Temporada de huracanes

Cuando llega la temporada de huracanes a regiones donde este fenómeno atmosférico se produce, todo condiciona la vida de una sociedad y de un ámbito geográfico. Todo el mundo está atento a la temperatura de las aguas, a si se forma un nuevo tornado, a su paso. Se preparan las personas para resistir sus embates y, además, se pone a prueba lo construido durante años y años. Podemos decir que la sociedad entra en una situación de excepcionalidad que, por repetida o por periódica en determinadas zonas del planeta, no deja de ser diferente para sus habitantes.

Por eso, el año de los precios bajos de la energía, la electricidad y la caída de la demanda se puede, en sí, comparar con todo este contexto huracanado. Respecto a la caída de la demanda de electricidad diremos que ha venido para quedarse y que no es, en ningún caso, momentánea. Las estimaciones más optimistas revelan que esta caída de la demanda nos lleva a que en el año 2013 podamos estar recuperando los niveles de demanda del año pasado, es decir del año 2007.

– Consecuencia directa número uno: la lucha feroz entre las tecnologías para conseguir un hueco en el mix de generación tras el achique de espacios producido por la reducción de demanda. Lucha por conseguir un hueco en el futuro, y lucha por llegar a los umbrales de rentabilidad, en el presente actual. Y todos los argumentos relativos al modelo de costes y precios, y de intervencionismo a todo trapo, echados a perder. Porque acompañado a esta caída de la demanda energética, se ha producido un desplome de los precios del mercado mayorista de electricidad, con reducciones de casi un tercio de los precios que se estaban pagando hace un año y perjudicando a unas tecnologías sobre otras. En ese mismo contexto, empiezan a parapetarse nuevos problemas para las tecnologías relacionadas con los combustibles fósiles y los mayores costes derivados de los derechos de emisión, sobre todo si se confirma la posibilidad de un escenario asíncrono entre la recuperación económica y la elevación de los precios de la energía (aunque sea a nivel de país)

– Consecuencia directa número dos: este marco ha servido como coartada falaz a los contrarios a la energía nuclear y, en concreto, en el momento que nos ubicamos a la decisión ideológica del Presidente del Gobierno de cerrar la central nuclear de Garoña, en una justificación que viene a decir algo así como “nos podemos permitir ese lujo”. Curiosa consecuencia de una situación de crisis. El lujo consiste en deteriorar el equilibrio del mix energético futuro. Coyunturalismo oportunista frente a ajuste del modelo energético en el medio plazo con visión integrada de las cuestiones de sostenibilidad ambiental, sostenibilidad económica, dependencia energética exterior y mercado.

– Consecuencia directa número tres: hay que modificar todos esos documentos y propuestas para definir el futuro energético. La inconclusa planificación energética, la participación futura de cada una de las tecnologías en el mix energético se verán lógicamente condicionadas por este freno y marcha atrás en el que ha supuesto el contexto económico y la crisis, que especialmente se ha cebado con la demanda energética de los agentes empresariales.

– Consecuencia directa número cuatro: sobre todo para las empresas, la ralentización y parada de inversiones tanto de las empresas como de los operadores de red y de transporte (primero por motivos técnicos y luego por motivos de financiación), dificultades para cumplir las previsiones del mercado interno, necesidad de contar con buenas posiciones exteriores de cara a su diversificación internacional.

Quizá la vis más positiva de esta crisis de demanda es que permitirá una transición moderada a la liberalización y nuevo modelo tarifario. Por tanto existe un cúmulo de consecuencias que suponen abocarnos a una situación prolongada de excepcionalidad, a una temporada de huracanes derivada de la caída de la demanda energética.

Pero, también han existido más huracanes. Dentro de los tornados del año, también podemos señalar como empiezan a resolverse judicialmente pleitos que habían embarrado el campo de juego del sector energético, en el campo regulatorio, procedentes de la etapa que más vale recordar, pero no repetir: Nieto y Clos como herencia envenenada. Las sentencias firmes emitidas por instancias judiciales, originados en conflicto de la época Nieto se han manifestado (subastas de capacidad, poderes de la presidente de la CNE) y eso que todavía alguno de los pleitos más importantes como el de la detracción de derechos de emisión que está en Bruselas, sigue sin resolverse.

Y, finalmente, 2009 ha sido el año en que la energía pasó a ser Secretaria de Estado, que incluyó que en el nombramiento (o en este caso se dice investidura) de Pedro Marín, se reprodujera una admonición del Ministro, al flamante Secretario de Estado, de cara a los resultados necesarios para abordar los retos que se avecinaban para el sector.

Por cierto, ¿habrá temporada de huracanes a la CNE?

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *