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La Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático denuncia que los 12 grandes proyectos hidroeléctricos del país podrían triplicar su deuda

EFE.- Los planes de Bolivia de construir en los próximos años 12 grandes presas hidroeléctricas pueden duplicar y hasta triplicar la deuda del país y causar daños graves en el ecosistema, según denunció la Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático.

Así lo afirma Martin Vilela, coordinador de Justicia Climática de la ONG, durante la Conferencia sobre el Cambio Climático que tuvo lugar en Bangkok.

Vilela afirmó que los casos más preocupantes son las presas de Bala-Chepete y Rositas en la cuenca amazónica que no han contado, según él, con una consulta informada previa de las comunidades e invadirán terrenos de parques naturales.

El activista boliviano añadió que las hidroeléctricas, proyectadas para exportar energía, producirán electricidad a precios no competitivos en un mundo que avanza hacia otras tecnologías renovables.

También se mostró preocupado por la apuesta del Gobierno de Evo Morales por el biocombustible, lo que significará que la deforestación aumente desde las 200.000 o 340.000 hectáreas anuales en la actualidad a 420.000 hectáreas por año en el futuro.

En su opinión, el fracking de hidrocarburos y la energía nuclear, también incluidas en los planes del Gobierno boliviano, asimismo son contraproducentes.

«En Bolivia vivimos un gran desafío porque el Gobierno solo entiende el desarrollo como crecimiento económico», indicó Vilela.

El activista denunció que en este sentido las autoridades bolivianas han perseguido en los últimos diez años «un modelo de industrias extractivas en energía».

Las ONG bajo la plataforma demandan que los países desarrollados abandonen las fuentes de energía contaminantes en 2030 y las naciones en desarrollo lo hagan en 2050, como muy tarde.

También exigen una moratoria a la energía nuclear a partir de 2019 y la prohibición de la hidrofracturación o fracking de gas y petróleo.

Los delegados en Bangkok negocian un manual de normas y directrices que incluya metas, calendarios y políticas para que los países reduzcan sus emisiones de gases contaminantes, responsables del calentamiento global, de acuerdo con el Acuerdo de París (2015).

Uno de los escollos en las negociaciones es cómo van a hacer efectivo los países desarrollados los 100.000 millones de dólares anuales que se han comprometido a aportar a las naciones en desarrollo a partir de 2020 para luchar contra el cambio climático y paliar sus efectos.

La cita de Bangkok, en la que participan más de 1.400 delegados de 182 países, es la última reunión preparatoria antes de la Cumbre del Clima (COP 24) que tendrá lugar en Katowice (Polonia) en diciembre.

La conferencia de cambio climático de Bangkok negocia acuerdos contrarreloj para proporcionar la financiación para reducir los combustibles fósiles

EFE.- Los delegados de la ONU que asisten esta semana a la Conferencia del Cambio Climático en Bangkok (Tailandia) trabajan contrarreloj para acordar un marco de directrices y normas para frenar el cambio climático en medio del aumento de las temperaturas, la sequía y los incendios en el mundo. «Esta reunión es crucial», aseveró la secretaria ejecutiva de la Convención Marco sobre Cambio Climático de la ONU (CMNUCC), la mexicana Patricia Espinosa.

Las delegaciones deben concretar unas directrices y reglas a partir del Acuerdo de París (2015), que busca reducir el aumento de la temperatura de este siglo por debajo de 2 o incluso 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Algunos de los puntos de negociación tienen que ver con los compromisos de los distintos países para reducir las emisiones de CO2, el esfuerzo financiero y la disminución del uso de los combustibles fósiles.

Ante los delegados de más de un centenar de países en la sede de la ONU en Bangkok, Espinosa subrayó la «urgencia» para consensuar unas directrices antes de la Cumbre del Cambio Climático (COP 24) que se celebrará en Katowice (Polonia) en diciembre. «Firmar el Acuerdo de París fue un éxito», recordó la mexicana antes de añadir que aún quedan «grandes desafíos». El primer ministro de Fiyi, Frank Bainimarama, fue más drástico y afirmó que la reunión en Bangkok no es una «sesión adicional» sino de «emergencia». Bainimarama, presidente de la COP 23 de Fiyi/Bonn, alertó de que los países no están preparados para implementar los acuerdos de París para reducir el calentamiento global, responsable del empeoramiento del clima global.

Un grupo de activistas se manifestaron en Bangkok para pedir cortes drásticos del uso de los combustibles fósiles, responsables en parte del calentamiento global, y mayor protección para las comunidades más vulnerables. Los países menos desarrollados, que incluyen las naciones insulares amenazadas, están preocupados por su escaso peso en las negociaciones y por que la financiación sea insuficiente. El Grupo de los Países Menos Desarrollados (LDC) reitera que se necesitan billones de dólares para evitar que los países subdesarrollados tengan que acudir a los combustibles fósiles y otras energías contaminantes. «Aquellos países con mayor capacidad y responsabilidad tienen que dar un paso al frente», indicó Gebru Jember Endalew, presidente de LDC, con sede en Etiopía.

El año pasado, la cantidad de gases de efecto invernadero liberados en la atmósfera alcanzó máximos históricos, según el Informe Anual del Estado del Clima. Estados Unidos es el segundo mayor contaminante del mundo después de China, pero el Gobierno de Donald Trump decidió el año pasado retirarse de los compromisos de París al alegar que perjudica a la economía y los trabajadores de su país. Según las normas del acuerdo, la retirada de Estados Unidos no se hará efectiva hasta el 4 de noviembre de 2020, un día después de las elecciones en las que Trump buscará la reelección.