Ocasión de oro para Zapatero para garantizar la independencia de la CNE

El Presidente del Gobierno el pasado viernes por la noche estuvo presente en el Circulo de Empresarios en Cataluña. En sus declaraciones se pudo ver como, no con mucha convicción, casi de forma entrecortada, dijo querer avanzar en la mayor independencia de los órganos reguladores “como en el caso de Televisión Española”. Una confusión, que en todo caso, es preciso recogerla desde la experiencia de sacar al Ente Público de la lucha partidista en su control, a la par que se ha elaborado un plan para su reconversión y reforma. Una necesidad pendiente de nuestra democracia, que hay que reconocer en sus justos términos al Gobierno actual.

A su vez, el Presidente manifestó ‘según su experiencia personal’ (¿?) que estos organismos actúan más independientemente de lo que parece. Desconocemos cual es esa experiencia personal, pero razonablemente hay que entender de vez en cuando al Presidente le han dado más de un sobresalto, desde las instancias de la CNMV o de la CNE en los últimos tiempos. Esperemos que estas declaraciones tampoco las formulase impelido por la necesidad de agradar a su auditorio, el empresariado catalán presente, sino que la formulase como verdadero deseo de superar la crítica situación actual de estos organismos.

Por ello, en este artículo no vamos a cebarnos sobre la confusión del Presidente entre Televisión Española y los órganos reguladores, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la Comisión Nacional de Energía o la Comisión del Mercado de las Comunicaciones, dado que es evidente que no son la misma cosa. De todas formas, creemos que es positivo sacar lo provechoso de la experiencia de Televisión Española, en la que existe unanimidad en su enfoque y parece que la filosofía es correcta.

Este artículo lo que quiere hacer es poner de manifiesto la oportunidad que tiene el Gobierno, en este mismo momento, de hacer realidad sus palabras de la otra noche en Barcelona, para otorgarles la convicción de los hechos, que es lo que cuenta para la consolidación real de los mecanismos de ordenación, supervisión y regulación de los mercados y los sectores. No es por tanto, momento para hacer de esta cuestión una frivolidad, sino más bien, dado el futuro de estos mercados y sectores, tomarnos en serio el hecho de apoyar su independencia sin ambages, ni dudas.

La ocasión es puntualmente evidente. Así, y como han podido seguir por nuestras páginas, el Senado devolvió al Congreso el miércoles pasado para su aprobación definitiva de la reforma del Sector Eléctrico, que intentaba (de aquella manera) ‘transponer’ las directivas europeas. Por ello, en este mismo día, pueden nuestros lectores leer la primera parte de la entrevista realizada a Xabier Albistur, Presidente de la Comisión de Industria, Comercio y Turismo, en la que destaca como el acuerdo entre el PP y el PSOE ‘deconstruye’ las intenciones de las directivas pendientes de transposición, sin que se produzca una verdadera reforma, avance y transformación del mercado eléctrico.

En lo que se refiere a los órganos reguladores, la Comisión Nacional de Energía (CNE), en esta nueva normativa, sigue como estaba, tanto en la forma que se articulan los nombramientos, sus funciones y sólo se le reafirma en la función 14, que tal y como está configurada tiene un ‘algo de insondable’. Por tanto, puede ser momento, una vez que lo ha dicho el Presidente públicamente y que la ocasión la pintan calva (tal y como lo diría el castizo), de que, se modifique en el último trámite parlamentario esta ley de forma que se nombre en el Parlamento al presidente de este órgano regulador, se le atribuyan a la CNE las competencias en materia de determinación de las tarifas eléctricas, tal y como pide la Directiva Europea (por tanto, no las retenga el Ministerio de Industria y se establezcan anualmente de forma política) y que, además, se le reconozca como instancia única no subordinada a efectos de recursos administrativos del Ministerio de Industria.

Del mismo modo, que una vez nombrado presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero fue fulminante en su decisión sobre la retirada de las tropas de Irak, este puede ser un momento para que se aprecie que verdaderamente están cambiando las cosas, (fruto del 27 de Mayo o de lo que sea), con medidas ciertas y visibles para apuntalar la verdadera independencia de la Comisión Nacional de Energía como órgano regulador.

Evidenciaría además de esta necesaria convicción, una voluntad plena de cumplir los requerimientos de la Unión Europea y que de verdad “ha recogido el mensaje” que le mandan los mercados y los sectores, tal y como dijo uno de sus antecesores.

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