Red Eléctrica de España (REE), Luis Atienza.

En su intervención, el ministro indicó que, si el siglo XX fue el siglo del petróleo (y alcanzó su pico de demanda en el año 1979), el siglo XXI es el de la electricidad. De hecho, el petróleo se ha convertido en «un importante factor de contracción de nuestra economía», dijo.

La transformación del modelo económico, manifestó, «se ha convertido en desafío central de las políticas económicas», básica para la transformación del modelo productivo.

El Gobierno mantiene su objetivo de doblar la presencia de fuentes renovables de aquí a 2020 y también su apuesta por el desarrollo del vehículo eléctrico y por impulsar las infraestructuras necesarias para ello en las ciudades.

Este desafío, dijo Jáuregui, «exige nuevos marcos normativos, y en eso estamos. Nos hemos comprometido a presentar el proyecto de ley de eficiencia energética y energías renovables», que se centrará en la reducción de las emisiones, la garantía de abastecimiento y el impulso de las renovables.

Pero, además, consideró «una cuestión de Estado» llegar a un acuerdo político. Para ello, añadió, el Ejecutivo mantiene abierto un diálogo con los partidos y el sector, con la meta de llegar al mayor acuerdo posible.

Atienza: «No hay diferencias insalvables para llegar a un pacto»

Por su parte, el presidente de Red Eléctrica de España (REE) afirmó que no observa «diferencias insalvables» que impidan que el Gobierno y el principal partido de la oposición, el PP, lleguen a un pacto de Estado de energía. A su juicio, «que se llegue o no depende de en qué medida prime la política con mayúsculas o con minúsculas».

Luis Atienza sostuvo que es «deseable» que se alcance ese acuerdo, ya que «se dan las condiciones de necesidad y factibilidad. No observo diferencias ideológicas insalvables», dijo.

Este pacto es, añadió, «imprescindible, al menos entre las fuerzas políticas con vocación de Gobierno», ya que el energético es un sector intensivo en capital, que necesita de estabilidad para poder acometer inversiones. Se trata, así, de «minimizar el riego regulatorio con un acuerdo político de largo alcance».

«Los gobiernos son gestores de decisiones de gobiernos anteriores, y a su vez condicionan a los futuros gobiernos«, apuntó. Por eso «es relevante que haya un debate sobre política energética», porque la política es la única forma de resolver el arbitraje entre tres objetivos contradictorios como son la sostenibilidad, la garantía de suministro y la competitividad.

«La seguridad y un mix energético limpio cuestan dinero. La política ha de decidir si lo pagan los consumidores«, algo que consideró «razonable», si se paga a través de los presupuestos o bien los consumidores del futuro (con mecanismos como el déficit de tarifa).

A su juicio, todas las posibilidades pueden ser consideradas, siempre que «la factura para los consumidores futuros se vea compensada por los beneficios que les transmitimos».

Por su parte, el presidente de la patronal de la industria eléctrica (Unesa), Pedro Rivero, presente en el acto, tomó la palabra para urgir a la consecución del mencionado Pacto de Estado de energía. «Hay tantos elementos de fondo de acuerdo, que ¿cómo es posible que no lo haya?», se preguntó Rivero.

Para el presidente de Unesa, llegar a este pacto es necesario y urgente. «Hace falta un pacto no de cualquier mayoría, sino que deben estar implicados todos los que en democracia tengan aspiraciones de alternancia. Si no, dará lugar a inseguridad, más que a una mayor garantía», sostuvo.

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