La Unión Europea endurecerá la normativa para mejorar la calidad del aire y la eficiencia con una transición energética

Europa Press / Servimedia.- El director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Daniel Calleja, considera que la mala calidad del aire es «el problema ambiental más serio» que tiene Europa, donde cada año se producen 400.000 muertes prematuras por esa cuestión, por lo que modificará la directiva sobre techos nacionales de emisión de determinados contaminantes atmosféricos. «No somos líderes en este ámbito», admitió.

Calleja recalcó que la Unión Europea pretende modificar la directiva sobre la cantidad máxima de contaminantes que cada país puede emitir con el fin de que «en los próximos años consigamos reducir al 50% las emisiones» para rebajar la cifra de mortalidad. De este modo, señaló que cada punto porcentual de reducción supone evitar muertes. Calleja indicó que Bruselas también trabaja para «reformar completamente el sistema de test de emisiones» de los vehículos después del escándalo iniciado con Volkswagen, en un «paquete de descarbonización del transporte sobre los combustibles». «Estados Unidos tiene una legislación más exigente en calidad del aire que la Unión Europea», precisó.

Por ello, estima que 2015 fue un buen año para el medio ambiente y el desarrollo sostenible porque, entre otros motivos, en Europa se aprobó el paquete de economía circular y se han intensificado los esfuerzos de la Comisión Europea para poner en marcha la Unión Energética en un momento de cambio que pone de manifiesto que se debe ir hacia a una transición hacia un modelo más flexible de energía «accesible para todos». Respecto al cambio climático, dijo que la COP21 «ha enviado una señal a los inversores, las empresas y los reguladores» para transitar hacia una economía baja en carbono y con mayor uso de las energías limpias.

«La transición hacia una economía baja en carbono es una prioridad mundial. Tenemos que poner ya en marcha medidas concretas para cumplir los objetivos», indicó Calleja, que ha explicado las políticas comunitarias en este sentido y los compromisos que se asumen con la firma del Acuerdo del Clima. A su juicio, la transición global hacia una economía baja en carbono es un objetivo «irreversible» por lo que el 20% del presupuesto de la Unión Europea irá destinado a iniciativas relacionadas con el cambio climático. El sector energético necesitará invertir más de 200.000 millones de euros anuales en la Unión Europea.

En este sentido, defendió la necesidad de mejorar las interconexiones eléctricas, de diversificar el aprovisionamiento de energía para un mercado de 300 millones de consumidores que tienen, en su opinión, un «gran poder» para actuar. Uno de los ámbitos en los que hizo hincapié por su potencial de descarbonizador es la eficiencia energética y ha dicho que en Europa hay que renovar 250 millones de edificios, lo que supone un campo para la generación de empleo verde, ya que antes de 2030 la mitad de la energía tiene que ser de origen renovable y hacia 2050 tenemos que ir hacia la descarbonización de la economía.

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