Entradas

La Fundación Renovables asegura que es viable cerrar las centrales nucleares en 2024 y acabar ya con el carbón

Europa Press.- La Fundación Renovables asegura que es «viable» y que supone una «oportunidad» cerrar las centrales nucleares en 2024 y reitera su reclamación de exigir un plan de cierre del carbón, que “debería haber cesado su actividad” antes de 2015, así como prohibir las prospecciones de hidrocarburos.

La Fundación Renovables asegura que es viable cerrar los reactores al término de su licencia de operación, lo que supondría prescindir de esta tecnología en el año 2024. La energía como vector de cambio para una nueva sociedad y una nueva economía fue la propuesta de la Fundación, con más de trescientas actuaciones concretas para llevar a cabo el cambio de modelo energético en España.

La Fundación insiste en que la energía es un bien básico y escaso que debe estar por encima de los intereses económicos que se generan a su alrededor para «recuperar el atributo de utilidad pública» lo que cobra todo su sentido a la hora de abordar el tema de prolongar o no la vida de las centrales nucleares. En este sentido, el patrono de la Fundación Renovables, Sergio de Otto, resaltó que se deben anteponer los intereses generales a los de las empresas titulares de dichas instalaciones, que serían las «únicas beneficiadas de esa prórroga».

ATC, “sólo para el desmantelamiento”

Asimismo, considera que las plantas nucleares son “insostenibles, medioambientalmente no asumibles y no competitivas para la sociedad». Por ello, a su juicio la nuclear «no forma parte del escenario energético deseable para España». En su propuesta de cierre, expone que se debe acometer una auditoría técnica y la definición de la fecha de cierre anticipado en función de la generación de residuos, criterios de seguridad y la viabilidad de su almacenamiento. En cuanto al almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares valora que «solamente tiene sentido» si es un elemento más del plan de cierre y desmantelamiento de las centrales nucleares y no debe plantearse y decidirse su construcción si no hay, previamente, un plan de cierre programado de centrales.

En todo caso, pide para la nuclear un plan de transición justa como el del carbón, que conlleve la dinamización y diversificación económica de las zonas afectadas y la movilización de inversiones público-privadas para crear empleo de calidad en sectores emergentes más sostenibles. Como alternativa, el patrono Sergio De Otto aboga por la energía renovable como la más «sostenible, socialmente más justa, competitiva y al alcance de todos los países como son las energías renovables, potenciar el autoconsumo, aumentar la capacidad de bombeo, el biogás y en la medida de lo necesario el parque de ciclos combinados como apoyo transitorio.

TEPCO detecta con un robot niveles de radiación récord dentro del segundo reactor de la central nuclear de Fukushima

Europa Press / EFE.- La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) asegura haber detectado unos niveles de radiación récord en el reactor número dos de la central nuclear de Fukushima Daiichi, afectada por el terremoto y posterior tsunami de 2011. La compañía operadora de la planta nuclear indicó que, a partir de un análisis efectuado por un robot, los niveles han alcanzado los 530 sieverts por hora, lo que podría suponer la muerte de una persona tras una corta exposición.

Este hecho dificultará el proceso de desmantelamiento de sus instalaciones, según TEPCO, que anunció la localización de un agujero de un metro cuadrado en la cubierta metálica ubicada debajo del recipiente de presión del reactor, apuntando que probablemente fue causado por combustible nuclear fundido. TEPCO investigaba lo que parecía ser combustible nuclear bajo el reactor número dos de la central durante una inspección con una cámara, si bien no podía confirmar de qué se trataba.

La operadora calcula que se registran unos 530 sieverts de radiactividad por hora dentro de la vasija de contención del reactor y justo debajo del núcleo del mismo, un nivel que sería mortífero para un humano. La compañía eléctrica realizó esta estimación con base en el análisis de las imágenes obtenidas por un robot. Una dosis de un solo sievert al día puede causar daños graves en la salud humana y hasta la muerte, por lo que los niveles estimados en ese punto del interior de las instalaciones nucleares imposibilitan el acceso de operarios humanos e incluso dañarían aparatos electrónicos.

Los reactores 1, 2 y 3 sufrieron fusiones parciales de sus núcleos a raíz del desastre que originó el terremoto y el tsunami de marzo de 2011, y conocer el estado exacto de las barras de combustible radiactivo es fundamental para su manejo y retirada. En el caso de la unidad 2, los técnicos de TEPCO creen que el combustible se fundió lo suficiente como para perforar la vasija de presión y acumularse en el fondo de la de contención.

Se sospecha que los residuos, una mezcla de combustible fundido y partes de la capa protectora del núcleo que sufrió una fusión parcial cuando el sistema de refrigeración de las instalaciones falló a raíz del terremoto y tsunami de 2011, pueden ser el origen de los niveles extremos de radiación dentro de la vasija. TEPCO precisó, no obstante, que no se han detectado nuevas fugas de radiactividad fuera del reactor ni confirmado la presencia de combustible fundido en el fondo de la vasija de contención.

Los altos niveles de radiación estimados suponen una nueva dificultad para la retirada de las barras de combustible del reactor, uno de los pasos necesarios para su desmantelamiento, que se calcula que durará entre 30 y 40 años, dado que dichas cantidades imposibilitan la entrada de personal al recinto. La crisis atómica de Fukushima, desencadenada por el terremoto y posterior tsunami que azotaron el nordeste de Japón, ha sido el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil en 1986. Fukushima estaba preparada para un terremoto pero no para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.

Greenpeace cree que el fondo de gestión de residuos radiactivos es insuficiente y sólo financiará un 30% del coste

Redacción / Agencias.- Greenpeace advierte de que la dotación del fondo destinado a la gestión de residuos radiactivos y futuros desmantelamientos de centrales nucleares resulta «insuficiente» puesto que «sólo alcanza para financiar el 30% del coste». Según esta organización, las inversiones vinculadas al desmantelamiento de las centrales son públicas y se llevan a cabo con dinero ya recaudado pero señalan que la cifra actual es de 4.200 millones de euros «frente a los 22.200 millones de euros requeridos, según cálculos del Tribunal de Cuentas».

A esos 4.200 millones de euros, “un 19% del gasto total”, se añade que si el almacenamiento temporal de los residuos es mediante ATIs se añaden 370 millones de euros, y si es mediante ATC son 1.232 millones de euros, “lo que significa un 2% y un 5% por ciento, respectivamente, de la inversión total”. Por tanto, “a pesar de que el parque nuclear en España ya ha alcanzado el 84% de la vida útil, las ayudas disponibles ni siquiera alcanzan el 30% del total que se va a requerir”, según ha denunciado la organización.

El director de Greenpeace, Mario Rodríguez, ha calificado el fondo como «infradotado» ya que con él «no podría afrontarse una situación crítica» y denunció a las compañías eléctricas por la existencia de este «enorme agujero que estas empresas no han pagado». En este sentido, el grupo ecologista insta al Gobierno a que «no se conceda la licencia de explotación a los reactores nucleares operativos» a medida que vayan finalizando las concesiones, entre 2021 y 2024.

Para Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, el plan vigente de residuos radiactivos es «obsoleto» a pesar de la actualización agregada por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) en 2015. Por ello propone elaborar un nuevo plan que gestione los residuos producidos hasta la finalización de las licencias de explotación en vigor. También plantea revitalizar las comarcas que, hasta ahora, eran dependientes de las nucleares por su emplazamiento. Montón ha explicado que existen unos 20 años «de colchón» en la que el propio desmantelamiento de la central y la colocación de renovables supone trabajo para el entorno. Sin embargo, advierte de que «si no se revitalizan las comarcas, tras los 20 años habrá un gran bajón».

Tasas “insuficientes” para las eléctricas

Montón reconoce que «las eléctricas sí están pagando las tasas, pero éstas son insuficientes» y por ello ha instado a modificar el modelo de recaudación por otro «más apropiado» ya que «mientras el fondo disponible no alcanza, las empresas propietarias de las centrales ingresaron por la producción nuclear 30.837 millones de euros entre 2005 y 2015. «Es imprescindible que la financiación del desmantelamiento nuclear y la gestión de residuos radiactivos no recaiga en los ciudadanos del futuro sino en las compañías que han obtenido los beneficios», ha insistido la responsable de nucleares de Greenpeace. A su juicio, «aún hay tiempo de hacer las cosas bien».

Por ello, desde Greenpeace consideran «imprescindible» el establecimiento de un sistema de financiación de proyectos de desmantelamiento que desarrolle un marco legal adecuado y, sobre todo, parta de una correcta estimación de los costes, tanto de forma previa al desmantelamiento como de forma periódica durante las sucesivas revisiones de costes. Además, señalan que para asegurar que el coste no se traslada a la ciudadanía y se asegure el principio de justicia intergeneracional y no se deje a generaciones futuras es necesario provisionar los fondos necesarios durante el periodo de vida útil de las centrales nucleares.

Sobre esta situación, Greenpeace denuncia que las empresas dueñas de las centrales no tienen preparado esa cuantía necesaria para tener cubierto el cierre, a pesar de que sus beneficios son de 72.000 millones de euros. «Podría tratarse de una situación similar a la del rescate bancario, porque las eléctricas se han dedicado a invertir sus beneficios y no aguardarlos para la llegada del cierre, por lo que no podrán afrontarlo económicamente», denuncian desde la organización. En este sentido, critican la falta de control sobre este tema de los diferentes gobiernos que han ido pasando a lo largo de los años.

Impacto económico del desmantelamiento nuclear

Greenpeace insistió en que el cierre gradual de las centrales nucleares tendría «un claro impacto positivo en términos ambientales y de seguridad«, además de suponer un «importante incentivo» para la economía española y la creación de empleo. Respecto al impacto económico ligado al cierre de las centrales nucleares españolas, implicaría un aumento del PIB de unos 20.000 millones de euros según el estudio El inevitable cierre de las centrales nucleares españolas: una oportunidad económica y social, realizado por la organización.

Según su informe, las actuaciones ligadas al desmantelamiento, la gestión de los residuos y la sustitución de la energía nuclear por otras fuentes «supondrían la creación neta de unos 300.000 empleos, de los que 100.000 corresponden al desmantelamiento de las nucleares y 200.000 a la instalación de nueva potencia renovable». Montón precisó que los dos sectores más beneficiados serían el comercio y la hostelería, que aglutina la mayor parte de los impactos inducidos y las actividades financieras, profesionales y científicas, que concentran una parte muy significativa del impacto directo de las inversiones. La ONG ha organizado cinco carreras populares simultáneas en las poblaciones cercanas a las centrales nucleares este domingo, con objeto de recoger apoyo ciudadano contra la industria nuclear.

La eléctrica estatal francesa EDF pretende prolongar en varias décadas el cierre de sus centrales nucleares

EFE.- La eléctrica estatal francesa EDF ha modificado su estrategia sobre el periodo de vida útil de sus centrales nucleares y quiere prolongar en «varios decenios» el cierre de algunos de sus reactores. El anuncio lo hizo la Autoridad de Seguridad Nuclear de Francia (ASN), que aseguró haberse enterado de ese cambio de estrategia al convocar a EDF para asegurarse de los plazos previstos para el desmantelamiento de los reactores.

La ASN hizo hincapié en que los nuevos planes de la compañía, que gestiona los 55 reactores en servicio en Francia, que producen más del 75% de la electricidad del país, modifican «significativamente» tanto el ritmo de los desmantelamientos como «los escenarios asociados». En concreto, EDF quiere proceder primero al desmantelamiento completo de uno solo de sus reactores de los que se conoce como de «primera generación», que ya no están en activo, antes de ponerse con los demás, con el argumento de beneficiarse así de todas las enseñanzas obtenidas.

Eso, subrayó la autoridad de control, significa aplazar en «varios decenios» el desmantelamiento de otros reactores respecto a la estrategia presentada por EDF en 2001 y actualizada en 2013. El presidente francés, François Hollande, ya aplazó a 2018 el cierre del reactor más antiguo de los que ahora están en funcionamiento, que está en Fessenheim, en Alsacia, junto a la frontera alemana, dentro de su programa para reducir el peso de la electricidad de origen nuclear al 50% del total en el horizonte de 2025.

Ante este nuevo escenario, la ASN reclamó a EDF que haga pública y justifique «de forma detallada» este cambio de actitud y que demuestre que cumple con las exigencias legislativas sobre el desmantelamiento de los reactores de primera generación. También le exige que le someta un dossier con las disposiciones que contempla para garantizar la seguridad de las instalaciones hasta el desmantelamiento. EDF debe dar a conocer «en las próximas semanas» esta nueva estrategia, que podría recibir enmiendas de la ASN para ajustarlas a las disposiciones reglamentarias y de seguridad.