Lectura energética de las elecciones en el País Vasco y Galicia

Que tras unas elecciones se efectúe una lectura de todos los acontecimientos políticos que están interrelacionados, tiene su razón de ser y toda su lógica. ¿Puede el aleteo de una mariposa en Manhattan provocar un terremoto en Pekín, escribía Antonio Tabucci? Máxime cuando en estos últimos comicios autonómicos se ha buscado de forma deliberada una lectura, además de autonómica, nacional. Por ello, sería momento de hacer un recuento de varios factores que se han concitado en estas elecciones y de dos o tres consecuencias de las mismas para los procesos que, actualmente, tiene abiertos el sector energético.

Primera cuestión y como fondo, desde el punto de vista de la actualidad de la denominada “política nacional”, varias cuestiones han salpicado al gobierno en este momento en el medio de la crisis económica. El desenlace de la operación de adquisición de Endesa por Enel que ha tenido una lectura en los medios de comunicación negativa por la actuación del primer ejecutivo socialista en todo el proceso (parece que el tono es de grano grueso en la prensa internacional, como publica «The Economist»). Seguramente son muy pocos los electores que se han visto influenciados por una cuestión así, pero casi todos los medios periodísticos, con todo el arco político, lo han recogido con un tono de censura. Es previsible que otras “bombas de racimo” le vayan a estallar al ejecutivo procedentes de actuaciones en el sector durante la etapa Nieto-Clos (la más nefasta para el sector energético que se recuerda), y que actualmente están en fase judicial sea en los tribunales españoles o europeos. Hay una cierta latencia de que determinadas actuaciones del gobierno en operaciones como ésta o la reciente de Gas Natural con Unión Fenosa, con efectos monopolísticos en el gas, han pasado completamente desapercibidas.

Con el fin de que no sólo haya una lectura unívoca de este resultado a nivel nacional, cabría hacer una recomendación también al principal partido de la oposición y verdadero ganador de estos dos comicios, para que también cambie completamente su “oposición económica”, en la medida que ahora el despliegue demagógico de Cristóbal Montoro va a ser imposible de mantener tras estos resultados, que obligan a aumentar la seriedad de la misma. Criticada en todos los foros económicos y financieros de la capital, la oposición económica es el verdadero talón de Aquiles de acción del PP, desprovista de sentido de Estado y de mínimos de ortodoxia económica necesarios para estos momentos.Y si no, para muestra un botón, el papelón que el Partido Popular está haciendo en las tarifas eléctricas o la propia acusación de falta de interlocución que el Ministro, Miguel Sebastián, hizo al Partido Popular respecto de las negociaciones para la remodelación del Consejo de la CNE.

En el plano autonómico, pero con reminiscencias nacionales, las elecciones gallegas dejaban la promesa del candidato ganador por el Partido Popular Alberto Núñez Feijóo de anular el concurso eólico convocado por la Xunta de Galicia, ya que los propios representantes socialistas presentes en la mesa de contratación abandonaron la misma. Verdadera pieza de escándalo, sobre todo en la prensa regional que ha tenido su caja de resonancia con la fotografía del líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG) Anxo Quintana surcando los mares en el yate de un constructor que, posteriormente, fue el claro ganador de este concurso. Este concurso eólico, además, fue recurrido por Iberdrola, según se pudo conocer por el diario ABC el sábado de la jornada de reflexión. Por tanto, seguramente ya hay una consecuencia política directa de estas elecciones para el sector energético.

También en el plano autonómico, pero con reverberaciones nacionales, los resultados en el País Vasco y la opción “constitucionalista” de Patxi López que, seguramente, dejan en el aire la incorporación al Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía de un consejero cercano a esta formación política. Como ya adelantó el diario Cinco Días, podría tratarse del Consejero de Industria José Ramón Zudaire. Lo que sí parece claro es que la remodelación del organismo se va a realizar en un nuevo escenario político.

Queda una maldad dentro de todas estas lecturas. Y es todo lo aparecido durante esta campaña sobre los elementos suntuarios de los que decidió dotarse la administración gallega de Pérez Touriño. Desde un coche blindado más caro que el del presidente Obama, los muebles del despacho, la sala de reuniones que se oscurecía con el sol y cuyo coste era astronómico o el Consejero que pidió permiso para una obra menor y “retejar” y que, al final, estaba deconstruyendo y construyendo una mansión. Lectura aciaga para tiempos de crisis y que tiene su metáfora en la CNE: los viajes, los coches, los muebles o el nuevo edificio.

¿Cogerán la indirecta?

Lectura energética de las elecciones en el País Vasco y Galicia

Que tras unas elecciones se efectúe una lectura de todos los acontecimientos políticos que están interrelacionados, tiene su razón de ser y toda su lógica. ¿Puede el aleteo de una mariposa en Manhattan provocar un terremoto en Pekín, escribía Antonio Tabucci? Máxime cuando en estos últimos comicios autonómicos se ha buscado de forma deliberada una lectura, además de autonómica, nacional. Por ello, sería momento de hacer un recuento de varios factores que se han concitado en estas elecciones y de dos o tres consecuencias de las mismas para los procesos que, actualmente, tiene abiertos el sector energético.

Primera cuestión y como fondo, desde el punto de vista de la actualidad de la denominada “política nacional”, varias cuestiones han salpicado al gobierno en este momento en el medio de la crisis económica. El desenlace de la operación de adquisición de Endesa por Enel que ha tenido una lectura en los medios de comunicación negativa por la actuación del primer ejecutivo socialista en todo el proceso (parece que el tono es de grano grueso en la prensa internacional, como publica «The Economist»). Seguramente son muy pocos los electores que se han visto influenciados por una cuestión así, pero casi todos los medios periodísticos, con todo el arco político, lo han recogido con un tono de censura. Es previsible que otras “bombas de racimo” le vayan a estallar al ejecutivo procedentes de actuaciones en el sector durante la etapa Nieto-Clos (la más nefasta para el sector energético que se recuerda), y que actualmente están en fase judicial sea en los tribunales españoles o europeos. Hay una cierta latencia de que determinadas actuaciones del gobierno en operaciones como ésta o la reciente de Gas Natural con Unión Fenosa, con efectos monopolísticos en el gas, han pasado completamente desapercibidas.

Con el fin de que no sólo haya una lectura unívoca de este resultado a nivel nacional, cabría hacer una recomendación también al principal partido de la oposición y verdadero ganador de estos dos comicios, para que también cambie completamente su “oposición económica”, en la medida que ahora el despliegue demagógico de Cristóbal Montoro va a ser imposible de mantener tras estos resultados, que obligan a aumentar la seriedad de la misma. Criticada en todos los foros económicos y financieros de la capital, la oposición económica es el verdadero talón de Aquiles de acción del PP, desprovista de sentido de Estado y de mínimos de ortodoxia económica necesarios para estos momentos.Y si no, para muestra un botón, el papelón que el Partido Popular está haciendo en las tarifas eléctricas o la propia acusación de falta de interlocución que el Ministro, Miguel Sebastián, hizo al Partido Popular respecto de las negociaciones para la remodelación del Consejo de la CNE.

En el plano autonómico, pero con reminiscencias nacionales, las elecciones gallegas dejaban la promesa del candidato ganador por el Partido Popular Alberto Núñez Feijóo de anular el concurso eólico convocado por la Xunta de Galicia, ya que los propios representantes socialistas presentes en la mesa de contratación abandonaron la misma. Verdadera pieza de escándalo, sobre todo en la prensa regional que ha tenido su caja de resonancia con la fotografía del líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG) Anxo Quintana surcando los mares en el yate de un constructor que, posteriormente, fue el claro ganador de este concurso. Este concurso eólico, además, fue recurrido por Iberdrola, según se pudo conocer por el diario ABC el sábado de la jornada de reflexión. Por tanto, seguramente ya hay una consecuencia política directa de estas elecciones para el sector energético.

También en el plano autonómico, pero con reverberaciones nacionales, los resultados en el País Vasco y la opción “constitucionalista” de Patxi López que, seguramente, dejan en el aire la incorporación al Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía de un consejero cercano a esta formación política. Como ya adelantó el diario Cinco Días, podría tratarse del Consejero de Industria José Ramón Zudaire. Lo que sí parece claro es que la remodelación del organismo se va a realizar en un nuevo escenario político.

Queda una maldad dentro de todas estas lecturas. Y es todo lo aparecido durante esta campaña sobre los elementos suntuarios de los que decidió dotarse la administración gallega de Pérez Touriño. Desde un coche blindado más caro que el del presidente Obama, los muebles del despacho, la sala de reuniones que se oscurecía con el sol y cuyo coste era astronómico o el Consejero que pidió permiso para una obra menor y “retejar” y que, al final, estaba deconstruyendo y construyendo una mansión. Lectura aciaga para tiempos de crisis y que tiene su metáfora en la CNE: los viajes, los coches, los muebles o el nuevo edificio.

¿Cogerán la indirecta?

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