La Unión Europea fija un objetivo de eficiencia energética del 32,5% para 2030 con posible revisión al alza en 2023

Europa Press / EFE.- Los Gobiernos de la Unión Europea y la Eurocámara alcanzaron un acuerdo para fijar un objetivo de eficiencia energética del 32,5% en 2030, así como para introducir una cláusula de revisión al alza en 2023, para cumplir el acuerdo de París. Además, los negociadores han llegado a un segundo acuerdo para establecer los mecanismos de trabajo para la Unión de la Energía y crear un marco en el que los Estados miembro puedan operar y cumplir con los objetivos europeos.

Este acuerdo provisional obliga a los países a incrementar su ahorro energético un 0,8% anual durante el periodo 2021-2030, lo que «podría impulsar la renovación de edificios y el uso de tecnologías más eficientes» para la climatización. Además, cada Estado miembro deberá presentar cada 10 años un «plan nacional integral de energía y clima» para avanzar en esa transición energética e introduce «flexibilidad» para respetar las «especificidades nacionales», según la Comisión Europea. El informe incluirá objetivos nacionales, contribuciones, políticas y medidas para cada una de las 5 dimensiones de la Unión de la Energía: descarbonización, eficiencia energética, seguridad, mercado interior e investigación, innovación y competitividad.

El plazo de entrega del primer plan es el 31 de diciembre de 2019 y la primera fase de los planes cubrirá hasta 2030, teniendo en cuenta también la perspectiva a largo plazo que determinará su visión política hasta 2050. Para cumplir con los objetivos, el acuerdo pide a los gobiernos nacionales que utilicen todos los instrumentos de cooperación regional.

Además, por primera vez se introduce la obligación de que los países destinen una parte de la eficiencia energética a ayudar a los clientes vulnerables, como aquellos afectados por la pobreza energética. Por tanto, los planes nacionales deberán incluir un recuento del número de hogares que la sufren y, si es una cifra significativa, medidas y políticas sociales para reducirla.

La Comisión será la encargada de evaluar estos planes energéticos y climáticos y hacer recomendaciones o adoptar medidas para enmendar los problemas si considera que el país no ha hecho suficientes progresos. Según el vicepresidente de la Comisión para la Unión de la Energía, Maros Sefcovic, esta nueva gobernanza «reforzará la transparencia para beneficio de todos los actores e inversores. Simplificará la monitorización y notificación de las obligaciones bajo la Unión de la Energía, priorizando la calidad sobre la cantidad».

Paquete europeo de transición energética

Este acuerdo, alcanzado tras una larga negociación entre la Comisión, el Parlamento y el Consejo europeos, el llamado trílogo, llega después del que fija un objetivo vinculante de 32% en el uso de energías renovables para 2030. También hay un objetivo de reducción de emisiones de gases contaminantes. En el marco del acuerdo de París, la Unión Europea se comprometió a reducir sus emisiones contaminantes al 40% en 2030 respecto a los niveles de 1990.

«Después de pactar sobre las energías renovables, este acuerdo es otro gran logro en nuestra transición hacia la energía limpia», ha señalado el comisario de Energía y Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete. «Europa es la mayor importadora de energías fósiles en el mundo. Ponemos fin a esto. Nuevo objetivo de eficiencia energética para 2030», destacó en Twitter. Estos acuerdos provisionales deberán ahora ser refrendados por el Pleno del Parlamento Europeo y por los ministros de los Estados miembro.

La organización ecologista WWF se mostró escéptica ante el acuerdo, que considera insuficiente, aunque celebra que «finalmente la Unión Europea está despertando ante el reto del cambio climático», expresó la responsable de Cambio Climático y Energía de la ONG, Imke Lübbeke. Desde Los Verdes europeos, el eurodiputado húngaro Benedek Jávor, portavoz energético, consideró que las medidas «no son suficientes para cumplir los compromisos» de París pero celebró que «pese a la falta de ambición de los gobiernos nacionales» se ha logrado el objetivo de reducción del 32,5%, por debajo de la meta inicial del Parlamento Europeo pero superior a la propuesta de la Comisión Europea.

Según Jávor, esto «abre la oportunidad a la creación de miles de puestos de trabajo en torno a la economía verde, oportunidades muy necesarias en gran parte de Europa». También reaccionaron al pacto los socialistas europeos, que consideraron que es «un buen acuerdo por los ciudadanos, que generará importantes reducciones en el consumo de energía, reduciendo así las facturas y mejorando la salud y el bienestar, y ayudando a combatir la pobreza energética«, defendió el eurodiputado del grupo Miroslav Poche.

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