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El Gobierno quiere analizar técnica y económicamente las alternativas en el almacén de gas Castor antes de empezar su desmantelamiento

Europa Press.- El almacén de gas Castor, frente a las costas de Vinaroz (Castellón) está en la actualidad en una situación «estable» y el Gobierno considera «necesario» analizar técnica y económicamente las alternativas para proceder de forma segura para las personas y el medioambiente y de la manera más eficiente de cara a su futuro desmantelamiento seguro.

En una respuesta del Gobierno al senador de Compromis, Carles Mulet, el Ejecutivo recuerda que se acordó la hibernación segura del almacén subterráneo de gas cuyas tareas de llenado provocaron movimientos sísmicos en agosto de 2013 que motivaron su posterior cierre. Entonces, el Ejecutivo acordó hibernar las instalaciones asociadas al almacenamiento y extinguió la concesión de explotación a su titular, Escal UGS, cuyas instalaciones pasaron a ser administradas por Enagás para garantizar la seguridad de las personas, los bienes, el medioambiente y el correcto mantenimiento de la operatividad del almacén Castor y optimizar los recursos disponibles del sistema gasista español. Desde entonces, el Gobierno asegura que Enagás «ha adoptado las medidas técnicas necesarias para la hibernación segura de la instalación».

En este contexto, añade el Gobierno en su respuesta, que el estudio encargado por Enagás al Massachusetts Institute of Technology (MIT) y a expertos de la Universidad de Harvard concluyó con claridad que volver a operar Castor podría desencadenar «con muy alta probabilidad» por la desestabilización de las fallas de la zona «nuevos episodios sísmicos«. En definitiva, el Gobierno considera que ahora que Castor está en situación estable y teniendo como prioritaria la seguridad de las personas, los bienes y el medio ambiente, «antes de proceder a cualquier operación tendente al desmantelamiento» ve «necesario» analizar técnica y económicamente las alternativas a ello de forma segura.

El senador de Compromis, Carles Mulet, lamenta la falta de «medidas reales» para desmantelar el almacén al que define como un «amasijo de ferralla en el mar» y critica la falta de «transparencia en todo lo que rodea al proyecto de almacén de gas. Así, reprochó la práctica «enquistada» en las respuestas del Gobierno respecto a este «proyecto energético fracasado» porque considera que el Ejecutivo no concreta las medidas que se adoptarán para su desmantelamiento.

Mulet critica que el Gobierno le conteste que ha decidido que la instalación de almacén gasista Castor siga «en su estado actual de hibernación que garantiza la estabilidad del mismo». El senador denuncia que «el método Rajoy» de resolver los conflictos no sirve a los vecinos afectados por los terremotos y considera que no se puede tener sine die «toda esa ferralla en medio del mar a expensas de algún accidente o movimiento geológico que genere peligro a la población.

Por ello el senador propone sellar el almacén de la mano de expertos, como ya hizo la empresa Shell cuando abandonó la planta al haber constatado durante décadas los episodios sísmicos que producía la explotación del yacimiento petrolífero. Por otro lado, Mulet considera que el coste de desmantelar la planta deberían abonarlo «quienes planificaron mal» y ejecutaron con más de un año de retraso un proyecto innecesario y que dio toda clase de problemas. En definitiva, Compromis lamenta que 2017 vaya a terminar sin tomar medidas reales tras el estudio que se encargó al MIT.

La AMAC denuncia en el Congreso que el cierre de la central nuclear de Garoña se decidió sin alternativas económicas

Europa Press.- La presidenta de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC) y alcaldesa del Valle de Tobalina (Burgos), Raquel González, llevó al Congreso de los Diputados las preocupaciones de la comarca afectada por el cierre de la central nuclear de Garoña, un territorio que, según señaló, está preocupado por «la despoblación» que puede suponer el que no se prevea una alternativa económica para el entorno de la planta.

González ha explicado que la inquietud del Valle de Tobalina «no es por los próximos 10 o 15 años», tiempo previsto para el desmantelamiento de la central, sino «lo que viene después», cuando los habitantes de la comarca comiencen a acusar la falta de empleo. «La llegada de Garoña marcó el municipio de una manera determinante. Se generaron expectativas de empleo y eso nos ha permitido contar con población», ha explicado la alcaldesa, quien ha indicado que la comarca cuenta con 34 núcleos de población que suman unos mil habitantes.

A su juicio, los representantes de estas personas, que son las que «sufren las ventajas y los inconvenientes» de la instalación de la central «no deben ser ajenos» a los planes del Gobierno porque, según apuntó, son los que conocen las necesidades del entorno. Así, denunció que el cierre de Garoña «ha sido una decisión que se toma desde un entorno ajeno» como es «un despacho en Madrid», mientras los que realmente está a merced de esta decisión «no han tenido ninguna opinión al respecto».

Para González, esta «distancia» con la que se ha tomado la decisión, es, entre otras cuestiones, el motivo por el que el Ejecutivo ni se haya planteado otras alternativas económicas para la zona. «Y deberían buscarse desde ya, desde este momento», ha apuntado la regidora, que cree que pasados los años de desmantelamiento ya será tarde. Su intención, según ha indicado, en conseguir el compromiso del Gobierno de que en los próximos Presupuestos se refleje en una partida las medidas que se van a aplicar.

La empresa estatal ENSA prepara una oferta para optar a distintas fases del desmantelamiento de la central nuclear de Garoña

Europa Press.- La empresa Equipos Nucleares (ENSA) está trabajando «intensamente» y a «iniciativa propia» para adelantarse y presentar la oferta más competitiva con la que pueda participar en el futuro desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña, cuyo cierre dictó el Gobierno en agosto.

El presidente de ENSA, Eduardo González-Mesones, ha anunciado así las aspiraciones de la compañía que se abren tras el cierre de la planta burgalesa, generando la «oportunidad» de fabricar muchos más contenedores para el combustible gastado en el reactor a lo largo de sus 42 años de funcionamiento. «Esperamos que finalmente podamos ser la oferta más competitiva. Nuestro objetivo será hacerlo todo», ha deseado González-Mesones.

Así, estimó que el proceso de extraer el combustible gastado de Garoña podría acometerse en 5 o 6 años pero ha confirmado que Ensa, una empresa de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI),tiene capacidad de comprometerse a terminar el pedido en 3 años si fuera necesario, ya que la línea de gestión de combustible es una de las más importantes para la entidad.

Eso sí, matizó que ese momento «todavía está lejos de realizarse», debido a que el primer paso debe ser la apertura de un concurso público a nivel internacional por parte de Enresa, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, para que se presenten distintas ofertas. «Una vez que tengamos los papeles de petición de ofertas, con el conocimiento que tenemos queremos hacer la mejor oferta tecnológica para el desmantelamiento», ha añadido el presidente de ENSA. González-Mesones ha subrayado que este sería «un pedido muy importante» tanto a nivel social como económico y por ello están trabajando «intensamente» y «a iniciativa propia» para adelantarse y ser competitivos.

De ganar el concurso abierto, no sería la primera vez que ENSA trabaja para Garoña, una central para la que ya ha fabricado 5 contenedores de tipo Enun52B, aunque aún no están cargados, de modo que están almacenados en el taller de Maliaño. El propósito, ahora, sería presentarse y ganar el licenciamiento de los futuros contenedores en los que deberá guardarse todo el combustible gastado.  González-Mesones ha manifestado que «desgraciadamente» la noticia del cierre de la central le da «muchísima pena», pero añadió que una vez terminada su vida, se abren oportunidades para las que asegura que ENSA está «absolutamente preparada, con conocimiento y tecnología”.

El presidente de ENSA diferenció la primera fase, la del vaciado del fuel, y la segunda fase, de desmantelamiento propio de la planta, y ha defendido que la empresa española tiene conocimiento técnico y capacidades para optar a las dos fases, tanto a la del suministro de contenedores como en la fase de desmantelamiento. González-Mesones ha defendido en todo momento el potencial de ENSA, a la que ha calificado de «puntera» y «de las más completas» del mundo y que se mide con las grandes empresas de Estados Unidos, Corea del Sur, Japón o China.

La propietaria Nuclenor y los sindicatos alcanzan un preacuerdo de ERE para la plantilla de la central nuclear de Garoña

EFE.– Nuclenor, propietaria de la central nuclear Santa María de Garoña, y los sindicatos alcanzaron un preacuerdo para el expediente de regulación de empleo (ERE) que se aplicará a los 227 trabajadores de la planta ubicada en Valle de Tobalina (Burgos) Tendrá que ser ratificado por la plantilla la próxima semana.

Pedro San Millán, representante de UGT en la comisión mixta que desde agosto negocia las condiciones del ERE, explicó que el preacuerdo firmado se ha cerrado con la unanimidad de las cuatro centrales sindicales (UGT, USO, ALOG y ACN/ATYPE), y la parte empresarial. Tras el preacuerdo, los plazos que se manejan pasan ahora por informar del mismo a los trabajadores para que lo voten el próximo jueves mediante un referéndum. «Son las mejores condiciones que hemos podido obtener, aunque entendemos que no a todos van a gustar», reconoció San Millán, quien, sin embargo, no quiso avanzar los datos del preacuerdo.

Se ha impuesto un criterio de confidencialidad en las reuniones y, además, la próxima semana Nuclenor tendrá que comunicar a cada uno de los empleados cómo les afecta en particular el texto. Lo que sí se sabe es que el ERE se sustentará en prejubilaciones y recolocaciones en centros de Endesa e Iberdrola, propietarias de Nuclenor. Además, como Iberdrola ya avanzó, para finales de año solo deben quedar 120 trabajadores, que se encargarán de gestionar el proceso de desmantelamiento de Garoña. De este modo, aproximadamente un 47% de la plantilla saldrá de la central nuclear con recolocaciones y prejubilaciones, aunque todavía no se han cerrado los datos, indicó San Millán.

Si la plantilla acepta las condiciones, se iniciará el diseño del ERE por parte de Nuclenor, que tendrá que comunicarlo a Trabajo. A continuación se abrirá un nuevo periodo de negociación sobre el documento y, cerrado un acuerdo, el expediente se remitirá a Trabajo para su autorización, ha recordado San Millán, que insiste en que el haber llegado a un acuerdo es «positivo» y es «lo mejor que puede pasar».

La nuclear José Cabrera de Zorita entra en la fase de descontaminación de suelos: se removerán 18.000 toneladas de tierra

Europa Press.- La central nuclear José Cabrera de Almonacid de Zorita (Guadalajara) entra en la fase de descontaminación y desclasificación de edificios y terrenos, para lo que comenzará a remover hasta 18.000 toneladas de tierra al fin de limpiar los suelos de posible radiación, según indicó la empresa pública de gestión de residuos radiactivos Enresa, que asegura que el desmantelamiento ya se ejecutó en un 83% y culminará en 2019, lo que supone 3 años de retraso.

La denominada planta de lavado será la protagonista de esta nueva fase, que ya tiene todos los parámetros de funcionamiento ajustados y los niveles máximos de contaminación admisible definidos, según fuentes de Enresa. Este método de descontaminación concentra los contaminantes en un volumen mucho menor que deberá ser gestionado como residuo destinado al centro de almacenamiento de residuos de baja y media intensidad de El Cabril (Córdoba), mientras que el resto del material, una vez limpio y desclasificado radiológicamente, se podrá gestionar como material convencional.

Según Enresa, la planta de lavado estará en funcionamiento durante dos años, a medida que vayan avanzando los trabajos de demolición de los diferentes edificios de la instalación, hasta que el proceso completo culmine a finales del año 2019, según las previsiones de la entidad, lo que supondrá 3 años de retraso de acuerdo con la programación teórica del proyecto. En este sentido, Enresa ha explicado que los retrasos en las diferentes autorizaciones así como la previsión «más lenta de lo previsto» en esta nueva fase, como el «grado de penetración de la contaminación», han obligado a reprogramar la finalización.

170 millones de euros presupuestados

Desde que Enresa asumiera la titularidad de la central para su desmantelamiento, las diferentes fases han pasado por la segmentación de componentes internos del reactor; la carga de residuos de alta actividad que han sido depositados en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la propia central junto a los 12 contenedores del combustible gastado. Después, Enresa llevó a cabo la fase de segmentación de la vasija del reactor y el desmontaje del circuito primario; por último, la retirada del blindaje biológico del reactor de Zorita, para lo que fue necesario usar hilo de diamante al fin de segmentar el blindaje.

En cuanto al presupuesto del proyecto de desmantelamiento, fue estimado en 170 millones de euros en 2003, de los que ya se han invertido 159. Además, los costes de explotación asociados al desmantelamiento incluyendo costes de personal, impuestos y tasas, vigilancia y mantenimiento de instalaciones han ascendido hasta ahora a 88 millones de euros. Zorita fue la primera central nuclear en ponerse a funcionar en España y ahora es la primera inmersa en un proceso de desmantelamiento completo, donde están trabajando 200 personas, 11 en plantilla de Enresa y 189 subcontratadas. La próxima central nuclear en comenzar un proceso de desmantelamiento será la de Garoña (Burgos), para lo que Enresa ya ha solicitado la autorización.

TEPCO anuncia que un trabajador de la accidentada nuclear de Fukushima ha estado expuesto a una pequeña dosis de radiación

Europa Press.- La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) ha informado de que un trabajador encargado de desmantelar la central nuclear japonesa Fukushima Daichi ha estado expuesto a una pequeña dosis de radiación, según ha revelado un control de seguridad rutinario. La radiación fue detectada en las cavidades nasales del trabajador, un hombre de 30 años, según explicó un portavoz de la compañía.

La empresa ha estimado que la cantidad de radiación presente en su cuerpo es de un máximo de 0,010 milisieverts, menos que la que se registra en una prueba típica de rayos X en el pecho, de 0,05 milisieverts, y ha asegurado que no supone un riesgo inmediato para su salud. Los incidentes por exposición a radiación en la central han sido excepcionales desde que comenzaron las operaciones de limpieza de la planta, tras el accidente nuclear provocado por el terremoto y el tsunami en 2011. El portavoz de TEPCO señaló que el último incidente de este tipo data de enero de 2012, cuando se detectó que un trabajador se había expuesto a una radiación de al menos 2 milisieverts.

Nuclenor acepta la orden de cierre de Garoña e iniciará el predesmantelamiento

Europa Press.- Nuclenor, el titular de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), ha aceptado el cierre definitivo de la planta, decretado este martes por el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital tras reunirse este jueves su consejo de administración.

Según han informado, los accionistas han analizado la orden ministerial que deniega la solicitud de renovación de explotación de la central hasta marzo de 2031 y han acordado no iniciar ninguna actuación en contra de la decisión del Gobierno.

La orden ministerial de cierre que ha publicado este jueves el Boletín Oficial del Estado da la opción de presentar un recurso de reposición en el plazo de un mes en el marco del Proceso Administrativo de las Administraciones Públicas o bien un recurso contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional.

Durante la reunión, el Consejo ha aprobado también las medidas para dirigir la empresa durante el periodo de desmantelamiento previo al traspaso de titularidad de la planta a la Empresa Estatal de Residuos (ENRESA).

La orden ministerial publicada este jueves en el BOE daba la opción de presentar un recurso de reposición contra la orden de cierre en el plazo de un mes en el marco del Proceso Administrativo de las Administraciones Públicas o bien un recurso contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional.

El Ejecutivo justifica su decisión en el marco de la planificación energética futura; en que desde que Garoña dejó de producir electricidad no se ha producido ninguna «repercusión significativa» en el suministro eléctrico; en que su vuelta a la operación tardaría más de un año así como en la «incertidumbre sobre la disponibilidad de la central a medio plazo».

El desmantelamiento de una central nuclear paso a paso

EFE.- El proceso de desmantelamiento de una central nuclear, como el que deberá afrontar Garoña es una operación larga y compleja, en la que España cuenta con antecedentes exitosos a través de la Enresa, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos.

Creada en 1984 se trata de una entidad pública y sin ánimo de lucro responsable de la gestión de los residuos radiactivos que se generan en cualquier punto del Estado.

La empresa pública es responsable del desmantelamiento de instalaciones nucleares como Vandellós I (Tarragona), José Cabrera o Zorita (Guadalajara), las del CIEMAT en Madrid, el reactor experimental Argos I de Barcelona, la antigua fábrica de uranio de Andújar o la planta Lobo G en Badajoz, entre otras, según refleja el 6º Plan General de Residuos Radiactivos.

El proceso que deberá afrontar Garoña, a partir de ahora, se podría segmentar en nueve claves aunque cada instalación requiere un «traje a medida» y conlleva incógnitas como la estimación del coste de la operación.

Primer paso. Actividades previas:

Se desarrollan bajo la responsabilidad del operador y consisten fundamentalmente en la gestión del combustible gastado (residuo de alta actividad) y en el acondicionamiento de los residuos de operación.

Finalizada las actividades previas y con la autorización ministerial correspondiente, la titularidad (Nuclenor en el caso de Garoña) deberá ser transferida a Enresa para la ejecución del Plan de Desmantelamiento y Clausura.

Segundo paso. Plan de desmantelamiento y clausura:

Una vez que cesa la actividad se debe elaborar la documentación reglamentaria del Plan de Desmantelamiento y Clausura de Santa María de Garoña. Este proceso se concibe como una actividad industria cuya finalidad es liberar completamente el emplazamiento y la adecuada gestión de los materiales resultantes.

Incluye desde la retirada de elementos convencionales, desmontaje de componentes radiológicos, descontaminación y restauración ambiental del emplazamiento donde se ubica la nuclear.

Tercer paso. Actividades preparatorias:

En caso de ser necesarios, como ocurrió en Zorita, se deberán adecuar sistemas e instalaciones auxiliares de la planta para su funcionalidad en las nuevas actividades que deberán acoger durante el desmantelamiento.

Por ejemplo en Zorita se transformó el edificio de turbinas en una instalación auxiliar para el tratamiento y almacenamiento temporal de residuos procedente del edificio de contención.

Cuarto paso. Desmantelamiento de elementos convencionales:

Comprende la intervención sobre instalaciones convencionales a medida que no se requiere su uso, como las torres de refrigeración edificios eléctricos, sala de control…

Quinto paso. Desmantelamiento de elementos radiológicos:

Antes de todo ello, el combustible nuclear gastado debe ser cargado en contenedores y almacenado en el ATI (almacén temporal individualizado) de la instalación.

El desmantelamiento de los componentes del circuito primarios, ubicados en el interior del edificio de contención, es una de una de las actividades más complejas. En el caso de Zorita requirió el uso de herramientas de corte manejadas a distancia para segmentar bajo el agua de la antigua piscina del reactor de elementos internos y de la vasija del reactor. Además se debe desmontar in situ otros grandes componentes del circuito primario como generador de vapor.

El caso de Vandellós es diferente pues se ha dejado en pie y sellado el cajón del reactor, que esta confinado y cubierto por una estructura de protección, que se mantendrá hasta el año 2028 en que se prevé su retirada al final de «periodo de latencia».

Sexto paso. Descontaminación y demolición de edificios:

Comprende la descontaminación de paredes y suelos de los edificios radiológicos, para una vez certificada la ausencia de cualquier traza residual, proceder a su demolición con técnicas convencionales.

Séptimo paso. Gestión de materiales:

Tiene como fin optimizar el volumen de residuos y se trata de una actividad básica que se mantiene durante todas las fases de desmantelamiento. Como ejemplo, el caso de la nuclear José Cabrera (Zorita), Guadalajar, se estima que hasta el final del proceso se gestionarán alrededor de 104.000 toneladas de los que un 4 % se catalogarán como residuos radiactivos (2 % en el caso de Vandellós 1).

Los residuos de baja y media actividad (RBM) serán ubicados en el Almacén de Residuos Radiactivos de Baja y Media Actividad de El Cabril, en Sierra Albarrana (Córdoba).

Octavo paso. Restauración del emplazamiento:

Su objetivo es devolver el emplazamiento a sus características iniciales. Garantiza que los suelos están limpios de cualquier posible radiactividad residual. Comprende el saneamiento de los terrenos y una caracterización final que permita solicitar la declaración de clausura, para devolver el emplazamiento a su propietario.

Noveno paso. Plazos:

A priori es difícil de determinar pues cada central requiere un «traje a medida». El 6º Plan General de Residuos Radiactivo indica que el desmantelamiento total (denominado Nivel 3) de las centrales nucleares de agua ligera se puede iniciar tres años después de su parada definitiva.

En el caso de la nuclear de Zorita el Estudio Básico de estrategias para el desmantelamiento de la central se presentó en 2003 con la planta con permiso hasta abril de 2006, tres años después (2006) el Plan de Desmantelamiento Preliminar, y el cronograma para su realización prevé que la caracterización final tenga lugar en 2019, 16 años después.

En el caso de Vandellós 1 la orden ministerial de cierre se aprobó en 1990, Enresa presentó el Plan de Desmantelamiento y Clausura en 1994, que se aprobó en 1998. En 2003 se concluyó el denominado nivel 2 y la última fase o desmantelamiento del cajón del reactor -nivel 3- esta prevista para el final del «periodo de latencia» en 2028.

Enresa prepara ya la documentación para solicitar el desmantelamiento y la titularidad de Garoña

Europa Press.- La Empresa Estatal de Residuos (ENRESA) ha entrado «en proceso de preparación» de la documentación para solicitar la autorización de desmantelamiento y la transferencia de la titularidad de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), cuyo cierre definitivo anunció este martes el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal.

Según ha informado la empresa, también realizará las actividades para preparar el desmantelamiento junto con el titular de Garoña, Nuclenor, tras la denegación de la solicitud para volver a producir electricidad hasta 2031.

Una vez que el ministro anunciase este martes la decisión adoptada por el Gobierno por «falta de certidumbre» política y de las propias empresas accionistas, Iberdrola y Endesa, ahora, según explica Enresa, comienza un periodo de transición hasta que la titularidad de Garoña sea transferida a la empresa estatal de residuos.

En este contexto, Enresa recuerda que hasta entonces, durante este proceso iniciado ahora la titularidad exclusiva seguirá siendo de Nuclenor, que en este periodo deberá efectuar determinadas tareas.

Estas pasan por acondicionar los residuos residuos operacionales, efectuar la descarga del combustible gastado de la piscina a los contenedores suministrados por Enresa para su disposición en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central.

Este paso por el ATI será previo a su traslado al almacén temporal centralizado (ATC) «cuando se encuentre disponible» ya que el proyecto, previsto en la localidad conquense de Villar de Cañas está paralizado en la actualidad.

Enresa precisa que Nuclenor también tiene la obligación de colaborar con Enresa en el conjunto de las actividades preparatorias para el desmantelamiento.

En cuanto al proceso de desmantelamiento, Enresa recuerda que en primer lugar se deberá presentar un estudio básico de estrategias para el desmantelamiento de la central por parte de Enresa al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital.

A continuación también se presentará un Plan de Desmantelamiento al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital y al CSN, en el que solicite la autorización de desmantelamiento.

Al mismo tiempo, en paralelo también deberá presentar un Estudio de Impacto Ambiental y solicitar la autorización preista en el artículo prevista en el artículo 37 del Tratado de Euratom, donde se evalúa el posible impacto transfronterizo.

Enresa señala que el proceso administrativo culminará cuando obtenga un informe favorable del CSN sobre el plan de desmantelamiento y la consiguiente autorización del Ministerio de Energía de la transferencia de titularidad de la central nuclear a Enresa para el inicio de la fase de desmantelamiento.

Finalmente, Enresa destaca que tiene una «singularmente amplia experiencia» en el desmantelamiento de instalaciones nucleares y pone de ejemplo los trabajos realizados en las centrales nucleares de Vandellós I (Tarragona) y de José Cabrera (Guadalajara), que en la actualidad está aún en fase de desmantelamiento, así como en el reactor experimental del CIEMAT.

El desmantelamiento de Garoña podría terminar en torno al año 2034 aproximadamente

Europa Press.- El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha estimado el tiempo del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) en una horquilla de 13 a 16 años, lo que situaría el final de este proceso una vez pasado el año 2030.

En la comparecencia celebrada esta mañana para informar de la decisión del Gobierno de denegar la solicitud de Nuclenor, el titular de Garoña, de operar la planta hasta 2031, cuando hubiera llegado a los 60 años de vida útil, Nadal ha apuntado a que este proceso podría durar de 13 a 16 años.

En primer lugar, la central debe ser declarada en situación de cese definitivo de explotación, aunque su licencia de operación ya expiró el 6 de julio de 2013.

El Ministerio ha informado que, a continuación, el departamento que dirige Nadal deberá emitir la autorización de desmantelamiento, pero para ello el Consejo de Seguridad (CSN) emitirá un informe previo y, posteriormente, se emitirá la declaración de clausura.

Respecto a la autorización de desmantelamiento, esta deberá ser solicitada por la Empresa estatal de Residuos (Enresa), que será la empresa encargada de realizar estas actividades, que ya está próxima a terminar en la central de José Cabrera (Guadalajara), más conocida como Zorita y que dejó de operar en 2006.

En esta solicitud, Enresa además habrá de pedir la transferencia de titularidad de la central, y antes de la concesión de esta autorización y del traspaso de titularidad, se abrirá un periodo previo de desmantelamiento.

En esa fase, el titular, Nuclenor, deberá realizar un conjunto de tareas y la primera es descargar el combustible que está almacenado en la piscina de Garoña. En el caso de esta planta, el titular extrajo el combustible del reactor en diciembre de 2012, meses antes de que su licencia terminase en julio de 2013, a consecuencia de un nuevo impuesto al combustible nuclear.

Si bien, para descargar este combustible Nuclenor tendrá que construir un almacén temporal individualizado (ATI) en el que se pueda albergar todo el combustible gastado por la central a lo largo de sus casi 43 años de operación, ante la falta de un almacén temporal centralizado que ya debía haber entrado en funcionamiento en este 2017 de acuerdo con el mandato parlamentario.

Del mismo modo, antes de que Enresa asuma la titularidad de Garoña y se haga cargo del desmontaje y desmantelamiento de la central, Nuclenor deberá haber acondicionado los residuos generados durante la explotación (los residuos radiactivos de baja y media actividad que se gestionan por Enresa en El Cabril).

En la actualidad, el Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas (RINR) no fija un plazo determinado para acometer el predesmantelamiento, pero Enresa calcula que el desmantelamiento podría comenzar unos seis años después de la parada definitiva del reactor y que podría durar aproximadamente diez años.

Una vez terminen las actividades desmanteladas, se acometerá el plan de restauración del emplazamiento que tendrá que ser verificado junto con el resto de las condiciones técnicas que se establezcan. Después de ese proceso el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital deberá emitir la declaración de clausura.

Será entonces cuando Enresa devuelva el emplazamiento a su titular, en este caso Nuclenor, pero el Ministerio puede establecer restricciones de uso sobre los terrenos en los que se asentaba la instalación.

En concreto, el artículo 28 del Reglamento de Instalaciones Nucleares, precisa que el Ministerio declarará el cese de la actividad y establecerá unas condiciones que se deberán ajustar a las actividades a realizar en la instalación a partir de ese momento y el plazo en el que se deberá solicitar la autorización de desmantelamiento o bien de desmantelamiento y cierre.

En todo caso, se entiende por desmantelamiento todas aquellas actividades realizadas una vez obtenida la correspondiente autorización que permiten solicitar la declaración de clausura y que supondrá la desclasificación de la instalación y la liberación, total o restringida, del emplazamiento.