La UE sigue sin ponerse de acuerdo sobre cómo introducir más competencia en el mercado eléctrico y el de gas

Los socios de la Unión Europea (UE) siguen sin ponerse de acuerdo sobre cómo alcanzar el objetivo común de introducir más competencia en los mercados del gas y la electricidad, principalmente por la oposición alemana y francesa a la separación patrimonial de las redes.

Terminó así sin avances en su punto principal la jornada dedicada a temas energéticos en el Consejo de Transportes, Telecomunicaciones y Energía que se celebra hasta el viernes en Luxemburgo, y en el que España estuvo representada por el secretario general del área, Ignasi Nieto.

España está entre los países que defienden la propuesta de la Comisión Europea de que debe separarse la propiedad de las redes de gas y electricidad, lo que podría suponer la desmembración de las grandes compañías que mantienen el control sobre todo el proceso, como la alemana E.ON y la francesa EDF.

De hecho, ésta es la situación actual del mercado español.

Pero con la oposición de Alemania, Francia y los países pequeños (que temen la entrada masiva en sus mercados), la Comisión Europea se encuentra ahora en una situación «muy difícil» para llevar adelante esta propuesta su actual redacción, admitió en rueda de prensa el comisario de Energía, Andris Piebalgs.

Junto a él, el ministro alemán de Economía y presidente de turno del Consejo, Michael Glos, explicó que su «impresión personal» es que podría haber una «vía intermedia», a través de la creación de un operador independiente del sistema.

De este modo, en lugar de obligar a las grandes empresas a dividirse, sólo tendrían que ceder el transporte a un operador distinto de ellas, aunque conservarían la propiedad sobre la infraestructura.

Este planteamiento mejoraría el statu quo, pero produciría una legislación más detallada y costosa, sería menos eficaz y su efecto sería menor en lo que se refiere a los desincentivos a la inversión en las redes, según el Ejecutivo comunitario.

Su opción preferida es que los gestores de redes fueran propietarios de los activos de transporte y al mismo tiempo explotaran la red, sin que las compañías de suministro o generación pudieran tener una participación significativa en los mismos.

Ahora la Comisión deberá estudiar para después del verano las dos alternativas principales, tanto en lo que se refiere a las redes de electricidad como a las de gas, para presentar una nueva propuesta ante los países.

La decisión más importante y constructiva de ayer se tomó al margen del Consejo y fue que Alemania, Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo dieron el primer paso para conectar sus mercados de electricidad, con lo que comenzarán a gestionar los suministros y compras energéticas conjuntamente en 2009.

Además, los Veintisiete debatieron sobre las relaciones exteriores en energía, en especial en lo que se refiere a los problemas con Rusia, su principal suministrador.

Sobre este asunto, Glos habló primero como presidente del Consejo, al expresar su solidaridad con los Estados miembros que han sufrido las represalias energéticas de Moscú.

Pero a continuación quiso expresarse «como ministro alemán», momento en el que se refirió en términos elogiosos al papel de Rusia y recordó que este suministro no ha faltado en Alemania «ni en las peores épocas de la guerra fría» -excepto «cortes puntuales» hace un año, admitió-.

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