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APPA pide mantener la retribución prevista para la minihidráulica ante la actual situación de crisis del sector por la sequía

Europa Press.- La Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) advierte de que la minihidráulica se enfrenta a «su peor crisis» tras un 2017 marcado por «la grave sequía» y «los cambios regulatorios», por lo que ha pedido mantener la retribución prevista.

La asociación señala que «al grave efecto» de la disminución de ingresos debido a la falta de producción eléctrica en un 2017 en el que la sequía ha reducido la generación hidráulica en un 47,5% con respecto al año anterior, se suma «la posible e injusta pérdida de la retribución regulada». Para APPA, el actual modelo retributivo no está diseñado para la tecnología minihidráulica, «que sufre importantes variaciones de producción anual». Así, considera que el modelo actual elimina toda la retribución regulada si no se alcanza una producción mínima, «alejando a las instalaciones de la rentabilidad razonable reconocida por ley«.

De esta manera, la principal organización renovable señala que la aplicación a las pequeñas centrales del actual modelo retributivo supondrá pérdidas en la retribución regulada del sector del orden del 25%, por lo que pide «comprensión y mantener la retribución prevista». «Simplemente pedimos que se entienda el problema que afecta a esta tecnología. No pedimos incrementar los costes del sistema, pero sí que se retribuya al sector hidráulico con la partida prevista sin que exista penalización adicional por la sequía que sufrimos», afirmó el presidente de APPA Hidráulica, Oriol Xalabarder.

El precio del mercado eléctrico marcó en 2017 su media más alta desde el 2008 con 52,2 euros por MWh

Europa Press.- El precio medio del mercado eléctrico español alcanzó en 2017 los 52,2 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone un 31,49% más que en 2016 y su nivel más alto desde 2008. En la última década, el mercado eléctrico sólo había superado el listón de los 50 euros por MWh de media en 2015, cuando se situó en los 50,3 euros por MWh, y en 2008, cuando cerró en los 64,44 euros por MWh.

Con respecto al resto de países de nuestro entorno, el precio medio del mercado eléctrico español fue así de los más caros en 2017, siendo 18 euros superior al de Alemania (34,2 euros) y 7,3 euros mayor que el de Francia (44,9 euros), según AEGE. Por su parte, en el mes de diciembre, el precio medio del mercado eléctrico español se situó en 57,94 euros por MWh, un 4,4% inferior al precio medio de diciembre de 2016 y un 2,16% inferior a noviembre de 2017.

Por lo que se refiere a la cotización del futuro para 2018 del mercado español, se sitúa en 52,65 euros por MWh, un 39,58% superior a la cotización del mercado alemán, que es de 37,72 euros por MWh, añade AEGE. El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que el 40% corresponde a los peajes y el 25% restante al IVA y al Impuesto de Electricidad.

El año 2017 ha estado marcado por la sequía, con una caída de la generación hidroeléctrica a la mitad con respecto al ejercicio anterior, que ha motivado que se haya necesitado de otras tecnologías más caras, como el carbón y gas, para cubrir la demanda. El mercado mayorista, también conocido como pool, funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última en participar, la más cara, marca el precio para el conjunto.

El ejercicio 2017 se cerró para un consumidor medio (con una potencia contratada de 4,4 kW y una demanda anual de 3.900 kWh) con un encarecimiento en su recibo de la luz de en torno al 10%, 77,39 euros más. El Gobierno ha congelado para 2018, y por quinto año consecutivo, los peajes y cargos eléctricos con los que los consumidores sufragan los costes regulados.

La producción eléctrica con renovables registra en 2017 su peor dato en el último lustro por la sequía

Europa Press.- Las fuentes renovables cubrieron el 33,3% de la producción eléctrica peninsular en 2017, frente al 40,8% del 2016, registrando así su peor año en el último lustro, según el avance del informe del sistema eléctrico español de Red Eléctrica de España (REE).

Esta caída en la contribución de las renovables se debió principalmente al impacto de la sequía sobre la producción hidráulica, que registró una caída del 48,4% frente al año anterior. Además, estuvo acompañado de una menor generación eólica, que fue un 1,6% inferior respecto al año anterior. Asimismo, se registró un aumento de las emisiones de CO2 derivadas de la generación eléctrica por esta menor aportación de las energías renovables.

En concreto, la hidráulica solo cubrió el 7% de la demanda en 2017, frente al 14,2% del ejercicio anterior, viéndose así sustituida por una mayor aportación del carbón, que representó el 17%, frente al 13,9% de 2016, y de los ciclos combinados, con un 13,9%, frente al 10,2% de hace un año. En cuanto a las tecnologías que más han contribuido a cubrir la demanda, la nuclear se situó nuevamente en primer lugar, con una aportación del 21,5%, seguida de la eólica, con el 18,2%. Además, las importaciones de energía eléctrica cubrieron en 2017 cerca del 4% de la demanda peninsular, según los datos del operador de la red eléctrica.

Por su parte, el parque generador de energía eléctrica en España descendió por segundo año consecutivo, al finalizar el año con 104.517 megavatios (MW) de potencia instalados, un 0,6% menos que el año anterior. Este descenso se debió principalmente al cierre definitivo de la central nuclear de Garoña de 455 MW, que permanecía inactiva desde finales del 2012. Las variaciones en el resto de tecnologías fueron nulas o poco significativas.

Con datos estimados, la demanda de energía eléctrica peninsular en 2017 se sitúa en 253.082 gigavatios hora (GWh), con un crecimiento del 1,2% con respecto al año anterior. Corregidos los efectos de la laboralidad y la temperatura, la demanda aumentó un 1,7% respecto a 2016. De esta forma, la demanda peninsular mantuvo la tendencia de crecimiento iniciada en 2015 tras cuatro años consecutivos de descensos.

En lo que respecta a la demanda anual de energía eléctrica en el conjunto de los sistemas no peninsulares, finaliza 2017 con 15.422 GWh, un 2,6% más que el año anterior. Por sistemas, en Baleares, Canarias y Melilla la demanda creció un 3,8%, un 2% y un 1,1% respectivamente, mientras que en Ceuta descendió un 4,1%. En lo que se refiere al saldo de intercambios internacionales, resultó importador por segundo año consecutivo, tras más de diez años de saldo exportador.

Mientras, la red de transporte de energía eléctrica, según datos provisionales, registra un incremento de 215 kilómetros de circuito, 139 kilómetros (110 km de 400 kV y 29 km de 220 kV) en el sistema peninsular, con lo que este alcanza los 40.769 kilómetros. En los sistemas extrapeninsulares, destacó la puesta en servicio de 76 kilómetros de circuito, siendo el proyecto más significativo el refuerzo del eje Gran Tarajal-Matas Blancas en Fuerteventura, cuyo objetivo es contribuir al mallado de la red y a la evacuación de la energía generada en el sur de la isla.

La factura de la luz se encarece un 3,34% en noviembre

Europa Press.- Un consumidor doméstico medio pagó 71,69 euros en su factura de la luz de noviembre, por lo que esta factura se incrementó en un 3,34% respecto a los 69,37 euros de noviembre de 2016, lo que supuso una subida en el recibo eléctrico de 2,32 euros, según los datos obtenidos para la tarifa regulada Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) con el simulador de la factura de la luz que ofrece en su web la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Para el cálculo de estos datos se ha utilizado el consumidor medio que suele emplear el Ministerio de Energía: un consumo de electricidad de 3.900 kilovatios hora (kWh) anuales y una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW), que el Ministerio atribuye al consumo de una familia media con dos hijos. De los 71,69 euros abonados en los 30 días de noviembre del 2017, 14,88 euros se corresponden al término fijo de potencia contratada. Del resto de la factura de noviembre, 41,49 euros obedecen al consumo, 2,88 euros al impuesto eléctrico y 12,44 euros al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).

El recibo eléctrico refleja así el incremento que experimentó el mercado mayorista (pool) este mes, con unos precios que han elevado la tarifa regulada de electricidad, con 12 millones de consumidores. Para el resto de consumidores de electricidad, 13 millones que están en el mercado libre, esta evolución del mercado mayorista no tiene un reflejo tan directo en sus recibos, ya que tienen contratos con un precio fijado para un periodo, habitualmente, de un año.

Eso sí, la factura de la luz de noviembre subió un 3,02% respecto al mes anterior, octubre, dado que el coste diario de la electricidad fue de 2,39 euros en noviembre respecto a los 2,32 euros de octubre. En esta comparación se utilizan los costes diarios para evitar el efecto de la diferente duración diaria de los distintos meses. Así, el recibo eléctrico sube por tercer mes consecutivo después de dos meses de estabilidad tras la ligera caída de junio que siguió a tres meses consecutivos de subidas tras los descensos que registró febrero y marzo, que dejaban atrás el episodio alcista de enero y del final del año pasado.

Con esta subida interanual en noviembre, el recibo de la luz cerró los primeros once meses del año con una subida del 11,69% con respecto al mismo periodo de 2016. La subida de precios en noviembre ha contribuido a que el recibo de los once primeros meses del año se haya situado en 755,57 euros, 79,12 euros más frente a los 676,45 euros en el mismo periodo del año anterior, aún teniendo en cuenta que 2016 fue año bisiesto. En los primeros once meses, la factura media de electricidad se desglosa a razón de 165,71 euros por el término fijo, de 428,36 euros por el consumo, de 30,37 euros por el impuesto de electricidad y 131,13 euros por el IVA.

El arranque del ejercicio 2017 se caracterizó por el fuerte alza de precios provocado por la ola de frío, la menor eolicidad e hidraulicidad, el encarecimiento del carbón y del gas, y la indisponibilidad de centrales nucleares en Francia, frente al arranque de 2016, en el que se produjeron fuertes caídas respecto al año anterior. Desde enero, mes en el que la factura superó los 80 euros y el precio de la electricidad alcanzó picos superiores a los 91 euros el megavatio hora (MWh) en el mercado mayorista, el descenso en el recibo de la luz ha sido del 12,15%.

El impacto de la sequía

La fuerte sequía que sufren los embalses, que ha hecho que la producción hidroeléctrica se haya visto mermada con respecto a los ejercicios anteriores, así como una menor presencia de renovables, han mermado, al igual que en los últimos meses, la presión de ambas fuentes de energía baratas en el mix. Esto implica la entrada de las fuentes fósiles, ciclos combinados y carbón, para la generación, lo que presiona al alza los precios de la electricidad, el conocido como pool.

Facua-Consumidores en Acción advierte de que estos precios de la electricidad avecinan otro invierno «especialmente duro» para las familias con menos recursos económicos, que «un año más se privarán del uso de la calefacción o sufrirán cortes por su falta de capacidad de pago, dada la ausencia de medidas por parte del Gobierno para paliar la pobreza energética«. Asimismo, lamenta la pasividad del Gobierno «ante la injustificada carestía del recibo de la luz que sufren los usuarios, víctimas de un oligopolio que en lugar de competir, especula con las tarifas».

Por su parte, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) subraya que esta subida de la luz afecta directamente a los clientes en la tarifa regulada, el conocido como PVPC, pero «indirectamente también a otros hogares que tengan que revisar sus tarifas, ya que probablemente esta revisión será al alza». Así, destaca que «son muchas» las compañías del mercado libre que han incrementado sus precios y es la tarifa en horario valle que disfrutan los hogares con discriminación horaria la que sufre «un mayor incremento».

Optimismo de Nadal con 2018

Por otro lado, el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha manifestado que «se puede ser más optimista» de cara a la evolución de los precios de la electricidad en 2018, tras «un año difícil en el ámbito energético». «Encaramos 2018 en mejores condiciones que las difíciles condiciones de 2017″, aseveró el ministro, justificando el encarecimiento de la energía hasta ahora por «una sequía que todavía dura e impacta mucho en el recibo, y también por la subida del precio del petróleo».

«Si comparamos estos precios con los del año 2015, son mejores, pero peores que los del 2016», argumentó, sosteniendo que el precio de la luz en España es «equivalente» al del resto de los países europeos. Así, puntualizó que, a pesar de que España aparece como uno de los países donde la energía es más cara, esto es porque el país incorpora en el recibo «el coste de las renovables, mientras que otros países cobran un impuesto fuera del recibo«.

En todo caso, el ministro ha defendido las medidas adoptadas por el Gobierno «para contener el precio del recibo», argumentando que la parte fija de la factura «lleva congelada más de 4 años», se han aprobado medidas para aumentar el almacenamiento de gas y «que no haya tantos problemas como a principios de 2017», y ya está en vigor el bono social. «Todo esto, en conjunto, nos hace pensar que se han tomado medidas adecuadas y que los precios, que empezaron muy mal en enero, que hacía mucho frío y con los precios muy altos en el resto de Europa, han ido mejorando y tenemos precios mejores que Francia, Italia y que buena parte de los países europeos», ha manifestado.

La sequía dispara las emisiones de CO2 de la electricidad un 28,13% por el mayor peso de carbón y gas

Europa Press.- Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de la generación eléctrica han aumentado un 28,13% en 2017 respecto al mismo periodo de 2016, ya que a consecuencia de la sequía la energía hidráulica cayó casi a la mitad hasta el 30 de septiembre, según indicó Red Eléctrica de España.

En concreto, la energía hidráulica disminuyó un 49,5% desde el 1 de enero hasta el 30 de septiembre y cayó un 29,1% durante septiembre por la falta de agua, por lo que la demanda eléctrica en España se ha compensado con energía de carbón y de ciclo combinado de gas, que son más caras y también más emisoras de CO2.

Así, en lo que va de año (de enero a septiembre) se han emitido en el conjunto de España 52.990.411 toneladas de CO2 relacionadas con la producción de electricidad, de las que 30.318.938 toneladas de CO2 se debieron a la generación por carbón y 10.069.124 toneladas de CO2 al gas (ciclo combinado). Estas cifras, suponen un 28,13% más que en el mismo periodo del 2016 (41.354.702 toneladas). El año pasado el carbón en el mismo periodo emitió 21.960.124 toneladas de CO2, es decir, un 27,52% menos, y el ciclo combinado, 8.614.516 toneladas de CO2, un 14,45% menos que este año.

Según datos de Red Eléctrica de España, la energía generada con carbón ha crecido un 39,5% en este año y, en la misma línea ascendente, se sitúa el ciclo combinado (gas), que ha aumentado un 42,6% en este año, al mismo tiempo que la energía eólica disminuyó un 9,8% en lo que va de año, aunque repuntó un 4,7% en el mes de septiembre. En total, desde septiembre de 2016 a septiembre de 2017, la hidráulica ha generado un 42,6% menos de electricidad y la eólica ha perdido también un 12% en el mismo periodo. Además, en la actualidad se genera un 25% más de energía con carbón que hace un año y un 44% más de ciclo combinado (gas).

Los datos apuntan que en el último mes disminuyó un 5,9% la generación renovable para suplir la demanda eléctrica pero, si se compara con los datos de hace un año, la electricidad procedente de renovables se redujo en un 22,9%. Así, las emisiones de CO2 asociadas a la generación eléctrica alcanzaron 7.089.179 toneladas en julio; 6.038.501 toneladas en agosto y 5.720.637 toneladas de CO2 durante el mes de septiembre a nivel nacional. De estas, el carbón supuso más de la mitad de las emisiones de CO2 en julio, 4.098.000 toneladas de CO2; entorno a la mitad en agosto, 3.079.792 toneladas y 2.919.485 toneladas de CO2 por carbón correspondieron a septiembre.

Según fuentes de Red Eléctrica, la falta de energía hidráulica por la sequía y de eólica, que disminuyó por la falta de viento, se está compensando con carbón y gas, mientras la nuclear permanece constante. En los datos, según subraya, tiene importancia Canarias, que fundamentalmente depende de combustibles fósiles, al no tener interconexión eléctrica. Así, en septiembre, las centrales nucleares, que no emiten CO2, aportaron el 24,9% de la generación y se convirtió en la fuente de energía con mayor peso en la producción eléctrica.

En segundo y tercer puesto se situaron el ciclo combinado, con el 17,2%, y el carbón, con el 14,9% respectivamente. En su conjunto, las renovables contribuyeron a la demanda eléctrica con un 29,8% del total y debido a la disminución de la generación hidráulica junto con el aumento del ciclo combinado volvió a producirse un descenso renovable de 0,5 puntos porcentuales respecto al año anterior.

Si bien, del total de la energía generada, el 54,4% en septiembre fue libre de CO2 (renovables + nuclear). En la actualidad, a finales del mes de septiembre las reservas hidráulicas se situaron en un 29,2%, casi 17 puntos por debajo que en septiembre de 2016 y 3,4 puntos menos que en el mes de agosto. En cuanto a la producción eólica peninsular, en septiembre llegó a 2.793 gigawatios hora, lo que supone un 4,7% más frente al mismo mes de hace un año. El máximo de generación eólica peninsular se produjo el 9 septiembre, lo que supuso un 34,1% de la generación ese día.

Finalmente, el precio final de la demanda peninsular en septiembre fue de 56,36 euros por megavatio hora, lo que significa un aumento del 3% respecto al mes anterior y un 10,3% más frente a septiembre de 2016. Sin embargo, la demanda fue un 3% menor en este mes. Este dato también tendría relación con la sequía y el viento en calma, ya que la demanda se está supliendo con carbón y gas que España adquiere en el exterior, lo que provoca un aumento del precio.

Las causas del retroceso español en renovables y acción climática

Los datos sobre la situación española en el cumplimiento de objetivos de energías renovables y en materia de lucha contra el cambio climático más que preocupantes, son decepcionantes. En este artículo enumeramos 5 motivos interrelacionados y una conclusión inquietante después de la publicación de dos informes que, de una forma u otra, propinan un severo varapalo a la política energética española (por llamarlo así) y a la acción contra el cambio climático en nuestro país.

En primer lugar, la Agencia Europea de Medio Ambiente publicó el pasado viernes un informe de seguimiento sobre la implantación de energía renovable en los países miembros, situando a España entre los 8 países que incumplen los objetivos intermedios que se autofijaron. En concreto, según este informe, el 16,27% del consumo de energía final en nuestro país provino en 2016 de fuentes renovables, cuando la planificación establecía un hito de un punto más, en concreto del 17,3%. Además, entre 2015 y 2016 el crecimiento fue inapreciable (del 16,15% al 16,27%).

Por otra parte, también recientemente publicado, España ha bajado 5 posiciones respecto al año pasado en el Índice de Acción Climática y 16 puestos respecto a 2014, cuando llegó a ocupar el puesto 22, según el informe de SEO/BirdLife, que además señala que somos «el país más vulnerable al cambio climático de Europa», anticipando, además,  el incumplimiento de los compromisos de emisiones de nuestro país. Una conclusión es evidente: se acumulan los resultados adversos de la política en materia de acción climática y en el desarrollo de energía renovable en España. La acción de nuestro país y del Ejecutivo está en entredicho. Y la pregunta es ¿cómo hemos podido llegar a esta situación, después de un inició fulgurante hasta 2012?

1.- Ese inicio fulgurante estuvo basado en un conjunto de errores regulatorios que promovían el exceso y la sobreinversión en determinadas tecnologías renovables, aún no maduras en aquel momento, cuya extensión masiva fue descontrolada. Podemos decir que el inicio estaba «dopado». Mantra que el actual equipo repite para exonerarse de la forma de actuar posterior.

2.- Después de esta fase llegó, como reacción, un salvaje ajuste de cuentas a las tecnologías, la reforma eléctrica y su concepto de rentabilidad razonable, con su fuerte revisión retributiva de las instalaciones y el frenazo a la instalación de nueva potencia. Los conflictos internacionales sobre esta cuestión dañan la credibilidad de la Administración Energética y su desenlace queda larvado.

3.- Fruto de esta reforma eléctrica, se ha producido un efecto disuasorio en el plano inversor (a nivel empresarial y financiero) por la falta de seguridad jurídica y regulatoria en nuestro país. Condiciones que el propio Ejecutivo airea en sus declaraciones, advirtiendo a los concurrentes a las recientes subastas del riesgo al que quedarían expuestos. Si a esto unimos el ejercicio solipsista de las dos últimas administraciones energéticas, sin diálogo ni negociación con los agentes sectoriales, el cóctel en el modelo de gobernanza (incluyendo el cuestionamiento de la naturaleza liberalizada de determinadas actividades) está servido.

4.- Falta planificación en la política energética, ante el proceso de transición a una economía descarbonizada, con grandes vacilaciones (por no llamar bandazos) para cuadrar con el cálculo electoral todos los impactos que tendría sobre el recibo mientras sobran los ejercicios retóricos de los programas electorales y las construcciones discursivas. Eso se aprecia en la prácticamente nula consideración del factor medioambiental en el sector del transporte y la movilidad, con una apuesta tímida respecto al coche eléctrico y sus infraestructuras y con la consideración conjunta del resto de sectores económicos.

5.- Incluso ante los compromisos preexistentes (20-20-20) de nuestro país, se ha dejado pasar el tiempo y avanzar por pura inercia, tanto en producción eléctrica mediante energías renovables como en eficiencia energética. Confiados en los resultados pasados de producción hidráulica y ante la aproximación de 2020, se han efectuado 3 subastas (diferentes en su diseño, sin calendarización de las mismas, con ilusión respecto a los plazos de sus proyectos, que puede derivar en riesgos en el grado de cumplimiento de la implantación de los proyectos resultantes al mezclar operadores expertos con agentes maverick). Todo ello con el aprovechamiento político de Rajoy anunciando las terceras subastas.

Finalmente se observa, por los países más avanzados, como el propio alineamiento de España en la escena europea en referencia a los compromisos medioambientales se aproxima más a los países escépticos que a los países convencidos en esta materia, lo cual revela la falta de convicción y cómo bascula según el momento. A la vista de todo ello, es previsible que, además, 2017 incluso pueda tener resultados peores en esta materia. Más allá de que el ministro encuentre justificaciones en la climatología (¡la pertinaz sequía!) y en las interconexiones, estos datos requieren una reacción política decidida, coherente, urgente y clara.

Energía estima que el precio de la factura de la luz este año estará «ligeramente» por debajo del de 2015

Europa Press.- El secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, calcula que a pesar de la situación de sequía y de los problemas de paradas en la nuclear francesa, que están presionando al alza nuevamente el precio en el mercado mayorista eléctrico, en el conjunto del año 2017 el precio de la factura para los consumidores acogidos al Precio Voluntario Para el Pequeño Consumidor (PVPC), la tarifa regulada, estará «ligeramente por debajo» de los niveles de 2015.

Navia señaló que, a pesar del repunte en el recibo de la luz registrado en el mes de octubre con respecto a septiembre, hay que tener una «visión a medio plazo», y subrayó que «a día de hoy estamos por debajo de los precios de 2015». Según los datos del Ministerio, la factura de un consumidor medio con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora (kWh) ha ascendido en los diez primeros meses del año a 683,76 euros, lo que supone un 2,72% menos que en 2015, cuando alcanzó los 702,9 euros.

Navia destacó que existe una subida con respecto a 2016, ya «que fue un año muy particular», aunque recalcó que «lo relevante es que estamos en niveles de 2015 en lo que va de año». El secretario de Estado de Energía reconoció que vaticinar una previsión en el comportamiento de los precios de la electricidad «es un ejercicio complicado», aunque indicó que los futuros no anticipan que vayan a subir por encima de los actuales. «Es lo que dicen los futuros, ya veremos qué pasa», añadió al respecto. No obstante, consideró que la presencia de lluvia sería «muy positivo» para el comportamiento de los precios.

La sequía dispara las emisiones de CO2 procedentes de la generación de electricidad en 2017 un 28,13% respecto a 2016

Europa Press.- Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de la generación eléctrica entre enero y septiembre de 2017 aumentaron un 28,13% respecto al mismo periodo de 2016, ya que la sequía ha provocado que la energía hidráulica cayera casi a la mitad hasta el 30 de septiembre, según datos de Red Eléctrica de España (REE).

Concretamente, la energía hidráulica disminuyó un 49,5% hasta septiembre y cayó un 29,1% durante el noveno mes de 2017 por la falta de agua, por lo que la demanda eléctrica en España se ha compensado con energía generada a partir del carbón y de los ciclos combinados de gas, que son energías más caras y también más emisoras de CO2.

Así, en lo que va de año se han emitido en el conjunto de España 52.990.411 toneladas de CO2 debidas a la electricidad, de las que 30.318.938 toneladas de CO2 se debieron a la generación por carbón y 10.069.124 toneladas de CO2 al gas (ciclo combinado). Estas cifras, suponen un 28,13% más que en el mismo periodo del año pasado (41.354.702 toneladas). El año pasado el carbón en el mismo periodo emitió 21.960.124 toneladas de CO2, es decir, un 27,52% menos, y el ciclo combinado, 8.614.516 toneladas de CO2, un 14,45% menos que este año.

Según datos de Red Eléctrica de España, por el contrario, la energía generada con carbón ha crecido un 39,5% en este año y, en la misma línea ascendente se sitúa el ciclo combinado, que ha aumentado un 42,6%, al mismo tiempo que la energía eólica disminuyó un 9,8% en lo que va de año, aunque repuntó un 4,7% en el mes de septiembre. En total, desde septiembre de 2016 a septiembre de 2017, la hidráulica ha generado un 42,6% menos de electricidad y la eólica ha perdido también un 12% en el mismo periodo. Asimismo, se genera un 25% más de energía con carbón que hace un año y un 44% más de ciclo combinado.

Importante descenso de las renovables

Los datos apuntan que en el último mes disminuyó un 5,9% la generación renovable para suplir la demanda eléctrica, pero si se compara con los datos de hace un año, la electricidad procedente de energías renovables se redujo en un 22,9%. Así, las emisiones de CO2 asociadas a la generación eléctrica alcanzaron 7.089.179 toneladas en julio; 6.038.501 toneladas en agosto y 5.720.637 toneladas de CO2 durante septiembre a nivel nacional. De estas, el carbón supuso más de la mitad de las emisiones de CO2 en julio, 4.098.000 toneladas de CO2; entorno a la mitad en agosto, 3.079.792 toneladas y 2.919.485 toneladas de CO2 por carbón correspondieron al mes de septiembre.

Según fuentes de Red Eléctrica, la falta de energía hidráulica por la sequía y de eólica, que disminuyó por la falta de viento, se está compensando con carbón y gas, mientras la nuclear permanece constante. En los datos, según subraya, tiene importancia Canarias, que fundamentalmente depende de combustibles fósiles, al no tener interconexión eléctrica. Así, en septiembre, las centrales nucleares, que no emiten CO2, aportaron el 24,9% de la generación y se convirtió en la fuente de energía con mayor peso en la producción eléctrica.

En segundo y tercer puesto se situaron el ciclo combinado, con el 17,2%, y el carbón, con el 14,9% respectivamente. En su conjunto, las renovables contribuyeron a la demanda eléctrica con un 29,8% del total y, debido a la disminución de la generación hidráulica junto con el aumento del ciclo combinado, volvieron a producir un descenso de la energía renovable del 0,5% respecto al 2016.

Si bien, del total de la energía generada, el 54,4% en septiembre fue libre de CO2 (renovables + nuclear). En la actualidad, a finales del mes de septiembre las reservas hidráulicas se situaron en un 29,2%, casi 17 puntos por debajo que en septiembre de 2016 y 3,4 puntos menos que en el mes de agosto. Según admite Red Eléctrica, en términos hidroeléctricos, el mes de septiembre fue seco respecto a la media histórica de este mes. En cuanto a la producción eólica peninsular en septiembre, llegó a 2.793 gigavatios hora, lo que supone un 4,7% más frente al mismo mes de hace un año.

Finalmente, el precio final de la demanda en la Península en septiembre fue de 56,36 euros por megavatio hora, lo que significa un aumento del 3% respecto al mes anterior y un 10,3% más frente a septiembre de 2016. Sin embargo, la demanda fue un 3% menor en este mes. Este dato también tendría relación con la sequía y la eólica, ya que la demanda se está abasteciendo con carbón y gas que España adquiere en el exterior, lo que provoca un aumento del precio.

APPA pide al Gobierno que considere la fuerte sequía y no aplique penalizaciones a las minihidráulicas

Europa Press.- Aparte de que el presidente de APPA Marina, Francisco García Lorenzo, ha sido nombrado miembro de la junta directiva de Ocean Energy Europe (OEE), la asociación europea de energías oceánicas, desde la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) han denunciado la «gravísima» situación que están sufriendo las instalaciones minihidráulicas debido a la actual sequía y ha pedido al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital que no aplique la penalización de retirar la retribución específica de estas centrales.

En este sentido, la asociación señala que la sequía ha paralizado el funcionamiento de estas instalaciones y la actual regulación establece penalizaciones por baja producción, «algo que constituye una doble injusticia» para APPA. Así, considera que las centrales han estado disponibles para su funcionamiento, pero la falta de recurso hídrico, debido a la sequía, ha provocado que no se alcanzase el número mínimo de horas.

De esta manera, APPA pide que, al igual que la sequía provoca reacciones del Gobierno para ayudar a determinados sectores como la ganadería o la agricultura, no se aplique la norma «en su literalidad y se contemple la sequía como culpable real de que no se haya podido alcanzar la producción mínima«. Además, recuerda que estas centrales han sufrido «severos recortes» en los últimos años debido a un impuesto del 2,2% específico para hidráulica, adicional al 7% de generación eléctrica.

Directiva de Ocean Energy Europe

Por otro lado, APPA indicó que la integración de Francisco García en la junta directiva de Ocean Energy Europe obedece a una estrategia para mejorar el posicionamiento internacional del sector español, potenciar la participación en la toma de decisiones y dinamizar la comunicación con las instituciones europeas. García destacó que las energías oceánicas tienen el potencial para suministrar el 20% del consumo eléctrico en España y subrayó que la industria española «ha demostrado capacidad tecnológica para que esto sea una realidad». Por ello, pidió una estrategia energética/tecnológica «clara y decidida liderada por el Gobierno de España y los principales agentes del sector de la innovación».

La caída de la producción hidráulica en un 50% por la sequía dispara las emisiones de CO2 en un 36%

Europa Press.- La caída de más del 50% en la producción hidroeléctrica debido a la sequía en los primeros ocho meses de 2017 en España respecto al mismo periodo de 2016, está siendo compensada por la producción de energía a partir de combustibles fósiles, lo que ha disparado las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en un 36,4% en lo que va de año respecto al mismo periodo de 2016, según datos de Red Eléctrica de España.

En los primeros ocho meses de este año, las emisiones alcanzan las 47.317.002 toneladas de CO2 asociadas a la generación, frente a las 34.672.158 toneladas de CO2 del mismo período de 2016. Al mismo tiempo, la energía producida a partir de carbón durante este periodo ha aumentado un 57,9% respecto a 2016 y la de ciclo combinado (principalmente gas), un 43,1%. La producción de energía hidráulica ha sido de 15.635 gigawatios por hora, un 50,8% menos que durante el mismo periodo del año anterior, según el boletín mensual de REE, en el que la empresa explica que las reservas hídricas se han situado a finales de este mes en el 32,1%, 20 puntos porcentuales por debajo del nivel de 2016.

Por su parte, el portavoz de la Asociación de Grandes Presas y Embalses, José Polimont, ha señalado que la sequía «es, sin ninguna duda», la que provoca esta situación y que su «consecuencia directa es el aumento de los precios de la energía» porque la hidroeléctrica «es la más barata«. «Quien se va a ver más afectado es el bolsillo de los consumidores», ha pronosticado. Junto a este descenso, se encuentra también la caída de la producción mediante energía eólica, que en lo que va de año, acumula 31.765 gigawatios por hora, un 11% menos que durante el año anterior.

Con estas cifras, en los primeros 8 meses del año se han perdido miles de gigawatios de producción libres de emisiones de dióxido de carbono con respecto al 2016, en un mix energético en el que la energía nuclear es la tecnología que más genera, con un acumulado de 37.929 gigawatios por hora, la misma cifra que el año anterior.

La caída en el peso de las hidroeléctricas y las eólicas fue compensada, en parte, con carbón y ciclo combinado. Así, entre enero y agosto de 2017 se han producido 27.020 gigawatios por hora con carbón, lo que supone un 57,9% más que el año anterior, mientras que durante este mismo periodo, el ciclo combinado ha sido el responsable de 19.321 gigawatios por hora, un 43,1% más que durante los primero ocho meses de 2016.