Entradas

El horizonte que define el Ciadi

Nunca España tuvo tantos procesos abiertos en los tribunales de arbitraje internacional como en estos momentos. Nunca había perdido un pleito hasta el momento en estas instancias por motivos energéticos. Y, probablemente, nunca un laudo de estas características sea comprendido y evaluado por su valor a efectos premonitorios. Quedan otros 26 arbitrajes pendientes de resolución y se buscan las claves que puedan determinar el decurso en estas instancias especiales de litigación que, tras la cascada de denuncias de los inversores internacionales en renovables, podrían acabar en una cascada de sentencias contra el Estado español.

Para entender las claves que puedan anticipar el futuro de estos arbitrajes es preciso conocer varios elementos. El primero, la instancia en la que se ha producido el laudo, en la medida en que sus jueces puedan definir un criterio específico. En el caso de los procesos derivados de la revisión retributiva renovable, estos se dividen entre las cortes de la Cámara de Comercio de Estocolmo, de la Corte de la Ciadi (el Tribunal de Arbitraje del Banco Mundial) y el Tribunal Arbitral de Luxemburgo.

Por otra parte, la segunda cuestión es la norma de la que derive el proceso. En la actualidad, existen dos bloques importantes de procesos abiertos alrededor de esta cuestión de la retribución renovable.  Los que se derivan de la reforma Sebastián (que laminó los ingresos de las instalaciones fotovoltaicas ordenándolas y cambiando los criterios de ajuste por zonas de insolación) y los que se derivan de la reforma de Alberto Nadal, que implantó el modelo de la rentabilidad razonable a lo largo de la vida de los activos (incluyendo el cálculo teórico según la fecha de instalación y los deslizamientos con límite sobre el precio de mercado previsto y realizado).

En este sentido, en 2016 hubo dos arbitrajes cuyas reclamaciones hacían referencia a la reforma Sebastián que la corte de Estocolmo falló a favor del Estado. Los primeros arbitrajes proporcionaron un optimismo moderado en las autoridades españolas. Sin embargo, es contra la reforma Soria/Nadal contra lo que se dirige el arbitraje recién conocido de la Ciadi. Y, por ello, la resolución de este último laudo ha sido un importante jarro de agua fría, por los dos motivos: porque afecta al grueso de las reclamaciones, tanto por la instancia en términos de jurisprudencia internacional como por el asunto abordado, ya que actualmente quedan otros 26 arbitrajes en el Ciadi derivados de la reforma Soria/Nadal; y porque los efectos regulatorios serán devastadores.

Por tanto, ya se puede tener una idea de los derroteros futuros. Estos días se cifraban estas indemnizaciones posibles en 3.500 millones de euros y el Gobierno ha afirmado que estudiaba recurrir, algo que, en principio, no es posible en los arbitrajes internacionales. Por otra parte, el Gobierno destaca que el tribunal condena «parcialmente» conforme a lo inicialmente solicitado por los demandantes. Se obvia que la condena es parcial en la medida en que las cortes de arbitraje solo protegen a las empresas extranjeras de los efectos de los cambios legales en terceros países que afecten a sus inversiones. Por tanto, valúa los daños para los inversores extranjeros perjudicados, mientras los perjuicios para los inversionistas españoles se quedan sin protección.

La siguiente cuestión, para evaluar el impacto de la cascada de indemnizaciones resultante, provendrá de la capacidad adicional que tengan las empresas españoles de reabrir los procesos en la jurisdicción de nuestro país apelando a la indefensión resultante con consecuencias discriminatorias de la protección exterior de los terceros países. Los servicios jurídicos de empresas y gabinetes de abogados ya están en marcha estudiando todas estas posibilidades. El laudo conocido dibuja un panorama de consecuencias ciertas (y otras posibles) para el Estado en términos de previsibles indemnizaciones en la cascada de sentencias pendiente. Luego vendrá como derivada la forma y el impacto en la parte regulada de las tarifas.  Y, además, añadiendo las costas del proceso.

Daniel Navia es el nuevo secretario de Estado de Energía y Eva Valle ocupará la Oficina Económica del Presidente

Europa Press / Servimedia.- El Consejo de Ministros aprobó este viernes el nombramiento de Daniel Navia como nuevo secretario de Estado de Energía, en sustitución de Alberto Nadal, quien ya ha asumido el cargo de secretario de Estado de Presupuestos y Gastos. Asimismo, se ha nombrado a Eva Valle Maestro como directora de la Oficina Económica del Presidente, cargo en el que sustituirá a su cuñado Álvaro Nadal, el nuevo ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital. Eva Valle es la mujer de Alberto Nadal.

El nuevo secretario de Estado de Energía ocupaba hasta la fecha el cargo de director general de Políticas Financieras, Macroeconómicas y Laborales de la Oficina Económica del Gobierno. Nacido el 5 de mayo de 1977 en Madrid, Navia es licenciado en Económicas por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster en Economía y Finanzas por el Centro de Estudios Monetarios y Financieros. Pertenece al grupo directivo del Banco de España como economista titulado desde 2002, donde ocupó diversos puestos en la Dirección General de Economía y Relaciones Internacionales. Entre 2007 y 2012 fue economista jefe en diversas unidades del Servicio de Estudios del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y director de Relaciones con Bancos Centrales en este mismo banco.

Valle era desde 2013 directora general de la Secretaría Técnica de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos y Asuntos Económicos Internacionales en la Oficina Económica del Presidente del Gobierno y, entre 2012 y 2013, fue directora general de Economía Internacional de la Oficina Económica del Presidente. Al igual que los hermanos Nadal, Valle es economista del Estado y ha sido subdirectora general adjunta de la División del Sistema Monetario Internacional y responsable del área del Fondo Monetario Internacional (FMI) del Ministerio de Economía y Hacienda entre 2010 y 2011; asesora del director ejecutivo para España en el Fondo Monetario Internacional entre 2004 y 2009; y asesora del secretario de Estado de Energía y Pyme entre 2003 y 2004.

También ha sido asesora en la Dirección General del Tesoro, así como diversos cargos en la Dirección General de Política Económica del Ministerio de Economía desde 2000 a 2002. El nombramiento de Valle y de Navia fue anunciado por el ministro de Educación y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, al término de la reunión del Consejo de Ministros.

El Gobierno nombra a Alberto Nadal nuevo secretario de Estado de Presupuestos dentro del Ministerio de Hacienda de Cristóbal Montoro

Europa Press / Servimedia.- El Consejo de Ministros aprobó el nombramiento de Alberto Nadal como nuevo secretario de Estado de Presupuestos y Gastos para encargarse de controlar el gasto público y elevar los ingresos para que España cumpla con sus objetivos de déficit público.

El titular del Ministerio de Hacienda, Cristóbal Montoro ha repescado a Alberto Nadal, hasta ahora secretario de Estado de Energía y hermano gemelo del actual titular de la cartera, Álvaro Nadal, para elaborar las cuentas públicas para la Secretaría de Presupuestos y Gastos, donde sustituirá a Marta Fernández Currás. Se trata de un puesto clave, ya que le corresponderá elaborar los Presupuestos en un momento en el que el Gobierno del PP no cuenta con la mayoría parlamentaria suficiente para sacar adelante las cuentas públicas.

Alberto Nadal es licenciado en Derecho y en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) y pertenece al Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. Fue vicesecretario general de la CEOE y de Asuntos Económicos, Laborales e Internacionales. Hasta ahora ocupaba la Secretaría de Estado de Energía, en la que acometió la reforma del sector eléctrico para poner fin al déficit de tarifa y contener una deuda de los consumidores cercana a los 29.000 millones.

Nadal comenzó su carrera profesional en el Ministerio de Economía y Hacienda, donde ocupó diferentes cargos en la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, y como asesor económico del vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, en la etapa de José María Aznar. Además, fue director general del Instituto de Crédito Oficial (ICO), secretario general de Comercio Exterior y consejero económico y comercial de la Embajada de España en Estados Unidos.

Capicúas energético-presupuestarios

La designación como secretario de Estado de Presupuestos de Alberto Nadal junto al nombramiento de Álvaro Nadal como ministro de Energía ha devenido con bastante sigilo en un hecho insólito en la historia de la Administración española: el hermanamiento fraternal entre el Ministerio de Hacienda y el área de Energía, imprevisible en 2013 después del pulso perdido por el ministro offshore José Manuel Soria con Cristóbal Montoro a cuenta del déficit de tarifa. Una situación capicúa en la que ahora ambos hermanos saben que la responsabilidad energética no es especialmente sencilla de abordar.

La primera cuestión que plantea el estado actual de la situación es, lógicamente, la propia designación futura de secretario de Estado de Energía, en sustitución de Nadal. Es decir, qué candidatos pueden estar en el pool de los nominados, los  problemas que habrá de abordar, con el agravante de contar con un Ministerio dedicado a tal efecto, con lo que su responsabilidad será más nítida.

Alberto Nadal, muy discutido, con una ejecutoria caracterizada por el mínimo nivel de negociación política sectorial, se empleó en abordar a su manera el problema del déficit tarifario, cuando sus predecesores habían seguido la política de Señor, que pase de mí este cáliz. Probablemente, no le quedaba otra dado el nivel al que estaba llegando el déficit tarifario y su tendencia explosiva imparable. Todavía no hemos visto el desenlace final de los conflictos derivados de estos cambios normativos, pero lo deberán abordar el flamante Ministerio y el futuro Secretario de Estado. Y seguramente los siguientes.

La segunda cuestión se deriva del resultado de las carambolas de billar del Gobierno extendido a las Secretarías de Estado. Es decir, por ejemplo, la designación del nuevo secretario de Estado de Energía se instrumentará conjuntamente con los juegos y equilibrios de poder resultantes del nombramiento de responsable de la Oficina Económica del Presidente. Será relevante si su nuevo responsable pertenece a la órbita de Luis de Guindos o a la órbita de los hermanos Nadal (y consecuentemente de la vicepresidenta Saénz de Santamaría), y condicionará el enfoque de la energía en la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.

Abordar cuestiones como la separación de determinados costes regulados de la tarifa eléctrica por su naturaleza política ajena al suministro (extrapenisulares, renovables) y su inclusión en los Presupuestos Generales del Estado, no podrán ser tratadas con inhibición o con una política de mirar para otro lado, puesto que ahora será el propio Alberto Nadal  quien tendrá esa patata caliente. Asimismo, Álvaro, parece haber avanzado su intención de conseguir bajar los precios energéticos, cuestión por otra parte contenida en el acuerdo con Ciudadanos. ¿Con qué enfoque se pondrá a esta labor?

Todo está lleno de capicúas.

Unesa ve con «buenos ojos» a Álvaro Nadal como nuevo ministro de Energía

EFE.- El presidente de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), Eduardo Montes, aseguró que ve con «buenos ojos» la composición del nuevo Gobierno y en especial al nuevo ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, del que Montes señaló que «está muy formado y será un buen ministro».

Montes explicó que «antes de hacer más valoraciones de la nueva cartera de Energía, es necesario conocer la estructura orgánica que tendrá el Ministerio y especialmente saber quién será el nuevo secretario de Estado de Energía». «Cuando se conozca la estructura del Ministerio trasladaremos nuestras peticiones como sector, que debemos pensar tranquilamente», añadió. Montes alabó la gestión del hermano del nuevo ministro, Alberto Nadal, como secretario de Estado de Energía, pero no quiso pronunciarse sobre cuál de los dos hubiera preferido como titular del Ministerio.

El principio de la era Nadal

La entrada de Álvaro Nadal en el Gobierno, como titular del nuevo Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital ha sido una de las principales novedades de este Ejecutivo de Mariano Rajoy. Su irrupción en el gabinete está siendo acompañada con un conjunto de crónicas acerca de su currículum, de su personalidad y sobre la peripecia que derivó en su inclusión en la formación final del Consejo de Ministros.

En términos políticos, el rotativo El Mundo lo califica de halcón, ilustrándolo con la frase aquí se viene llorado, dirigida supuestamente a las empresas del Ibex 35,  lo que trata de proporcionarle un cierto carácter legendario-artúrico además de congraciarle con los resabios podemitas hacia lo empresarial. Asimismo, varios medios revelan su aspiración de ser ministro desde su más tierna infancia, vocación que comparte con su hermano, Alberto, cuya íntima unión es destacada por quienes se han relacionado con ambos gemelos.

Algunos medios han anticipado la salida de su hermano Alberto como secretario de Estado de Energía (con alusiones textuales como ex Secretario de Estado de Energía, probablemente haciéndose eco de su posible salida hacia Washington o de su interés por el área de Presupuestos del Ministerio de Hacienda). Lo cierto es que, al menos durante esta semana en funciones, los dos comparten departamento en el Gobierno. Todavía no es ex. Estamos en la época de la postverdad, la todología en los medios y las intoxicaciones interesadas del relato político español.

Por otra parte, de su currículum, el digital Ara.cat reniega de los cursos de doctorado de Harvard que se recogen en varias de sus hojas de vida laboral, caracterizada por el logro de ser el número 1 de la oposición a técnico comercial y economista del Estado. Respecto a su peripecia más reciente, se ha difundido que su acceso al Gobierno se produjo apenas 24 horas antes de su anuncio, con el consiguiente split del ya extinto Ministerio de Industria, salomónicamente dividido entre el nuevo departamento de Nadal y el que dirige Luis de Guindos.

En todo caso, Nadal ha repetido el camino seguido por uno de sus predecesores en la Oficina Económica del Presidente, Miguel Sebastián. Conviene recordar que el socialista fue en su momento economista estrella del anterior presidente José Luis Rodríguez Zapatero y que sus sucesores en la Oficina Económica nunca alcanzaron el mismo protagonismo público que el que alcanzó el propio Sebastián, acusado de un afán maquinador en lo empresarial. Una escuela, la de la ejecución de políticas que, por otra parte, requiere unas habilidades muy diferentes al trabajo de gabinete como bien le recordó Luis de Guindos en su discurso.

Nadal ha abrazado el concepto de transición energética en los primeros días desde su nombramiento, así como el de agenda digital. Son conceptos hasta ahora únicamente instalados en el impreciso ámbito de la comunicación política y que necesitan su propia concreción en la realidad de la economía. Eso sí, menos contemplativa será la realidad que le aguarda al flamante ministro.

Los frentes son múltiples: la previsible evolución de los precios de la electricidad para consumidores domésticos (con un recibo a comparar en próximos meses respecto a un inicio de 2016 de precios extraordinariamente bajos), lo voluminoso de los costes de acceso y sus partidas integradas, que conforman que la tarifa sea resistente a la baja, la inminente resolución de los conflictos internacionales derivados de los cambios retributivos para las tecnologías renovables que impulsó su hermano, o el desastre del bono social, con el debate sobre la pobreza energética reabierto y el cuestionamiento de la idoneidad del mecanismo vigente, por su uso preferente en segundas viviendas más que por beneficiar a los consumidores de rentas bajas.

En el caso de Nadal, será preciso comprobar con el tiempo si su ejecutoria buscará la eficacia silenciosa, la definición de la verdaderamente necesaria política energética equilibrada en economía, seguridad de suministro y medioambiente orientada a futuro, garantizando una gobernanza sectorial privada, de seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y de mercado, o estará presidido por la tan tentadora promiscuidad pública focalizada al protagonismo mediático. Incluso, queda por conocer su posición, actuación e independencia respecto a la CNMC y el CSN, esperemos a fuer de liberal. Veremos.

Nadal deberá resolver la financiación del bono social de electricidad y decidir sobre las renovables, Garoña y el ATC

EFE / Europa Press.- La Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier) fue la primera organización, tras conocerse su nombramiento, en solicitar una reunión urgente con el nuevo ministro Álvaro Nadal, para abordar la situación del sector productor fotovoltaico español. Hasta ahora jefe de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, Álvaro Nadal tendrá un estreno intenso al frente de la nueva cartera de Energía, Turismo y Agenda Digital, ya que deberá buscar un nuevo sistema de financiación del bono social eléctrico.

Tras el varapalo del Tribunal Supremo, que consideró «inaplicable» el sistema actual de financiación, Nadal tendrá que afrontar la devolución a las compañías eléctricas de los 500 millones de euros que han aportado para permitir que los colectivos más vulnerables disfruten de un descuento del 25% en el recibo de la luz. Después de unos años de intensas reformas, fundamentalmente en el sector eléctrico, el nuevo ministro se encontrará con otros temas de calado, como la revisión del margen de comercialización de la tarifa eléctrica regulada, la nueva orden de peajes para la revisión trimestral de la luz, con la necesidad de evitar subidas, la aplicación de los superávit de tarifa o los detalles de la próxima subasta de renovables.

Anpier pide audiencia con Nadal

Precisamente la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier) ya ha solicitado una reunión urgente con el nuevo ministro de Energía para abordar la situación del sector productor fotovoltaico español. En una carta firmada por el presidente de Anpier, Miguel Ángel Martínez-Aroca, se recuerda al nuevo titular de Energía que «el colectivo de pequeños productores fotovoltaicos ha sufrido recortes draconianos en los últimos años, que les han colocado en unas situaciones financieras dramáticas; además de recibir un injustificado maltrato por parte del anterior Ejecutivo«. La asociación señala que el anterior ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, se negó a recibir al sector, «a pesar de recibir más de una decena de solicitudes por parte de Anpier».

La asociación subraya que «no es poca la responsabilidad» que asume el nuevo ministro, con un «inevitable cambio de modelo» tanto en la generación como en la forma de distribuir y consumir la energía, que ha de realizarse «con urgencia; pero con el sosiego necesario para evitar errores cuyas consecuencias lastren la proyección económica y el bienestar de los españoles».

Decisiones sobre Garoña y ATC

En materia nuclear, Nadal hereda la decisión de renovar o denegar la autorización a la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) para que siga produciendo electricidad. Sin embargo, antes de tomar la decisión, el nuevo Gobierno deberá recibir el informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) al respecto, que será preceptivo si es favorable a la continuidad, y vinculante, en caso de que el regulador estime que la planta no debe seguir abierta.

Al mismo tiempo, el Ejecutivo de Rajoy tendrá que dar una solución a los residuos nucleares españoles, pues el Parlamento instó al Gobierno en 2004 a construir un almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad pero hasta final de 2011 no se eligió la ubicación del mismo, en Villar de Cañas (Cuenca). Sin embargo pocos avances se realizaron durante el primer mandato de Rajoy y desde 2015 las instalaciones han encontrado la oposición y las trabas del nuevo Ejecutivo autonómico de Castilla-La Mancha del socialista Emiliano García-Page.

Nadal se situará al frente de un Ministerio de nueva creación, que sustituye en buena parte al anterior Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Si Energía y Turismo se mantienen como rúbricas de cabecera, la Agenda Digital gana peso y el área de Industria pasa a depender del también nuevo Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. El nuevo Ministerio colma en parte las expectativas del sector de las telecomunicaciones, que reclamaba una mayor consideración dentro de las funciones de Gobierno, mientras que deja al sector energético sin la vinculación con Medio Ambiente reclamada desde diferentes empresas. El sector turístico reclamaba un Ministerio propio, pretensión que no se ha visto cumplida.

El nuevo ministro deberá dirigir la política energética conforme a los objetivos de la Unión Europea en materia medioambiental. No solo habrá de afrontar el reto de cumplir el objetivo comunitario de que el 20% de la energía final proceda de renovables en 2020, sino que también deberá defender el legado de su hermano gemelo, Alberto. Este legado, que incluyó un recorte de 2.700 millones a las empresas, se plasmó en una nueva Ley del Sector Eléctrico, en la que se recoge una retribución para las energías renovables y las redes eléctricas conforme a una rentabilidad razonable para toda la vida útil del activo calculada a partir de los bonos del Estado más un diferencial.

Ahora, Álvaro Nadal deberá completar los desarrollos normativos pendientes y hacer frente a la prueba de estrés de los tribunales, en la que se verá qué parte de la reforma sobrevive a la alta litigiosidad provocada. El Tribunal Supremo ya ha avalado los recortes a las renovables, que están aún pendientes de resolución en los tribunales de arbitraje internacional. Sobre la mesa Nadal se encontrará también con asuntos como el posible desarrollo de una normativa sobre autoconsumo energético menos restrictiva. También deberá supervisar de forma transversal los diferentes proyectos económicos y empresariales para que se ajusten a los objetivos climáticos.

Álvaro Nadal será el titular del nuevo Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, que se desliga de Industria

Javier Angulo / EFE.- La energía se hace mayor. Los objetivos comprometidos con Europa y la forma de iniciar la transición energética de la que habla el sector se han hecho merecedores, a ojos del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de una cartera ministerial. Industria queda añadida ahora al Ministerio de Economía, reforzando los poderes del titular Luis de Guindos.

El nuevo ministro, Álvaro Nadal, recibe el premio a su labor en la sombra como director de la Oficina Económica de La Moncloa, especialmente delicada en los albores del primer mandato de Rajoy, con la continua amenaza del rescate sobre el país. La principal duda es conocer si Álvaro Nadal hará tándem con su hermano gemelo, Alberto, como secretario de Estado de Energía, después de haber encabezado este último las quinielas para ocupar el Ministerio.

El hasta ahora jefe de la Oficina Económica de La Moncloa tiene un currículum académico brillante y fama de ser extremadamente inteligente, pero también ha sido tachado de poco empático por algunos de los agentes económicos con los que le ha tocado lidiar, ya sea en Bruselas o Berlín o con empresarios españoles. Nacido en Madrid el 30 de enero de 1970, en el barrio de clase media del Parque de las Avenidas, ambos hermanos sacaron la plaza de técnicos comerciales y economistas del Estado con 24 años: Álvaro María con el número uno y su hermano con el dos.

Nadal es licenciado en Derecho y Ciencias Económica en ICADE, y amplió estudios en la Universidad de Harvard. Ejerció como asesor económico en distintos ministerios durante los dos mandatos de José María Aznar. En 1997 fue asesor de Josep Piqué, entonces titular del Ministerio de Industria y Energía, y en 1998 pasó al Ministerio de Economía y Hacienda, como asesor de Cristóbal Montoro cuando éste era secretario de Estado de Economía y posteriormente del vicepresidente económico Rodrigo Rato, hasta 2001. A partir de 2001 y hasta 2003 ejerció como consejero Económico y Comercial de la Embajada de España en Israel.

A su regreso a España fue nombrado vocal asesor en la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos y subdirector General de Programación y Evaluación de Fondos Comunitarios, ya en el último año en el poder del PP. Con los responsables populares en la oposición, fue secretario adscrito a la Secretaría Ejecutiva de Política Económica y Empleo del partido, y formó frecuente equipo con Cristóbal Montoro y Fátima Báñez en las labores parlamentarias. Los mencionados cargos los ha compaginado con la docencia en el Instituto de Empresa (IE) de Madrid.

En diciembre de 2011 fue nombrado jefe de la Oficina Económica de La Moncloa en el ejecutivo formado por Mariano Rajoy, tras alzarse el PP con la mayoría absoluta en las elecciones generales del 20 de noviembre anterior. Un mes más tarde, enero de 2012, fue nombrado vocal del Consejo de Administración de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

La Fundación Renovables pide una ley de transición energética y un ministro dialogante mientras Anpier reclama “sentido de Estado”

Europa Press / Servimedia.- La Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier) ha reclamado al presidente de Gobierno un ministro de Industria, Energía y Turismo «con sentido común y sentido de Estado, y que sea capaz de encontrar una solución política urgente frente a la inseguridad jurídica«. Por su parte, la Fundación Renovables reclama un giro de las políticas energéticas hacia un modelo más sostenible que incluya una ley sobre transición energética que esté pilotada por un ministro con capacidad para pactar y dialogar.

La Fundación considera que, en la nueva etapa política, resulta «ineludible avanzar hacia un nuevo modelo energético y recuperar el grave atraso sufrido durante la pasada legislatura, nefasta desde el punto de vista de la sostenibilidad energética». El momento actual, por «urgencia y por oportunidad», recomienda que España aplique las políticas energéticas adecuadas para evitar «quedar fuera de la senda de acción política que ya está siguiendo la mayoría de las grandes economías del entorno».

La Fundación Renovables considera que todos los partidos tienen «una importante función que cumplir» y espera que se pongan «de inmediato a trabajar en el Parlamento para generar los consensos necesarios y avanzar hacia un futuro 100% renovable». Además, reclama al nuevo Gobierno que designe un responsable con «capacidad demostrada de dialogar y pactar con el resto de formaciones parlamentarias e instituciones sociales una Ley de Transición Energética y Cambio Climático» que permita alcanzar un modelo energético sostenible y cumplir con los compromisos climáticos adquiridos.

Este giro político resulta clave «tras años de desastrosa política energética y de ignorar el desafío del cambio climático«, señala la Fundación. «La participación y el diálogo, no solo entre los grupos políticos, sino con todos los actores sociales, será un elemento imprescindible para que la regulación se adecue a las necesidades y capacidades de la sociedad española», añade. La Fundación aboga por impulsar las renovables, una mayor electrificación de la demanda, el desarrollo del coche eléctrico, la mejora en la eficiencia, la lucha contra el cambio climático y la erradicación de la pobreza energética.

Anpier pide más seguridad jurídica

Por su parte, Anpier pide un ministro «que sea capaz de encontrar, a través del diálogo sectorial, una solución política urgente frente a la inseguridad jurídica que sufre el sector fotovoltaico español». En este sentido, la asociaciónconsidera que el anterior ministro José Manuel Soria, junto con el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, tuvieron «un comportamiento reprobable al paralizar la progresión del sector renovable en beneficio de la producción fósil y nuclear» e «intoxicaron» a la sociedad «con información sesgada sobre el colectivo fotovoltaico, con la intención de justificar los draconianos recortes aplicados».

Asimismo, Anpier insta a Rajoy a que contraste información sobre «la magnitud real de los recortes aplicados y las rentabilidades» y advierte que el sector se movilizará en 2017. De esta manera, el presidente de Anpier, Miguel Ángel Martínez-Aroca, considera que el nuevo Gobierno «debe articular una nueva política energética de Estado, electrificando la economía sobre fuentes renovables y socializando el acceso a la generación, y empezando por restaurar la seguridad jurídica de las miles de familias españolas fotovoltaicas que han contribuido con sus ahorros a resolver los problemas energéticos y medioambientales de nuestro país».

Nuevo Gobierno: riesgos del nombramiento para la energía

Será este jueves cuando el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presente su nuevo gabinete. Desde la sesión de investidura se viene especulando, cada vez con mayor fruición, acerca de la composición del mismo. En este artículo nos ocuparemos por un lado de los criterios que se han seguido para designar en tiempos pasados, pero recientes, al responsable de energía; en segundo lugar, de los nombres a los que ha tenido acceso Energía Diario y que contarían como candidatos a la cartera ministerial.

La titularidad de Industria, Energía y Turismo, quedó sumida en la orfandad tras la salida del ministro offshore José Manuel Soria. Orfandad que fue cubierta de aquella manera desde abril por la égida del actual ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, con todas sus inhibiciones y silencios al respecto, y bajo la tutela del hasta ahora secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal.

Hay que tener en cuenta que la trayectoria seguida por los últimos gobiernos en la cobertura de esta cartera no ha sido especialmente halagüeña, sobre todo al estar inserta en el ámbito más difuso de Industria. Al perfil de José Manuel Soria, excesivamente proclive al protagonismo, hay que sumar a sus antecesores socialistas, Joan Clos y José Montilla, que también contaban con un marcado carácter y trayectoria política anterior relevante, frente a un perfil técnico o económico que les avalase.

La excepción como perfil híbrido económico-técnico fue Miguel Sebastián quien, realmente, comenzó a comprender el sector energético al final de su mandato, tras provenir de la Oficina Económica del presidente Zapatero. De los anteriores gobiernos populares hay que recordar cómo José María Aznar atribuyó conscientemente la siempre patata caliente de la energía al vicepresidente Rato y al entonces secretario general José Folgado (actual presidente de Red Eléctrica de España), quien seguramente recuerda todavía las increpaciones que recibía por los apagones.

Por tanto, el principal problema que plantea la designación de un ministro de Industria es que se ha venidoaplicando un mecanismo de cobertura de índole política y de preferencia personal. Argumentos como dar una contraprestación por servicios prestados en el partido, ser catalán, ser vasco, barón territorial, alcalde prominente, amigo del presidente, etc…, son elementos que cotizan en el pool de ministrables. En todo caso, la coyuntura actual obligaría a hilar más fino y a ser conscientes de la importancia del nombramiento y de la relevancia de esta decisión.

Los nombres que suenan en esta ocasión: aunque todo el mundo apuntaría a que el claro favorito es Alberto Nadal, responsable del cuadre contable del déficit de tarifa, el escenario es enormemente abierto dada la propia personalidad de Rajoy y sus propias cábalas. Resulta difícil que pudiera ser ministro si su hermano Álvaro, procedente de la Oficina Económica, pasase a ocupar una cartera. El mayor paroxismo sería tener a un hermano de ministro y al otro de secretario de Estado.

Por otra parte, se descarta la alternativa que más reciente se ha colado en las quinielas con el nombre de Josep Piqué, quien ya fuera Ministro de Industria, cuyas suspicacias y prevenciones en el seno del Ejecutivo son públicas. También recibe suspicacias y apuestas, por igual, Dolores de Cospedal. Incluso en ciertos ambientes se incluye el nombre de Guillermo Mariscal, portavoz de Energía en el Congreso y situado en la órbita de José Manuel Soria.

Asimismo, el nombre que suscita más coincidencias es la estrella ascendente de Javier Maroto, vasco y cuya relación con el mundo industrial podría ser decisiva. En este caso hay que recordar su manifiesta oposición a la actividad en la central nuclear de Garoña cuando ejercía de alcalde de Vitoria, lo cual sumaría puntos de cara a atraerse al PNV. Otro candidato, hombre del partido, es Fernando Martínez-Maíllo, que ocupó la presidencia de la Comisión de Industria en la legislatura fallida.

Esperemos que la energía, cuya legislatura será intensa y cargada de cuestiones de fondo, no se gestione por un canje. Posiblemente la peor solución será utilizar la cartera de Industria para colocar a los ministrables desubicados una vez completado el sudoku, lo que incidiría en la tradición de la clase política española de que la energía es una asignatura maría.