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Gas Natural recurre el concurso eléctrico del Ayuntamiento de Madrid

EFE.- Gas Natural Fenosa ha recurrido el concurso eléctrico del Ayuntamiento de Madrid al entender que beneficia a las comercializadoras que venden electricidad libre de emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Fuentes de la compañía han confirmado que han recurrido los pliegos del concurso al entender que uno de los criterios de valoración de las ofertas, concretamente el que hace referencia al etiquetado de energía, «no es igualitario para todas las compañías que opten a dicho concurso».

Dicha licitación otorga puntos extra en función de un sistema de etiquetado de la energía que certifica la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y con el que Gas Natural y Endesa, por ejemplo, no obtendrían ningún punto, ya que exige que el cien por cien de la energía consumida tenga garantía de origen renovable.

Según publica hoy eldiario.es, Gas Natural Fenosa ve esta cláusula como «una prescripción técnica diabólica», ya que premiar a las suministradoras que menos CO2 emiten «tiene como objetivo único y evidente favorecer a las empresas comercializadoras pequeñas en detrimento del resto de empresas comercializadoras que llevan más tiempo en este sector».

Estados Unidos refuerza las regulaciones para frenar las emisiones de camiones y autobuses

EFE.- El Gobierno estadounidense ha reforzado las exigencias de eficiencia en el consumo de combustible para los autobuses y camiones dentro de su plan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la lucha contra el calentamiento global.

Las nuevas normas, anunciadas por el Departamento de Transporte y la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), afectan a los vehículos pesados, que representan el 5% del tráfico total pero suponen el 20 % del consumo de combustibles fósiles y las emisiones de dióxido de carbono.

Esta regulación, que incluye desde camionetas y autobuses de pasajeros hasta camiones pesados de hasta 18 ruedas, exigirá una reducción del 25% en las emisiones en la próxima década.

«Estas medidas que tomamos hoy sobre el cambio climático ayudarán a aminorar los efectos sobre las generaciones futuras», señala Gina McCarthy, directora de la EPA, en un comunicado.

Cuando las medidas se pongan en marcha en los próximos diez años, el Gobierno estadounidense calcula que reducirá en 1.100 millones de toneladas las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y se ahorren cerca 170.000 millones de dólares en consumo de combustible.

La propuesta se enmarca en el compromiso de EEUU de bajar sus emisiones contaminantes entre un 26% y 28% para 2025, parte del pacto alcanzado el pasado año en París para frenar el calentamiento global.

Estas regulaciones son uno de los puntos en disputa en la actual campaña presidencial entre la aspirante demócrata, Hillary Clinton, y el republicano, Donald Trump.

Clinton ha prometido ampliar los planes de reducciones de emisiones que promueve el actual presidente, Barack Obama, mientras que Trump los ha criticado como una intrusión del Gobierno federal que desincentiva el crecimiento económico y la inversión.

España aumentó un 2,3% las emisiones de CO2 en 2015 por la quema de combustibles fósiles

Redacción / Agencias.- Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes del uso energético por la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) aumentaron un 2,3% en España en 2015 en comparación con 2014, cuando la media de la Unión Europea es de un incremento del 0,7%, según aseguró Eurostat, la oficina de estadística comunitaria.

Eurostat señaló que las emisiones de CO2 son un importante factor del calentamiento global y representan alrededor del 80% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea. Se generan por motivos como las condiciones climáticas, el crecimiento económico, el tamaño de la población, el transporte y las actividades industriales. Las importaciones y las exportaciones de productos energéticos tienen un impacto en las emisiones de CO2 sobre el país en el que se queman combustibles fósiles. Por ejemplo, si el carbón se importa supone un incremento, mientras que si la electricidad es importada no tiene ningún efecto en el país importador y repercute en el exportador.

En el conjunto de la Unión Europea, las emisiones de CO2 derivadas de la quema de combustibles fósiles se incrementaron el año pasado un 0,7%. Las emisiones sólo bajaron en 8 países encabezados por Malta, donde cayeron un 26,9%. También cayeron en Estonia (-16%), Dinamarca (-9,9%), Finlandia (-7,4), Grecia (-5%), Luxemburgo (-3,9%), Reino Unido (-2,9%) y Lituania (-0,2%). Los mayores aumentos se registraron en Eslovaquia (9,5%), Portugal (8,6%), Hungría (6,7%), Bélgica (4,7%) y Bulgaria (4,6%). Por otro lado, España es el sexto país de la Unión Europea en el cómputo de emisiones de CO2 por la quema de combustibles fósiles, ya que abarca un 7,4%, sólo superada por Alemania (23%), Reino Unido (12,5%), Italia (10,6%), Francia (9,9%) y Polonia (9,2%).

La India bloquea las negociaciones del acuerdo climático de París y la Unión Europea empieza a flexibilizar su postura

EFE.- Las negociaciones de cerca de 200 países para lograr un acuerdo universal contra el cambio climático están en punto muerto por el bloqueo de India, que presiona para que el acuerdo diferencie claramente las responsabilidades entre naciones desarrolladas y en desarrollo en los puntos clave. Mientras, la Unión Europea mantiene su exigencia de que el acuerdo climático perseguido incluya objetivos de mitigación jurídicamente vinculantes, algo que rechaza Estados Unidos, por lo que reconoció estar considerando opciones para llegar a un consenso.

Pese a que el presidente de India, Narendra Modi, subrayó en la inauguración de la cumbre del clima que su país «no quiere quedar fuera» del pacto global que se prevé aprobar en París, India no ha defraudado las expectativas de quienes vaticinaban que se convertiría en el Estado que más iba a complicar el acuerdo. La jefa del equipo negociador español, Valvanera Ulargui, explicó que India se opone a que la diferenciación entre países ricos y pobres, en que se basa el Protocolo de Kioto (1997), «se vaya diluyendo».

India persigue que las contribuciones de reducción de emisiones para el futuro acuerdo sean de cumplimiento «voluntario» para los países en desarrollo, entre los que se incluye, y sólo sean jurídicamente vinculantes para los países que un anexo de la ONU de 1992 consideró «ricos». Esa división entre ricos y pobres de 1992 dista mucho de la realidad actual y de ella no quieren ni oír hablar ni Estados Unidos ni la Unión Europea, que se oponen a que los compromisos de los países en desarrollo sean de cumplimento voluntario.

La negociación no sólo permanece paralizada en ese punto, también lo está en todos los párrafos más importantes del acuerdo, cuyo cumplimiento India quiere condicionar a la recepción de financiación por parte de los países desarrollados. La propia contribución presentada por India, el tercer mayor emisor tras China y Estados Unidos, de reducir la intensidad de sus emisiones entre un 33-35% para 2030 respecto a 2005 y que el 40% de su electricidad provenga de renovables, está condicionada a la recepción de 206.000 millones de dólares de la comunidad internacional.

Transferencia sin coste de conocimientos

India quiere, además, que el acuerdo recoja la obligatoriedad de los Estados desarrollados de transferir, sin coste, conocimiento en tecnologías bajas en carbono a los países en desarrollo, un asunto regulado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y que no puede ser tratado en esta convención. El país asiático no está solo: un buen número de naciones en desarrollo que se beneficiarían de que las contribuciones sean voluntarias le secundan en silencio. «Tememos que China, que oficialmente se presenta como facilitador, sea más bien un apoyo», indicó un negociador de la delegación británica.

Para los negociadores más optimistas el bloqueo de India forma parte de una postura táctica y esperan que la próxima semana, cuando los ministros acudan a París a ultimar el acuerdo, la India ceda si se les asegura la financiación y parte del lenguaje que desean en transferencia tecnológica. Hay quien va más allá y cree que el bloqueo se debe a un conflicto de «orgullo país» mal gestionado: países como Estados Unidos no han dejado de repetir en los últimos meses lo «cooperante» que estaba China para alcanzar un acuerdo internacional, frente a «lo problemática» que estaba siendo India.

«India se ha podido sentir herido como país porque no se haya reconocido su recorrido», indicó la ex secretaria de Estado española de cambio climático Teresa Ribera. La realidad es que el mix energético de India es cada vez más limpio y que, aunque el carbón es la fuente de energía más barata y abundante del país, cada vez más caro y complicado de extraer.

«La mayoría de los bancos ven más potencial en financiar proyectos solares que nuevas plantas de carbón», aseguró un delegado de India en la cumbre, al tiempo que consideró que su país «no puede aceptar limitar duramente sus emisiones cuando todavía estamos tratando de alumbrar a gran parte de la población, el 20% de nuestros habitantes no tienen acceso a la electricidad». Apuntó a que los países ricos son los principales responsables del cambio climático, y que aún «un estadounidense medio emite 10 veces más al año que la media de un habitante en India».

La única manera de acercar posturas, por ahora, cuando ninguna delegación quiere ceder en sus líneas rojas, sería que los más ricos aporten fondos para ayudar a financiar el recorte de emisiones de los que están en desarrollo. Las «diferencias en la negociación en estos momentos son sanas, no se está debatiendo en contra de nadie», dijo la secretaria de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, Christiana Figueras, quien insistió en que «queremos un acuerdo con todo el mundo a bordo, nadie se quedará en el camino».

La Unión Europea busca consensos

Bruselas mantiene su exigencia de que el acuerdo climático incluya objetivos de mitigación jurídicamente vinculantes, según afirmó Elina Bardram, negociadora de la delegación comunitaria. «Abogamos con fuerza por objetivos de mitigación jurídicamente vinculantes, y al mismo tiempo, como en toda negociación, tenemos que escuchar a todas las partes y considerar las circunstancias que nos permitan llegar al acuerdo más general, inclusivo y dinámico«, aseguró Bardram.

La negociadora europea recalcó que, en cualquier caso, la «fortaleza y la credibilidad» del acuerdo que se espera que salga de París «no se va a juzgar en función de una sola cuestión, sino del nivel de ambición de varios elementos del acuerdo». Apuntó a cuestiones como el establecimiento de un sistema de transparencia y rendimiento de cuentas a la hora de mostrar los esfuerzos hechos por cada país para cumplir con sus objetivos, así como el modo en que se fija la mitigación y cómo se formulan los compromisos que van a ser aplicados.

«Las negociaciones están en marcha, no ha habido ninguna concesión por parte de la Unión Europea, pero, como otros, estamos mirando soluciones que nos lleven a un acuerdo», manifestó Bardram. La negociadora instó también a todas las partes a acelerar los trabajos para poder alcanzar un consenso para el día 11, cuando finalizará la cumbre. «El trabajo duro acaba de comenzar ahora, hemos empezado esta sesión final con un texto de 51 páginas y claramente demasiadas opciones sobre la mesa. Las negociaciones tienen que ponerse a trabajar seriamente, para acortar y pulir el texto», apuntó.

«La gente se está reservando las balas como si fuéramos a estar en París tres semanas, en vez de dos», afirmó por su parte Karsten Sach, una de las negociadoras de la delegación alemana. Sach mostró su pesar porque las conversaciones no están avanzando tan rápido como desearía y consideró que los políticos deberían poner presión sobre los técnicos para que aceleren su trabajo. En la misma línea, Bardram afirmó que es necesario que se busquen ya puntos en común entre las diferentes partes y apuntó que la Unión Europea está dispuesta a actuar como una «constructora de puentes», así como a «comprometerse en negociaciones sustanciales» para lograr que la temperatura global permanezca por debajo de los dos grados Celsius.

La ONU anuncia que la Cumbre del Clima «se celebrará según lo previsto», pese a los atentados de París

Europa Press.- La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, Christiana Figueres, ha asegurado que la Conferencia de las Partes planificada en París (Francia) del 30 de noviembre al 11 de diciembre «continuará tal y como está planificada«. Así respondió la responsable de la Cumbre del Clima (COP21), a raíz de los atentados que se produjeron en París y la declaración de estado de emergencia en el que se encuentra el país galo.

En cualquier caso, precisó que mientras la agenda oficial de la COP21 se celebrará «según lo previsto», puede que algunos eventos paralelos organizados dentro o fuera del lugar de la convención que siguen programados se vean modificados por requerimientos de seguridad. En todo caso, hizo un llamamiento a la prudencia de cada ciudadano respecto a su propia seguridad, algo que se debe tener en cuenta, a su juicio, en cualquier momento y lugar del mundo.

La secretaria ejecutiva de la convención participó en la presentación de un nuevo informe que plantea un conjunto de mejores prácticas de políticas del clima de todo el mundo y que revela que existen grandes oportunidades para aumentar inmediatamente las reducciones de gases de efecto invernadero mientras se refuerza la ambición para mantener la temperatura global del planeta por debajo de 2 grados centígrados. Así, el documento Climate Action Now – A Summary for policymakers 2015subraya cómo pueden las naciones ampliar el rango de sus políticas y utilizar las iniciativas existentes para dirigirse hacia el objetivo común del cambio climático y el desarrollo sostenible.

Actores al margen del Estado

El informe, según Figueres, sitúa también un nuevo micrositio para resaltar el potencial de una mayor acción por el clima y de la ambición antes de 2020, cuando entrará en vigor el nuevo acuerdo que se adopte en París. Además, ha señalado que el documento recalca las acciones de cooperación nacional e internacional bajo el papel vital de los actores que no son Estado, tales como empresas, ciudades, regiones y provincias  para acometer mayores reducciones de las emisiones actuales y futuras. En este sentido, ha apuntado que el documento proporciona también un claro enfoque, para que sirva de inspiración a los asistentes a la COP21.

Figueres ha precisado que el informe expone los planes nacionales de acción climática de cerca de 179 países que han dado ya pasos y han presentado sus compromisos para tratar de llegar al nuevo acuerdo del cambio climático de diciembre en París. «Bajo la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, los gobiernos han realizado en los últimos años esfuerzos significativos durante una serie de encuentros técnicos para identificar y averiguar las políticas que permitirán dirigirse hacia una acción efectiva por el clima. Este informe es el fruto de todos esos esfuerzos», elogió la secretaria ejecutiva de la Convención.

En este sentido, Figueres ha reiterado la importancia de este documento para proporcionar a los gobiernos y sus socios con los planes de acción y las herramientas para «catalizar el coste efectivo de la acción actual y alcanzar el acuerdo de París para el próximo nivel de ambición a largo plazo». El informe, que según Figueres es para poner en la mesilla de noche porque es «de fácil lectura», presenta estas cuestiones, así como políticas nacionales y compromisos, y muestra las medidas concretas en materias como energías renovables; eficiencia energética; transporte; captura de carbono, uso y almacenamiento; los gases de efecto invernadero que no son CO2; el uso de la tierra y políticas de adaptación.

El Gobierno destaca el esfuerzo de España para avanzar hacia una economía baja en carbono

Europa Press.- La secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, Marta Fernández Currás, defendió el «importante esfuerzo» llevado a cabo por España en el ámbito de la economía baja en carbono en el Consejo de Asuntos Generales sobre la Política de Cohesión. Currás aseguró que las medidas de eficiencia puestas en marcha en España en la última década han provocado que la intensidad energética se haya reducido alrededor de un 17%, de forma que en la actualidad el 40% de la electricidad producida es de origen renovable.

Según Currás, para alcanzar los objetivos de la Estrategia Europa 2020 a través del Objetivo Temático 4 de Economía baja en Carbono, España ha asignado ayudas de 4.200 millones entre todos los Fondos Estructurales y de Inversión con los que cuenta. A su parecer, «la magnitud de esta apuesta» se pone de manifiesto en el hecho de que se ha multiplicado por 10 el peso relativo de la ayuda FEDER a la economía baja en carbono, al pasar del 1,7% en el periodo 2007-2013, al 17,6% en el periodo 2014-2020.

«La eficiencia energética atrae la mayor parte de esta programación, asignando unos 2.000 millones de ayuda FEDER , que supone el 60%. Siguen el fomento de las energías renovables, con 650 millones y la movilidad urbana sostenible, con unos 500″, señaló. A través de estas actuaciones se prevé la obtención de «importantes logros», como una reducción en las emisiones de 8 millones de toneladas de CO2, un ahorro energético anual de 4,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo, producción de renovables térmicas equivalente a 450.000 toneladas de petróleo anuales, o la instalación de 3.400 puntos de recarga de vehículos eléctricos.

Asimismo, se prevé la rehabilitación energética de 87.000 hogares, que puede contribuir a la reactivación del sector de la construcción, permitiendo la creación de entre 130.000 y 170.000 empleos. «La apuesta de España por la migración hacia una economía baja en carbono va a producir grandes beneficios directos sobre el crecimiento, el empleo y el desarrollo sostenible», ha concluido Currás.

La quema de los combustibles fósiles existentes podría fundir la Antártida y aumentar 60 metros el nivel del mar

Europa Press.- Un nuevo trabajo de un equipo internacional de científicos demuestra que los recursos restantes de combustibles fósiles del planeta serían suficientes para fundir casi toda la Antártida si se quemaran, lo que provocaría un incremento de entre 50 y 60 metros del nivel del mar. Como muchas ciudades importantes están a nivel del mar, esto podría sumergir muchas áreas altamente pobladas en las que viven más de 1.000 millones de personas bajo el agua, como Nueva York y Washington (Estados Unidos).

«Nuestros resultados muestran que si no queremos fundir la Antártida, no podemos seguir cogiendo el combustible fósil carbono de la tierra y seguir vertiéndolo a la atmósfera en forma de CO2, como lo hemos estado haciendo», señala Ken Caldeira, de la Institución Carnegie, en Washington, en un trabajo que se detalla en un artículo publicado en Science Advances. «La mayoría de los estudios previos de la Antártida se han centrado en la pérdida de la capa de hielo de la Antártida Occidental. Nuestra investigación demuestra que la quema de carbón, petróleo y gas también supone el riesgo de una pérdida mucho más grande de la capa de hielo de la Antártida Oriental», agrega este investigador.

Caldeira inició este proyecto con la autor principal Ricarda Winkelmann mientras trabajaba en la Institución Carnegie para la Ciencia. Winkelmann y el coautor Anders Levermann trabajan como científicos en el Instituto Postdam para la Investigación del Impacto Climático. Aunque la Antártida ya perdió hielo, un complejo conjunto de factores determinará su futuro, incluyendo el calentamiento atmosférico causado por gases de efecto invernadero, el calentamiento oceánico adicional promovido por el calentamiento de la atmósfera, y los posibles efectos contrapuestos de nevadas adicionales. «Es mucho más fácil predecir que un cubo de hielo en una habitación caliente se va a derretir con el tiempo que decir con precisión la rapidez con la que se desvanecerá», señala Winkelmann.

El equipo utilizó un modelado para estudiar la evolución de la capa de hielo durante los próximos 10.000 años, porque el carbono persiste en la atmósfera miles de años después de liberarse. Estos expertos encontraron que la capa de hielo de la Antártida Occidental se vuelve inestable si las emisiones de carbono continúan en los niveles actuales durante entre 60 a 80 años, lo que representa sólo del 6 al 8% de los 10.000 millones de toneladas de carbono que podrían ser liberadas si utilizamos todos los combustibles fósiles accesibles.

«La capa de hielo de la Antártida Occidental podría ya haberse inclinado hacia un estado de pérdida de hielo imparable, bien como resultado de la actividad humana o no. Pero si queremos transmitir ciudades como Tokio, Hong Kong, Shangai, Calcuta, Hamburgo y Nueva York como herencia en el futuro, tenemos que evitar una inflexión en la Antártida Oriental», advierte Levermann. El equipo detectó que si el calentamiento global no supera la meta de 2 grados centígrados citada en las políticas sobre el clima, el derretimiento de la Antártida podría hacer que los niveles del mar se eleven a sólo unos metros y permanezcan manejables. Pero un mayor calentamiento podría perder las capas de hielo irreversiblemente.

Este análisis no predice en gran medida el aumento de las tasas de pérdida de hielo durante este siglo, pero halló que la tasa media de aumento del nivel del mar en los próximos 1.000 años podría ser de unos 3 centímetros por año, lo que llevaría a unos 30 metros de aumento del nivel del mar a finales de este milenio. Durante varios miles de años, el incremento total del nivel del mar por todas las fuentes podría alcanzar hasta 60 metros. «Si no dejamos de verter nuestros residuos de CO2 al cielo, la tierra que es ahora el hogar de más de 1.000 millones de personas seguramente esté bajo el agua», advierte Caldeira.

España redujo un 2,1% sus emisiones de CO2 en 2014

Europa Press / Servimedia.- España redujo un 2,1% las emisiones de dióxido de carbono (CO2)  procedentes del uso energético por la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) en 2014 respecto al año precedente, una disminución que es menos de la mitad que la alcanzada en el conjunto de la Unión Europea, que se situó en el 5%, según un informe de la oficina estadística comunitaria, Eurostat.

Las emisiones de CO2 contribuyen al calentamiento del planeta y representan alrededor del 80% del conjunto de gases de efecto invernadero en la Unión Europea. Están influidas por factores como las condiciones climáticas, el crecimiento económico, el tamaño de la población, los transportes y las actividades industriales. En el conjunto de la Unión Europea, las emisiones de CO2 derivadas de la quema de combustibles fósiles llegaron el año pasado a 3.183,6 millones de toneladas, por los casi 3.351 millones de toneladas de 2013, lo que supone un descenso del 5%.

El año pasado, las emisiones de CO2 disminuyeron en casi todos los Estados miembros, con la excepción de Bulgaria (+7,1%), Chipre (+3,5%), Malta (+2,5%), Lituania (+2,2%), Finlandia (+0,7%) y Suecia (+0,2%). Las caídas más marcadas se observaron en Eslovaquia (-14,1%), así como en Dinamarca (-10,7%), Eslovenia (-9,1%), Reino Unido (-8,7%) y Francia (-8,2%). En cuanto a España, emitió en 2014 cerca de 224,9 millones de toneladas de CO2, por los 229,7 millones del año anterior, es decir, 4,8 millones menos y un descenso del 2,1%.