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La Universidad de Huelva determina la capacidad de las microalgas para depurar biogás y obtener biometano como fuente de energía

Europa Press.- Investigadores del grupo Biotecnología de Algas de la Universidad de Huelva y el departamento de Ingeniería Química de la Universidad de la Frontera de Chile han confirmado la posibilidad de obtener biometano a partir de la depuración por microalgas del gas procedente de la acción de microorganismos sobre residuos orgánicos. El biogás resultante cumple con las especificaciones necesarias para su uso doméstico y en vehículos.

Según ha indicado la Fundación Descubre, la limpieza del biogás permite una mayor diversidad de aplicación, ya que cuando se obtiene directamente sobre los residuos orgánicos a través de la digestión anaerobia, es decir, sin presencia de oxígeno, no se puede utilizar como biometano en hogares o en automóviles por su alto contenido en dióxido de carbono (CO2). Por tanto, hay que establecer mecanismos que contribuyan a eliminarlo para que se pueda ampliar su empleo. Tras los trabajos, los expertos han confirmado que el 90% del contenido de CO2 del biogás puede ser eliminado con cultivos de microalgas, consiguiendo una fuente energética apta para su uso comercial con fines domésticos.

Hasta el momento, los distintos sistemas de purificación con microalgas utilizados para conseguir biometano no habían considerado la influencia de los periodos naturales de luz y oscuridad en la eliminación de CO2, por lo que se desconocían las cantidades de dióxido de carbono que realmente se eliminaban en estos casos. Así, los expertos las contabilizan a través de un proceso que tiene en cuenta estos períodos para que las microalgas cumplan su ciclo fotosintético de manera natural. El estudio explica el método utilizado para que estos microorganismos se nutran del dióxido de carbono y cómo así consiguen mejorar la calidad en el biogás, determinando además qué cantidades exactas de CO2 son eliminadas por estos microorganismos.

Hay que reducir el CO2

El biogás utilizado durante los ensayos proviene del obtenido por la acción de microorganismos anaerobios sobre los residuos de una planta cervecera. Sin embargo, para que un gas sea considerado biometano doméstico o combustible tiene que contener entre el 2% y el 6% de dióxido de carbono (CO2) y menos del 1% de oxígeno. El gas que se logra llega a tener hasta el 32%, lo que hace inviable su aplicación directa en este terreno.

En los ensayos, los microorganismos fotosintéticos o microalgas se utilizan como sistema biológico para mejorar el biogás. Con este procedimiento se reproduce el ciclo real en el que estos microorganismos realizan su labor fotosintética y así poder extrapolar el método a nivel industrial. La eficiencia de eliminación de CO2 del biogás es de aproximadamente un 90%. Sin embargo, los resultados revelan que solamente un quinto de la cantidad eliminada de CO2 es la que consumen las microalgas. El resto se libera a la atmósfera directamente desde el medio de cultivo.

Las investigaciones del equipo se encaminan ahora a conseguir aumentar la capacidad de asimilación del dióxido de carbono por las microalgas y disminuir, al mismo tiempo, el que es expulsado desde el reactor al exterior. El trabajo forma parte del proyecto Producción de biogás de microalgas como una manera eficiente para la acumulación de energía solar, financiado por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica del gobierno de Chile.

Cepsa y la Universidad de Huelva crean un sistema para el control de los compuestos que inciden en la calidad de los productos del crudo

Los asfaltenos se concentran en las fracciones más pesadas del petróleo durante el proceso de refino y por su influencia es importante controlar su contenido con análisis químicos frecuentes, ha informado Cepsa en un comunicado.

Con la colaboración del Centro de Investigación de Cepsa, el equipo científico de la Universidad de Huelva dirigido por los profesores Agustín García Barneto y José Ariza, ha trabajado en el desarrollo de este sistema que está basado en la termogravimetría y que es más rápido que los utilizados actualmente para la determinación de caracterización de asfaltenos.

La termogravimetría es un análisis térmico que permite monitorizar los cambios en la masa de una muestra que es sometida a un determinado programa de calentamiento para el que se utiliza la termobalanza, un horno que contiene en su interior una balanza de precisión.

Los materiales de naturaleza orgánica, como por ejemplo el petróleo y sus derivados, a medida que se calientan presentan perfiles de pérdida de masa característicos.

En estos casos el proceso de degradación térmica cuenta con dos fases bien diferenciadas, una primera de vaporización de los compuestos ligeros, y otra segunda en la que los materiales más pesados sufren un proceso de cracking (ruptura) que da lugar a volátiles y a un residuo carbonoso (coke).

La investigación, ha destacado el investigador José Ariza, ha estado marcada por la importancia del objeto de estudio por cuanto supone la introducción del análisis termogravimétrico en el control de una refinería de petróleo, y un nuevo modelo de gestión en el que los equipos de la Universidad de Huelva y los de Cepsa han funcionado de manera integrada.

Los primeros resultados en relación al uso de este sistema señalan las ventajas y valiosa información que ofrecen los análisis termogravimétricos, directamente vinculados con la optimización y la calidad de los productos que se derivan del petróleo y que se obtienen durante el proceso de refinado.