El gasoducto entre la península y Baleares estará acabado el 1 de julio de 2009

El presidente de Enagás recalcó que la construcción del gasoducto supone «la inversión más importante hecha en las islas» y el proyecto «más grande» que esta compañía «ha hecho nunca». Llardén justificó el incremento del presupuesto en que el precio del acero y de la construcción se «ha multiplicado por dos» desde que comenzó el proyecto y también por el aumento del diámetro de los tubos para dar respuesta al futuro incremento del consumo en las islas.En cuanto al calendario de ejecución de la obra, indicó que Enagás calcula que durante el mes de marzo dispondrá de la declaración de impacto ambiental y que espera que en junio pueda tener la autorización administrativa definitiva, con lo que confió en que las obras puedan empezar el mes siguiente.A pesar de que todavía no han comenzado las obras, Enagás ha invertido ya 95 millones de euros en trabajos previos de ingeniería y la contratación de la fabricación de los tubos, que en marzo llegará a Hellín, en Albacete, donde serán revestidos de hormigón.De acuerdo con la planificación de Enagás, en otoño de 2008 un barco empezará a desplegar el tubo, operación que podría prolongarse durante cuatro o cinco meses.

Enagás y el Govern Balear se han propuesto que el gasoducto sea una obra como las «de los romanos», por lo que han definido todos los detalles para que «esté bien hecha», recalcó.El responsable de la compañía energética precisó que el tramo terrestre del gasoducto en la península, que discurrirá entre Montesa y Denia, tendrá una longitud de 68 kilómetros y un diámetro de 24 pulgadas.

En cuanto a la parte marítima de esta infraestructura, detalló que el tramo entre Denia y la localidad ibicenca de San Antonio tendrá una longitud de 123 kilómetros, mientras que la etapa entre Ibiza y la central térmica de San Juan de Dios, en Mallorca, se extenderá 145 kilómetros.En conjunto, el gasoducto tendrá 268 kilómetros de tramo submarino, en el que la profundidad máxima alcanzará casi mil metros, y tendrá una presión de 80 bares en Palma, lo que requerirá la construcción de una estación de compresión a 140 bares en Denia.

A este respecto, el presidente de Enagás explicó que la compañía ha previsto que, en el futuro, en Denia se puedan alcanzar los 220 bares mediante una obra adicional, con lo que se podría incrementar el caudal del tubo en un 50 por ciento.La posibilidad de este aumento, que podría acometerse dentro de unos quince años, se ha planificado en función de las previsiones del Ejecutivo balear de que en 2011 el consumo en las islas será de 1.500 millones de metros cúbicos. Llardén hizo hincapié en que el proyecto ha tratado con el «máximo esmero» los aspectos medioambientales, por lo que la afectación de la obra en Denia, San Antonio y Palma «será mínima».

Sobre este punto, el director de obra, Antonio García, detalló que la declaración de impacto ambiental obliga a evitar afecciones en zonas arqueológicas y a respetar las paredes de posidonia y otras reservas naturales.Matas destacó que la construcción del gasoducto supondrá un recorte anual de 1,5 millones de toneladas de las emisiones de dióxido de carbono de Baleares a la atmósfera.

Por su parte, el Conseller de Comercio, Industria y Energía, Josep Juan Cardona, remarcó que los barcos tienen prohibido arrastrar o fondear sobre el gasoducto y avanzó que la conexión de esta infraestructura con Menorca, que está programada en una segunda fase, supondrá una inversión adicional de 100 millones de euros.

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