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España se suma a los nuevos reglamentos europeos de ecodiseño y etiquetado energético con el objetivo de ahorrar energía

Europa Press.- El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y el Ministerio para la Transición Ecológica colaboraron con la industria española y otras organizaciones para la adopción de los reglamentos de armonización que han de cumplir una amplia gama de productos en materia de ecodiseño y etiquetado energético.

El objetivo consiste en establecer a escala europea los requisitos de eficiencia energética en diversos aparatos domésticos para que estos tengan un menor consumo energético, así como impulsar una mayor eficiencia en la utilización de los recursos materiales utilizados para su fabricación y uso. Estos reglamentos incluyen aparatos de refrigeración domésticos, lavadoras, lavavajillas, aparatos de iluminación y motores eléctricos. Estos serán aplicables a partir de marzo de 2021, es decir, los productos que se vendan a partir de esta fecha consumirán menos energía, además de haber mejorado su diseño en cuanto a prestaciones tales como menor consumo de agua, menor ruido o más eficiencia lumínica.

Además, los reglamentos impulsan la reparabilidad y reciclado de los materiales facilitando el acceso a la información a reparadores y usuarios de dichos productos. Con ellos se espera lograr a nivel europeo unos ahorros energéticos equivalentes al 5% del consumo eléctrico de la Unión Europea. Según la propia Comisión Europea, contribuirán en casi un 50% al logro del objetivo de ahorro de energía de la Unión Europea y en una cuarta parte al objetivo de reducción de emisiones para 2020.

Palas de aerogeneradores: un residuo emergente ante el final de su vida útil que la compañía EDP Renovables pretende reciclar

EFE.- Cerca de 4.500 palas utilizadas en los aerogeneradores españoles «dejarán de ser aptas» en los próximos 8 años y será preciso reciclarlas al caer en desuso, ya que el 60% del parque eólico español se encuentra «en la segunda mitad de su vida útil, calculada entre 20 y 25 años«. Así lo ha asegurado el director de seguridad, salud y sostenibilidad de Energías De Portugal Renovables (EDPR), Javier Díaz, compañía lusa que opera en el campo de las energías renovables.

La energía eólica ha sido una de las principales apuestas españolas en el sector de las renovables desde el 2000: en 2016, contaba con 23.026 MW de potencia instalada y, tras la nuclear, fue la segunda energía que más contribuyó al sistema eléctrico con una producción de 47.319 GWh, según datos de la Asociación Empresarial Eólica. La intensa actividad de los parques eólicos españoles ha creado un tipo de residuo «emergente», las palas de los aerogeneradores, motivo por el cual EDPR empezará a utilizar una tecnología destinada a «reciclar las que han llegado al final de su vida útil» y disminuir así aún más el impacto medioambiental de la eólica.

Se trata del sistema R3fiber, un proceso desarrollado por Thermal Recycling of Composites, filial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) destinada a diseñar tecnologías de reciclado de materiales compuestos, que ha sido puesto a punto por el grupo dirigido por Félix López Gómez en el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas y se basa en un proceso de transformación termoquímica. «Las resinas de las palas se transforman en combustibles líquidos y gases combustibles y podemos obtener fibras de vidrio o de carbono, que pueden reutilizarse», ha señalado Díaz.  Aunque en principio «no existen limitaciones en el aprovechamiento de materiales reciclados», Díaz ha reconocido que «su destino habrá que buscarlo en almacenes y depósitos» en las inmediaciones de los parques eólicos.

Por comunidades autónomas, Castilla y León es la que tiene mayor potencia instalada (243 parques), seguida de Castilla-La Mancha (139) y Andalucía (153). Actualmente España ocupa la cuarta posición a nivel mundial tras China, Estados Unidos y Alemania, y representa el segundo mercado más grande para EDPR, después del norteamericano. La gestión ambiental de las palas de los aerogeneradores comenzará con una pieza averiada procedente de un parque eólico de la provincia de Tarragona, puesto que R3fiber puede aplicarse también a las que han sufrido algún tipo de daño y han quedado inservibles para su uso. Díaz ha destacado como ventaja adicional de este proceso de reciclaje el hecho de que no produce más residuos.

La actividad habitual de los aerogeneradores crea otros desechos como acero, cobre o aceites pero «todos ellos disponen de una tecnología de reciclaje mucho más madura», motivo por el cual Díaz define el reciclaje de las palas como «el mayor reto» de su industria. Es, además, «un cambio en el modo de hacer las cosas, ya que supone una clara apuesta por la economía circular que saca el mayor provecho de los materiales» y constituye un ejercicio de «desarrollo sostenible y medioambiental». La compañía EDPR cuenta, de acuerdo con sus datos de 2016, con una capacidad instalada total de 2.371 MW en 8 regiones españolas.

Cerca del 90% de los materiales de los paneles fotovoltaicos son recuperables y reciclables

Europa Press.- El 88% de los materiales de los paneles fotovoltaicos son recuperables y reciclables, según un estudio de la plataforma medioambiental Recyclia y Recybérica, que se dedican a la recogida y gestión de residuos electrónicos. El estudio explica que de cada tonelada de paneles fotovoltaicos, con un peso de 35 kilogramos, se puede recuperar 750 kilógramos de vidrio y materiales afines al silicio, 120 kilogramos de metales, mayoritariamente aluminio de los marcos metálicos y, en menor cantidad, cobre del cableado y hierro, y 20 kilogramos de plástico.

Los paneles solares pueden contener materiales contaminantes para el medio ambiente en caso de no ser tratados correctamente, como el teluro de cadmio o el dióxido de silicio, este último componente común del vidrio. Estos materiales son extraídos y separados para, a continuación, ser tratados mediante procesos adecuados que garanticen su inocuidad. Desde hace dos años es obligatorio reciclar los paneles solares y Recyclia y Recybérica estiman que con la tecnología actual, aún desarrollándose, ya es posible superar en ocho puntos el objetivo obligatorio e iguala el porcentaje de materiales recuperados de, por ejemplo, una impresora o un equipo multifunción.