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Las emisiones de CO2 del sector eléctrico se dispararon en 2017 por la sequía, comprometiendo los objetivos climáticos de España

Europa Press.- El sector eléctrico emitió un total de 74,9 millones de toneladas de CO2 durante 2017, lo que supone un incremento del 17,83% respecto al año anterior, según datos de Red Eléctrica de España. En este sentido, la ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha reconocido que la sequía registrada en España a lo largo de 2017 «complicará la senda de decrecimiento» que, en materia de emisiones de gases invernadero, venía registrando el país en los últimos años.

Así lo ha apuntado en la Comisión de Estudio del Cambio Climático en el Congreso sobre los resultados de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23), celebrada en Bonn (Alemania) en noviembre del pasado año. Tejerina ha insistido en que España cumple los objetivos que adquirió en la cumbre de París (COP21) y que su intención es lograr ir «más allá» de las cifras que se esperan del país para 2020. En este sentido, ha recordado que España «va un 10% por delante de sus obligaciones» en materia de emisiones y que en 2016 se han reducido los niveles en un 3,3%, con respecto a 2015.

Sin embargo, ha señalado que esta «senda de decrecimiento» podría «complicarse» como consecuencia de la sequía registrada a lo largo del pasado año y que, debido al mix energético del país, esta situación tendrá graves efectos con la menor aportación de la energía hidroeléctrica y también en la eólica, debido a la falta de viento. Esta situación, no ha evitado que la ministra señale a España como un «socio creíble» para la comunidad internacional, y se ha referido a los últimos informes de la Unión Europea en los que se asegura que el país «cumplirá” con su compromiso de 2020.

La responsable de Cambio Climático en España ha recordado las últimas medidas tomadas por su departamento para cumplir con la Cumbre de París y ha rechazado las críticas de «inacción» que ha recibido por parte del portavoz socialista en la materia, Ricardo García-Mira. Entre las iniciativas compartidas, Tejerina ha recordado que su ministerio, junto con el de Energía y Hacienda, están inmersos en la elaboración del primer borrador de la nueva Ley de Cambio Climático, un texto para el que, según ha reprochado, no ha recibido aportaciones de todos los grupos representados en el Parlamento.

Respondía de este modo la titular de Medio Ambiente a Unidos Podemos y Ciudadanos, cuyos portavoces en esta materia, Juan López de Uralde y José Luis Martínez, respectivamente, mostraron su preocupación por la tardanza a la hora de presentar el texto. La ministra ha explicado el proceso que se ha llevado a cabo en este sentido, en el que, según ha señalado, se ha llevado a cabo un proceso de consulta con los actores y sectores implicados y se ha abierto la norma, también, a la participación pública. «Hemos decidido trabajar escuchando primero. Si nos envían sus aportaciones serán consideradas», ha declarado durante su intervención.

Asimismo, Unidos Podemos y Ciudadanos también han coincidido en destacar contradicciones en los discursos de la propia Tejerina y los del ministro de Energía, Álvaro Nadal. Para Tejerina «no es incompatible poner la energía a precios competitivos, una vez satisfechas las necesidades medioambientales» del país. «El mix energético es determinante, pero una vez que vamos por delante de nuestras obligaciones y con garantías de cumplimiento», apuntó. «Al menos, a nuestro Gobierno le interesan los ciudadanos y las familias a las que les cuesta pagar la tarifa eléctrica cada mes», añadió.

También se enfrentó a las críticas ante la ausencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la COP23 y que lo comparen con la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente francés, Emmanuel Macron, que sí acudieron. «Merkel estaba porque era en Alemania y Macron para convocar otra cumbre. Con este contexto sus acusaciones se debilitan un poquito», ha recriminado.

Emisiones y el sector eléctrico

Las emisiones de CO2 del sector eléctrico se dispararon un 17,8% en 2017 toda vez que las fuentes renovables cubrieron el 33,3% de la producción eléctrica peninsular, frente al 40,8% del año anterior, registrando así su peor dato anual en el último lustro, según el avance del informe del sistema eléctrico español de Red Eléctrica de España (REE). Esta caída en la contribución de las renovables se debió principalmente al impacto de la sequía sobre la producción hidráulica, que registró una caída del 48,4% frente al año anterior. Además, estuvo acompañado de una menor generación eólica, que fue un 1,6% inferior respecto al año anterior.

En concreto, la hidráulica solo cubrió el 7% de la demanda en 2017, frente al 14,2% del ejercicio anterior, viéndose así sustituida por una mayor aportación del carbón, que representó el 17%, frente al 13,9% de 2016, y de los ciclos combinados, con un 13,9%, frente al 10,2% de hace un año. En cuanto a las tecnologías que más han contribuido a cubrir la demanda, la nuclear se situó nuevamente en primer lugar, con una aportación del 21,5%, seguida de la eólica, con el 18,2%. Además, las importaciones de energía eléctrica cubrieron en 2017 cerca del 4% de la demanda peninsular, según los datos del operador de la red eléctrica.

Con datos estimados a cierre del año, la demanda de energía eléctrica peninsular en este ejercicio se sitúa en 253.082 gigavatios hora (GWh), con un crecimiento del 1,2% con respecto al año anterior. Corregidos los efectos de la laboralidad y la temperatura, la demanda aumentó un 1,7% respecto a 2016. De esta forma, la demanda peninsular mantuvo la tendencia de crecimiento iniciada en 2015 tras cuatro años consecutivos de descensos.

Iberdrola pide a la industria que siga su ejemplo de dejar el carbón y tome medidas contra el cambio climático

Europa Press.- Mientras hay políticos, como el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, que recriminan que el decreto publicado por el Gobierno central para endurecer el cierre de las centrales térmicas «no evita» que puedan clausurarse estas instalaciones, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha pedido a la industria de todos los sectores que «siga su ejemplo» y tome medidas contra el cambio climático porque considera que «el momento de hablar ya ha pasado; ahora es el momento de actuar».

Sánchez Galán ha explicado la decisión de Iberdrola de cerrar sus centrales de carbón para cumplir con su objetivo de reducir sus emisiones de carbono en un 50% en 2030. Así, ha garantizado que la multinacional seguirá haciendo su parte pero necesita que «otras industrias y compañías» sigan su «ejemplo». En este contexto, ha defendido que el camino hacia una economía descarbonizada, sostenible y competitiva «no es un problema sino una oportunidad única que crea valor para la sociedad en su conjunto». «Esta transición necesita esfuerzos continuos y responsabilidad compartida. Tanto las empresas como los gobiernos debemos trabajar juntos más que nunca con el fin de impulsar el mundo hacia un futuro energético más sostenible y económicamente viable«, ha concluido.

“No evita” cerrar las térmicas

Por su parte, Lambán anunció que el Ejecutivo autonómico de Aragón se pondrá en contacto con el Gobierno de España para aclarar los términos del decreto y enmendarlo, dado que «enducere las condiciones para el cierre de una térmica, pero no evita el cierre de una central». Ha añadido que «es fundamental que las centrales térmicas nutridas por carbón autóctono se preserven de una forma especial y esto no ha sido contemplado. La protección del decreto es endeble y otras centrales como las nucleares quedan más salvaguardadas«, ha considerado Lambán.

Greenpeace pide desbloquear los cierres

Por otro lado, la organización ecologista Greenpeace exigió al Gobierno español que, en coherencia con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París, no bloquee el cierre de las centrales térmicas de carbón de Iberdrola de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), sino que «dé un mensaje sólido de lucha contra el cambio climático y asuma un compromiso para el abandono de las energías sucias y a favor de las renovables».

En este sentido, Greenpeace ha aplaudido la decisión de Iberdrola de solicitar al Ministerio de Energía el cierre de sus 2 térmicas en España, que suman 874 megavatios (MW) y que emitieron más de 2 millones de toneladas de CO2 en 2016, al tratarse el carbón del combustible que más contribuye al cambio climático. Dicho plan de cierre incluye el compromiso de mantenimiento del empleo, algo «fundamental», según Greenpeace, para la necesaria transición justa del carbón a la energía sostenible».

Para la organización ecologista, el anuncio de cierre de todas las centrales térmicas de carbón de Iberdrola es «una victoria de la lucha contra el cambio climático», y considera que es «una de las novedades más positivas» de la Cumbre COP23. Greenpeace ha pedido al resto de las grandes eléctricas que operan en España (Endesa, Gas Natural Fenosa, EDP y Viesgo) que informen de sus planes de cierre de sus respectivas térmicas de carbón, para que el Gobierno pueda planificar un nuevo sistema eléctrico sin carbón a partir de 2025.

Subvenciones a los combustibles fósiles

En este sentido, recuerda que, de momento, 3 de las 5 grandes eléctricas (Iberdrola, Endesa y EDP) han pedido que los objetivos europeos de renovables se eleven del 27% al 35% para 2030, en el contexto del debate del paquete europeo de energía y clima. «Pero el Gobierno español no apoya ni más objetivos de renovables, ni más participación ciudadana, sino que quiere nuevas subvenciones para la energía sucia», lamenta.

Greenpeace pide ahora a Iberdrola que «dé el siguiente paso» y anuncie el cierre de sus centrales nucleares y se comprometa a reemplazar esa energía por nueva generación renovable y eficiencia energética, en vez de aumentar la quema de gas. «Una compañía que pretenda ser líder en energía limpia debe presionar por un futuro completamente renovable, facilitando la participación», subraya.

La importancia del compromiso de Iberdrola se pone de manifiesto, según Greenpeace, tras la publicación de los datos del Global Carbon Project, que revelan que las emisiones mundiales de CO2 aumentarán este año en aproximadamente un 2% después de tres años de haberse mantenido estables, con un crecimiento nulo. Este repunte se debe, según la organización, al «lento ritmo» de reducción de las emisiones en la Unión Europea y Estados Unidos y el «anómalo» crecimiento de las emisiones en China.

José Luis García Ortega, responsable del programa de cambio climático de Greenpeace España, espera que el anuncio de Iberdrola sea un «empujón definitivo» para que las otras eléctricas propietarias de térmicas de carbón definan una fecha para el cierre de las mismas y para que el Gobierno «marque un camino claro para un sistema energético 100% renovable en manos de la ciudadanía». «Es vergonzoso que tengamos un Gobierno más fósil que las empresas eléctricas», sentenció.

La cumbre climática COP23 de Bonn (Alemania) impulsa el cumplimiento del Acuerdo de París al margen de Estados Unidos

Europa Press.- Bonn (Alemania) acoge hasta este viernes la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático a la que asisten en torno a 25.000 personas de todo el mundo para tratar de impulsar la acción climática y el desarrollo sostenible y reforzar el cumplimiento de las metas y ambiciones del Acuerdo contra el cambio climático firmado en París en 2015 y avanzar en su aplicación sin la aportación de Estados Unidos.

La primera semana se han celebrado distintos procesos de avance, multitud de eventos paralelos y reuniones entre las delegaciones mundiales. Ahora comienza el segmento de alto nivel. Así, entre este miércoles y jueves los jefes de delegaciones, ministros y jefes de Gobierno y de Estado acudirán a Bonn para el tramo final de negociación. Cada parte podrá intervenir una sola vez durante un máximo de 3 minutos para exponer su posición. Desde España, confirmaron la presencia de la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina desde este miércoles en Bonn.

El Acuerdo de París, alcanzado en diciembre de 2015, fue firmado en abril de 2016 por la mayoría de los países del mundo y entró en vigor en noviembre de ese mismo año, después de que fuera ratificado por más de 50 países que al menos sumaran el 55% de las emisiones de gases efecto invernadero de todo el mundo.

La Cumbre COP23 se centra en el impulso de los países a la aplicación del Acuerdo de París y en elaborar las directrices para aplicar sus disposiciones sobre cuestiones como la transparencia, la adaptación, la reducción de las emisiones, la financiación, la creación de capacidad y la tecnología. El fin será avanzar en todas estas áreas de manera que las directrices «claras» puedan quedar terminadas en la COP24 que se celebrará en Polonia en 2018.

Sin Trump y sin EEUU

Esta será la primera COP sin Estados Unidos, después de que su presidente Donald Trump anunciase su decisión unilateral de salir este acuerdo global, que han firmado más de 190 países. Sin embargo, también se recibirá a Nicaragua, que recientemente firmó el citado acuerdo. Por tanto, solo Siria y Estados Unidos permanecen al margen de la lucha contra el cambio climático, por razones muy diferentes: la primera por la guerra y la segunda por la voluntad política de su presidente.

Una vez el presidente anunció su voluntad de abandonar el Acuerdo de París, surgieron voces discrepantes dentro de Estados Unidos, que anunciaron que voluntariamente seguirían con la lucha contra el cambio climático, y también críticas del resto de la comunidad internacional. Lejos de desencadenar una reacción en cadena para apearse del acuerdo, la mayoría de países señalaron su voluntad de incrementar esfuerzos para compensar así la falta de acción norteamericana.

Ese fue el caso de China, la Unión Europea o de la propia Convención Marco de la ONU. La directora de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan, considera que la decisión de Trump de retirarse de París «fracasó espectacularmente» y provocó una «oleada de apoyos» para la acción climática global. «No hay vuelta atrás y no habrá renegociación y ese mensaje debe quedar claro en la COP23», confía la ecologista. Eso sí, Greenpeace pide a España asumir sus responsabilidades contra el cambio climático y planificar el abandono progresivo y ordenado de las energías sucias como el carbón.

Otra de las tareas principales en Bonn será hacer un primer balance global de esfuerzos colectivos respecto a los compromisos adquiridos en París para 2018. Las ONG ven en esta COP una «oportunidad» para empezar a cumplir con las promesas de París. Para la responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace España, Tatiana Nuño, España debe asumir una posición firme en la lucha contra el cambio climático y planificar un abandono progresivo y ordenado de las energías sucias.

Más de 400 organizaciones de Alianza por el Clima denuncian los «obstáculos» del Gobierno a la transición energética

Europa Press.- Las ONG que integran Alianza por el Clima expusieron los «obstáculos» que pone el Gobierno a la transición energética y al cumplimiento de los objetivos de lucha contra el cambio climático, ante la Cumbre del Clima (COP23) que se celebra en Bonn (Alemania). Bajo el título Transición energética: ¿de qué lado estás?, Alianza por el Clima insistió en la urgencia de actuar ante la grave crisis climática para transitar hacia un modelo energético sostenible basado en renovables.

En este contexto, recordaron que mientras España afronta la peor sequía de los últimos 20 años y sigue batiendo récords de aumento de temperatura, el Gobierno central continúa sin dar los pasos necesarios en la lucha contra el cambio climático y denuncia que el Ejecutivo está «frenando la necesaria transición energética» ya que se está alineando «con ciertos intereses empresariales y energéticos». Alianza por el Clima es una plataforma formada por más de 400 organizaciones sociales de ámbito estatal cuyo fin es sensibilizar a la sociedad y a los poderes públicos sobre los efectos del cambio climático y sobre las medidas de mitigación del mismo.

La ONU insta a los gobiernos y empresas a tomar medidas «urgentes» para cumplir los objetivos climáticos acordados en París

Europa Press.- La ONU ha instado a gobiernos y empresas a tomar medidas de carácter «urgente» para poder cumplir con los objetivos climáticos acordados en la Cumbre de París de 2015. Así lo recoge el VIII Informe de Brecha de Emisiones Emissions Gap Report de Naciones Unidas, publicado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bonn (Alemania).

Este informe considera que las promesas nacionales sólo representan un tercio de la reducción de las emisiones que se requieren para 2030 para cumplir con los objetivos climáticos, e insta a sector privado y acción subnacional a aumentarlas a un ritmo que ayudaría a cerrar esta «preocupante» brecha. El Acuerdo de París busca limitar el calentamiento global a menos de dos grados centígrados, con un objetivo más ambicioso de reducirlo a 1.5 grados. El cumplimiento de estos objetivos reduciría la probabilidad de impactos climáticos severos que podrían dañar la salud humana, los medios de subsistencia y las economías del mundo.

Según advierte la ONU, incluso la plena implementación de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas) condicionales e incondicionales actuales hace muy probable un aumento de la temperatura de 3 grados para 2100, por lo que exige a los gobiernos a hacer promesas «mucho más fuertes» cuando estas sean revisadas en 2020. En el informe, la ONU también alerta de la posible retirada de Estados Unidos de este acuerdo climático: «Si los Estados Unidos cumplieran con su intención declarada de abandonar el Acuerdo de París en 2020, la situación podría ser aún más sombría».

No obstante, el documento presenta formas prácticas de recortar las emisiones a través de una acción de mitigación en rápida expansión basada en las opciones existentes en los sectores de la agricultura, los edificios, la energía, la silvicultura, la industria y el transporte. Así, señala que las medidas enérgicas contra otros forzadores del clima, como los hidrofluorocarbonos, a través de la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, y otros contaminantes climáticos de vida corta como el carbono negro, también podrían constituir «una contribución real».

«Un año después de la entrada en vigor del Acuerdo de París, aún nos encontramos en una situación en la que no estamos haciendo lo suficiente para salvar a cientos de millones de personas de un futuro miserable», advierte el director de Medio Ambiente de la ONU, Erik Solheim, que ha calificado este hecho de «inaceptable». «Si invertimos en las tecnologías correctas, asegurando que el sector privado participe, aún podemos cumplir la promesa que hicimos a nuestros hijos de proteger su futuro. Pero tenemos que abordar el caso ahora», añade.

El informe también pone de manifiesto que las emisiones de CO2 se han mantenido estables desde 2014, gracias en parte a la energía renovable, especialmente en China y la India. Esto ha aumentado las esperanzas de que las emisiones hayan alcanzado su punto máximo, ya que para 2020 deben permanecer en una trayectoria climática exitosa. Sin embargo, el informe advierte de que otros gases de efecto invernadero, como el metano, siguen en aumento, y que un aumento en el crecimiento económico mundial podría volver a poner fácilmente las emisiones de CO2 en una trayectoria ascendente.

El informe encuentra que las promesas actuales hacen que las emisiones de 2030 lleguen de 11 a 13.5 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e) por encima del nivel necesario para mantenerse en el camino de menor coste para alcanzar el objetivo de 2ºC. Una gigatonelada es aproximadamente equivalente a un año de emisiones de transporte en la Unión Europea (incluida la aviación). La brecha de emisiones en caso de establecer el objetivo de limitar el calentamiento a los 1.5 grados es de 16 a 19 GtCO2e, más alta que las estimaciones previas a medida que nuevos estudios estén disponibles.

Por otro lado, la ONU considera que las acciones prometidas por organismos no estatales y subnacionales (como las ciudades y el sector privado) podrían reducir la brecha de emisiones de 2030. Las 100 empresas emisoras más grandes del mundo que cotizan en bolsa, por ejemplo, representan alrededor de una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, «lo que demuestra un gran margen para una mayor ambición».

Para ayudar a reducir estas emisiones, el informe propone que se eviten nuevas plantas de energía a base de carbón, así como acelerar la eliminación progresiva de las plantas existentes, asegurando el manejo cuidadoso de cuestiones tales como el empleo, los intereses de los inversores y la estabilidad de la red. Se estima que hay 6.683 centrales eléctricas de carbón en funcionamiento en el mundo, con una capacidad combinada de 1.964 GW. Si estas plantas operan hasta el final de su vida útil y no se adaptan con la captura y el almacenamiento de carbono, emitirían un acumulado de 190 Gt de CO2. El 85% del carbón depende e China, India, Turquía, Indonesia, Vietnam, Japón, Egipto, Bangladesh, Pakistán y Corea.

Para evitar rebasar los objetivos de París, el informe hace hincapié en la inversión en la tecnología en agricultura, edificios, energía, industria y transporte. Esas inversiones, con un coste de inversión de menos de 100 dólares por tonelada de CO2 evitada, a menudo mucho más baja, podrían ahorrar hasta 36 GtCO2e por año para 2030. Gran parte del potencial en todos los sectores proviene de la inversión en energía solar y eólica, electrodomésticos eficientes, automóviles de pasajeros eficientes, la forestación y la detención de la deforestación, según el informe, que señala que centrarse sólo en las acciones recomendadas en estas áreas, que tienen costes modestos o netos negativos, podría reducir hasta 22 GtCO2e para 2030.

La marcha ciclista Moving for Climate NOW llega este domingo a su destino final: la cumbre climática de Bonn (Alemania)

Europa Press.- La marcha ciclista Moving for Climate NOW, promovida por la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas con Iberdrola, culminará este domingo su recorrido en bicicleta eléctrica desde París (Francia) hasta la Cumbre del Clima (COP23), que comenzará este lunes en Bonn (Alemania).

Esta iniciativa, evento oficial de la Cumbre y calificado como endorsed initiative por la COP23, está integrada por un equipo ciclista multidisciplinar formado por más de 40 personas de diferentes organizaciones y países que tiene como objetivo sensibilizar sobre la importancia del reto del clima, de unir esfuerzos desde todos los ámbitos y de actuar con ambición y urgencia para frenar el cambio climático, según detallaron sus impulsores. Con la finalidad de difundir estos mensajes, los participantes han recorrido casi 800 kilómetros para llegar a Bonn este domingo, tras pasar por Bruselas y otras ciudades europeas como Brujas y Urmond.

La Red Española del Pacto Mundial e Iberdrola consideran que la Cumbre de Bonn será una cita muy relevante para acelerar la definición de los compromisos de París e implementar el Acuerdo alcanzado en París de 2015. A su llegada a la COP23 de Bonn, Moving for Climate NOW entregarán el manifiesto de esta iniciativa contra el cambio climático, un documento en el que están recogidos los principios fundamentales sobre los que este equipo considera que hay que actuar para afrontar los retos del clima.

Destacan, por ejemplo, la apuesta por las energías renovables, la necesidad de ver la lucha contra el cambio climático como una oportunidad y no como una amenaza para construir un modelo económico sostenible, la urgencia de unir esfuerzos desde ámbitos diversos y la importancia de movilizar recursos de financiación. La marcha ha verificado el cálculo de sus emisiones y ha compensado su huella de carbono a través de la compra de créditos de carbono en las plataformas Climate Neutral Now de Naciones Unidas y CeroCO2.

Moving for Climate NOW alcanza así su segunda edición, después de que el equipo ciclista recorriese el año pasado más de 1.000 kilómetros para llegar desde Sevilla hasta la Cumbre del Clima de Marrakech, COP22. En la pasada edición participaron representantes de organismos internacionales como la Comisión Europea, el Banco Europeo de Inversiones y la Agencia Internacional de la Energía (AIE); instituciones como la Oficina Española de Cambio Climático, el Consejo Económico, Social y de Medioambiente de Marruecos, la Fundación Biodiversidad y el Ayuntamiento de Sevilla; iniciativas como el World Business Council for Sustainable Development o Carbon Disclosure Project, o la sociedad civil a través de ONGs como ECODES, Cruz Roja y Ayuda en Acción.

La mayor parte de estas organizaciones repiten en esta ocasión y además se incorporan otras nuevas, como la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCC); el World Resources Institute (WRI) y la International Renewable Energy Agency (IRENA), entre otros. La marcha de 2016 llegó a la Cumbre de Marrakech, donde el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y el vicepresidente de la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, Víctor Viñuales, entidades organizadoras de Moving for Climate NOW, entregaron el manifiesto de la iniciativa a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

La ONU señala que la cumbre climática de Bonn debe «ir en la dirección» de fijar un precio al carbón

Europa Press.- La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), Patricia Espinosa, ha señalado que «el sector privado está pidiendo poner precio al carbón» y que en la próxima cumbre climática (COP23), que tendrá lugar en Bonn (Alemania), del 6 al 17 de noviembre, se debe «ir en esa dirección«.

Espinosa cree que «no será factible» alcanzar los objetivos del Acuerdo de París de no superar un aumento global de temperatura de 2ºC si la tecnología de Captura y Almacenamiento de Carbón (CCS) «se queda fuera» de las negociaciones. «Tenemos que hablar de una combinación de adaptación y mitigación», ha destacado Espinosa en relación con las tecnologías de «emisiones negativas» como la Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono (BECCS).

El reto de la COP23 será impulsar la aplicación del Acuerdo de París, por lo que las negociaciones de los países se centrarán en elaborar directrices para poner en marcha cuestiones como la transparencia, la adaptación, la reducción de las emisiones, la financiación, la creación de capacidad y la tecnología, según se recoge en el programa oficial de negociación. El objetivo último «será avanzar en todas estas áreas de manera que las directrices puedan quedar terminadas en la COP24 que se celebrará en Polonia en 2018», señalan en la plataforma.

Hasta el momento, 154 países han ratificado el Acuerdo de París y, ahora, «tendrán que hacer contribuciones específicas para su implementación», según indicó Espinosa. Durante las dos semanas de la COP23, una «enorme» área de la ciudad de Bonn se convertirá en el Campus del Clima, que estará dividido en dos zonas: Bula y Bonn, según han informado desde la plataforma web de la cumbre.