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La eólica Siemens Gamesa gana 18 millones en su primer trimestre fiscal, frente a las pérdidas de un año antes

Europa Press.– Siemens Gamesa logró un beneficio de 18 millones en el primer trimestre de su ejercicio fiscal 2019 (entre octubre y diciembre), frente a las pérdidas de 35 millones obtenidas en el mismo periodo del anterior ejercicio fiscal, según la compañía.

La firma incrementó sus ventas un 6% frente al mismo periodo del año anterior, hasta alcanzar los 2.262 millones de euros, impulsadas por la energía eólica marina (offshore) y los servicios. Asimismo, el volumen de ventas de aerogeneradores aumentó un 7%, situándose en 2.129 MWe, gracias a la «fuerte» contribución del negocio offshore con 609 MWe vendidos, un 76% más. El resultado neto de explotación (Ebit), costes de integración y reestructuración se situó en 138 millones, un 4% más, y el Ebit reportado fue de 40 millones, un 13% superior.

El margen sobre Ebit se situó en el 6,1%, en línea con el margen del mismo trimestre del año anterior, debido a los precios más bajos en la cartera de pedidos de 2018 y a la menor actividad de ventas en el negocio de aerogeneradores onshore y compensado parcialmente por las sinergias de la integración, las medidas de productividad y la fuerte actividad en el negocio offshore y en servicios.

Siemens Gamesa, con una posición de caja neta de 165 millones de euros, registró una entrada de pedidos de 11.500 millones de euros en el último año, un 3% más, impulsada por el aumento del 28% de los pedidos en el negocio onshore (6.800 millones). La cartera de pedidos asciende así hasta 23.000 millones (+8%), de los que 15.700 millones son pedidos que se materializarán después del ejercicio fiscal 2019.

Siemens Gamesa ha resaltado que las perspectivas del negocio eólico se mantienen «sólidas». Así, las instalaciones globales alcanzarán previsiblemente los 72 GW anuales en 2025, lo que supone un crecimiento acumulado del 5%. En el caso del negocio eólico marino el incremento acumulado será del 27%, pasando de instalar 2 GW anuales en 2018 hasta los 12 GW en 2025.

Acea pide a Bruselas que los límites y plazos para reducir la emisión de CO2 en camiones sean «realistas»

Europa Press.- La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) pide a la Unión Europea, y concretamente al Parlamento y al Consejo pues están revisando la propuesta de la Comisión Europea de mayo, que establezca unos límites y plazos para reducir las emisiones de CO2 en vehículos de transporte pesados que sean «realistas».

El presidente de la patronal europea de fabricantes, Erik Jonnaert, ha instado a estas instituciones, así como a los ministros de los 28 países de la Unión Europea, que se reunirán en una cumbre medioambiental el 9 de octubre, a que tengan en cuenta las «especificidades del mercado de los camiones», que es «muy complejo». Por esto, defiende que las cifras de reducción del 7% para 2025 y del 16% para 2030, serían más adecuadas que las del 15% y 30% que están en estos momentos sobre la mesa ya que «no se puede abordar de la misma manera que en los coches y furgonetas».

«Estos niveles de producción requerirán que los fabricantes de camiones apliquen nuevas tecnologías a vehículos que ya están en desarrollo», explicó Jonnahert, que apunta que quedan menos de 7 años para que llegue 2025. Acea también pide flexibilidad, estableciendo una revisión del objetivo para el 2030 en 2022, al alza o a la baja, para adaptarlo según la disponibilidad de infraestructuras de repostaje y recarga para camiones impulsados por energías alternativas que se hayan instalado, así como la adopción que hayan tenido en el mercado este tipo de vehículos. Otra de las propuestas es que la forma de medir el estándar se adapte al mercado del transporte de mercancías, utilizando los gramos de CO2 emitidos por kilómetro y tonelada transportada.

Un objetivo europeo “demasiado ambicioso”

Ya refiriéndose al sector de la automóviles, la Acea ha recordado que establecer un objetivo de reducción de emisiones para los nuevos vehículos «demasiado ambicioso» podría ser «contraproducente», al hacer que los coches bajos en emisiones se vuelvan demasiado caros, algo que provocaría que los conductores retrasen más la compra de un coche nuevo, siempre menos contaminante, aumentando el total de emisiones. La patronal asegura que la principal barrera para comprar un coche eléctrico es el precio, por lo que el hecho de que los objetivos de reducción de emisiones para 2021 existentes hayan terminado resultando en un incremento de entre 1.000 y 2.000 euros por vehículo dificultan su adopción.

Un problema que solo empeorara según se acerque el 2030, con un objetivo de reducir un 30% las emisiones, pues desde Acea afirman que solo para cumplir los objetivos de 2021 ya han tenido que aplicar todas las tecnologías conocidas. A partir de ahí el costo de desarrollo subiría de manera exponencial. Estos problemas se suman al abandono del diésel en Europa, una tecnología que emite entre un 15% o 20% menos de CO2 y que ha caído un 8,8% entre 2014 y 2017, lo que ha provocado mayores emisiones.

Ribera da 2025 como fecha «orientativa» para el fin del carbón y se muestra contraria a prorrogar las centrales nucleares

Europa Press / EFE.- La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha puesto en 2025 la fecha «orientativa» para el fin del carbón en España, para lo que ve necesario impulsar «alternativas» para las comarcas afectadas y ha mantenido su voluntad, también expresada en el programa electoral del PSOE, de cerrar las centrales nucleares cuando cumplan 40 años.

Ribera ha señalado que es una «cuestión prioritaria» tener un compromiso para generar alternativas «reales» y voluntad de diálogo con las comarcas mineras y con centrales térmicas y nucleares que ven con «legítima» preocupación el fin en el medio plazo de su actividad. Así, ha puesto como fecha orientativa al fin del carbón el año 2025, aunque precisó que no hay una «decisión cerrada», y en 40 años de vida útil el cierre de las centrales nucleares. Para Ribera, en este escenario de caída de peso paulatino del carbón en el mix, es preciso un compromiso «muy serio» sobre las alternativas que requieren un régimen de flexibilidad para acomodar a las personas en el territorio.

«No puede dejar a nadie atrás en el camino», indicó Ribera, que considera necesario ver cómo se activa el empleo y se ofrecen alternativas en las comarcas que dependen de las centrales térmicas. Ribera ha destacado que «no es ningún secreto para nadie» que, como consecuencia de la normativa comunitaria y de la decisiones ya tomadas por el Gobierno anterior, la actividad de las centrales térmicas que se alimentan de carbón «es algo que irá decayendo«. «Se necesita mostrar que una sociedad moderna, una sociedad solidaria entiende la preocupación concentrada en esos espacios y ofrece alternativas para esos espacios», ha recalcado y lamentó que hasta ahora ese compromiso por buscar alternativas «no ha estado presente».

En cuanto a las nucleares, ha llamado a preguntarse qué significaría una extensión del funcionamiento de las centrales «desde los puntos de vista de los costes del cierre», un aspecto en el que considera que hay «distorsión» ya que, matiza, «nada apunta a que va a ser más barato cerrar más tarde que más pronto» frente a los «otro tipo de riesgos» que supone alargar su actividad que requeriría otra inversión adicional que deberá ser analizada. También ha instado a plantearse «cuál es la capacidad técnica de sustitución de ese parque» y cómo percibe la población el mantenimiento o el cierre de esas centrales. Asimismo, reiteró que figura en el programa electoral de PSOE su cierre a los 40 años.

Primas renovables y moratoria nuclear

En este contexto energético, la nueva ministra se ha comprometido a hacer «un esquema» que permita «entender» el recibo de la luz, lo que se paga o no en el recibo de la luz, lo que se está dispuesto a pagar y los riesgos e hipotecas que se está dispuesto a asumir y, en base a esto, decidir en qué momento se quiere impulsar un proceso de cambio «sumamente eficiente» que, si es renovable, augura que tendrá un coste más reducido y precios más estables en el medio y largo plazo pero con una inversión mayor. «El gran desafío será entender el negocio«, ha manifestado.

Respecto al «bolsillo» del consumidor, el recibo, según la ministra, depende de las reglas del sistema de fijación de precios de la factura, en la que ha restado importancia a las primas de las renovables y subrayó, por ejemplo, el pago por capacidad, la moratoria nuclear (que no se paga desde 2015) o el pago por la gestión de los residuos nucleares o el pago por kilovatios de origen hidroeléctrico. «Hay que repasar un poco de qué estamos hablando», asumió.

Por otro lado, confía en que se pueda desacoplar «rápidamente» el crecimiento económico del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero para lo que cree necesario cambiar el modelo de crecimiento tradicional, que «no es viable», por lo que insiste en que el Gobierno debe emitir «señales económicas adecuadas de valor y desvalor para los inversores» y ser muy eficientes en los consumos energéticos. «Mi objetivo en el tiempo útil que disponemos en esta legislatura es poder orientar esas señales para que todos los operadores económicos, institucionales y la sociedad vayan asumiendo modelos de decisión mucho más coherentes y ese desacoplamiento se haga evidente, obvio de aquí a muy poco tiempo. Hoy esta señal está muy mitigada», apuntó.

Teresa Ribera ha indicado que sus prioridades «en lo que queda» de legislatura serán la aprobación de la Ley de Cambio climático y la estrategia de transición energética, que empezará a elaborar «ya» tras encontrarse con un borrador del Gobierno anterior «interesante» pero con «carencias importantes» y «poco claro» en la forma de involucrar a todos los sectores sociales. La ministra apostará el resto de legislatura por un modelo de energía y clima que permita generar «consensos» sobre las prioridades que «todos» los cambios requieren para acometer la transición a una economía baja en carbono.

La ministra ha reivindicado que el cambio de nomenclatura ministerial ha sido recibido «fantásticamente» porque representa una «mirada al futuro» en el que energía, clima y medio ambiente han dejado de ser cosas contradictorias. De hecho, ha dicho que el futuro se está abordando «casi» a escala global y que el proceso ya está «en marcha» en Europa de modo que los trabajos de la Comisión de Energía y Clima de la Unión Europea están «muy avanzados» y suponen, en su opinión, una señal de modernización de la industria, de la energía y de la sociedad. Finalmente, ha expuesto que en Europa el debate está en ofrecer señales claras que orienten sobre la forma de avanzar en la transición energética.

La plataforma Solar Concentra asegura que la apuesta por la energía termosolar ahorraría 430 millones al sistema en 2025

Europa Press. – La incorporación al sistema de 7.000 megavatios de nueva potencia termosolar con almacenamiento permitiría experimentar un ahorro de 430 millones de euros para 2025, según el estudio de Análisis de Valor de las Centrales Termosolares en España en 2025, elaborado por la Plataforma Tecnológica Solar Concentra.

Este documento pone de manifiesto que esta aportación ahorraría 430 millones de euros en 2025, sin centrales de carbón, con una aportación de generación inferior al 16% anual de los ciclos combinados y con el ‘pool’ por debajo de 5 céntimos el kilovatio/hora.

El informe indica, a su vez, que el ahorro se lograría gracias a la gestionabilidad de las centrales termosolares y apunta a que, en el caso de que la retirada del carbón fuese sustituida por gas, en lugar de por centrales termosolares, encarecería el coste de generación

Además, el texto adelanta un escenario para 2025 con nueva potencia instalada partiendo de los valores previstos para 2020. Así, se incorporarían 3 gigavatios de centrales eólicas, así como 5 gigavatios de fotovoltaica y 1,2 gigavatios de cogeneración, manteniendo la capacidad instalada nuclear y eliminando por completo la de carbón.

Así, Solar Concentra resalta que este estudio demuestra que con la incorporación de 7.000 megavatios de nueva potencia termosolar con almacenamiento, el precio ponderado de la electricidad sería de 49,78 euros por megavatio/hora, en comparación con los 52,31 euros por megavatio sin termosolar adicional.

Además, la incorporación de este tipo de energía serviría para experimentar una reducción del 18% en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, pasando de 23 a 18,7 millones de toneladas.