La unión de Gamesa y Siemens, la nueva Abengoa y los cambios en Gas Natural centran la atención de 2016

EFE.- La unión de Gamesa y Siemens, la salvación de Abengoa y los cambios en Gas Natural han centrado la actualidad en el sector eléctrico en un 2016 condicionado por la ausencia de Gobierno, en un negocio siempre pendiente de la regulación y con un final de año marcado por la pobreza energética. El año arrancaba con los rumores del interés de Siemens por Gamesa, lo que disparaba la cotización del fabricante, aunque la operación no se anunciaría oficialmente hasta junio.

Gamesa y Siemens firmaron un acuerdo para fusionar sus negocios y crear una de las mayores compañías eólicas del mundo, con 70 gigavatios (GW) instalados, una cartera de pedidos valorada en 22.000 millones de euros y 10.000 millones de ingresos. La operación, articulada como una fusión por absorción y que se espera cerrar completamente en el primer trimestre de 2017, dará lugar a una empresa en la que Gamesa tendrá un 41% y Siemens, un 59%. Los accionistas de Gamesa también recibirán un pago extraordinario de 3,75 euros por acción, a cargo de Siemens, que desembolsará por este concepto más de 1.000 millones de euros.

Junto a esta relevante fusión, el año ha tenido también como protagonista a Abengoa que, tras un largo y tortuoso proceso, ha logrado evitar la que hubiera sido la quiebra más importante de la historia de España. Finalmente, su junta de accionistas aprobó en noviembre los acuerdos necesarios para articular la reestructuración de una nueva Abengoa, en la que los históricos accionistas, los Benjumea, han visto diluida su participación al 5%, mientras que los acreedores y nuevos financiadores se quedan con el 95%. Con Gonzalo Urquijo al frente, Abengoa intentará ahora volver a ser viable, apoyada en su tecnología y tras haber perdido por el camino 9.000 empleos y parte de su cartera de proyectos.

Cambios en Gas Natural Fenosa

También ha sido un año clave para Gas Natural Fenosa, que en septiembre vivió la entrada del fondo estadounidense Global Infraestructure Partners (GIP) en su accionariado y el relevo en su presidencia, que pasó a ocupar Isidro Fainé en sustitución de Salvador Gabarró. GIP llegó a Gas Natural con la compra de un 20% de su capital por 3.800 millones a sus dos accionistas clave: Repsol y La Caixa (a través de Criteria). Una operación que deja a la multinacional energética controlada por un triunvirato formado por La Caixa (24,43%), Repsol (20,08%) y GIP (20%).

Del lado regulatorio, el año ha estado marcado por la ausencia de Gobierno con un ministro de Industria en funciones, José Manuel Soria, que terminó dimitiendo por su relación con los papeles de Panamá. Luis De Guindos asumió las competencias del departamento limitándose a lo estrictamente necesario, incluso renunció a tramitar la orden de retribución a las distribuidoras, dejando temas pendientes sobre la mesa. Así, la llegada del nuevo ministro de Energía, Álvaro Nadal, comenzó con ritmo con la revisión del margen de comercialización y el modelo de financiación del bono social como primeras tareas.

Este último tema se ha enmarcado en el debate sobre la pobreza energética tras la muerte, en un incendio causado por una vela, de una anciana en Reus a la que se le había cortado la luz. En este contexto, Nadal ha querido marcar distancia con las compañías eléctricas y apoyarse en los grupos parlamentarios para tramitar un nuevo modelo de financiación que paguen más empresas, a la vez que abre la puerta a mejoras en esta herramienta para proteger a los colectivos más vulnerables.

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