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Greenpeace logra que todos los partidos de Canarias salvo el PP rechacen los sondeos petrolíferos

Servimedia.- Los principales partidos que concurrirán a las elecciones autonómicas de Canarias el próximo domingo salvo el PP han suscrito el manifiesto impulsado por Greenpeace para llevar al archipiélago un modelo energético 100% renovable para 2050 y, por tanto, libre de prospecciones petrolíferas.

En el caso de Ciudadanos, sus representantes valoraron la iniciativa en una reunión mantenida este viernes con Greenpeace y señalaron que confirmarán su adhesión al manifiesto la próxima semana, según informó la organización ecologista.

Greenpeace solicitó en los últimos tres meses a los candidatos a las elecciones a cabildos y al Parlamento de Canarias su compromiso para llevar a cabo medidas concretas que garanticen un futuro de energía limpia, sin prospecciones ni otras fuentes de energías «sucias» en el archipiélago.

«Hemos logrado que la visión 100% renovable para Canarias sea asumida ampliamente por los partidos que concurren a las elecciones. El modelo energético del archipiélago canario es un asunto complejo que requiere un objetivo común por parte de todos los partidos para un futuro exclusivamente renovable en Canarias», aseguró Marina Bevacqua, responsable de Energías Renovables de Greenpeace, quien lideró las reuniones con los candidatos.

Bevacqua señaló que tomar medidas concretas en favor de las renovables y el ahorro energético en las islas «es lo que permitirá evitar la gran dependencia del exterior del archipiélago, a la vez que poner fin a proyectos de energías sucias como las prospecciones o el gas, causantes de los mayores efectos del cambio climático».

Greenpeace encaró con optimismo que tantos partidos vean clara la necesidad de un cambio del sistema energético de Canarias, ya que, según añadió, «el actual modelo es insostenible no solo desde el punto de vista ambiental, sino también social y económico». No obstante, apuntó que el coste medio de generar electricidad con los contaminantes combustibles fósiles en Canarias es de 155 euros por megavatio-hora, en tanto que el eólico se sitúa en 85 euros/MWh.

«Las energías renovables son el futuro pero también el presente. Y Canarias tiene todo el potencial para ser pionera de este modelo en Europa, e incluso a nivel mundial. En 2014, las renovables generaron en todo el planeta más de 7,7 millones de puestos de trabajo. Las islas no pueden quedarse fuera de este mercado positivo para la gente de las islas y su valiosísimo entorno natural», añadió Bevacqua.

Greenpeace demostró en su informe Energía 3.0 que es posible técnicamente en la Península Ibérica satisfacer exclusivamente con renovables todas las necesidades de energía en todos los sectores.

La organización ecologista está realizando este mismo análisis para Canarias con el fin de corroborar que en el archipiélago también es posible. Este informe, que se presentará después de verano, llegará a todos los partidos políticos para que cuenten con la evaluación técnica y económica detallada sobre la viabilidad de un futuro energético 100% renovable para las islas.

Elecciones del 24-M y energía

Las elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de mayo están siendo un excipiente, muy particular desde el punto de vista energético, que se configura como uno de los elementos recurrentes de la controversia pública.

Como consecuencia de la profusión con la que los partidos, principalmente los emergentes, se están empleando en definir, de una forma u otra, un cierto programa que perfile su oferta política, lo cierto es que les está llevando a pisar terrenos que, claramente, no pertenecen al ámbito de las competencias de las Administraciones concernidas en estos comicios. Básicamente, de forma apropiada, estaríamos confinando el debate en estas elecciones a cuestiones relativas al fomento de la eficiencia energética y el despliegue de nueva potencia renovable, en el caso de que desde la Administración central se propugnase.

Esa extralimitación, enormemente morbosa, es el resultado de un sistema político que se encuentra en un momento de excepcionalidad disfuncional. Sólo así es posible comprender, por maximalista, que en este marco se pueda elucubrar alrededor de la eventual nacionalización de las empresas energéticas o del cuestionamiento del  funcionamiento de los mercados como mecanismo de asignación y gobernanza en los sectores energéticos en nuestro país, o qué se utilicen premisas falsas o incompletas sobre qué tecnologías son baratas o caras. Todo ello sin una sola réplica. ¿Cómo es posible esta desmesura?

A esto contribuye que estas elecciones aparecen como un mecanismo de evacuación del malestar ciudadano hacia el clima político: un plebiscito entre el bipartidismo y los partidos emergentes. Así, se trata de interpretar cualquier señal que emiten estas nuevas fuerzas, aunque sean formulaciones intencionales o aproximaciones puramente dogmáticas o discursivas. Así, la forma de abordar cuestiones como la pobreza energética, los precios del kilowatio o del butano evidencian posiciones económicamente muy oblicuas y con la mirada excluyente de la evolución de los precios del crudo y de los mercados internacionales.

Los expertos en comunicación política afirman que la campaña empieza el mismo día que finaliza un proceso electoral y se nombra gobierno. En este sentido narrativo, en esta legislatura, se ha tratado de meter en cintura el déficit tarifario eléctrico en términos contables, pero determinados problemas de fondo siguen coleando y larvados, fruto de la falta de definición de una política energética fuera de los maximalismos, de la distribución de beneficiados y perjudicados y de la falta de convicción liberalizadora y de mercado en España.

Si se une la debilidad institucional, la tendencia a la sobreinversión  y el estallido de los escándalos políticos en torno a las burbujas sectoriales el coctel es muy peligroso. El hecho, es que la politización en torno a la cuestión de los precios de la energía (electricidad, gas, carburantes y butano) se ha acentuado, con independencia de lo ejecutado en estos sectores y sus respectivos sistemas tarifarios y de precios, incluyendo las especulaciones sobre posibles rebajas a la vista; con permiso de la autoridad, si el tiempo no lo impide.

Exquisiteces aparte, la cuestión no es que las cuestiones energéticas que se están abordando en esta campaña pertenezcan al ámbito municipal y autonómico. Quizá, habrá que plantearse las posibilidades que entraña el modelo de pactos entre partidos al que nos avecinamos, con el discurso político predominante en nuestro país sobre la energía y lo que se puede entrever. Para nota.