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El agua contaminada pone bajo cuestión la limpieza de la central nuclear de Fukushima 8 años después de la catástrofe

Europa Press.- Un millón de toneladas de agua contaminada deberán ser almacenadas, posiblemente durante años, en la planta nuclear de Fukushima, lo que supone un nuevo obstáculo para la limpieza de las instalaciones cuando se cumple el octavo aniversario de la catástrofe en la región japonesa. El año pasado, la compañía Tokyo Electric Power (Tepco) reconoció que el sistema que debía purificar el agua contaminada había fallado en eliminar las partículas radiactivas.

Esto supone que la mayor parte del agua, que actualmente está almacenada en 1.000 tanques alrededor de la planta, tendrá que volver a ser procesada antes de ser devuelta al océano, en lo que es el escenario más probable ahora mismo. Este proceso podría llevar cerca de 2 años, además de acarrear el desvío de personal y recursos que actualmente se utilizan para desmantelar los reactores dañados por el tsunami, operación que según las previsiones costará hasta 40 años finalizar.

No está claro cómo afectará este nuevo retraso al desmantelamiento. El Gobierno japonés calculó en 2016 que el coste total de este proceso, la descontaminación de las áreas afectadas y las compensaciones podrían llegar a los 21,5 billones de yenes (unos 170.000 millones de euros), casi el 20% del presupuesto anual del país. Tepco ha reconocido que se está quedando sin espacio para almacenar el agua. Además, algunos expertos advierten de que si hay otro terremoto importante, los tanques podrían romperse provocando el vertido ál océano de líquidos altamente radiactivos.

Los pescadores, en su apuesta por recuperar la confianza de los consumidores, están vehementemente en contra de verter el agua procesada, que la Autoridad Nuclear Japonesa (NRA) ha calificado como mayormente inofensiva. «Esto destruiría lo que hemos estado haciendo desde 2011», aseguró el líder de la Federación de Cooperativas de Pescadores de Fukushima. Las capturas del año pasado apenas llegaron al 15% de los niveles anteriores a la crisis, principalmente por la reticencia a consumir pescado procedente de estas aguas.

En la mayoría de zonas de la planta nuclear ya no es necesario que los trabajadores lleven máscaras ni que lleven trajes de protección contra la radiación. Solamente los edificios del reactor y otras áreas requieren este equipamiento especial. Alrededor de la planta hay tanques para llenar hasta 400 piscinas de tamaño olímpico, donde unas máquinas llamadas ALPS han estado tratando el agua contaminada. Tepco reivindicó que este sistema puede eliminar todos los radionucleidos excepto el tritio, un isótopo del hidrógeno relativamente inofensivo y que es muy difícil de separar del agua. Líquidos con esta sustancia son vertidos al medio ambiente en otras áreas nucleares en otras partes del planeta.

No obstante, un periódico japonés cuestionó el año pasado la calidad de las aguas procesadas con los ALPS, lo que llevó a Tepco a reconocer que había estroncio 90 y otros elementos radiactivos en muchos de los tanques. Tepco ha afirmado que estos problemas han ocurrido porque algunos materiales absorbentes del equipamiento no se han sustituido con la frecuencia adecuada. La compañía se comprometió a volver a purificar el agua si el Gobierno decide que verterla al océano es la mejor solución. Según un equipo gubernamental que realizó estudios en 2016, es la opción más barata de las cinco analizadas, que incluyen la evaporación, el entierro y mandarla al espacio.

El Gobierno y Tepco están ahora estudiando la creación de otro panel de expertos, pero no se ha fijado una fecha. El director del NRA, Toyoshi Fuketa, considera que verter el agua tras la dilución es la única manera accesible de lidiar con el problema. Además, advierte de que posponer esta decisión indefinidamente podría hacer fracasar el proyecto de desmantelamiento.

Otra opción es almacenar el agua durante décadas en tanques normalmente destinados al petróleo. La idoneidad de estos recipientes ya ha sido analizada, según el ingeniero de la planta y miembro de la Comisión de Ciudadanos sobre Energía Nuclear, Yasuro Kawai. Esta comisión propone almacenar el agua con tritio, que tiene una vida media de 12 años y medio, durante 123 años, tras los que sería una milésima parte de lo radiactiva que era cuando se guardó en los tanques.

Greenpeace denuncia que Japón presiona a los afectados por el accidente de Fukushima para que vuelvan a la zona contaminada

Europa Press.- Greenpeace denuncia que Japón está presionando a la población afectada por el terremoto y posterior tsunami que aniquiló la central nuclear de Fukushima Daichi para que vuelva a las zonas que aún están contaminadas por la planta accidentada. Entre otras medidas, retirará las ayudas económicas a las víctimas pese a que la situación, según Greenpeace, está aún «fuera de control».

La ONG advierte de que, cuando aún se sienten los efectos del accidente nuclear «de manera significativa», algunas de las áreas más contaminadas dentro de la zona de exclusión, conocidas como zona 1 y 2, se están preparando para el reasentamiento de la población a pesar de que la radiación sigue siendo muy superior a lo aconsejable. Los niveles en los bosques cercanos son comparables a los de la zona de exclusión de 30 Kilómetros de Chernóbil, que más de 30 años después del accidente, quedó formalmente declarada como inhabitable.

El director de Greenpeace Japón, Yuko Yoneda, denuncia que esta medida es «un intento» del Gobierno nipón por ayudar a la industria nuclear y dar «una sensación falsa de normalidad», pese a que los muestreos de la ONG dicen «lo contrario». Desde España, la portavoz de la campaña nuclear de Greenpeace, Raquel Montón, asevera que estaría «encantada» de invitar a Fukushima al ministro de Energía, «que apuesta por las viejas nucleares, para mostrarle lo que está pasando allí». «Ni la planificación de emergencias ni la seguridad nuclear se tuvieron en cuenta y ahora, debido a las políticas de reasentamiento para lavar la cara a la industria nuclear, se da una nueva vuelta de tuerca», reprueba.

Las declaraciones se producen tras un reciente estudio realizado por un equipo de investigación que recogió muestras en Iitate, a unos 30 kilómetros de la central accidentada y ha encontrado dosis de radiación que están «muy por encima de los objetivos de descontaminación del Gobierno japonés, con niveles de exposición anual de por vida que representan un riesgo para los ciudadanos que vuelvan”. De hecho, la ONG internacional asegura que en algunos hogares de Iitate, las dosis de radiación equivalen a una radiografía de tórax semanal. Sin embargo, todavía no se ha realizado ninguna evaluación de los riesgos de exposición de por vida para los ciudadanos si tuvieran que volver.

En la actualidad, de los 54 reactores nucleares que existían en Japón antes del 11 de marzo de 2011, la mayoría siguen inactivos seis años después de la catástrofe, ya que en la actualidad operan tres de ellos. En este contexto, Greenpeace pide a al Gobierno de España «que coquetea con reabrir» la central nuclear de Garoña (Burgos) y ampliar la vida del parque nuclear «envejecido» que deje de apostar por esta tecnología y avance «con urgencia» las energías renovables.

Respecto a Japón, exige al Gobierno nipón que proporcione apoyo financiero completo a la población superviviente y ofrezca información «transparente» sobre los riesgos, para que nadie tenga que regresar por razones económicas o bajo engaño por una falsa sensación de seguridad. Finalmente, insiste en que se debe actuar para reducir la exposición a la radiación al mínimo absoluto para proteger la salud pública y permitir a la población que decida si quiere volver sin coacciones.

TEPCO detecta con un robot niveles de radiación récord dentro del segundo reactor de la central nuclear de Fukushima

Europa Press / EFE.- La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) asegura haber detectado unos niveles de radiación récord en el reactor número dos de la central nuclear de Fukushima Daiichi, afectada por el terremoto y posterior tsunami de 2011. La compañía operadora de la planta nuclear indicó que, a partir de un análisis efectuado por un robot, los niveles han alcanzado los 530 sieverts por hora, lo que podría suponer la muerte de una persona tras una corta exposición.

Este hecho dificultará el proceso de desmantelamiento de sus instalaciones, según TEPCO, que anunció la localización de un agujero de un metro cuadrado en la cubierta metálica ubicada debajo del recipiente de presión del reactor, apuntando que probablemente fue causado por combustible nuclear fundido. TEPCO investigaba lo que parecía ser combustible nuclear bajo el reactor número dos de la central durante una inspección con una cámara, si bien no podía confirmar de qué se trataba.

La operadora calcula que se registran unos 530 sieverts de radiactividad por hora dentro de la vasija de contención del reactor y justo debajo del núcleo del mismo, un nivel que sería mortífero para un humano. La compañía eléctrica realizó esta estimación con base en el análisis de las imágenes obtenidas por un robot. Una dosis de un solo sievert al día puede causar daños graves en la salud humana y hasta la muerte, por lo que los niveles estimados en ese punto del interior de las instalaciones nucleares imposibilitan el acceso de operarios humanos e incluso dañarían aparatos electrónicos.

Los reactores 1, 2 y 3 sufrieron fusiones parciales de sus núcleos a raíz del desastre que originó el terremoto y el tsunami de marzo de 2011, y conocer el estado exacto de las barras de combustible radiactivo es fundamental para su manejo y retirada. En el caso de la unidad 2, los técnicos de TEPCO creen que el combustible se fundió lo suficiente como para perforar la vasija de presión y acumularse en el fondo de la de contención.

Se sospecha que los residuos, una mezcla de combustible fundido y partes de la capa protectora del núcleo que sufrió una fusión parcial cuando el sistema de refrigeración de las instalaciones falló a raíz del terremoto y tsunami de 2011, pueden ser el origen de los niveles extremos de radiación dentro de la vasija. TEPCO precisó, no obstante, que no se han detectado nuevas fugas de radiactividad fuera del reactor ni confirmado la presencia de combustible fundido en el fondo de la vasija de contención.

Los altos niveles de radiación estimados suponen una nueva dificultad para la retirada de las barras de combustible del reactor, uno de los pasos necesarios para su desmantelamiento, que se calcula que durará entre 30 y 40 años, dado que dichas cantidades imposibilitan la entrada de personal al recinto. La crisis atómica de Fukushima, desencadenada por el terremoto y posterior tsunami que azotaron el nordeste de Japón, ha sido el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil en 1986. Fukushima estaba preparada para un terremoto pero no para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.

TEPCO localiza mediante un robot lo que parece ser combustible nuclear bajo el segundo reactor de Fukushima

Europa Press / EFE.- Un robot logró introducirse por primera vez dentro del reactor número dos de la accidentada central nuclear de Fukushima para evaluar su estado y filmar el interior, lo que supone un paso clave hacia su complicado desmantelamiento. En este sentido, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) aseguró haber localizado lo que parece ser combustible nuclear bajo el reactor.

TEPCO halló un nódulo negro justo debajo del segundo reactor durante una inspección con una cámara, si bien no ha podido confirmar de qué se trata, según indicó un portavoz de la compañía. Los problemas en Fukushima se deben al terremoto y el tsunami que el 11 de marzo de 2011 arrasaron la costa de la prefectura japonesa, dando lugar al peor accidente nuclear de la historia, junto al de la central de Chernóbil, en Ucrania. Fukushima estaba preparada para un terremoto, ya que Japón se asienta sobre una falla, pero no para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.

Las imágenes proporcionadas por este robot, junto a otros datos captados por sensores del aparato como la temperatura y nivel de radiación en el núcleo del reactor, permitirán diseñar métodos para la retirada segura del combustible gastado, según confirmó una portavoz de la empresa operadora de la planta TEPCO. Los reactores 1, 2 y 3 sufrieron fusiones parciales de sus núcleos a raíz del desastre; conocer el estado exacto de las barras de combustible radiactivo es fundamental para su retirada.

En el caso de la unidad 2, se cree que el combustible se fundió lo suficiente como para perforar la vasija de presión y acumularse en el fondo de la de contención. El vídeo captado por el robot y distribuido por TEPCO muestra una plataforma metálica bajo la vasija de presión, en la que puede observarse una sustancia oscura que podría proceder de las barras de combustible nuclear. El robot, desarrollado por la compañía nipona Toshiba y con forma de escorpión, logró introducirse en el reactor a través de una tubería tras un intento fallido, cuando la cámara que portaba quedó obstruida dentro del conducto.

Desde agosto de 2015, los técnicos de TEPCO habían intentando sin éxito realizar esta operación en varias ocasiones, debido a la presencia de escombros que bloqueaban las vías de acceso para el aparato o a los altos niveles de radiación detectados en uno de los puntos desde el que se operaba remotamente al robot. El dispositivo está equipado con cámaras CCD y luces LED acopladas para filmar el interior de los reactores y también con medidores de radiación. En febrero, TEPCO tiene previsto introducir a un segundo robot dentro del reactor para realizar comprobaciones adicionales. La retirada de combustible es el proceso más complejo dentro de las labores de desmantelamiento, que llevarán de 3 a 4 décadas, de la central.

Japón, Estados Unidos y Francia trabajarán juntos para desmantelar Fukushima, cuya situación todavía es complicada según la OIEA

EFE / Europa Press.- La situación actual en la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi «todavía es complicada«, cuando se cumplen 5 años desde que un tsunami posterior al terremoto que convulsionó el país nipón provocara un accidente sin precedentes en un reactor atómico. En este sentido, el Gobierno de Japón trabajará con Estados Unidos y Francia para desarrollar las tecnologías necesarias para retirar el combustible fundido de la accidentada planta.

El trabajo para desmantelar Fukushima se ha completado en un 10%. De este modo, el Ejecutivo nipón espera completar el desmantelamiento de la planta, propiedad de la compañía eléctrica Tokyo Electric Power (TEPCO), con la ayuda de expertos y tecnologías de Estados Unidos y Francia. El Departamento de Energía estadounidense y la Agencia Nacional de Investigación gala colaborarán con el Ministerio de Ciencia y Tecnología japonés para llevar a cabo las labores pendientes. Washington ayudará a Tokio a crear equipamiento y tecnología para hacerse cargo y deshacerse de los residuos radiactivos derivados de las labores de desmantelamiento, mientras que París cooperará con el país asiático para desarrollar tecnologías por control remoto que puedan resistir entornos con altos niveles de radiación.

Japón ya ha enviado varios robots al interior de dos de los tres reactores dañados durante el accidente, donde los niveles de radiación actuales impiden la entrada de un humano. Los dispositivos introducidos en el reactor 1, el peor parado, fueron abandonados tras resultar dañados por la radiactividad.  Por otro lado, expertos de universidades, investigadores e ingenieros investigarán en materia de robótica, procesamiento de imagen y otras tecnologías para avanzar en el proceso de desmantelamiento.

En los últimos 5 años, el Gobierno nipón y TEPCO han lidiado con las toneladas de agua contaminada empleada para enfriar los reactores cuando el seísmo y el tsunami los dejaron sin los generadores primarios y de emergencia, pero ahora tienen que seguir avanzando en los trabajos, incluida la retirada del combustible. La retirada de las barras de combustible fundido es el proceso más complejo dentro de las labores de desmantelamiento de la central, que llevarán tres o cuatro décadas.

Situación “todavía complicada” en Fukushima

Por otro lado, la situación actual en la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi «todavía es complicada», según el director general adjunto y responsable del Departamento de Seguridad Nuclear de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Juan Carlos Lentijo, que cree que aún «lo más difícil de controlar» un lustro después son los núcleos de los reactores fundidos. Eso sí, destacó que la situación en la planta atómica «ha mejorado mucho» respecto a cuando visitó la central en 2011. Ahora, subraya que el programa de actividades tiene el objetivo final de desmantelar la central, para lo que faltan «unos decenios». Ahora lo importante es que la estabilización de la central se garantice de forma sostenible para el futuro.

Lentijo, ingeniero vallisoletano, indica que una de las cuestiones que plantean más retos a corto plazo es la acumulación del agua contaminada y la filtración del agua subterránea que baja de la colina hacia los edificios principales. Para ello, recuerda que se diseñaron numerosos sistemas de descontaminación del agua y una barrera para prevenir que esta siga entrando. En Fukushima se implantaron numerosas medidas y sistemas para evitar que el agua contaminada salga al mar. La última novedad, que está en su fase final de implantación, es la construcción de una barrera de hielo en el suelo, cuyos sistemas ya están instalados y pronto comenzará la etapa de pruebas para llegar a «eliminar o limitar la acumulación de agua contaminada».

Sin embargo, el responsable de la OIEA estima que a largo plazo las actividades más importantes y difíciles será la retirada del combustible nuclear que quedó dañado. «Tienen buenos planes iníciales y ahora tienen que diseñar en detalle las actividades concretas para ponerlas en marcha», comentó. Con todo, apunta que el de Fukushima no será un desmantelamiento «normal», por lo que aplaudió el programa japonés de investigación muy ambicioso con el que se desarrollarán nuevas tecnologías y programas. En todo caso, considera que «lo más difícil de controlar» son los núcleos de los reactores fundidos, mientras que calificó de «experiencia extraordinaria» el proceso de retirar el combustible nuclear gastado que había en el reactor 4.

Por otro lado, el directivo de la OIEA ha destacado que los datos apuntan que en el futuro seguirá aumentando el parque nuclear mundial. Los datos hablan de una previsión de crecimiento, aunque ha puntualizado que «no está igualmente distribuida en todas las regiones del mundo» sino que la tendencia ascendiente se observa en Asia frente a la estabilización o descenso en Europa o Estados Unidos. Lentijo ha agregado que como tecnología, la nuclear tiene ventajas e inconvenientes y que es decisión de las autoridades de cada país tenerla en cuenta como uno de los posibles vectores de futuro para determinar la forma de cumplir los objetivos del cambio climático puesto que ha recordado que no contribuye a emitir CO2.

Finalmente, sobre la operación a largo plazo, ha manifestado que el tiempo en las centrales nucleares no es una cuestión de años, sino de condiciones de funcionamiento y conservación y, por ello, considera que cuando se llega a las edades para las que fueron licenciadas, se debe analizar las mejoras que se deben implantar si se quieren operar durante más tiempo. «No existe una vida determinada para las instalaciones, sino una vida condicionada por las autorizaciones que tienen. Se plantean por 40 años y después de decenios de operación y revisiones periódicas se comprueba si la instalación puede seguir operando si cumple las medidas de seguridad necesarias», ha concluido Lentijo.

La AIE apunta que la seguridad en las centrales nucleares ha aumentado tras Fukushima pero debe mejorar aún

EFE.- La Agencia Internacional de la Energía (AIE) destacó que 5 años después del accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima la seguridad en ese tipo de plantas ha aumentado, pero es necesario que prosigan los esfuerzos para mejorarla. El informe en el que hace balance de las medidas tomadas desde esa catástrofe desencadenada por el tsunami de 2011, la AIE apunta que, «en general», la seguridad, la preparación ante situaciones de emergencia y los mecanismos de respuesta son mejores que entonces.

El análisis a los países miembros apunta que los diferentes marcos de seguridad se reforzaron con medidas para incrementar la independencia de los órganos de regulación y actualizar la normativa. También se incrementó la cooperación internacional, lo que redunda en un mayor intercambio de información, fomenta el consenso y el desarrollo de estrategias que pueden aplicarse después en cada nación. La AIE señala que uno de los principales focos de actuación tras el accidente ha sido el potencial impacto de factores de riesgo externos e internos. Se reexaminaron las amenazas y mejorado la fortaleza de los sistemas eléctricos, de los disipadores térmicos y de los equipamientos de asistencia, así como reevaluado la conducta que debe seguirse en casos de emergencia.

La AIE apuesta por trabajar en favor de la independencia de los organismos de regulación, en concreto respecto a la separación de las funciones con los vinculados con la promoción y el uso de la energía nuclear. La agencia ve esenciales también en la estrategia de seguridad la inclusión de los factores humanos y organizativos, recomienda la implicación en la toma de decisiones de los afectados, desde autoridades locales hasta la población, y aboga por la transparencia de las políticas.

La Fiscalía nipona acusa a tres exdirectivos de Fukushima por negligencia

EFE / Europa Press.- La Fiscalía nipona acusó a tres exdirectivos de Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la central de Fukushima, por su papel negligente en la crisis originada por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011, lo que supone el primer procesamiento penal de unos responsables de la planta, concretamente de Tsunehisa Katsumata, de 75 años y presidente de la compañía en el momento del accidente, y los exvicepresidentes, Sakae Muto, de 65, e Ichiro Takekuro, de 69.

Este procesamiento llega después de que un grupo de afectados presentara una primera denuncia en 2012 contra un total de 42 autoridades y responsables de la planta que siguieron operando Fukushima Daiichi sin tomar medidas para garantizar la seguridad pese a conocer los riesgos. Los tres acusados no fueron detenidos y se espera que se declaren inocentes según diversas fuentes que además creen que el juicio no se celebrará antes de fin de año, debido a que llevará mucho tiempo recopilar todas las pruebas necesarias.

La acusación considera que el accidente en Fukushima, cuyos reactores sufrieron fusiones parciales tras perder el sistema de refrigeración, expuso a quienes residían alrededor de la planta a emisiones muy radiactivas. Además, hace responsable a los directivos de que 13 personas, incluidos trabajadores de la planta y miembros de las fuerzas armadas, resultaran heridas tras el accidente y que 44 murieran tras ser evacuadas de un hospital donde estaban ingresadas.

La operadora de la central reconoció que ha tenido noticia de la acusación de sus exdirectivos a través de los medios de comunicación pero que han decidido no hacer ningún comentario al tratarse de un caso penal que está en los tribunales. TEPCO quiso sin embargo pedir disculpas «por la molestia y la preocupación causada a los habitantes de Fukushima y al resto de la sociedad por el accidente nuclear».

En un primer momento, la fiscalía del distrito de Tokio decidió en 2013 desestimar la demanda y no presentó cargos al considerar que era muy difícil prever la escala del tsunami que golpeó la central. Los demandantes solicitaron sin embargo un análisis más exhaustivo y recurrieron a un comité de investigación judicial, un órgano raramente usado en Japón y formado por ciudadanos, que en julio les dio la razón y pasó de nuevo el caso a la fiscalía. Las emisiones y vertidos de agua contaminada producto del accidente nuclear, el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986, aún mantienen desplazadas a miles de personas.

Además, la radiactividad dejó un rastro de contaminación que ha ido remitiendo con el paso del tiempo, si bien a finales de 2015 se detectó contaminación derivada del desastre en las costas de América del Norte. El número de evacuados por causa del terremoto y el tsunami superó los 420.000 en 2011, el año del accidente. A principios de 2015 esta cifra se había reducido a menos de 240.000. Durante estos cuatro años se han reconstruido más de 120.000 viviendas.

La radiación de Fukushima no tuvo impacto en la salud pública, según un informe

EFE.- La radiación emanada del accidente nuclear de Fukushima no ha tenido un impacto significativo sobre la salud de los habitantes de las zonas más próximas la planta, según un informe elaborado por expertos sanitarios nipones. La gran mayoría de estos ciudadanos recibieron dosis muy leves de radiación desde la catástrofe acaecida en 2011, y no presentan una mayor prevalencia de enfermedades relacionadas con la radiactividad, según las conclusiones del estudio dirigido por Koichi Tanigawa, profesor de la Universidad Médica de Fukushima.

No obstante, el informe muestra un marcado incremento de las patologías psiquiátricas a raíz del accidente, así como un notable aumento de otras enfermedades entre las personas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares tras decretarse la orden de evacuación en las proximidades de la planta. El estudio se basa en datos médicos recopilados tras el accidente causado por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011 y hasta 2014, y fue realizado a petición del Gobierno de la prefectura nipona de Fukushima.

«Afortunadamente, podemos decir que hasta la fecha no ha habido ningún impacto apreciable de la radiactividad en la salud pública de la zona», afirmó Tanigawa, quien también destacó la necesidad de «continuar analizando la situación para observar posibles efectos a más largo plazo». Entre los residentes de Fukushima, la incidencia de enfermedades como la leucemia, del cáncer de mama, de tiroides y de otros tipos es «equivalente a la de otras zonas de Japón», señaló.

El informe incluye datos de las dosis de radiación que recibieron los habitantes de las localidades más cercanas a la planta antes, durante y después de la evacuación. Los niveles de radiactividad a los que resultaron expuestos los ciudadanos de esta zona fueron «extremadamente bajos», ya que en una amplia mayoría de los casos (el 60%) se sitúan por debajo de 1 milisevert por año, dentro de los límites considerados seguros por los organismos internacionales.

Al margen de las enfermedades vinculadas a la radiación, se observa un agudo incremento del síndrome de estrés postraumático, de la ansiedad crónica, de la depresión y de otros desórdenes mentales entre la población de Fukushima. La proporción de personas con patologías psiquiátricas se situó en un 14,6% entre los ciudadanos de esta prefectura nipona entre 2011 y 2013, muy por encima de la cifra de las otras zonas del país más afectadas por la catástrofe (6,2%) y de la media nipona (4,6%). Asimismo, el informe refleja un «deterioro preocupante» en las condiciones de salud de las 165.000 personas que fueron evacuadas a raíz del tsunami, y entre los cuales cerca de 70.000 continúan sin poder volver a sus hogares.

El desastre nuclear de Fukushima pudo evitarse con otro diseño, según una investigación

Europa Press.- Investigadores de las universidades del Sur de California y Utku Kânoglu de Turquía han publicado un informe exhaustivo de informes oficiales japoneses y noticias previas al desastre, cuyas conclusiones, publicadas en Philosophical Transactions A de la Royal Society, determinan que el desastre de la central nuclear de Fukushima tras el tsunami que asoló la costa este japonesa el 11 de marzo de 2011 se pudo haber evitado.

Estos investigadores encontraron que defectos de diseño, fallos de regulación y un análisis indebido del riesgo habían condenado a Fukushima. «Había problemas de diseño que llevaron al desastre y que deberían haberse tratado mucho «, dijo Costas Synolakis, de la Universidad de California. Los autores describen el desastre como una «cascada de fracasos industriales, regulatorios y de ingeniería», que llevó a una situación en la infraestructura crítica, los generadores de respaldo para mantener el enfriamiento de la planta en caso de pérdida de la alimentación principal, a sufrir daños irreparables.

En las cuatro centrales nucleares dañadas (Onagawa, Fukushima Dai-ichi, Fukushimi Dai-ni y Toka Dai-ni) 22 de los generadores diesel de respaldo de 33 existentes fueron arrasados, incluyendo 12 de 13 en Fukushima. De las 33 líneas totales de energía de reserva todos menos dos fueron borradas por el tsunami. Al no poder enfriarse, los reactores de Fukushima acabaron fundidos uno por uno. «Lo que condenó a Fukushima Dai-ichi fue la destrucción de los generadores diesel de emergencia«, escribieron los autores.

Japón permite el regreso a una localidad evacuada al completo tras Fukushima mientras la planta de Sendai carga combustible

Europa Press / EFE.- El Gobierno japonés revocó la orden de evacuación de la localidad de Naraha, en los alrededores de la central nuclear de Fukushima, una de las siete en las que el total de la población tuvo que abandonar la zona. Así fue después de que las autoridades niponas declararan que los trabajos de descontaminación concluyeron y que los cerca de 7.300 residentes podrán regresar a sus hogares y reanudar sus actividades comerciales.

No obstante, la localidad deberá eliminar las preocupaciones de los residentes sobre los efectos de la radioactividad. El accidente nuclear de Fukushima de 2011 no provocó víctimas mortales de forma directa, aunque sí afectó a la vida de decenas de miles de personas que se vieron obligadas a abandonar sus casas y pasaron a vivir en situación precaria. Además, la radioactividad dejó un rastro de contaminación que ha ido remitiendo con el paso del tiempo.

Cargarán combustible en otro reactor

El operador de la central nuclear de Sendai comenzará próximamente a cargar combustible en el reactor 2 de la planta, el segundo que será reactivado en Japón tras el apagón nuclear motivado por el accidente de Fukushima.Kyushu Electric Power, propietaria de la planta, tiene previsto reactivar el nuevo reactor a mediados de octubre.El reactor 2 de la central de Sendai, situada al sur de Japón, será el segundo reactivarse bajo los nuevos estándares de seguridad más estrictos exigidos desde el año pasado por la Autoridad de Regulación Nuclear.

La operadora ya reactivó el reactor número 1 de la planta en agosto y reanudó el suministro de electricidad generada a partir de energía atómica tres días más tarde, aunque se espera que sus operaciones comerciales comiencen este mes. La reanudación de Sendai supone la primera vez que Japón cuenta con energía atómica desde 2013, después de que dos reactores de la planta de Oi fueran reactivados por un período de 13 meses ante la escasez de suministro eléctrico en la región de Kansai, la segunda más poblada del país.