El CSN respalda el ATI de Almaraz, aunque aún precisa del visto bueno de Industria y Medio Ambiente

EFE / Europa Press.- El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitió un informe favorable para la construcción de un Almacén Temporal Individualizado (ATI) de combustible gastado en la central nuclear de Almaraz (Cáceres) que ocupará una superficie pavimentada de unos 2.649 m2, si bien su ejecución aún debe recibir el visto bueno tanto del Ministerio de Medio Ambiente como de Industria.

Para dar luz verde a la construcción del ATI, el Ministerio de Medio Ambiente aún debe elevar una respuesta al informe de impacto ambiental adscrito al proyecto. De ser favorable, es decir, si se considera que no afecta al medioambiente, se trasladará la misma al Ministerio de Industria que, junto al informe favorable del CSN, deberá pronunciarse. En el caso de que todos los informes respalden el proyecto del ATI, la dirección de la central nuclear de Almaraz tendrá que pedir autorización de obra al Ayuntamiento de esta localidad cacereña.

El CSN ha elevado una propuesta de informe favorable de la solicitud de autorización de ejecución y montaje del ATI para el combustible gastado en las dos unidades de la central de Almaraz. El Plan de Gestión de Residuos Radiactivos elaborado por ENRESA y aprobado en Consejo de Ministros en 2006 indica que para la gestión del combustible gastado se prevé la puesta en marcha del Almacén Temporal Centralizado (ATC), que acogerá combustible gastado y residuos de alta actividad, proyectado en Villar de Cañas (Cuenca). En caso de que no estuviera disponible el ATC en las fechas de necesidad de almacenamiento del combustible gastado de cualquier central española, se contemplaba los ATI como solución transitoria hasta su traslado al ATC.

Necesario para principios de 2018

El combustible gastado generado en la explotación de Almaraz está almacenado bajo agua, en las piscinas de combustible gastado, situadas en los edificios de combustible. De acuerdo con la capacidad útil de las piscinas, la central precisa que dicho ATI esté operativo en el primer semestre de 2018. Esto significa, que si no tuviera donde almacenar el combustible, la planta no podría seguir generando electricidad.

El ATI estará situado a la intemperie, en el área bajo control del titular, en una parcela ubicada al norte de la propia central y al este del embalse de Arrocampo. Según describe el dictamen técnico del regulador, básicamente el ATI constará, «de una losa sísmica de hormigón armado, sobre la que podrán descansar verticalmente, sin anclajes, hasta 20 contenedores cargados con el combustible gastado y dispuestos en dos filas», según el informe. La losa estará rodeada de un muro de hormigón armado cerrado en todo su perímetro, excepto en el acceso a la losa, que tendrá como finalidad reducir la exposición a la radiación directa emitida por los contenedores. Este muro delimitará una superficie pavimentada de aproximadamente 2.649 m2.

Los componentes del contenedor se agrupan en tres elementos: el cuerpo del mismo, constituido, entre otros elementos, por virolas y un blindaje neutrónico; un sistema de cierre y el bastidor de combustible, que es el componente más cercano al contenido radiactivo que aloja el contenedor. La misión de este último es múltiple en relación a los elementos combustibles, pues dar soporte y ubicación, protección estructural, disipación de calor residual y mantenimiento de la reactividad en niveles subcríticos, según se explicó.

6 condiciones para la autorización

La autorización lleva asociadas seis condiciones, en las que se establecen los términos y límites específicos de las fuentes radiológicas; medidas de protección contra incendios; deberá cumplir la normativa estadounidense aplicable, la que aplica la Nuclear Regulatory Commission. Además, antes de que comience a ejecutarse la obra del ATI, se deberá haber hecho y auditado aspectos como la utilización de materiales de acuerdo a la norma española, tales como el uso de hormigón estructural de acuerdo con unos requisitos y comprobaciones para garantizar que se cumpla la normativa. Asimismo, se habrá de hacer estudios relativos a la interacción del suelo con la estructura, así como hacer y auditar la ruta de traslado y operaciones del combustible dentro de la losa.

Pese a que el dictamen era favorable a la solicitud de Almaraz, los técnicos consideran que el titular deberá aportar análisis de riesgos relacionados con la presencia de otras industrias, transportes o instalaciones militares que operen en la proximidad del emplazamiento así como completar la caracterización hidrogeológica en la zona, tanto en la unidad acuífera somera como de los niveles más profundos y de su interrelación, realizando ensayos de bombeo adecuados. Igualmente, deberá facilitar la integración del comportamiento de las aguas subterráneas en la zona local del ATI, con las de la isla nuclear y las del resto del emplazamiento de la central, así como confirmar la existencia de un margen entre el ATI y el nivel de agua subterránea.

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