Brasil prepara una auténtica «ofensiva diplomática» para convencer al mundo sobre las bondades del etanol de caña de azúcar, que este año tendrá como colofón una «Cumbre Mundial de Biocombustibles», según informaron fuentes oficiales.

El director de Energía de la cancillería, André Aranha Correa, dijo a corresponsales extranjeros que Brasil está convencido de que en el mundo no existe información adecuada sobre el etanol que se produce en este país, que desvinculó por completo de la actual crisis alimentaria.

En opinión de Aranha Correa, hay cierto grado de «analfabetismo» en relación al etanol, un carburante que Brasil comenzó a elaborar en 1975, dos años después de la peor crisis petrolera del Siglo XX.»El debate en Brasil está superado», afirmó el diplomático, quien diferenció el carburante elaborado con caña del producido en base a maíz, que tiene como mayor productor mundial a Estados Unidos y que sí admitió que influye en el precio de los alimentos.

Según Aranha Correa, el auge de los biocombustibles también ha llevado a que, en algunos países europeos, sectores que pudieran ser perjudicados, entre los que citó el agrícola, intenten imponer barreras al carburante brasileño.

El diplomático consideró incluso que el debate abierto en la Unión Europea (UE) sobre una posible imposición de certificaciones ambientales y sociales al etanol «puede esconder proteccionismo», pero dijo que Brasil pretende responder a cada una de las críticas. Sostuvo que el etanol de caña debe ser comparado con la gasolina, a fin de que «se comprenda» que es «infinitamente» más sustentable y que su daño al medio ambiente es «ínfimo» en relación al petróleo.

También negó que, en el caso de Brasil, la siembra de azúcar para la producción de etanol haya desplazado la frontera agrícola hacia la Amazonía o haya provocado aumentos en la tasa de deforestación.

En el apartado social, admitió que existen cañaverales en Brasil en los que los obreros trabajan en condiciones inhumanas y similares a la esclavitud, pero garantizó que eso sucede «en contra» de lo que dictan las leyes y es combatido con rigor por el gobierno. Según Aranha Correa, Brasil lanzará una «ofensiva diplomática» para responder a cada una de las críticas e incluso está dispuesto a entablar negociaciones con la UE sobre el asunto.

Dijo que Brasil entiende que deberá aceptar las condiciones que «imponga el cliente», pero aclaró que éstas deberán estar adecuadas a los acuerdos que existen en la Organización Mundial de Comercio (OMC), a la que el gobierno brasileño podría apelar en caso de que sean impuestas barreras comerciales inadecuadas.

La «ofensiva diplomática» brasileña incluye para este año una «Cumbre Mundial de Biocombustibles», que se celebrará entre los días 17 y 21 de noviembre en São Paulo, y a la que han sido invitados representantes de cientos de países. La reunión, según Aranha Correa, tendrá una fase técnica y otra política, en la que se espera la presencia de ministros e incluso de algunos jefes de Estado y de Gobierno.

La empresa alicantina Biofuel Systems ha puesto en marcha en la Universidad de Alicante un bioacelerador electromagnético, un dispositivo que actúa como sumidero de CO2, basado en el cultivo de microalgas marinas. Este prototipo permite la reducción de CO2 en la atmósfera.

Biofuel Systems (BFS) ha conseguido, después de varios años de investigación, un sistema de conversión de energía que permite la producción masiva y sostenible de biopetróleo, el primero existente en el mundo.

El biopetróleo es una nueva fuente de energía, similar al petróleo, que conserva todos sus productos y sus ventajas, pero sin sus inconvenientes. El biopetróleo no aumenta las emisiones de CO2, sino que las reduce, y no genera dióxido de azufre ni otros subproductos nocivos.

El sistema de BFS está fundamentado se basa en un proceso natural, el cultivo intensivo de microalgas fitoplanctónicas. Este proceso genera una biomasa que permite obtener electricidad, biopetróleo y celulosa-silicio.

BFS dispone de una planta de producción en la localidad alicantina de San Vicente y de una planta piloto en la Coveta Fumá (El Campello).

El gobierno de Colombia ha elaborado un plan de promoción de los biocombustibles que prevé, entre otras medidas, dedicar unos 3 millones de hectáreas a la producción de caña de azúcar y palma de aceite.

El ministro de Minas y Energía, Hernán Martínez, explicó que «tenemos el suficiente territorio para hacerlo» sin tocar la selva o las reservas naturales, y sin competir con la producción de alimentos.

Los terrenos donde que se utilizarán para producir caña de azúcar y palma de aceite «ahora tienen una ganadería muy extensiva, muy poco densa», ya que cuentan con una media de 0,6 animales por hectárea, algo que resulta totalmente ineficaz, explicó. Son «praderas de pastizales» que existen por todo el país de las que, de acuerdo con el plan del Gobierno, se utilizarán unos 2 millones de hectáreas para producir palma de aceite, y 1 millón de hectáreas para caña de azúcar.

Con esos cultivos, explicó el ministro, se producirían unos 400.000 barriles destilados al día, de los que Colombia consumiría unos 50.000 y los 350.000 restantes se podrían exportar.

Al mismo tiempo, se conseguiría uno de los principales objetivos que se ha fijado el gobierno, la generación de alrededor de 1,2 millones de nuevos «empleos formales y con afiliación a la seguridad social».

«Le estaríamos dando una oportunidad real a quienes están metidos en cultivos ilícitos para hacer una actividad real y posiblemente ganar lo mismo o más», según Martínez, quien precisó que el plan del Gobierno sigue el mismo modelo desarrollado en Malasia.

En el marco de esta ambiciosa iniciativa, Colombia pretende aumentar la cantidad de gasolina y el biodiesel mezclados con alcohol que se consumen en el país.

En el caso de la gasolina, el ministro indicó que «ya tenemos el 70 por ciento de la que se consume con un 10 por ciento de alcohol y esperamos que en 2009 ya tengamos el cien por cien».

Por lo que se refiere al biodiesel, el Gobierno comenzó ahora, en el mes de octubre, a mezclar un 15 por ciento de la demanda del país con un 5 por ciento de alcohol, y espera extender la mezcla al cien por cien en el segundo trimestre del próximo año.

Para atraer inversiones en este ámbito, existe «una estructura fiscal favorable» aplicable a las empresas del exterior, según el ministro, quien desveló que ya hay algunas compañías interesadas en invertir en la producción de biocombustibles en Colombia.

«Somos un país rico en energía…y un ejemplo de producción de biocombustibles de forma sostenible», aseguró.

El sector de los biocarburantes podría estar enfrentándose a un ciclo similar al de la burbuja de las puntocom a principios de esta década si las previsiones de Accenture son ciertas. La consultora considera que el mercado de biocarburantes tiene paredes, y así lo manifiesta en un informe. La consultora explica que se experimentará un boom inicial, que irá seguido de un descenso de la actividad “a medida que se haga evidente hasta qué punto es complicado aumentar de un modo práctico la dimensión de este mercado”.

Ese ‘pinchazo’ no implica que el mercado de biocarburantes vaya a ser un fracaso. Los productores de bioetanol y biodiésel se convertirán en los próximos cinco años en “auténticos líderes exportadores del sector energético, mientras el mercado global de suministro de biocombustibles adquiere fuerza. Sin embargo, al final sólo quedarán los jugadores más estables”. El informe señala que las compañías que sepan adaptarse a las diversas normativas locales y a las diferentes realidades –tecnologías de segunda generación, automóviles híbridos, aumento del consumo energético de China e India– serán las que lideren el sector en 2012.

Las claves del éxito estarán, según la consultora, en factores como la capacidad de equilibrar, de forma sostenida, el suministro de carga de alimentación con todo lo relacionado con el almacenamiento y el transporte, reduciendo los costes y aumentando la producción de carga de alimentación, las consideraciones legales a favor de la agricultura en casi todos los países, y las normativas que fomenten el uso de biocombustibles para reducir las emisiones de CO2.

La necesidad de los Gobiernos de una mayor seguridad energética, canalizada a través de la diversificación de sus fuentes de energía, y el aumento de la producción doméstica, es otra de las claves para el crecimiento del sector.

Según el informe, cada país se mueve a un ritmo distinto y toma un camino hacia la creación de un mercado de suministro global. En cuanto a los proveedores –agricultores, negocios agrícolas, petroleras independientes, petroleras nacionales y productores independientes de biocombustibles-, cuentan con diferentes estrategias para asegurarse ventajas competitivas.

Según el informe de Accenture, la mayor de las incertidumbres es la que constituye el propio reto tecnológico. La tecnología seguirá mejorando los aspectos económicos del desarrollo de los biocarburantes, pero por el momento ni se conoce la tecnología que tendrá un mayor impacto ni la dimensión final del sector.

El análisis comparativo de las distintas cargas de alimentación sitúa en primer lugar a la caña de azúcar, con una mayor cuota de mercado en la producción de bioetanol. En el caso del biodiésel, todavía no existe una carga de alimentación dominante de entre todas las que se obtiene (soja, colza, jatrofa, aceite de coco o de palmera), aunque la soja y la jatrofa podrían restarle protagonismo al aceite de palma por la insostenibilidad de su utilización masiva.