David Robinson (II): «El precio de la electricidad que están pagando los consumidores domésticos se debe en gran parte a decisiones políticas»

Después de la primera parte de la entrevista, tratamos con David Robinson la evolución de los precios a los distintos tipos de consumidores en España, punto central del informe que ha presentado bajo el título “Un análisis comparativo de los precios de la electricidad en la Unión Europea. Una perspectiva española«. Este investigador también ofrece su visión sobre la comparación de precios entre los países de la Unión Europea y diversas recomendaciones de política energética y tarifaria.

Pregunta- ¿Cómo valora el nuevo método de fijación de precios al consumidor que sustituye a la fijación de un precio para el trimestre como se hacía mediante las subastas CESUR?

Estoy a favor de que los consumidores reciban una señal de mercado y el mercado horario me parece una señal relevante. También me parece excelente que haya muchas alternativas de contratos. Dicho esto, es importante que los consumidores entiendan cada uno de los tipos de oferta: si el consumidor elige pagar un precio horario, es el consumidor el que asume el riesgo de la volatilidad de los precios. Si, por otra parte, la alternativa que le ofrece una compañía es un contrato con un precio anual, para todo el año, es esta compañía la que va a asumir el riesgo de garantizar un precio: por eso el precio anual, a priori y como se está diciendo, sería más alto bajo esta fórmula que lo que se espera de un contrato basado en un precio horario. Hay una labor importante de información previa para que no haya sorpresas y evitar problemas futuros.

P- ¿Qué dificultades hay para realizar dentro de la Unión Europea comparaciones entre los diferentes precios de la electricidad?

Los datos de Eurostat son problemáticos porque no son homogéneos. Uno de los principales problemas es que algunos de los costes de la política pública en algunos países se definen como impuestos, gravámenes y cargas; en otros países se incluyen en el concepto de energía; en otros en el concepto de redes. Por estar en los diferentes componentes del precio según la metodología de Eurostat, es muy difícil efectuar una comparación de estos costes.

Eso lleva a pensar, en el caso español y a primera vista sin profundizar más allá, que el coste de la distribución parezca muy alto comparado con otros países pero, en realidad, no es cierto, dado que la comparación se efectúa a nivel europeo incluyendo otros costes regulados, de forma que, además del coste del transporte y la distribución, en España incluye también básicamente los costes de las políticas públicas. Sería mucho mejor que hubiera homogeneización de los conceptos de precio.

P- Entonces, en lo que respecta a las actividades de generación y distribución, ¿Cómo es nuestro sistema eléctrico de eficiente en comparación con otros países de Europa?

Por lo que he podido ver en un primer análisis, comparando el coste de la distribución según la liquidación española y el coste de distribución según los datos de Eurostat, puedo decir que los costes de la distribución (por kWh) en España están muy por debajo de la media europea. En cuanto a la generación, se puede decir que el mercado mayorista en España está en la línea de los demás mercados mayoristas a nivel europeo.

Consumidores industriales y consumidores domésticos

P- Respecto a los consumidores industriales, existe una creencia generalizada de que los precios de la electricidad en España son superiores a los de los países de nuestro entorno ¿Qué ha podido concluir en este apartado?

La comparación de los precios a los consumidores industriales a nivel europeo es difícil por los problema derivados de la metodología empleada, como le decía anteriormente. A veces, en los precios notificados a Eurostat, no se incluye el precio real pagado por el consumidor después de diferentes tipos de apoyo a la industria, en términos de descuentos o exenciones, que no son visibles por tanto en los datos de Eurostat. Si en las comparaciones nos atenemos a los datos de Eurostat, para los grandes consumidores industriales España está en el puesto 17 de 27 países; hay 16 países con precios más altos para estos consumidores. Para los industriales de tamaño medio, hay 8 países con precios más altos. Por ello, los grandes consumidores están en una situación mejor que los más pequeños consumidores de España.

P- ¿Cómo están evolucionando los precios de la electricidad y sus distintos componentes en España?

En general, desde finales de 2007 se ha visto un incremento importante en los precios para todos los consumidores, pero este incremento se ha concentrado sobre todo para los consumidores domésticos, para los que el componente que más ha crecido es el de la «cuña gubernamental». De hecho, si miras el coste de la distribución, del transporte y mercado mayorista, es decir, los costes tradicionales del sector, han subido mucho menos o no han subido en relación a lo que ha subido el precio final. Por eso lo llamo cuña gubernamental.

P- Como concluye en su estudio, España tiene uno de los precios eléctricos para consumidores domésticos más altos de la Unión Europea. ¿A qué se debe?

Sobre todo, a decisiones políticas sobre el reparto de los costes, tanto de la red como de las políticas públicas. Entonces podemos hablar de dos causas fundamentales: los consumidores domésticos han visto subir mucho su contribución a financiar los costes de las políticas públicas mientras que para los grandes consumidores industriales su participación en la recuperación de estos costes ha sido mucho menor. La segunda es que los domésticos no pueden recuperar el IVA, y los industriales sí que pueden. Esta combinación de no poder recuperar los costes del IVA más su mayor contribución a financiar los costes de las políticas públicas hacen que los precios hayan subido en mayor medida para los consumidores domésticos que para los consumidores industriales.

P- Precisamente el IVA es parte de la factura y muchos ciudadanos españoles no entienden de qué se compone el recibo que pagan. ¿Podría indicarnos cómo es la composición de la tarifa eléctrica, en términos de costes de acceso y consumo?

Para resumirlo brevemente, en una factura de 100 euros, aproximadamente 40 euros son para la generación de energía para el suministro. Este 40% corresponde al mercado eléctrico. Todo lo demás, un 60%, no está sujeto a la disciplina del mercado: 10% para las redes y el resto, el 50% que queda, es para los costes de política pública e impuestos.

P- ¿Es una tarifa regresiva en términos de eficiencia? ¿Qué piensa acerca de que se incremente de forma extraordinaria el peso en la factura eléctrica del término de potencia?

Hay dos aspectos que valorar. En este caso, uno tiene que ver con reflejar la estructura de costes del sector, que son mayormente fijos. Por eso tiene sentido enviar la señal al consumidor de que la parte fija es más grande de lo que era antiguamente. Pero la otra parte tiene que ver con la preocupación que tiene el Gobierno de recuperar los costes fijos del sistema porque cuando el consumo baja, por la recesión o porque los consumidores deciden producir por sí mismos, se reducen los ingresos que llegan al sistema de la venta de electricidad. Por ello, si pasas una parte de la recuperación de costes a lo que es la parte fija, en principio, aseguras una mayor recuperación de los costes. No obstante, si la parte fija está relacionada con la potencia contratada, el consumidor tendría un incentivo para bajar la potencia contratada.

P- ¿Cómo se debe articular la distribución de los distintos costes entre los distintos consumidores, sin afectar a la competencia, competitividad, garantizando la inversión y evitando subsidios cruzados?

La clave está en reconocer que hay costes fijos que no tienen que ver con el sistema y que el Gobierno va a decidir como asignarlos. Habrá riesgos de no poder recuperar estos costes fijos en la medida en que el Gobierno los vaya asignando a consumidores que de alguna forma tienen la alternativa de salirse del sistema y de acudir al autoconsumo. Por ello, hay que averiguar hasta qué punto estos costes tienen que recuperarse mediante el precio eléctrico. El Gobierno tiene que ser transparente sobre quien está pagando estos costes y evitar seguir enviando señales a los consumidores de dejar el sistema completamente, o porque son industrias que no pueden competir o porque son consumidores que deciden autoconsumir a través de su propia generación.

En la tercera y definitiva parte de la entrevista, David Robinson aborda el futuro y los dilemas de la política energética desde una perspectiva europea y global, con la descarbonización y la lucha contra el cambio climático como uno de los elementos más decisivos a la hora de configurar el horizonte de este sector.

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