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La OCDE insta a mover las economías hacia una senda baja en carbono para cumplir con el Acuerdo de París

Europa Press.- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha advertido a los países de que es necesario que respeten sus compromisos climáticos al tiempo que los riesgos crecen y afea que, 3 años después de sus promesas en la Cumbre del Clima de París, una «aplastante mayoría» de Gobiernos no han tomado las acciones necesarias para contener el aumento de los riesgos climáticos.

Por ello, en un contexto de nuevo crecimiento de emisiones, la OCDE urge a sus 42 miembros que necesitan más seriedad para abordar la cuestión y dirigir a sus países a un modelo bajo en carbono y dejar de invertir en infraestructuras intensivas en carbón. Así lo recomienda la OCDE en el documento de la OCDE Financing Climate Futures: Rethinking Infraestructure. El estudio denuncia que solamente 9 de los 180 países firmantes del Acuerdo del Clima de París se han comprometido con la estrategia baja en carbono de largo plazo para 2050 de la ONU.

Sin embargo, se siguen gastando más de 424 billones de euros anuales en subsidios al petróleo, al carbón o al gas y la mayoría no han roto su dependencia presupuestaria de los ingresos procedentes de los combustibles fósiles. Además, el documento también denuncia que los Gobiernos están fallando a la hora de hacer un suficiente uso del gasto público como palanca para descarbonizar sus economías mediante la inversión en infraestructuras bajas en emisiones e innovación.

«Después de todos los compromisos de París y a pesar de tener en la mano todas las herramientas que se necesitan para avanzar, esta inercia nos pone en el riesgo de perder la guerra contra el cambio climático», alerta el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría. Por ello, insiste en que los Gobiernos necesitan implantar sus compromisos por completo y entonces aumentar la acción.

Para alcanzar el objetivo de temperatura de París, las emisiones globales de CO2 necesitan dejar de crecer tan pronto como sea posible y desde ahí iniciar un rápido declive hasta llegar prácticamente a cero durante la segunda mitad de este siglo. La OCDE valora que se han producido algunos progresos en materia de financiación verde, por ejemplo el mercado de bonos verdes, que se ha inflado en un 1.000% en los cinco años antes de 2017 y la transparencia sobre los riesgos climáticos está mejorando.

El informe sugiere también vías para atraer mayores flujos financieros, públicos y privados, a alinearse con los objetivos de París y en particular con la financiación de infraestructuras. El estudio cree que debería hacerse a través de una mejor planificación y previsión, mediante la integración de la preocupación climática en las decisiones presupuestarias y dar ventaja a la compra pública de infraestructuras bajas en emisiones.

El análisis de la OCDE muestra asimismo como el cambio hacia inversiones en infraestructuras hacia opciones bajas en carbono combinadas con reformas estructurales para apoyar esta transición podría en la actualidad aumentar el Producto Interior Bruto como mucho un 5% en 2050, más que situarse como una amenaza para el crecimiento económico. Esta conclusión incluye también los efectos de tener menor riesgo de daños a consecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, ya que el coste de impulsar las infraestrucutras verdes frente a otras podría ser mayor que el balance por los ahorros de combustibles fósiles.

Todavía se ha hecho poco por los gobiernos para nivelar el campo de juego entre las alternativas altas o bajas en carbono, según la OCDE, que pone de ejemplo que las centrales eléctricas que están en la actualidad bajo construcción o en la planificación conducirán casi a duplicar las emisiones procedentes de la generación eléctrica actual. Por ello, la organización admite que todavía son débiles los incentivos para hacer el cambio hacia la energía e infraestructuras verdes y desincentivar las emisiones en todos los sectores.

El análisis de precios de carbono de la OCDE se basa en los impuestos y las emisiones transferibles, que permiten a 42 países que el 46% de las emisiones globales de CO2 no están sujetas a precio y solo el 12% de las emisiones globales de CO2 tienen un precio por encima del coste real estimado para el medio ambiente, que se sitúa en 30 euros por tonelada de CO2. Entiende la organización que con el ritmo de crecimiento anual del precio de las emisiones, los precios del carbón solo llegarán a sus costes reales para el clima en 2095.

La OCDE advierte de que pocos países tienen un precio del CO2 suficientemente caro para cumplir el Acuerdo de París

Europa Press.- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) asegura que pocos países han elevado el precio de emitir dióxido de carbono (CO2) lo suficiente como para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París contra el cambio climático.

En este sentido, la OCDE advierte a los Gobiernos que tiene que incrementar el precio del CO2 «mucho más rápido» si quieren alcanzar sus compromisos de recortar las emisiones y reducir el impacto del cambio climático bajo el Acuerdo del Clima. El estudio concluye que aunque los precios de la tonelada de CO2 están subiendo poco a poco, todavía su impacto es demasiado bajo como para provocar un impacto significativo luchando contra el cambio climático.

El estudio muestra que la brecha del precio del carbono, que compara los precios actuales con el coste real del clima que se estima en unos 30 euros por tonelada de CO2, fue del 76,5% en 2018.Esta comparación mejora el 83% de diferencia entre estas dos variables que había en 2012 y también la brecha del 79,5% de 2015.

Sin embargo, el estudio sugiere que a este ritmo, el precio del carbono solo llegará a ser equivalente a su coste real en 2095. Por ello, la OCDE insiste en que se necesita una acción más rápida para incentivar a las empresas a innovar y enfrentarse al reto de completar una economía baja en carbono y estimular a las familias y consumidores a adoptar estilos de vida bajos en carbono.

Se esta “perdiendo el tiempo”

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, ha denunciado que el «abismo» existente en la actualidad entre el precio del carbono y el actual coste de las emisiones del planeta es «inaceptable». «Establecer un precio correcto del carbón es una forma efectiva para frenar el cambio climático. Estamos perdiendo una oportunidad de conducir a las economías a una senda de crecimiento baja en carbono y perdiendo el tiempo cada día que pasa», ha sentenciado.

El informe compara los precios del CO2 de acuerdo con criterios como la tasa efectiva del carbono, que es la suma de tres componentes: los impuestos específicos a los combustibles fósiles, las tasas al carbono y los precios que permite el comercio de emisiones. Estos tres instrumentos aumentan el precio del carbono y al mismo tiempo bajan los precios de las tecnologías de los combustibles bajos o cero emisores de CO2, por lo que impulsa a que los usuarios de energía apuesten precisamente por las opciones bajas emisoras de CO2.

Por países, la OCDE encuentra que los precios del CO2 en 2015 presentaban grandes diferencias que van desde el 27% en Suiza y de más del 90% en algunas economías emergentes. Asimismo, Francia, India, Corea, México y Reino Unido redujeron sustancialmente la brecha entre estos dos factores (el precio del CO2 y su coste real) entre 2012 y 2015. La OCDE pone de ejemplo algunas nuevas iniciativas sobre precio del CO2 puestas en marcha en países como Canadá, China o Francia y considera que podrían contribuir a reducir significativamente estas diferencias. La intensidad de CO2 en los países en desarrollo es frecuentemente más baja en los países con menor diferencia en el precio del CO2.

La Agencia de la Energía Nuclear (AEN) subraya que el reto del sector nuclear es producir energía limpia y segura

EFE.- La Agencia de la Energía Nuclear (AEN) considera que el desafío actual del sector es hacer frente a la creciente demanda energética de forma segura y respetuosa con el medioambiente. «Una sola fuente de energía no podrá cubrir todas las necesidades, pero la energía nuclear, junto a las renovables, puede suponer un criterio equilibrado para hoy y a largo plazo», declaró en un vídeo el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Angel Gurría.

El director general de la corporación estatal rusa Rosatom, Alexéi Lijachov, coincidió en que hay que buscar un equilibrio combinando «el sol, el viento, el átomo y el agua», una tarea «ambiciosa pero factible» en un contexto en el que «el consumo de electricidad no deja de crecer». Para Lijachov, además de conseguir una energía nuclear segura, un gran reto en esta nueva etapa será «convencer a la opinión pública mundial» de que lo es.

Colaboración internacional en materia nuclear

Por otra parte, el presidente del Comisariado de la Energía Atómica de Francia, Daniel Verwaerde, destacó que otro de los desafíos en Europa o Estados Unidos será hacer frente a «nuevos competidores», y puso como ejemplo el bajo precio de los hidrocarburos. «Ningún país puede responder solo a todos estos retos», afirmó Verwaerde, quien cree que es necesaria una «colaboración internacional«, para la que la AEN ofrece el marco perfecto. Creada en 1958, la AEN incluye a miembros de 33 países de Europa, Asia y América y también considera como «socios estratégicos» a la India y China. Esta agencia intergubernamental con sede en Francia, organizada por la OCDE, busca facilitar la cooperación entre los países poseedores de tecnología nuclear avanzada.

La OCDE pide elevar la fiscalidad sobre la energía para combatir el cambio climático

Europa Press.- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomienda a los gobiernos elevar los impuestos sobre la energía para combatir los efectos del cambio climático, en vista de los lentos progresos registrados en esta materia. En un informe que analiza a 42 países que representan aproximadamente el 80% del consumo de energía global, la organización considera que es necesario endurecer la fiscalidad verde sobre la energía ya que está generalmente dominada por los impuestos indirectos y «sigue estando muy por debajo de su potencial».

En este sentido, el secretario general de la institución, Ángel Gurría, señaló que comparar la evolución de estos impuestos entre 2012 y 2015 arroja «un resultado desconcertante» ya que se han realizado o se están realizando «esfuerzos para aplicar el principio de quien contamina paga, pero los avances hacia el uso efectivo de los impuestos para reducir las emisiones nocivas son lentos». «Los gobiernos deberían hacer más y mejor», añadió.

Fiscalidad insuficiente y cambio climático

Así, en 2015, excluido el transporte por carretera, la OCDE afirma que el 81% de las emisiones no estaban gravadas. Mientras que en aquellos casos en que sí existían tasas impositivas, se encontraban por debajo de la estimaciones de los costes climáticos (30 euros por tonelada de CO2) para el 97% de las emisiones. A este respecto, el informe destaca que el carbón, que se caracteriza por sus altos niveles de emisiones y que representa casi la mitad de las emisiones de carbono en el consumo de energía en los 42 países, está gravado con las tasas más bajas o está totalmente exento de impuestos en casi todos los países.

De esta manera, la organización lamenta que, a pesar del «intenso debate», las tasas reales de impuestos sobre el carbono siguen siendo bajas ya que, aunque la cobertura con algún tipo de tasa aumentó del 1% al 6% en 2015, apenas un 0,3% de las emisiones de CO2 estaban gravadas con un nivel de impuestos que reflejara los costes climáticos.

Además, la OCDE apunta que los aumentos significativos de la fiscalidad verde se limitan en gran medida al sector transporte. Así, valora que en algunos países, como Francia, se están eliminando las tasas impositivas más bajas para el diésel en comparación con la gasolina, aunque considera que estos impuestos siguen «muy por debajo» de los niveles necesarios para cubrir los costes externos no relacionados con el clima en casi todos los países. Para Gurría, «el daño al clima y la calidad del aire por la combustión de combustibles fósiles puede contenerse, pero cuanto más tarde se demore, más difícil y costoso será afrontar este desafío».

La OCDE pide elevar el precio del carbono y los impuestos de las energías contaminantes

Redacción / Agencias.- El 90% de las emisiones contaminantes por el uso de la energía en los países ricos y las economías emergentes tienen un precio inferior al daño que causan al clima, según un estudio publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), coincidiendo con la segunda y definitiva semana de la Cumbre del Clima de París (COP21).

Esta organización analiza las tasas de carbono efectivas (la suma de impuestos al carbono, impuestos específicos sobre el consumo de energía y sistemas del comercio de emisiones) de sus 34 países miembro (que son los países desarrollados) y 7 economías asociadas del G-20 (Argentina, Brasil, China, India, Indonesia, Rusia y Sudáfrica). Por tanto, evalúa cuánto pagan los usuarios por las emisiones contaminantes procedentes de la energía. El estudio concluye que el 90% de las emisiones en estos 41 países, que representan el 80% del consumo energético mundial, están tasadas en menos de 30 euros por tonelada equivalente de CO2, que la OCDE cifra como coste mínimo por sus repercusiones climáticas, y el 70% cuestan menos de 5 euros por tonelada.

Impuestos o comercio de emisiones

A juicio de la organización, estos datos muestran la necesidad que existe de poner precio al carbono, a través de impuestos o a través de los sistemas de comercio de emisiones, «como una de las herramientas más eficaces para reducir las emisiones de CO2 por el uso de la energía». «Los precios pueden reducir el consumo de energía, mejorar la eficiencia energética, e impulsar un cambio hacia formas menos dañinas de energía», apunta la OCDE.

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, indica en el estudio presentado que es necesario «un precio efectivo de las emisiones de carbono si queremos hacer frente al cambio climático». «La aplicación del principio de que quien contamina paga es insuficiente lamentablemente«, señala, antes de añadir: «No podemos seguir así si la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de manera efectiva es un verdadero objetivo político».

Sólo un 10% funciona correctamente

El informe indica que, en los 41 países analizados, el 60% de las emisiones de CO2 equivalente por el uso de la energía no están sujetas a ningún precio, un 30% cuestan hasta 30 euros por tonelada y sólo un 10% supera los 30 euros fijados como coste mínimo por sus daños al clima. Excluyendo el transporte por carretera, la tasa es cero para el 70% de las emisiones contaminantes y el 96% valen menos de 30 euros por tonelada equivalente de CO2. Un 46% de las emisiones del transporte por carretera tienen un precio superior a 30 euros, por lo que es el sector con los precios más altos.

La OCDE constata, además, que en casi todos los países se tasan las emisiones con impuestos relacionados con el sector energético, no con una tasa al carbono en sí. «Ese informe evidencia que las políticas de precios de carbono no están utilizando todo su potencial», indica el documento, que subraya que hace falta «un precio del carbono más elevado y de cumplimiento más estricto para conseguir los objetivos climáticos». Ese precio traería beneficios colaterales como «la reducción de la contaminación del aire o la elevación de los ingresos públicos», subrayaron.