El informe de la CNMC sobre la 25ª subasta CESUR

La 25ª subasta CESUR, llamada a fijar el precio del Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) para el primer trimestre de 2014, se celebró el 19 de diciembre y dio como resultado una fuerte subida en los precios: un 29,9% que llevó a 61,83 euros por megavatio y hora (MWh.) el producto base y otra del 18,5% en el producto punta, a 67,99 euros MWh. Al trasladarse estas subidas al recibo, puesto que el componente de Energía de la factura tiene un peso aproximado del 40%, la subasta presionaba un 10,5% al alza el importe del recibo, a lo que habría que añadir otro 1% por el incremento de los peajes que corresponde a la parte regulada; en este caso, ordenado por el Gobierno para financiar la amortización de los 3.600 millones que había comprometido en los Presupuestos para el sector eléctrico y que el Ministerio de Hacienda retiró para no engordar el déficit público.

Comenzó entonces un proceso que ha desembocado en una revolución de la facturación eléctrica. En apenas horas compareció públicamente el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, calificando el resultado de la subasta como “inaceptable” e instando a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia a esclarecer “si ha habido manipulación, si no ha habido transparencia o si no ha habido competencia”. A las 12 horas de estas palabras del ministro, la CNMC traslada a la Secretaría de Estado de Energía, al Gobierno, que “no procede” validar la subasta por la “concurrencia de circunstancias atípicas”. No fue hasta el 7 de enero cuando la CNMC se ratificó en su informe de la existencia de “circunstancias atípicas” que hicieron que la subasta se desarrollara en un entorno de “insuficiente presión competitiva”.

Las circunstancias que la CNMC utilizó para justificar la anulación de la subasta fueron varias: el volumen ofertado antes de iniciarse la subasta fue inferior en un 11,5% a otras subastas con volumen subastado similar; por otro lado, la CNMC argumentó también un conocimiento por parte de los agentes, en rondas muy tempranas, del exceso de oferta en tramos inferiores al tramo ciego (superior al 200% de exceso), lo que llevó a una temprana finalización de la subasta eléctrica, en concreto en la ronda 7, siendo la ronda de cierre más temprana de todas las subastas Cesur celebradas, que en ningún caso se habían cerrado antes de la ronda 12.

Lo cierto es que no debió sorprender en la Secretaría de Estado de Energía que el volumen ofertado antes de iniciarse la subasta fuera un 11,5% inferior a otras similares. En su resolución del 11 de diciembre de 2013, Energía procedió a dividir a la mitad la cantidad de MWh a subastar para el producto base «a la vista de los volúmenes de calificación». Respecto al resto de circunstancias, dado que la CNMC considera que no hubo comportamientos punibles, no parece extraordinario que la subasta terminara antes de lo habitual si los ofertantes retiraron sus ofertas ante la lógica pretensión de los agentes de no incurrir en pérdidas ante los precios elevados del pool eléctrico.

Otra circunstancia esgrimida por la CNMC es que el precio del producto base alcanzó diferencias superiores a un 7% con respecto a los valores que había alcanzado en los mercados a plazo el día anterior a la subasta. Según el informe, esta diferencia entre el precio del producto base subastado en la Cesur y las referencias de los mercados a plazo «han sido las más elevadas de las registradas en las últimas diez subastas, cuyo diferencial no superó en ningún caso el 2%». Un argumento ciertamente discutible porque tomar como referencia, dentro de un trimestre, el precio marcado en un determinado día por el mercado a plazo y realzar que el precio resultante de la subasta difiere respecto a ese precio más de lo que era habitual en subastas anteriores, suena más a casualidad que a una prueba que sirva para demostrar algo. Y es más creíble pensar que la CNMC, si tal y como argumenta no encontró pruebas de la «burda manipulación» que anunció el ministro Soria y por tanto no pudo encontrar comportamientos punibles por parte de los agentes participantes, tan solo pudo buscar justificaciones para su actuación.

Además de lo ya reseñado, la CNMC también apuntó a que los datos anteriores se enmarcaban en un contexto de precios elevados en el mercado mayorista eléctrico: precios que atribuye al aumento de la demanda, la reducción de la producción eólica e hidráulica, la indisponibilidad de grupos térmicos y nucleares así como el incremento del precio del gas natural, con problemas para la importación desde Argelia. En consecuencia, unas circunstancias que la CNMC asegura que tuvieron un efecto “inmediato” sobre el precio de la subasta y que juzgó como puntuales y no extrapolables al conjunto del primer trimestre de 2014.

En el fondo, una concatenación de circunstancias que también hicieron a la CNMC descartar la existencia de comportamientos punibles. El resultado: funcionamiento del mercado en unas «circunstancias atípicas», pero no burdamente manipuladas, que lleva a una subida atípica del 11,5% del recibo de la luz y que no es validada después de que el Ministerio de Industria, encargue a la CNMC un informe sobre el desarrollo de la subasta.

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