Prado (Endesa) vincula el futuro de Garoña a una decisión empresarial de Nuclenor siempre que el CSN apruebe su reapertura

El presidente de Endesa, Borja Prado, reiteró que no existe «ningún compromiso político» con respecto al futuro de la central nuclear de Garoña y vinculó cualquier decisión final sobre el futuro de la planta, una vez se conozca el informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) sobre si aprueba a su reapertura, a que su titular Nuclenor (sociedad participada al 50% junto a Iberdrola) estudie su viabilidad «desde el punto de vista técnico y financiero», es decir, “una decisión empresarial”.

Asimismo, Prado señaló ante la junta de accionistas que lo que sí pide la energética es «que ese informe se saque lo antes posible» por el CSN para que Nuclenor pueda tomar una decisión. Por otra parte, el presidente de Endesa descartó comprar la participación de Iberdrola en Nuclenor si finalmente ésta decide dejar de operar plantas nucleares en España. «No es algo que contemplamos en este momento», apuntó. Al respecto, Prado no quiso calificar de desleal la actitud de Iberdrola, que según los sindicatos comunicó su intención de cerrar Garoña por causas económicas antes de plantearlo en el seno de Nuclenor, aunque subrayó que «cada uno es como es». «Yo no lo haría», concluyó.

En lo que respecta a Endesa, Prado indicó que en 2015 la compañía cumplió «con éxito» los objetivos marcados, reflejando una «operativa rentable y una posición financiera sólida», con un beneficio neto de 1.086 millones de euros. Asimismo, apuntó a la renovación de la compañía, con la creación de su nueva imagen corporativa y el lanzamiento de su nuevo logo, «que representa la voluntad de modernidad y de cambio; así como la visión, enmarcada en el concepto Open Power que impulsamos para el grupo Enel».

En este sentido, señaló que «la sólida» posición financiera de Endesa y los «buenos» resultados de gestión justifican la política de dividendos «muy atractiva y estable», que distribuirá el 100% del beneficio neto consolidado y que, como mínimo, ese dividendo sea cada año un 5% superior al del ejercicio anterior. De hecho, la junta aprobó el reparto de un dividendo total de los 1.086 millones de beneficio de 2015. Endesa ya procedió al pago de un dividendo a cuenta de 0,4 euros brutos por título. Con el abono en julio de un dividendo complementario de 0,626 euros brutos, la retribución total al accionista correspondiente a 2015 ascenderá a 1,026 euros.

Por otra parte, Prado subrayó que la contribución fiscal total de Endesa ascendió a 4.213 millones de euros en el año 2015, unos 11,5 millones de euros diarios y el 96% de ella realizada en España. Así, el grupo pagó en España un total de 1.745 millones de euros en impuestos en 2015, «una cifra superior en un 60% al beneficio neto registrado por la compañía en ese mismo año». «Y los impuestos recaudados, que no repercuten en nuestras cuentas, pero que se producen gracias al valor generado por nuestras actividades, fueron de 2.468 millones de euros”, añadió al respecto.

En su intervención ante los accionistas, el consejero delegado de la compañía, José Bogas, pidió dar un fuerte impulso a la electrificación de la demanda final de la energía, por razones medioambientales, de eficiencia y ahorro energético, y porque está directamente relacionada con la posibilidad de introducir nuevas tecnologías para conseguir un sistema energético más sostenible y descarbonizado. Endesa está desempeñando un papel relevante en el impulso del coche eléctrico.

Por último, Bogas incidió en la importancia de proceder a una reforma en profundidad de los mercados energéticos, «con el fin de que estos envíen claras señales de precios de largo plazo a los agentes». A este respecto, denunció que «en la actualidad el correcto funcionamiento de los mercados se está viendo negativamente afectado por un amplio número de excepciones que introducen importantes perturbaciones en la formación de los precios«.

La junta de accionistas también aprobó el nuevo Plan de Fidelización de la compañía para retener a sus directivos, que contempla retribuciones por importe máximo de cerca de 3,8 millones de euros para su presidente, Borja Prado, y su consejero delegado, José Bogas. La junta, que también aprobó el resto de puntos del orden del día, ha refrendado este sistema de retribución a largo plazo que tiene como finalidad fortalecer el compromiso de los directivos en posiciones de mayor responsabilidad en la consecución de los objetivos estratégicos de la sociedad.

Este plan está dirigido al presidente, al consejero delegado y a los restantes directivos del grupo con responsabilidad estratégica que sean determinados por el Consejo de Administración. El periodo del plan será de 3 años a contar desde el 1 de enero de 2015 para el Programa 2015-2017 y desde el 1 de enero de 2016 para el Programa 2016-2018.

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