Maite Costa catalaniza la CNE

El nombramiento de Maite Costa en la Comisión Nacional de Energía parece que ha sido un detonante clave para aumentar la presencia de catalanes al frente del mismo, en un proceso de cierta ‘catalanización’. Así, Costa no ha dudado en rodearse de personas cercanas y de su confianza para pilotar este organismo, la mayor parte procedente de Cataluña.

Así, al nombramiento deJoan Batalla, su jefe de gabinete, se le han unido la incorporación del actual jefe de prensa Pere Lladó, ex diputado de Convergencia i Unió (y del que hace poco recogíamos su nombramiento en Energía Diario). Del mismo modo, también se ha incorporado María Mondedeu procedente de Barcelona, más concretamente de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, tal y como informamos recientemente. Por otra parte hay que recordar que el anterior director de regulación del organismo, Ignasi Nieto, también catalán, mantiene una relación muy estrecha con la actual presidenta, aunque pasó al Ministerio de Industria con el cambio de ministro, tras la salida de José Montilla y la incorporación de Joan Clos.

Además, la presidenta ha configurado la tríada que configura la gestión de la Comisión entorno a Sesbastiá Ruscalleda y Jaime González. Recordemos que el último decreto que establecía el reglamento del régimen interno del organismo otorgaba mayor capacidad de acción de Costa al margen de los consejeros, y sobre todo en el plano interno, creando una “comisión ejecutiva” de tres consejeros para dar “mayor agilidad” al funcionamiento del organismo y a las decisiones

Al parecer es fácil encontrar a Batalla, Lladó, Ruscalleda y Costa en la nueva Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, los jueves por la tarde, que es cuando regresan a Barcelona habitualmente de su muy corta semana, coincidiendo con el final la actividad de los consejos, habitual de los jueves en la mañana en la CNE.

De hecho, circula dentro del Ministerio de Industria y del organismo un documento no oficial, muy crítico en el que se afirma que el gobierno buscaba con la CMT “llevar el regulador a Barcelona” y en el caso de la CNE “traer Barcelona a Madrid”.

Por otra parte, la dedicación de Costa al organismo, con numerosos viajes (entre otros, el año pasado a Montevideo en un momento crítico en la OPA de Endesa), con más de sesenta días de ausencia del organismo desde finales de julio pasado, las semanas de tres días, la cantidad de eventos que convoca el organismo (http://www.elsemanaldigital.com/arts/66590.asp?tt=), han empezado a ser vox populi y fuertemente criticados dentro y fuera de la CNE.

Dos hechos añadidos, la dimisión de Conthe, que ha hecho que Maite Costa desaparezca de la vida pública (y que ha gestionado con toda discreción en su persona, para evitar comparaciones, siempre odiosas, y en este caso más, con lo que ha ocurrido en el sector a raiz de las operaciones recientes) y la polémica que le persigue por la norma que se aprobó el año pasado que le garantiza dos sueldos una vez finalice su mandato, parece que no son capaces de terminar de estrechar el cerco de Costa, tal y como se murmura tanto en los círculos especializados de Madrid y Barcelona.

Industria, energía y propaganda

La comunicación realizada por el Ministerio de Industria y la Secretaria General de Energía respecto al cambio de retribución de las renovables nos retrotrae a otros trabajos ‘finos’ que ha realizado este departamento en los últimos tiempos. Tiene grandes parecidos, en sus objetivos, en su ejecución y en sus resultados varias noticias en el sector de la energía que han ocurrido desde que Joan Clos es Ministro de Industria: el nombramiento de Ignasi Nieto y el cambio de las funciones del consejo de la Comisión Nacional de Energía, a favor de la presidenta, la también catalana Maite Costa o el cambio de las tarifas para retribuir las infraestructuras de red gasista. Ha funcionado a la perfección la maquinaria en su primer momento, aunque las consecuencias y respuestas de los interesados pueden cambiar el sentido de los acontecimientos.

Así, el cambio de retribución de las renovables se filtró a los medios de comunicación desde el propio Ministerio, con todos los argumentos preparados para ser difundidos: la retribución de las empresas es excesiva, se mejora el régimen retributivo del resto de tecnologías de energía renovable, comparativamente con otros países europeos. Todo para justificar una medida que introduce inseguridad jurídica al tener componentes retroactivos para las inversiones realizadas y que no pondera la importancia que tiene hoy ya el parque de generación eólico español. Previamente, la Secretaria General de Industria había tenido reuniones con las asociaciones de energías renovables, generando expectativas positivas, quienes al conocer la noticia se habían sentido estafadas (¡cómo se parece a lo que ocurrió con la tarifa eléctrica!).

Las cotizaciones de las empresas y la valoración de los bancos de negocios son más poderosas y contundentes sobre la medida, que la retórica y los adjetivos empleados en su difusión. También, una cuestión de este tipo no puede circunscribirse al impacto de la opinión pública ‘mediática’ (como si se tratase de una cuestión exclusivamente política), sino a los agentes económicos y esa es una lección a aprender de toda esta situación.

En esta segunda fase de la negociación, se ha ido intoxicando este proceso con propuestas como la propuesta de financiación de los cambios de tecnologías de los parques eólicos. Se han difundido y certificado acuerdos inexistentes entre las partes, que más bien eran lo contrario. Se ha minimizado las recriminaciones del Consejo de Estado (que pide se atienda lo que indica la CNE) y de la Comisión Nacional de Energía que devolvió con un voto negativo completo el proyecto inicial (minimizando a los propios consejeros de la Comisión Nacional de Energía, si atendemos al textual de las declaraciones del Secretario General de Energía).

Se han presentado los datos y estimaciones de rentabilidad (del trimestre del más caro del ‘pool’, por cierto, hoy publicamos el resultado de este año) como justificación del recorte retributivo de la propuesta de Real Decreto. Se ha presentado al sector eólico como una maquinaria de presión pertinaz que ‘se forra’ sobre cálculos parciales y sesgados de su rentabilidad, cuando sus demandas van más por el lado de la estabilidad regulatoria y seguridad jurídica (evitando la arbitrariedad anual del Secretario de Energía de turno), que por el precio del MW. El hecho es que la historia se repite, las empresas eólicas se sienten estafadas por el Ministerio, en este caso, por los subterfugios y miriñaques regulatorios de Nieto y el baile del rigodón de la ultima negociación, lo que ha provocado que se eleve el grado del problema intentando involucrar al Presidente Zapatero en una cuestión en que el equipo de Industria se ha cerrado en banda.

Sobre todo porque lo que está en juego es la existencia de un marco regulatorio estable para estas inversiones y no retroactivo o arbitrario. Y eso es más importante, para cumplir los objetivos de desarrollo de energías renovables, que los juegos de manos de opinión política o de opinión pública.

Entre la ‘omertá’ y el privilegio de la información privilegiada

Cuentan los conocedores y conspiradores del 23-F, que varios de los ‘autores intelectuales’ del intento de golpe de estado de 1981, se cruzaban mensajes crípticos en los periódicos en artículos de opinión los días anteriores a que tuviera lugar la intentona golpista. El hecho es que llevamos unos días con insinuaciones a diestro y siniestro a favor de la “solución española”, en el asunto de la OPA de E.ON a Endesa. Incluso las declaraciones del Ministro en su última entrevista en Cinco Días, contenían varios mensajes ambiguos y hoy interpretables a la luz de los hechos. Es evidente que al menos el propio Bernotat si perciba como un duro golpe estas maniobras.

La verdad es que ya era agobiante el ambiente de silencio que rodeaba todo lo relacionado con la OPA a Endesa. Evidentemente que era un silencio de Sergio Leone y no un silencio de Werner Herzog, por lo visto. Y parece que nuestro gabinete de adivinación tenía razón en afirmar que el baile seguía por debajo y que se estaban muñendo pactos y alianzas, en un terreno de ‘omertá’ y de maquinaciones, sin que nos puedan asustar estos términos de calibre grueso, pero al fin y al cabo sólo descriptivos y que atienden perfectamente a la semántica.

Ayer mismo por la mañana, el propio Ministro Joan Clos decía en la Cadena Ser que la intención del gobierno era dejar que los accionistas decidieran en libertad. Del mismo modo preveía que habría un pacto que posibilitaría una ‘solución española’. Quizá una afirmación un poco ‘obscena’, horas antes de que se desvelara la adquisición del 9,9% de Endesa por parte de Enel. Lo que si parece es que el gobierno preparó esta solución hace dos semanas y, ayer, casi era vox populi en Madrid.

Al primer argumento podemos decir que los accionistas pueden decidir en libertad, si es que los compradores siguen interesados en comprar, por ejemplo, y no retiran su OPA. También pueden decidir si no hay información privilegiada desde que empezó el montaje en Ibiza e, incluso, dado que se ha trabajado activamente a favor de una posición concreta, si pueden conocer todos los intereses: económicos, empresariales y políticos en juego y hasta que punto está dispuesto cada uno del los protagonistas a llevarlos hasta el final. Lo que si es evidente es que todos hemos perdido un poco la inocencia y esperamos otra vuelta de tuerca, otro conejo de la chistera en toda esta situación.

Sin que esta turbina se alinee por unos o por otros, el segundo argumento, el de la españolidad para evitar la invasión ‘teutona’ o de una empresa con participación estatal, supone tomar partido frente a un oferente que debe resignarse a no ser del agrado de las instituciones. Abandonado el argumento del españolismo(en todo caso, latineidad) para justificar una situación de estas características, concluimos que, la solución tampoco es tan española, ¿no?. Sólo que a nivel internacional y a largo plazo, podremos valorar cómo todo este largo y azaroso ‘affair ‘afecta a la credibilidad de nuestra economía y a nuestra forma de mezclar negocios y política.

El Secretario General de Energía asegura ante los consejeros de la CNE que el decreto de renovables será retroactivo, con independencia de su decisión

El pasado jueves por la tarde, el Secretario General de Energía, Ignasi Nieto visitaba la Comisión Nacional de Energía. Lo hacía después del consejo en que se había debatido la propuesta de modificación del marco regulatorio de las renovables, tan polémico y tan discutido, a la vez. En Energía Diario, venimos informando de este primer encuentro oficial entre los miembros del Consejo de Administración del organismo y su anterior Director de Regulación, por la importancia e interés de los temas que se trataron

Seguramente no recibió buenas noticias de Maite Costa, Presidenta del órgano regulador al respecto del debate sobre ‘su’ propuesta de modificación del Real Decreto 436/2004 y de lo acontecido en el consejo. Pintaban bastos para la retroactividad por lo que se pudo apreciar en la mayoría de los consejeros en su convocatoria de la mañana y que culminaba varios días de largo e intenso debate y análisis sobre eltema. Al parecer los Consejeros habían acordado proceder a votar esta cuestión al principio de su reunión de hoy miércoles 7 de febrero, sin iniciar nuevamente el debate, dado que las posiciones parece que estaban claras y contrarias, sobre la cuestión de la retroactividad del decreto.

Pero Nieto, se encargó de echar un jarro de agua fría sobre las intenciones de los consejeros, de forma que en el mismo tono firme que había empleado en el resto de su intervención, manifestó que el decreto sería retroactivo con independencia del posicionamiento del órgano regulador. A Nieto tampoco le agradó el hecho de que los Consejeros vayan a requerir de Industria que motivase las actuaciones contrarias a los dictámenes de la Comisión, dado los posicionamientos recientes del organismo en que o bien ha habido decisiones negativas o han sido salvadas por el voto de calidad de la presidenta Maite Costa.

La propuesta de reforma de renovables ha sido fuertemente criticada y ha concitado el rechazo del sector, de las entidades financieras, de los expertos, de las empresas que ven como se puede atentar contra los principios de estabilidad regulatoria, seguridad jurídica y confianza legítima, en lenguaje jurídico, a cambio de generar incertidumbre regulatoria.

Si el resultado que parece atisbarse, se consuma en la votación de primera hora del próximo consejo de hoy, se tratará de otro revés que la Comisión Nacional de Energía propina a Nieto, que no esperaba un nivel de constestación tal desde el órgano regulador y que además, ahora, deberá justificar.

La energía anquilosada

Puede parecer una contradicción ‘in terminis’, pero no lo es. La ‘energía’
puede estar anquilosada, petrificada, en un estado de inacción que le
impida avanzar hacia un lugar concreto, es decir, lo contrario a su
naturaleza. Resulta difícil recordar un momento de nuestra historia como el actual en que pudiéramos identificar un comportamiento similar de la
Administración del Estado en el sector de energía. Una situación
caracterizada por la ausencia de los requerimientos de los mercados, del
marco que rigen las decisiones económicas en materia de inversión, de la
necesaria estabilidad regulatoria, y de sus mecanismos de funcionamiento de los distintos agentes.

Así, esta semana pasada nos enteramos de que el ‘déficit tarifario’ del
año 2006 se conocerá alrededor del mes de junio, según comunicación del Secretario General de Energía y del Secretario de Estado de Economía, Ignasi Nieto y David Vegara, respectivamente, que de forma reiterada muestran una interesante sintonía. Esto quiere decir que las empresas no podrán determinar sus ingresos correspondientes al ejercicio 2006 en los tres primeros meses del año, tal y como exige la ley, y tal y como esperan los mercados para evaluar los comportamientos empresariales. Por tanto, estamos ante una nueva fórmula de prolongación de incertidumbre.

Haciendo un poco de historia, y en la misma línea, el año pasado ni
siquiera se elaboró el decreto o la orden ministerial para la titulización
del déficit tarifario. Así, fueron las propias compañías eléctricas las
que elaboraron junto con las entidades financieras los contratos que rigen esta operación financiera. A esto se le llama laissez faire.

Uno de los argumentos para aplazar el resultado del déficit tarifario del
2006 es la necesidad de calcular el importe de los derechos de emisión de los gases invernadero para detraerlos de la tarifa total. Pero resulta que en Energía ahora están indecisos sobre el tratamiento a dar a tales derechos de emisión, fruto del decurso de unos acontecimientos que han hecho aflorar múltiples criterios de imputación. Industria elaboró primero (antes del cambio ministerial) un Real Decreto-Ley, después elaboró una propuesta de Orden Ministerial, diferente a la norma inicial, que claramente quería evitar los resultados de la aplicación (a quien beneficiaba y a quien perjudicaba) del Real Decreto. Finalmente, la Comisión Nacional de Energía le devuelve otras dos propuestas diferentes, una aprobada por el Consejo de Administración y otra que es el voto particular de un consejero.

Otro hecho reciente que termina dibujando a unas autoridades energéticas que más parecen estatuas de sal es el comportamiento errático observado en la fijación de la tarifa 2007, en el que Industria y Economía acabaron bailando un rigodón de propuestas, cifras, porcentajes y métodos (algunas verdaderamente esotéricas, como la tarifa federal), hasta que la decisión final se adoptó por criterios estrictamente políticos. Por cierto, el baile acabó cuando la vicepresidenta política decidió retirar el ponche, desenchufar el tocadiscos y apagar paulatinamente las luces.

Todo esto sin hablar de la creciente incertidumbre imperante entre los
inversores financieros por cuestiones como la nueva regulación del régimen especial (las renovables), que también promete alargarse.

¿Qué es lo que tenemos a cambio?. Tenemos una utilización de los mecanismos regulatorios como si se estuviera haciendo política de
rentas, estamos en la tragedia pequeñita de los intereses más cercanos o más lejanos y, lo que es peor, existe, y cada vez se detecta más, una marcada ausencia de liderazgo e iniciativa, imprescindibles para dar los
pasos necesarios por la gran complejidad del escenario actual.

Además, estamos ajenos a todo el debate existente en la Unión Europea, sobre el futuro del suministro energético, del modelo de regulación, del esquema a seguir en materia de inversión futura en capacidad de generación o de las necesidades de reforma del mercado eléctrico para promover la competencia real y un mercado integrado.

A todos aquellos que, una vez leído esto, consideren que lo mejor que se puede hacer es permanecer atónitos observando la foto del desastre, les proponemos que modifiquen su encuadre. Por eso, que nadie se extrañe si se producen sorpresas con los asuntos que están abiertos: la reforma de las renovables, los procesos judiciales que trufan el sectore energético, el enfrentamiento abierto, sin precedentes y de proporciones formidables (y lo que es peor, sin sentido), con la Unión Europea, el comportamiento de las empresas españolas que se internacionalizan o de las empresas extranjeras que quieren participar en nuestros mercados. Atentos.

La cantante Ana Belén, posible nueva presidenta de la Comisión Nacional de Energía

La semana pasada el Ministro Clos se dirigió a la presidenta de la Comisión Nacional de Energía como Pilar Cuesta en el acto en que este organismo celebraba su décimo aniversario y en el que se presentaba una publicación que reflejaban los últimos diez años en el sector de la energía. Energía Diario revela los planes del Ministro Clos de sustituir a Maite Costa por Pilar Cuesta, cantante cuyo nombre artístico es en realidad Ana Belén.

Al parecer el lapsus del Ministro no fue tal. No se trata de que el Ministro no conociese suficientemente a Maite Costa, también catalana como el ministro y como el Secretario General de Energía, Ignasi Nieto. Fuentes bien informadas confirman que el Ministro se dirigió a la presidenta de la Comisión, por el nombre de su probable sustituta al frente del organismo. Todo el mundo es conocedor de que el nombre artístico de Pilar Cuesta es Ana Belén. La cantante madrileña, pareja del cantautor asturiano Victor Manuel, podría estar muy aventajada en las quinielas como sustituta de Maite Costa.

Al parecer, el Ministro parece que quiere introducir un cambio de rumbo en la Comisión, dada la fuerte conflictividad interna que registra el organismo desde el nombramiento de la actual presidenta. Por otra parte, sería un elemento de reconciliación con el electorado más de izquierdas e intelectual del Partido Socialista Obrero Español, en la medida que la cantante ejemplifica la relación con esta parte de los simpatizantes del partido. Por otro lado, sería una fórmula eficaz para mejorar y aumentar la popularidad del organismo y al mismo tiempo, tender puentes a Izquierda Unida, que ha anunciado que se desliga de la mayoría relativa parlamentaria. En contra del nombramiento de la cantante y actriz, estaría el escaso conocimiento del sector energético. Tampoco se descarta que pudiera declinar la oferta del Ministro.

Desde el Ministerio de Industria, ni se desmiente, ni se confirma esta información, en la medida que podría suponer un vuelco en la trayectoria del órgano regulador, que muchos ven necesaria. Lo que sí coinciden todas las fuentes es que el Ministro está llevando este asunto con extraordinario sigilo, dado que, una vez encontrado el sustituto de la presidenta, el propio Clos debería pedirle a Costa que abandonase el cargo, toda vez que aún le quedan más de cuatro años de mandato.

Por su parte, en la Comisión Nacional de Energía no dan mayor importancia a este incidente y no se han querido formular declaraciones ante los rumores que suscitó la confusión del Ministro en este acto tan importante.

Clos y el mínimo común divisor

Hace poco más de un mes y medio tuvo lugar en un hotel de la Castellana de Madrid uno de los encuentros que, con carácter anual, organiza el Club de la Energía. Este evento fue el primero al que tuvo ocasión de asistir el nuevo ministro de Industria, a la sazón –que diría un castizo— otro catalán. El sucesor de Montilla, al dirigirse a los asistentes a la comida, quiso expresar su voluntad de alcanzar una solución equilibrada a los problemas que padece el sector eléctrico, anunciando para ello que su objetivo iba a ser la búsqueda del mínimo común divisor (sic) de las soluciones propuestas por las distintas empresas.

Energíadiario.com ha podido saber que esta anécdota fue comentada –discreta pero profusamente— por los asistentes, entre los que predominaban los ingenieros industriales, profesionales que tienen a gala disfrutar de amplios y profundos conocimientos matemáticos. Como recordaba recientemente un importante directivo empresarial, cada uno es muy dueño de calcular lo que le venga en gana, pero cuando a uno le nombran ministro debe procurar calcular algo que resulte útil a la ciudadanía.

Al ministro de industria (que abandonó hace mucho tiempo la aritmética para dedicarse a la medicina primero y a las municipalidades después) alguien debería decirle que el mínimo común divisor de cualquier conjunto de cifras es siempre la unidad (es decir 1) y que para llegar a esa conclusión no hay que esforzarse mucho; suponemos que el propio ministro deducirá, él solo, sin que tenga que ayudarle nadie, que este cálculo (el del mínimo común divisor) no sirve para nada.

Si al señor ministro se le ocurre (todo es posible) calcular el máximo común múltiplo de cualquier conjunto de cifras (sea cual sea el número de éstas y sean éstas las que sean) bueno será que alguien le diga que esta magnitud siempre es infinito; además, si el doctor Clos intentara realizar el cálculo de esta otra magnitud por el método iterativo puede terminar agotado.

Hasta hoy mismo los libros de matemáticas de la enseñanza secundaria obligatoria (la ESO) explican los conceptos y los métodos de cálculo del mínimo común múltiplo y del máximo común divisor, pero posiblemente por su irrelevancia nada se dice de los otros dos conceptos. Estas últimas semanas los directivos y, más aún, los accionistas de las compañías eléctricas comentan preocupados, aunque con buen humor, que el ministro del ramo haría bien en repasar las matemáticas. Otros, incluso, llegan a afirmar que, a lo peor, ninguno de estos cuatro conceptos le va a reportar gran utilidad.

Tarde de gala en la Comisión Nacional de Energía

La Comisión Nacional de Energía celebró ayer el décimo aniversario de la regulación en el sector energético. Un lleno importante en el salón de actos de la Comisión. Iba a estar presente el Ministro Clos, quién llegó con un cierto retraso e hizo que el acto se prolongase casi hasta las nueve de la noche.

Muchas caras conocidas: Pizarro, Sánchez Galán, López Jiménez, Eguiagaray, Ariño, Ignasi Nieto (que si fué, aceptando la invitación que comentábamos ayer en energíadiario),…. La presidenta, ejercía de anfitriona y se le notaba preocupada por todos los detalles. Ella, consciente de que se trataba de una ocasión especial, se ocupaba de conminar a los asistentes a que entrasen a la sala y se sentasen para que cuando llegase el Ministro, se cumpliese el protocolo y todo estuviese listo.

En la presidencia, además de Maite Costa, el Ministro Clos, José Luis García Delgado y Pedro Meroño, ex presidente del organismo. Ausencia de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien se dirigió a los asistentes por medio de un comunicado en que aludía a la necesidad de avanzar en la reforma de los mercados energéticos y en la nostalgia que le ocasionaba pensar en la Comisión. Pedro Meroño, se refirió a Costa no como una sucesora procedente de la contienda política, sino como una amiga. Y José Luis García Delgado, también académico como Costa, destacó el pundonor de la presidenta y, como director de la publicación, las críticas que se recogen hacia el organismo en sus distintas etapas en el volumen que se presentó ayer.

La conferencia, que seguía el ciclo que viene desarrollando el Organismo, no tuvo preguntas a posteriori, y trataba de la relación entre los resultados empresariales en el sector de la energía y la regulación. La dictó Vicente Salas Fumás de la Universidad de Zaragoza, quien se dirigió a Maite Costa como profesora.

El Ministro bromeó con la capacidad contundente del libro que se presentaba y utilizó un tono más desenfadado que en otras ocasiones en su intervención, en el que hizo gala de su sentido del humor. Se nota que ya son cuatro meses. Prometió que los problemas en el sector de la energía se arreglarían en cómodos plazos y en algún momento se refirió a las admoniciones de los organismos de la UE a la política energética española.

Y, la presidenta, estuvo en su papel. Visiblemente, emocionada en ocasiones por la efeméride, además de la importancia de la regulación y de la coordinación entre reguladores, dedicó gran parte de su discurso a agradecer al Ministro su asistencia, a los servicios de la Comisión y en concreto a las tres personas que habían hecho posible el acto y que la sala estuviese disponible ayer, hoy y mañana para todos los Consejos Consultivos. Finalizó de forma lacónica señalando a los asistentes ‘afuera hay una copa’.

Diez años no es nada.

‘Petons’ para Ignasi Nieto desde la Comisión Nacional de Energía

Hoy por la tarde tendrá lugar en la sede de la Comisión Nacional de Energía un acto que quiere conmemorar la creación del órgano regulador del sector de la energía y que incluirá la presentación de un libro sobre los diez últimos años de actividad regulatoria en este sector, además de una conferencia del catedrático Vicente Salas Fumás.

Con este motivo, la Presidenta de este órgano supuestamente independiente ha invitado a Ignasi Nieto Magaldi, actual Secretario General de Energía y anterior director de Regulación de la CNE, al acto que tendrá lugar en la calle de Alcalá, a las siete de la tarde, y que posteriormente irá seguido de cena de los consejeros (pasados y actuales) de la Comisión en el Casino de Madrid.

En la invitación oficial al Secretario General de Energía, a la que ha tenido acceso energiadiario.com, Maite Costa completa con su puño y letra la carta-invitación dirigida a Nieto, que entró en la Secretaría General de Energía el pasado 12 de diciembre. Así, en el encabezamiento, Maite Costa se dirige al Secretario General con la expresión ‘Benvalgut Ignasi’. En la despedida, antes del pie de firma, la Presidenta envía ‘Molt petons’ a Ignasi Nieto.

Recordemos que el pasado año el Ministerio de Administraciones Públicas adoptó como norma para la Administración General del Estado el criterio de eliminar los tratamientos (excelentísimo, ilustrísimo,…) para los cargos de la misma. Dado que este código no alcanza a las Administraciones Territoriales, desconocemos si ‘benvalgut’ es un término equivalente al de ‘Honorable’ o ‘Molt Honorable’, que podría resultar de aplicación a los cargos de la Generalitat, o bien es un término exclusivamente cariñoso, que puede considerarse lógico dada la excelente relación que supuestamente mantienen los dos.

En la despedida, la Presidenta envía ‘molt petons’ a Ignasi Nieto, fórmula que suele acompañar en ocasiones de algún tipo de arrumaco y de la que no existe ninguna duda que transparenta la excelente relación entre Ignasi Nieto y su anterior jefa. Está claro por lo tanto que el clan catalán que dirige la energía tiene una perfecta sintonía entre sí, siendo indiferente que esté en la Administración o en el órgano regulador independiente. Tanto da.