El sector energético pide estabilidad para abordar con éxito la descarbonización y el gas pretende ser parte de la solución

EFE / Europa Press.- El presidente de Sedigas, Antonio Peris, consideró que el gas tiene que ser «parte de la solución» en el camino hacia la transición energética, ya que sustituye a fuentes «más contaminantes». Peris participaba en una jornada organizada por Enerclub en la que el sector energético español exigió nuevamente estabilidad para poder afrontar con garantías la futura transición energética ante la próxima aparición del informe del comité de expertos analizando diferentes escenarios de cara a la futura ley sobre la materia.

La presidenta de la patronal eléctrica (Unesa), Marina Serrano, recordó que en 2017 la demanda de electricidad aumentó un 1,1% respecto a 2016. Serrano ha indicado que 2018 será un año de importancia vital para todos los sectores energéticos, en el que habrá que alcanzar consensos sobre el futuro mix energético, las diferentes fuentes de energía que cubren el suministro, y la reducción de emisiones.

Serrano ha advertido que la transición energética va a requerir grandes esfuerzos de inversión, lo que exigirá un marco regulatorio «estable y predecible», y ha recordado que sólo en redes la inversión que se precisará hasta 2030 será de 42.000 millones de euros. A este respecto, señaló que será importante que se establezca una tasa de retribución a esta actividad «razonable» y «de acuerdo con los métodos fijados en otros países europeos de nuestro entorno». Además, consideró necesario el diseño de un mercado que de unas «señales a largo plazo, que permita que el sistema sea seguro». Así, solicitó también la regulación de los mecanismos de capacidad, que ayudan a «asegurar la seguridad de suministro».

Por su parte, el presidente de la patronal gasista Sedigas, ha destacado que en 2017 el sector conectó 172.487 nuevos puntos de suministro y está al alcance del 79% de la población española, llegando a alcanzar un 31% de penetración en viviendas. Peris, que ha subrayado que se está a las puertas de la publicación del informe del comité de expertos sobre la Ley de Transición Energética, reclamó que en esta transición el gas se contemple no sólo como una energía de transición, sino que “forme parte de la solución” ya que se trata de una fuente de energía que sustituye a otras «más contaminantes«.

A este respecto, indicó que la mayor presencia del gas aportaría 150 millones de euros a la economía y reduciría las emisiones en 11 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2). Además, señaló el papel que jugaría en movilidad, contribuyendo a reducir las emisiones y mejorando la calidad del aire. Así, Peris subrayó que «el gas tendrá un rol protagonista en la economía baja en carbono y un papel clave en la transición energética global, en especial por la creciente inyección de gas de origen renovable en su infraestructura».

La demanda de gas natural en España alcanzó la cifra de 350.870 gigavatios por hora (GWh) al finalizar 2017, lo que representa un incremento del 9,1% respecto al 2016 y evitó la emisión a la atmósfera de cerca de 25.300 kilotoneladas de CO2. Peris apuntó a la falta de lluvias y al aumento de la demanda de gas de los ciclos combinados en un 26,8%, con una cuota del 17,2%, como los hechos que marcaron el pasado ejercicio. Peris destacó que estos ciclos combinados tienen un rendimiento de hasta un 25% más que las térmicas alternativas, por lo que «suponen menos consumo de energía primaria» y evitan la emisión de casi 5.000 kilotoneladas de CO2″.

La demanda convencional aumentó un 5,1% el año pasado, sobre todo en los meses de agosto y septiembre como consecuencia de las altas temperaturas y la utilización de gas natural para la refrigeración del sector doméstico y comercial. La demanda industrial, que supone el 62% del consumo de gas nacional también siguió una tendencia alcista, lo que, según Sedigas, demuestra la recuperación económica del sector.

Asimismo, el presidente de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) y de BP España, Luis Aires, destacó que 2017 fue un año «histórico» que refleja «la fortaleza» de las refinerías españolas en un entorno de bajos precios. De cara al futuro cree que el petróleo se moverá entre los 40-70 dólares, aunque ve muy difícil que se supere esta cota por el impacto de la tecnología en las formas de producción y lo más probable es que el mayor tiempo esté entre 50 y 60 dólares. Aires consideró que la transición energética debe llevarse a cabo desde un punto de vista de equilibrio entre el coste y la eficiencia, por lo que «no se debe despreciar ninguna tecnología».

Por otro lado, el presidente de la Asociación de Empresas de Energía Renovables (APPA), José Miguel Villarig, advirtió de que el sector se «teme lo peor» sobre la próxima revisión que se aplicará a las renovables para el próximo periodo regulatorio sobre su tasa de rentabilidad. «Esta rentabilidad tiene como fallo que nos la cambian cada 6 años y nos la revisan cada 3», señaló

Además, consideró que en el sector «va a haber un antes y un después de las subastas», que van a dinamizar 8.300 millones y crear 9.000 empleos, aunque subrayó que el reto será ejecutar esos 8.000 megavatios (MW) adjudicados «en el corto plazo que se ha dado». No obstante, criticó el cómo se han llevado a cabo las subastas, ya que «ha sido una vez más con improvisación», y pidió que para el futuro se diferencie entre tecnologías y se establezca un calendario para ellas.

Por su parte, el presidente de Carbunión, Pedro Iglesia, ha apuntado que 2017 fue un año algo mejor para el sector del carbón tras el «nefasto» 2016 en el que el Gobierno «denostó el carbón» e incumplió los compromisos con el sector. Aún así, ha indicado que en 2017, pese a crecer la producción con carbón un 20%, la cuota correspondiente al carbón nacional en el mix de generación de electricidad fue sólo del 2,4%. Por otra parte, ha señalado que el carbón debe tener un papel importante en la transición energética por ser el único combustible autóctono y dar garantías de seguridad al suministro.

Iglesia señaló que el sector afronta el reto de la amenaza de cierre para 2018 de todas aquellas empresas que recibieron ayudas desde 2011 o, en caso contrario, afrontar como proceder a devolver estas ayudas recibidas. Por ello, pidió el apoyo del Gobierno para materializar en «medidas concretas» el respaldo al carbón para que siga jugando un papel dentro del mix energético, dado que a los actuales precios es inviable.

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