Los sectores financiero y energético urgen al Gobierno políticas climáticas predecibles para poder financiar inversiones necesarias para descarbonizar la economía

EFE.- Altos representantes de sectores financiero y energético, como los presidentes del BBVA, Francisco González, e Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, coincidieron en urgir políticas de cambio climático y transición energética claras y predecibles para saber a qué atenerse en sus decisiones.

Así lo han destacado en el primer Foro de Finanzas Sostenibles organizado por el BBVA, que inauguró la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría con un discurso en el que ha reafirmado el compromiso del Gobierno con el pronto desarrollo de una Ley de Cambio Climático y Transición Energética para «reforzar el cumplimiento del Acuerdo de París». La vicepresidenta ha valorado que los bancos y energéticas españolas estén a la vanguardia frente a retos como el cambio climático y se comprometió a que el Ejecutivo proporcionará el marco regulatorio que demandan mediante la citada ley y el plan nacional de energía y clima (2021-2030).

El presidente de Iberdrola ha incidido en la necesidad de una acción coordinada entre el Gobierno y las empresas, mediante el desarrollo de una regulación climática y energética «predecible», para que sepan a qué atenerse y las compañías puedan recibir de los bancos las «masivas inversiones» que van a hacer falta para la descarbonización y la electrificación de la economía. Galán ha resaltado que las empresas pueden ver la transición hacia una economía baja en carbono como amenaza u oportunidad, y en el caso de Iberdrola el verla de esta última manera le ha permitido multiplicar por 6 su tamaño y ha pasado de tener un negocio radicado en su totalidad en España a tener el 70% fuera del país.

Sánchez Galán ha manifestado que el cambio climático es un problema de todos, en el que cada uno tiene que poner su «granito de arena». En este sentido, ha explicado que el sector eléctrico tiene tecnología para transformar su modo de producir de forma más eficiente y que serán necesarios cerca de 20 billones de dólares en los próximos 25 años para conseguir la electrificación de la economía. Sánchez Galán ha añadido que es precisa una acción coordinada entre empresas y Gobiernos para frenar el cambio climático y, en concreto, políticas energéticas «claras» y «transparentes» construidas en base a un diálogo entre todos los agentes.

El presidente de Iberdrola ha sostenido que el mundo avanza hacia un sistema financiero que cada vez exige más transparencia en cuanto a los riesgos asociados al cambio climático, donde proliferan los fondos que no quieren invertir en fósiles y las entidades financieras y aseguradoras que se niegan a financiar proyectos no sostenibles, como las centrales de carbón. Asimismo, ha indicado que hay cada vez un entorno más favorable desde el punto de vista financiero para incentivar la sostenibilidad y ha vaticinado que llegará un momento en que los bancos centrales introducirán ratios en función del compromiso con estas cuestiones.

Por su parte, Francisco González ha subrayado el compromiso del BBVA con la financiación de la transición hacia una economía baja en carbono, así como con proporcionar información transparente a sus clientes para que tomen las mejores decisiones y eviten riesgos asociados a la transición hacia un modelo bajo en carbono. El BBVA, ha dicho, cuenta con una estrategia de cambio climático y desarrollo sostenible a 2025 basada en tres pilares: financiar, gestionar e involucrar.

De este modo, ha subrayado que el banco movilizará 100.000 millones de euros en financiación verde y social hasta 2025; que para esa fecha habrá reducido sus emisiones de CO2 en un 68% respecto a 2015 y el 70% de la energía que use será renovable. Además, el BBVA acaba de emitir el que será el primer bono verde de una entidad española y el de mayor importe realizado en la eurozona, y seguirá en esta línea con el fin de canalizar fondos para financiar proyectos de energías renovables, eficiencia energética o gestión de residuos.

Por su parte, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, reconoció que empresas como la petrolera española «son parte del problema» del cambio climático, pero también quieren ser «parte de la solución», y para ello toman sus decisiones en consonancia con el objetivo acordado por los países en el Acuerdo de París. En este sentido, subrayó la apuesta que Repsol ha hecho por el gas, que será la tecnología que dé soporte y seguridad en la transición energética y el desarrollo de las renovables.

Ha recordado que Repsol ha sido pionera dentro del sector de petróleo y gas en emitir un bono verde el año pasado por valor de 500 millones de euros, que compromete a la compañía a la reducción de las emisiones de CO2 en proyectos de refino. Por otra parte, indicó que en el diseño de la senda más eficiente para la reducción de emisiones van a ser necesarios todos los agentes del sector energético, así como que las estrategias de lucha contra el cambio climático deben ser una oportunidad para las empresas que las adoptan y éstas puedan tener un mejor acceso a la financiación.

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