La Agencia Internacional de la Energía (AIE) revisa al alza sus previsiones de demanda de petróleo para 2017 y 2018

Europa Press / EFE.- La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revisado al alza en 100.000 barriles más sus pronósticos de crecimiento de la demanda mundial de petróleo para este año y para 2018. En concreto, la AIE estima que el consumo de crudo para lo que queda de año aumentará en 1,6 millones de barriles diarios, hasta un total de 97,7 millones, mientras que apunta a un aumento de 1,4 millones de barriles diarios, hasta los 99,1 millones de barriles para 2018.

La AIE atribuye la mejora de sus perspectivas de demanda al refuerzo de la recuperación económica entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Entre abril y junio la demanda petrolera creció en 2,3 millones de barriles en comparación con el mismo periodo de un año antes, el mayor ascenso interanual desde mediados de 2015.

Por el lado de la oferta, la producción mundial en agosto cayó por primera vez desde el pasado abril, disminuyendo en 720.000 barriles diarios, hasta 97,7 millones. Y aunque una parte de ese descenso se debió a recortes imprevistos (en particular por el impacto de las revueltas en Libia) y a operaciones de mantenimiento de los pozos, también influyó que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los países asociados al pacto de reducción de la producción en 1,8 millones de barriles diarios cumplieron en mayor medida sus compromisos: un 82% la OPEP en agosto frente al 75% de julio, mientras que los otros 10 asociados lo respetaron con creces (más del 100%).

Las extracciones del cártel petrolero en agosto se redujeron en 210.000 barriles diarios hasta 32,67 millones. En eso pesó en particular Libia, que se quedó en 0,87 millones de barriles diarios, frente a los 1,01 millones de julio. Las operaciones de mantenimiento hicieron disminuir en 500.000 barriles diarios la producción de los países que no pertenecen a la OPEP, hasta 58 millones de barriles diarios, aunque esa cifra sigue siendo 1,2 millones superior a la de un año antes, gracias en particular a Estados Unidos, Kazajistán, Rusia, Canadá y Brasil.

También influyó el impacto del huracán Harvey en la producción estadounidense, el cual fue mayor del esperado. La AIE explica que Estados Unidos ha sufrido recientemente el impacto de dos huracanes de importancia «severa»: Harvey, que impactó directamente en la industria petrolera y disminuyó las extracciones en 200.000 barriles diarios en agosto, e Irma, cuyos verdaderos destrozos aún no han sido estimados. Así, señala que la interrupción de los mercados locales de petróleo en el Golfo de México en Estados Unidos está disminuyendo diariamente y prevé que su impacto en los mercados globales sea de corta duración. No obstante, era inevitable que la producción petrolera y distribución normal se entorpeciera y que los precios subieran.

En todo caso, asegura que si la situación se hubiera agravado una vez el mercado se hubiera ido adaptando, la AIE estaba dispuesta a actuar a través de sus mecanismos de respuesta para estos casos. «La disponibilidad de stocks estratégicos globales demostró su valor y por eso no fue necesaria nuestra intervención», justificó la agencia. Al calor de este informe, junto al publicado por la OPEP, el petróleo Brent subía un 1,58% hasta los 55,13 dólares por barril. Por su parte, el West Texas, de referencia en Estados Unidos, subía en un 2,21% y cotizaba en 49,30 dólares por barril.

Por otro lado, la AIE constató que las reservas industriales se mantuvieron estables en julio, cuando lo normal es que aumenten en ese mes. Así, se quedaron en 3.016 millones de barriles, lo que significa que se ha reducido considerablemente la diferencia con respecto a la media de los últimos cinco años, limitándose en julio a 190 millones de barriles (214 millones en junio). La agencia avanzaba que el descenso podría ser mayor en agosto y septiembre. En el caso de los productos petrolíferos, el «superávit» con respecto a la media de las reservas en los últimos cinco años se quedó en 35 millones de barriles, y podría reducirse a 0 para finales de año, según los autores del estudio.

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