Ecologistas y científicos alertan al Gobierno de que cerrar las nucleares disparará las emisiones y el precio de la electricidad

Europa Press.- Un conjunto de ecologistas, protectores del medio ambiente y científicos climatológicos han expresado su preocupación al Gobierno por incluir en su hoja de ruta el cierre de las centrales nucleares algo que provocaría un aumento de las emisiones y gases contaminantes, además de un aumento en el precio del coste de la electricidad en España.

Así lo indicaron en una carta remitida, entre otros, al Ministerio de Transición Ecológica hasta 20 profesionales internacionales del área de medio ambiente, entre los que se encuentra el ganador del premio Pulitzer y autor de Renovación nuclear y La fabricación de la bomba atómica, Richard Rhodes. A pesar de «alabar» el compromiso de España con la lucha del cambio climático, un país que «ha estado a la vanguardia de la producción de tecnologías de energía con bajas emisiones de carbono», los expertos culpan a la moratoria nuclear promulgada en 1983 por detener la creación de energía nuclear «en una cantidad suficiente como para reemplazar todo el carbón que ahora se quema para crear electricidad«.

Algo similar produjo, a su juicio, el cierre de la central de Santa María de Garoña. Los combustibles fósiles utilizados para reemplazar la energía de esta central generarán alrededor de 2 millones de toneladas de emisiones de carbono a la atmósfera cada año, el carbono equivalente a casi un millón de automóviles nuevos en las carreteras de España. Los firmantes de la carta también contradicen al anterior ministro de Energía, Álvaro Nadal, quien afirmó que el cierre de Garoña no tendría ningún efecto en la red eléctrica del país y, sin embargo, según ellos «esta clausura elimina la energía limpia que podría haber alimentado a 1,8 millones de vehículos eléctricos».

De igual forma, la promesa de la nueva ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, de cerrar todas las centrales nucleares restantes en el país, «aumentará la producción de energía por combustibles fósiles y, con ello, la contaminación, debido a los factores de baja capacidad y a la intermitencia de la energía solar y eólica», señala la carta. En caso de reemplazarse toda la electricidad proveniente actualmente del parque nuclear en España con la procedente de centrales de carbón y de gas natural, los expertos cifran en 32 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) el posible aumento de las emisiones, lo que equivale a añadir 14,5 millones de automóviles nuevos a las carreteras españolas.

Este incremento en las emisiones haría más difícil cumplir los objetivos establecidos por Europa, además de desencadenar un aumento de los precios de la electricidad, a medida que se vayan cerrando las centrales nucleares. La carta pone como ejemplo lo ocurrido en Alemania, donde se gastaron el año pasado 24.300 millones de euros por encima del precio de mercado por sus tarifas de introducción de energía renovable tras el cierre de sus centrales nucleares. «España puede aprender del error de Alemania y mantener sus centrales nucleares operativas», instan los expertos.

Por todas estas razones, los ecologistas y científicos firmantes afirman que «el siguiente paso para combatir el cambio climático y mejorar la calidad del aire es aumentar la electricidad limpia procedente de fuentes no fósiles y reducir de manera masiva los combustibles fósiles utilizados», de donde procede actualmente más del 40% de la electricidad generada en España. La carta ha sido remitida al Gobierno, Ministerios, Consejerías, Instituciones y Asociaciones y firmada por: Michael Shellenberger, presidente de Environmental Progress y Héroe del Medio Ambiente por Time.

También por: Erle C.Ellis, de la Universidad de Maryland; Steve Kirsch, consejero delegado de Token; Martin Lewis, de la Universidad de Stanford; Michelle Marvier, de la Universidad de Santa Clara; Norris McDonald, presidente de Esperanza Medioambiental y Justicia; Kirsty Gogan, directora ejecutiva de Energy for Humanity; Alan Medsker, coordinador de Environmental Progress; Richar Muller, de la Universidad de California Berkeley.

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