La cogeneración espera lograr en 2018 un plan de impulso para fomentar la eficiencia industrial dentro de la transición energética

Javier Angulo.- Pasan los años y el sector de la cogeneración parece dar por imposible que se materialice el plan Renove contenido en la Ley del Sector Eléctrico de 2013. Los tiempos de la reforma pasaron y ahora que la transición energética lo inunda todo, la cogeneración reivindica su papel como vector de eficiencia para la industria. En este punto aspiran a un plan de impulso que permita en los próximos años modernizar las instalaciones y favorecer el desarrollo de nuevas cogeneraciones.

“La cogeneración afronta una nueva etapa, tras unos momentos convulsos de ajuste, estoy convencido que el futuro nos depara algo bueno”, afirmó Julio Artiñano, presidente de Cogen (Asociación para la Promoción de la Cogeneración), en la apertura del XIII Congreso Cogen, la cita anual del sector. “El gas tiene mucho que aportar”, asevera Artiñano, que cree que el futuro es de las renovables y de la eficiencia, “y en este punto entra la cogeneración”, que utiliza un combustible en los procesos productivos de la industria, generalmente gas natural, para un aprovechamiento térmico y para la generación de electricidad. En este contexto enmarcó el plan de impulso a la cogeneración con el que este sector quiere mirar más allá de 2020.

Daniel Navia, secretario de Estado de Energía, realizó una exposición genérica de la transición energética en la que se está trabajando y apenas aportó certezas al auditorio cogenerador más allá de señalar que “la cogeneración debe jugar un papel importante los próximos años” y que se está en conversaciones con las asociaciones sectoriales para esbozar ese plan de impulso a la cogeneración por el potencial para conseguir ahorros energéticos y reducir emisiones. El secretario de Estado destacó que la producción de electricidad por la cogeneración se ha incrementado un 9% y que la retribución del sector se está aproximando años después a los 1.000 millones.

“La transición energética es un desafío de primer orden”,  indicó Navia, que advirtió de que “entramos en meses críticos” para definir cómo va a encarar España esa transición, para la que reclamó un consenso “amplio” con reguladores, comunidades autónomas, Europa y la industria. Para ello considera que la transición debe contener 4 elementos. En primer lugar, cree que hay que avanzar hacia la sostenibilidad medioambiental con objetivos “ambiciosos y a largo plazo”, abordándolos mediante una transición tecnológica que incorpore los últimos avances. Asimismo apuntó a un cambio de los sectores económicos, afrontando los retos de la generación distribuida con capacidad de dar espacios al mercado.

Medidas sostenibles “a nivel económico”

Como último punto Navia habló de propiciar una transición “a un bienestar mayor” ya que “no podrá ser de otra manera” que generando una oportunidad económica y de crecimiento, “con una energía asequible para los consumidores y participando en el desarrollo industrial de las tecnologías”. Con estas coordenadas situó Navia a la comisión de expertos que debe realizar propuestas para la elaboración de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, a la que únicamente pidió “medidas sostenibles financieramente”, encaminadas a favorecer la productividad y la competitividad de la economía.

Por otro lado, Navia mostró su satisfacción respecto a que las medidas propuestas por España en el Consejo Europeo hayan sido recogidas dentro de las negociaciones sobre el objetivo de eficiencia energética. “Queremos ser ambiciosos en objetivos e instrumentos”, apuntó Navia, que celebró el nuevo tratamiento contable a las inversiones en eficiencia desde el sector público y que se vayan a reconocer los esfuerzos realizados antes de 2020 para lograr el objetivo de un 30% de eficiencia energética en 2030.

Por su parte, el consejero delegado de Enagás, Marcelino Oreja, aseveró que la electrificación de la economía “tiene muchas complicaciones” y reivindicó que la cogeneración contribuye a realizar procesos industriales “que no son posibles sin gas”. La industria necesita gas”, sentenció Oreja, que compartió mesa con Antonio Erías, presidente de Mibgas. El exportavoz de Energía del PP destacó que el hub del gas “viene a dar una señal de precios que no existía”, unos precios que reconoció como ligeramente más elevados que los de mercados europeos, lo que justificó en que aún se está desarrollando. En el Mibgas se negoció el 2% de la demanda nacional de gas en 2016 y en 2017 se está alcanzando una cuota del 3,4%.

Finalmente, la secretaria general de Sedigas (Asociación Española del Gas), Marta Margarit, quiso enfatizar que el gas “es un aliado para el medio ambiente” y la cogeneración “lo es todavía más” ya que además de ser una “herramienta de competitividad para la industria”, ambos contribuirán a cumplir los objetivos 2020 y 2030. En este sentido, destacó que el gas renovable “es una alternativa de futuro” por sus “cero emisiones” para mejorar la calidad del aire.

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