El Gobierno argentino demanda a la UE ante la OMC por la subida de los aranceles contra su biodiésel

«La manifiesta ilegalidad de la medida decidida por la Unión Europea, su espíritu netamente proteccionista y el perjuicio económico que ocasiona a la industria del biodiésel argentino ha movilizado, sin dilaciones, las acciones pertinentes en el ámbito de la OMC que permitirán satisfacer el reclamo del Gobierno argentino», señaló la Cancillería argentina.

En este sentido, señaló que el derecho «antidumping» aplicado por la Unión Europea, con carácter definitivo desde el pasado 27 de noviembre, se ubica en un rango de 216,64 a 245,67 euros por tonelada y genera como efecto «directo e inmediato» el cierre del mercado europeo para el biodiesel argentino, afectando de esa manera a exportaciones por un valor superior a 1.500 millones de dólares anuales, según manifestó la cartera de Exteriores argentina.

Esta medida fue tomada por la Unión Europea después de que una investigación concluyese que los productores argentinos vendieron por debajo del «verdadero coste de producción en el mercado europeo». Por ello, la Unión Europea comenzó a aplicar un recargo arancelario definitivo medio del 24,6% a las importaciones de biodiesel procedentes de Argentina y del 18,9% al biodiesel de Indonesia durante un periodo de cinco años.

«La presentación formulada ante la OMC abre un período de consultas de sesenta días, cuyo objeto es explorar la posibilidad de encontrar una solución de mutuo acuerdo entre las partes», según se explicó.

De vencer el plazo sin un acuerdo, Argentina «estará en condiciones de solicitar la conformación de un Grupo Especial de expertos para resolver la controversia», agregó.

El primer país europeo en cerrar el grifo al biodiesel argentino fue España, en abril de 2012, cuando frenó las importaciones de este combustible en respuesta a la expropiación de la petrolera YPF al grupo español Repsol.

Argentina, primer productor mundial de biodiesel, elaborado a partir de aceite de soja, exportó 1,6 millones de toneladas en 2012, casi el 90% a la Unión Europea. Por su parte, la industria europea «está sobredimensionada y carece de la disponibilidad de materia prima y del nivel de integración vertical que caracteriza a nuestra industria», explicó.

«En lugar de emprender reformas para mejorar su competitividad, la industria europea ha buscado y ha logrado una medida administrativa en Bruselas, totalmente arbitraria, que cierra el mercado europeo a la competencia de los productores eficientes de biodiesel, como es el caso de Argentina», criticó.

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